jueves, 10 de octubre de 2019

Me estás mojando





Ya no me aguantas, y es una gran pena
le dijo un viejo a su mujer, anciana.
¡Y tanto! Respondió, con su desgana,
aquella dama y dueña tan serena.

¡Apechugo contigo! ¡Es mi condena!
Intentando entender de buena gana,
tu lenguaje gestual, por la mañana,
y te enfades, por ser zurda o morena.

¿Aún quieres conocer por qué, te aguanto?
O prefieres seguir disimulando,
tu infeliz situación que ya es de espanto,

¡Por seguir en la brecha!, soportando,
mientras te quejas de tanto quebranto,
y a la vez; que te meas. Me estás mojando










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