lunes, 30 de octubre de 2023

Complace al criticón, su condición.

 









Costumbre de interrumpir,

mientras estás conversando.

Desquiciando en su mentir

cuando tu estas denunciando.

 

Saben de qué va

muestran lo contrario

el tema es mezclar

el negro y el blanco.

 

Alguien tiene que sufrir,

porque lo están criticando.

Nunca cesa en su latir

y así nos mancha. Ensuciando.

 

Horrible insecto,

flipando acecha.

Tañe el violín

desde su brecha.

 

Nos pone pronto a parir,

aunque estemos descansando.

Vivir así. ¡Es sin vivir!

Y gracias que le están dando.

 

Azuzo cruel

que dificulta,

cualquier afecto

por sus disputas.

 

Lisonja brinda al fingir,

y al pronto te está abrazando,

pero cuando te ve ir,

te quita el considerando.

 

Como te adula,

así te mata,

y si despistas

siempre remata.

 

Aguanto por no impedir

que se pase molestando,

y cuando consigue herir

La llaga, se sigue ajando.

 

Le soportamos.

Sin más remedio,

y si se puede

¡Quita de en medio!







 


Parece posible.

 








Que fácil es callar siempre,

si bien quedas ofendido,

para jamás destacar.

Pasas desapercibido,

con tu mudez allanar,

sin expresar, tu dolido.

Aunque te haga sollozar,

aprende lo no aprendido.

 

Que fácil es callar siempre,

cuando se esperan respuestas.

No es muy digno silenciar,

de argumento consecuente.

Preferible es contestar,

aunque moleste a la gente.

Tratando de conformar

Nunca acierto de repente.

 

Que fácil es callar siempre,

sosegando a la paciencia,

imposible exagerar,

dentro de tu inteligencia.

Por cuestiones evidentes,

en desafíos y retos,

por la propia dignidad,

y por no ser estridente.

 

Que fácil es callar siempre,

si no saben lo que piensas,

se apaciguan de repente.

Por ello no hay más que hablar

y aunque sea repelente,

me quedo con mi verdad,

y no perturbo a mi mente.




.

 


viernes, 27 de octubre de 2023

Café Literario: Jueves de Octubre. Invitada Lydia Ruiz

 









  

 En la tarde de ayer, estuvo como artista invitada la cantautora Lydia Ruiz, la que colmó de placer a todos los asistentes al acto. Cantó sus canciones y fue sometida a preguntas interesantes por parte de los dos conductores del espacio en el CASAL de MARIANAO, de Sant Boi.

Nos explicó cuales fueron las claves que le movieron a ser cantante, desde que su padre, le regaló una guitarra cuando tenía muy poca edad. Cantando para la familia, amigos y vecinos. Decidió ser cantante y asumir todos los sinsabores que al principio, hacen gala en los artistas, poniéndole en bretes dulces y otros que no lo fueron tanto, hasta poder llevar a los escenarios su voz, su enjundia y su fantasía, como ella sabe hacer.

Tratando de forma natural su originario y constante romanticismo, que traducido en notas musicales dejaba un rastro suave de dulzor y armonía en una escala de mucho valor. Interpretando canciones insólitas plenas de mensaje, y con aquellas versiones que hace de sus artistas preferidos.

Nos dijo que, a la hora de componer, tampoco tiene reglas fijas, en ocasiones, según su inspiración actúa, desde unos acordes que marca en su guitarra, y provoca que el instrumento guíe con arpegios y derivas, ese declive argumental, que a su música la hace singular. Puede ser una frase que la induce a querer plasmarla con arreglos disímiles, estableciendo una cantinela, persuasiva de donde nace esa balada que suele llegar al alma de cuantos la escuchan.

Comunicó que, en su carrera, ha habido momentos de todos los gustos. Algunos los más, le dieron alegría, otros como a todo el mundo le pasa, son para olvidar, para aprender y para asimilar.

A la pregunta incisiva, invitándola a que dijera tres deseos, aludió con un suspiro profundo que todo el mundo recogió, y cada cual interpretó por su imagen gestual, llevándonos sin más a una respuesta veraz. Sin necesidad de palabras, respondió. Aunque, quiso matizar sus preferencias y las dejó en el aire para que los presentes pudieran asumir in situ.

El público, departió con ella, haciendo preguntas y Lydia, respondía con un cariño natural, que es el que ella desprende en sus gestos, con sus palabras y con su impronta.



Hablamos de los concursos tradicionales, que vemos por televisión, y sin dar ni especificar detalles, que pudieran molestar a ninguno de los profesionales de la música. Nos dejó claro, que es lo que sucede con según que participantes, y con las preferencias y pactos en que se presentan para litigar, sin que eso les cree, disyuntivas en su elección. Por lo que dedujimos que Lydia, todo lo que ha conseguido, ha sido a fuerza de tenacidad, de valor y de aptitud.

Los asistentes al acto, al finalizar el mismo, se acercaron a la cantautora queriendo saber más de ella, abrazándola con palabras sensibles que fueron un “maná” para la propia trovadora, que agradeció a la gente, su calidez y cercanía.







































































Octubre, 26 año 2023

Café Literario en Sant Boi.

Autor del relato Emilio Moreno

Fotos de José Gomez.