miércoles, 31 de octubre de 2012

Ebro del griego: Hiber




Arranca en Fontibre el Ebro, 
en su carrera hacia el mar,                        
humedece a seis regiones
y,  las hace prosperar.


Cantabria le da el nativo,
se bautiza en Aragón.
Rioja le estampa cepa,
desemboca en Cataluña
con su mejor condición.


Media docena, encharcas,
seis Comunidades Patrias,
con sus pueblos y ciudades,
bañándoles las entrañas.
 
Cantabria la bravía,
Castilla y León, la ancha.
Rioja y Navarra, cepas y parras.
Aragón con sus jotas mañas,
Cataluña y en el Delta.
Lo desemboca en la playa.


El Ebro, lleva un tesoro,
a coro cantan los maños.
y cuando llega a Tortosa
irradia en fulgor extraño.

Presencia hermosa atosiga,
humedeciendo marjales,
con sus aguas prodigiosas,
disimula los fangales.

Logroño, es capital,
de Comunidad y Autonomía,
mientras el Ebro, concede,
a la urbe categoría.


Impulsa por Calahorra,
sus aguas para regar,
esa vega de hortalizas
tan sabrosas al gustar.


Naciste cántabro y montañés,
bautizado en Miranda Castellana.
Con pasaporte alavés,
pone aguas en Navarra.


Tudela, los huesos cala,
por el Ebro en su bajar.
Abanderada Navarra,
en su largo atravesar.


Agro fertilidad.
Despidiéndole alboroza,
Ebro;  abrazas Tudela.
y lo entrega en Zaragoza.


Meandros dibuja el Ebro,
al paso por Zaragoza.
Desde el puente de Santiago,
la jota goza que goza.


Al franquear la Basílica,
el Ebro, mira El Pilar.
La virgen le recomienda,
lleve cautela hasta el mar.


Alfajarín desgasta, espera,
rivera y gran regadío,
que flema tiene ese río
es el Ebro ¡Consentido!


Fuentes, Pina, Quinto,
Gelsa,  Sástago y Escatron.
Todos estos pueblos,
pertenecen a Aragón.


Represa artificial,
El Segre y el Cinca se juntan
al llegar al  Mequinenza,
y con el Ebro bifurcan.


Caspe frontera de la franja,
su gran caudal y su fama,
para desembocar, tiene ganas.
En tierras ya, ¡Catalanas!


Humedece los sembrados,
permite dirijan sus aguas.
Índole y pintura del Ebro,
cuando sus aguas son mansas.


Afluentes a dos vertientes
regalan sus aguas claras,
Río Ebro, no regañes,
ellas te dan la causa.


El Delta espera inquieto,
las aguas canalizadas.
Quien mejor conoce al Ebro.
Los nacidos en La Cava.


Deleite recorrer la ribera,
viendo sus aguas colmadas.
Preciosa imagen dibuja,
aunque no quieras, ¡Te arrastra!


El mediterráneo lo acepta,
como primo maternal,
fusiona dulces y saladas ansias.
¡Es paraíso terrenal!


En Cataluña descansa,
del largo peregrinar.
Tornando sus aguas mansas,
el Ebro al desembocar.


De Hiber le viene el verbo
Griego alias el tuyo: Ebro.
Significas ribera o margen.
¡Qué brillo tan excitante!


Ebro, río,  llevas suerte,
Río Ebro, traes también,
aquello que no menciono
y tú lo sabes muy bien.


Cuando te enfadas nos dejas,
temblando  ¡No sé porqué!
¡Concédenos la vida!
El resto no sienta bien.


Cantemos al Ebro mágico,
con balada melodiosa,
¿Cuál;  hermoso río?
El Ebro ¡No es cualquier cosa!
 

lunes, 29 de octubre de 2012

Enclave de dos crisis



Aquel vaticinio lo había despertado violento en la madrugada, no quiso dar crédito a la fantasía que durante toda la noche le inquietó el sueño, era un presentimiento; sería un día complicado y bastante intenso, agitado por  la  agria pesadilla imaginó que el destino le tendía una trampa.

_  ¿Puedes subir al despacho? _ Le llamaba desde el exterior su capataz, con una prisa no acostumbrada.

_  ¡Que pasa ahora! _ Respondió con energía y dejó una pregunta en el aire_  ¿Otra devolución?  … Subo en cuanto pueda, ten paciencia.

El jefe no  hace  más que apretar, cuanto más dinero gana, más exige, o es que derrochan más de lo que pueden y aprovechan para enjuagar conflictos y crisis inexistentes a costa de los que arrimamos el hombro. _ Pensaba mientras ultimaba aquella postrera gestión.

Ascendió aquellas escaleras metálicas y abrió la puerta de la garita dónde estaba su patrón.  No le permitió sentarse, ni siquiera le miró a los ojos, un escrito y una discusión de cinco minutos le pusieron de patitas en la calle, aduciendo bajo rendimiento, ventas en descenso y falta de entusiasmo por el trabajo.

Bajó por los  empinados peldaños y al final de la rampa se encontraba de bruces con lo real,  secó sus lágrimas con desdén y sintió la brutalidad del comienzo de su declive. Un zumbido le retumbaba, le abrasaba,   …estaba desempleado. Tesitura nueva, algo imprevisto que jamás sospechara.   A pesar de conocer la situación de la economía en general,  que las empresas no van boyantes,  jamás pensó en formar parte de esa legión de personas faltas de ocupación que en ocasiones sin rumbo, por exceso de edad, por falta de esa pizca de suerte que a veces te ignora, recalan en puertos aún más dolorosos y comienzan a sumar infortunios de tipo diverso.

                                                  _____@@@_____

 

Tampoco había pasado demasiado tiempo desde que lo despidieron, pero la subvención y el subsidio se había acabado, el caudal monetario que entraba en su entorno familiar era mínimo.  Aquella hipoteca que se hizo cuando todo era abundancia con tanta ilusión y con excelentes facilidades para la compra del piso y ampliada sin medida y sin control  para la adquisición de un mejor coche, era un estilete fino, un veneno frío y lento que acabó con las mejores ilusiones y dejaba rencores manifiestos. La posibilidad de encontrar nueva ocupación, ¡La que fuese!  Para volver a mantener siquiera los gastos mínimos inevitables, se hacía urgente.

 La relación en el seno familiar se disparó desabrochando un cúmulo de despropósitos, despilfarrando insultos y sin razones, desquebrajándose la convivencia por completo, fricciones llegadas por la escasez, las deudas y los imponderables que vinieran de antaño y esa crisis adelantó la velocidad del fin de la armonía. El desamor por falta de sosiego, por la carencia de complicidad y por los despechos entre la pareja había hecho acto de presencia, tras haber estado adormecido esperando una excusa que justificase el disparo de salida.

Todos aquellos hechos incidían en las criaturas que son las que peor parte llevan dentro de un desconcierto por la insolvencia de la cordura, de un trato escaso y despreciable, moneda de cambio, para las diferencias de la pareja, mercancía inestimable para reproches y agravios, con un único fin: hacerse daño.

_ ¡Papá!  …Me ha dicho mamá que ya no te quiere, que no la tratas con cariño. _ Le decía su hijo mayor con lágrimas en los ojos.

Una tarde soleada la policía lo trasladaba detenido, vinieron a buscarlo a su propia casa, pendía sobre él  una acusación de malos tratos y un parte de lesiones presentado por la esposa al juez de guardia.  El mero hecho de una acusación semejante hace que el encausado quede confinado siendo, verídico o fingido.

 Tras cuarenta y tantas horas de reserva de la libertad, la jueza lo liberó sin encausamiento, por falsedad en los cargos de la imputación. Sobreseído, por falta de pruebas, falsedad en parte de lesiones y ausencia de maltratos físicos.  

Al regresar a casa, su familia le había abandonado. Como antes lo hizo su propio trabajo y su estrella para sobreponerse de una situación crítica.

Circunspecto,  infeliz  y sin querer entender la conspiración que había tejido su destino, se encontró con el aislamiento más desgarrador, la soledad, el miedo, el olvido tras una realidad que comenzó en  una crisis mundana.

 

 


 

viernes, 26 de octubre de 2012

Sexo Inorgánico


Vuelvo a ti, a tus calles
sin remedio.
Necesito transitar, olerte,
¡Hallarte!
Tocarte y con rapidez
expulsar un contenido
ávido de deseo.

Calles empedradas,
fachadas pétreas,
nunca hablan,
miran y callan.
¡Son eternas!

Hablar sin palabras.
Porque tú me entiendes
sin esfuerzos, sin excesos
en la soledad inclemente

Peñas, riscos
nos conocéis de siempre,
al nacer ya estabais presentes,
Indesmayables sin vértigo.
A pesar de creeros ausentes.

Evoco imaginando.
Exhumo misterio amargo,
mientras paseo y ando.
¡Quizás un recuerdo!
En verdad hechizo atado

Es como si en otro tiempo,
en otra vida, en otra etapa,
que no es la mía,
estuviera preso a tu lado.

Vecino tuyo ¡Sospecho!
Tristeza percibo al cabo,
de no obtener resultados,
de esa inmortalidad
que sin decir ansiamos

Ay…   si las piedras hablaran.
No tienen voz;  que yo sepa.
Exiguos genitales adviertan.
¡Se tocan entre ellas!
Deben estar muy enamoradas.
Para mantenerse erectas.

Yacer  tanto  tiempo ellas
¡Las piedras!
Encima o debajo,
tocándose sus telas pétreas.
Abrigando regias.
Ayuntando durezas eternas.

Años y siglos honestas
sin parar de amarse
sin besarse, sin temblar.
Inmutadas  escasas,
inadvertidas yertas.

¿Si hicieran el amor?
¡Ellas…!   Las piedras
Si pudieran...
Ver quisiera como:
Hartan sus entretelas,
y que orgasmos tengan.

 

jueves, 25 de octubre de 2012

Al llegar...


Para mi viaje,
prefiero el cielo primero.
Al llegar…   Ya veremos,
si entro…   directo o espero.
 

Soy de equipaje ligero,
con la mente resignada.
Inmediato. No espero nada.
¡Preferiría al alba!
 

Si es de noche el partir,
elegiría no sufrir.
En cambio si es de día,
¡No me esperen!
Despedida escueta y fría.
 

¿En el cielo no me aceptan?
¡Aún quedan propuestas!
Prueben llevarme a cuestas,
al purgatorio      …¡Porque pecas!
 

Allí van los sinceros,
espontáneos al hablar,
y por ello desahuciados
mudos sin dialogar.
 

¿Tantos pecados tengo?
Tampoco en ese polo, quepo.
Viajaré por el invierno.
Penitencia, así se hará.
 

Hasta que abran las puertas,
del flamígero infierno,
donde allí todo es ardiente,
fogoso podré purgar.
 

Después de tan dura vida,
de padecer por conceptos,
Marcharé cuando lo incierto
aún quede y deba aceptar.
 

Mis hijos, amigos y,
trastos viejos.
¡Aquí quedaran!
Lo acepto, sin rechistar.
 

¡Oh…!   No es un viaje divino,
Imprevisto,
Pongan música alegre.
Nadie vuelve del marjal.
 

Imperativo.
¡No se aflija nadie!
¿Quien indicó el camino?
¡Es un vahído salvaje!
 

Para este viaje.
Infierno, debe ser eterno
¡Seguro que lo merezco!
No sé, si entrar directo
¡Lo prefiero!   …y lo lamento.

 

 

lunes, 22 de octubre de 2012

Tortilla de diseño

 
 
Se sentaron en una mesa libre de la cafetería. Entre los dos tendrían más de siglo y medio, ambos vestidos de cuasi etiqueta, bien planchados, como diría la abuela de Dartagnan, traje gris, camisa traslúcida de popelín y algodón, corbata seria a juego con el conjunto. Aquellos cabellos escasos bien peinados, ¡más incluso! Súper radiantes por esa brillantina, color afín a los excrementos gatunos.
En cuanto les vieron entrar, se echaron prácticamente sobre ellos, señal destacada de buenas propinas, o clientela fija._ Que en estos tiempos que corren y con lo que cae, si no extremas, no comes_. El mesero, raudo y veloz atendió a los dos abuelos, comenzando un diálogo previsto y recurrente, sustrayéndolos del contencioso que ellos traían.
_ ¿No me felicitan hoy?_ Se dirigió el barman a los dos veteranos.
_ ¿Habéis ganado ya?_ replicó uno de ellos, tomando asiento y haciendo aquellos gestos de dolor al doblarse para colocar las posaderas en la silla.
_ Era hora, ha sido el primer partido que ganamos, desde que comenzó la liga y además en el tiempo de descuento_ dijo el asistente
_ No te preocupes, que no bajareis a segunda_ daba respuesta forzada el tal Salcedo.
_ A partir de ahora, subiendo en la tabla_ consumó el mozo
_ ¿Cómo vais en la clasificación? _ Preguntó Andrés, sin mucho interés.
_  Los segundos por la cola_ finalizó el barman, en tono agradecido sin dejar de mirar alrededor, para que no se le escapara ningún detalle.
Con auténtica devoción trataba el camarero a los dos banqueros, ambos prosiguieron con sus chácharas, instalándose uno frente al otro, una vez les dejó tranquilos el empleado. Reactivando su tema de conversación, que trataba de la economía, tan traída y llevada por los mentideros del país.
_ ¿Qué va a ser hoy?  Sentenció el empleado, con voz decidida y seguro de sí mismo. Mirando a los dos señores y dando preferencia a Salcedo, que es el que tenía a su izquierda y por sus gestos, temía más que al mismísimo miedo. El que primero habló, sin embargo fue, Don Andrés, que más imperfecto reflejaba en su rostro, el padecer de sus pies, debido a sus zapatos, que le llevaban por un sendero doloroso, por el dolor indirecto de sus juanetes.
_ Yo voy a tomar una tortilla de un huevo, y diez o doce patatas fritas. Fíjate en el dato, diez o doce, ni una más. Lo entiendes verdad, no tendré que repetirlo otra vez. ¡Estamos, pues eso!
_ Muy bien Don Andrés, y para beber    …¿quizás una infusión?
_ No nada de eso, un vaso de agua.
_ ¿Fría o del tiempo?
_ Más bien del tiempo, pero que no esté muy atemperada.
_ Para mí_ Habló Salcedo, una tortilla, con tres o cuatro torradas, no muy hechas y unas cuantas aceitunas negras. No más de cinco y de beber una infusión de té, o manzanilla.
_ ¡Muy bien señores! Hoy voy a tener el placer de hacerles yo mismo las tortillas, ya que Antonio, no está y a mí, me encanta de vez en cuando bajar, como les diría yo, a los talleres, a ver cómo trabajan mis empleados, de que forma se hacen las cosas y en ocasiones hacerlas yo mismo. Por lo que hoy comerán una tortillita de diseño hecha con mucho gusto y personalizada para ustedes.
_ El grupo del Banco Popular, tiene un límite. Los intereses no nos convienen nada, si los comparamos con los del Banco Alemán_. Le decía Andrés a Salcedo en voz baja, para que nadie oyera, aquellas manifestaciones de usura.
_ No desoigas a los entendidos, que de ellos bebemos, la bolsa va a dar un respingo y nos va a coger en pelotas a más de uno. Ya sabemos que en este país, está a punto de procederse el rescate por parte de Europa, pero aún y así podemos sacar ventaja de cuantos líos tengan estos tontos. La prima de riesgo, está de nuevo cayendo_. Acabó rematando Salcedo, antes de que se volviera a acercar el sirviente, con alguna bravata melosa, para agradarles sin menoscabo.
_ Vamos a ver señores si esto se ajusta ¿a su petición?_. Dejándoles los platos frente a ellos, para que comenzasen a degustarlos. Unas bandejas enormes blancas quedaron en la mesa, que a proporción del contenido, hubiese bastado con un platito más pequeño y circular.
Antonio Muga, estaría orgulloso de las tortillas que les he preparado. Por cierto señor Salcedo, como le vea el mencionado Antonio lo que está bebiendo. ¿Yo no quiero decir nada? ¡Pero! _. Dejó caer el sirviente, con una sonrisa fingida en sus labios.
_ Bebo lo que me apetece._ respondió Salcedo, con pocas gracias
_ Pero una copita de buen vino, algo que le vaya más al plato.
_ ¿He de repetir, lo que se me antoja? _ Respondió agrio Salcedo, mirándole con desdén
En aquel instante entró una señorita al establecimiento, solicitando le abrieran, de una vez, rasgaran los impedimentos de la máquina para poder conseguir tabaco, que estaba hacía tiempo intentándolo y no conseguía que se separaran las patas surtidoras.
El mismo mozo, que atendía a los señores, fue a ver que le pasaba a la máquina expendedora de tabaco, y antes, la mujer le extendió las monedas de lo que costaba la cajetilla.
_ ¿Imagínese señora, si todos los clientes fuesen como usted?
_ ¿Qué te pasa a ti, o es que eres un pelotudo desgraciado, ¿Cómo van a ser todos como yo? ¿Me confundes con alguna hermana tuya?
_ No se ofenda, me refería a que paga por adelantado_ dijo el camarero, ya sin poder controlar sus palabras y mirando la reacción de todos los allí presentes.
_ Desatasca la máquina, desgraciado y no te metas en donde no te buscan, que no tengo paciencia para aguantar a simpáticos forzados como tú.
El empleado, sin más abrió aquella máquina y le entregó la cajetilla de tabaco que había solicitado la dama, intentando salir del atolladero como pudo. Volviendo a la mesa de los dos estadistas.
_ ¡Don Andrés como va todo!
_ Comiendo una tortilla de diseño a distinto estilo.
Los dos ancianos, se sentían tan adulados como cuando estaban en el interior de sus despachos, por los propios empleados de la sucursal del banco del Santo Nombre, que justo estaba frente al Roma, el restaurante que la entidad bancaria había expropiado y donde estaban tomando aquellas tortillas especiales, hechas por alguien que tan cortés les atendía y que no volvería ni a diseñar ni a servirlas, puesto que sin saberlo aún, sería el primer despedido al finalizar su jornada, tras la decisión ya tomada por aquellos magnates.
_ Si necesitan alguna cosa más, _ adujo sin cortapisas y sin imaginar su futuro inmediato, aquel servil y educado camarero, _ que sepan que solo tienen  que pedírmelo, que si no lo tengo lo buscaré. ¡Ustedes lo merecen todo!
 
 


viernes, 19 de octubre de 2012

Un francés: Noissette


El viaje comenzó de madrugada, muy temprano. La noche anterior al día del Pilar, el ya habitual 12 de octubre, Festividad de la Hispanidad, se pudo dormir muy poco, por aquello de no perder el viaje que tanto habíamos aguardado y ahora pasando un poco de análisis valió la pena.
Todo se inicia al arrancar el bus, con destino a la frontera, cargado de buenas gentes, todas ellas con esas ganas de pasarlo bien, de olvidarse de las dificultades del día a día y de disfrutar de esa región francesa de “Languedoc y Roussillón”, que nos esperaba con esa sonrisa hermética que suelen tener las ciudades del sureste galo.
La primera parada fue en la Junquera a desayunar, algunos ya lo habían hecho antes de salir de sus domicilios, _recordemos a los hipertensos, que se han de tomar su pastillita, recién levantados_, pero éstos, tampoco le hicieron ascos a un bocata de jamón o queso, con un café expreso, para no dejar que las despensas gástricas nos apretaran demasiado los estómagos, por quedarse desatinados y yermos.
El clima se aguantaba, las previsiones eran de un tiempo raro, con algún chubasco y alguna perturbación en la presencia del sol, sin embargo, se mantenía como si fuesen días cuasi primaverales y bondadosos.
Las personas notaban de alguna manera, que estaban próximas a su frontera, que en breves minutos dejaban de lado su terruño y se adentraban en una tierra similar y a la vez tan desconocida para muchos. Se iban consumiendo kilómetros en aquel autocar, perfectamente conducido por un chofer modélico, un experto conductor, que no dejaba de mirar hacia adelante, a pesar de los chismes, chistes y poesías que los de las primeras filas iban entonando.
Aparecimos por una ciudad gótica, la preciosa Minerva, pueblo medieval, angosto y cimero, con sus casitas en piedra, sus chimeneas al aire y sus calles estrechas y limpias, llenas de historia, de encanto y de inviernos duros y largos. Sus gentes debido la hora temprana, no habían comenzado a asomar en la plaza. El sol tímidamente lucía sin calentar demasiado, solo dejaba ver la luminosidad de lo precioso que mostraba aquel emporio. Establecimientos de artesanía para turistas, frutas y verduras expuestos reclamaban el embrujo de los visitantes, que algunos ¡Sí!  Compraban sin perder los estribos ni el norte.
La visita por Minerva, llegó a su fin, los guías reclamaban la presencia de los viajeros al pie del transporte, para proseguir camino y comer en alguna población predeterminada con sumo gusto, todo estaba medido y se pretendía llegar sobre las catorce horas a “Caunes de Minervois”, al restaurante La “Table du Terroir”, además de casa de comidas un establecimiento considerado por el tratamiento del mármol, por sus creaciones en miniatura permitidas como “souvenirs” y sus delicadas piezas expuestas al público para los caprichosos. Ellos, los empleados del mencionado bodegón nos esperaban con sus almorzadas tradicionales y exquisitas. Por ser país de los Cátaros esa franja, la comida tradicional no podía ser de otra guisa. Ahí es donde el personal tuvo diversidad de pareceres, a unos les agradó más que a los demás, sin embargo la comida era para degustar con calma y con apetito, regalándole al paladar ese bouquet, de “Cuisine Francaise”, que demuestra la calidad de su diversidad culinaria. Tras la comida, más ruta, ahora tocaba pasar por el  “Château de la Vernède” una heredad de vinos muy conocida en la zona del “Languedoc”, perteneciente a la población de “Nissan lez Ensérune” que justamente es dónde radicaba nuestro hotel para albergarnos en los días de estancia por tierras francesas.
 El coto de viñedos, estaba luciente, protegido y saneado, cuidado con ternura y mimo, no es de extrañar que los caldos, que produzca, sean de una calidad exquisita, para el paladar del buen catador de licores. Amablemente nos atendieron con esa flema tan franca, sin dejar de explicarnos el devenir del latifundio, después nos llevaron a las bodegas donde nos ofrecieron un vino y la posibilidad de obtener por mediación de la compra, de alguna de las botellas numeradas que permanecían inertes en los robustos estantes de madera de encina. 

El cansancio hacía mella en los cuerpos españoles, aquellos que habían madrugado tanto y que no dejaban de sorprenderse con tanta información y tanta ordenación turística.
Llegamos a la ciudad de Nissan lez Ensérune, hotel Logis, donde el reparto de “chambres” de habitaciones se hizo eterno y en algún caso variopinto. La verdad, que la Residencia, estaba limpísima y las habitaciones agraciadas cual historia novelesca, de caballeros y princesas. Techos altos y esplendidos, puertas artesonadas con marquetería, trabajadas por el más insigne de los ebanistas de Luis XIV, una delicia de residencia, en la que nos hallamos como en el propio vergel terrenal. La cena servida en el comedor y las mesas distribuidas, según llegaban los hambrientos comensales. Platos de diseño, con las típicas salsas, mantequillas, y flora gala, que ayudaban a mantener ese equilibrio con las grasas, nutrientes más que suficientes para modular el apetito. La noche cerrada nos encontró durmiendo a pierna suelta, en aquellas sábanas blancas, que nos llevaron por unas horas a reencontrarnos con el sueño más rejuvenecedor que nos puedan servir sin pedirlo.  
De nuevo despiertos, ¡Buenos días! …Nos de Dios, ¿qué tal han, dormido ustedes? No parece hayan sufrido de ese insomnio, del que tanto se quejan en sus casas, y el apetito es suficiente, como para confundir el desayuno, con el almuerzo del medio día, por darse tantos y lentos paseos por el “Self Service” del comedor, llenando sus bandejas hasta más no poder. Podemos pensar, viendo esas imágenes, ¿que el mundo se va a acabar?  Por la cantidad de viandas que algunos han llegado a masticar.
¡Qué alegría de mañana! ¡Como hemos desayunado! ¿Nos harán pasear tanto para poder llegar a la hora del almuerzo, con el mismo apetito que nos hemos despertado?
El claxon del autocar sonaba, arriba pasajeros, todos ocuparon sus asientos, se atascaron con el cinto de seguridad, y se dejaron caer con ese rictus de querer dormir a prisa, y acelerar sus vientres para hacer la digestión a tanta ingesta.
 
Llegamos a “la Grottes de la Clamouse” unas grutas naturales con unas condiciones preciosas hechas por estalactitas que bajan del techo y las estalagmitas que suben del suelo. Andamos sobre 900 metros y nos costó más de dos horas, allí dentro el tiempo y el espacio se pierde y te quedas atónito, escuchando al guía cuando habla de doscientos mil años, para que se formen según que concreciones. Obra de la naturaleza, donde aprecias que no somos nadie, ni nada, solo polvo y envidia.
 

Al salir de las grutas, nos dirigimos a la preciosa ciudad de “Sète”, pescadora y alegre, donde nos comimos la famosa bullabesa, deliciosa y algún que otro plato típico de una ciudad sin fronteras, que con tendencia italiana, también adorna platos exquisitos para el deleite del visitante. El tren de turistas que te pasea por todo el muelle y por lo más destacado de la ciudad, hace que pases ese tiempo escaso que tienes para la visita en una vivencia celestial. Ya cansados de caminar se retorna al hotel, donde la cena espera y el descanso vuelve a presidir la antesala de los deseos.
 
Aquella noche, fue la más apreciada, la que se le dio más tunda a las sábanas de la “Chambre pour le songe”, donde el sueño encontró más abono y se desquiciaron totalmente los descansos expeditos. Despertar de ángeles, con violas y tamborines,  ¡Todos al comedor! El desayuno espera y el “Café au Lait” se enfría, los “cruasanes”, la mantequilla se deshace entre los dientes al masticarla, ¡Placeres rápidos en desayuno vertiginoso! ¡Corre niña, que nos quitan el asiento!
 

Día de la despedida, que pena, como se ha escapado el tiempo, será posible, tanto esperar, para que ahora, finalice casi sin darnos cuenta. Aquel despertador sonó a las siete de la mañana, la ducha esperaba, y sin pensarlo, la gente entró bajo el chorro, para darse un baño con la alegría de haber despertado tan sumamente descansado, de nuevo en el restaurante del hotel, esperan las bandejas del desayuno, repetición del día anterior, nada les detiene, los huevos fritos, el jamón, las pastas, los zumos de frutas, “el decá”, _ Café descafeinado de Francia, flojo y suave como el suspiro de un camión_  “el cortado” llamado “Noisette” y al café solo y fuerte se le denomina exprés, pero de fuerte y concentrado; ¡Nada!. _Flojo,   …flojito, semejante al  ruido expelido por el ano de una “gachí” de ropa íntima_. Paseo repetitivo por el callejón del “Self Service”, para llenar una y otra vez la bandeja de alimentos, aunque cueste ya devorarlos por exceso de ganas.
 

Los amigos del viaje, de nuevo ascienden al transporte que hoy nos llevará a Beziers, ciudad bonita con mucha historia, denotada por las construcciones neocentistas, sus edificios del siglo XVIII y XVIX, llenos de historias_ ¡Ay si las piedras hablasen! Cuantas noticias y sucesos nos revelarían_. Frente al “Plateau des Poètes” comenzamos la singladura de la última jornada en el país francés, nos detenemos frente a la estatua de la Victoria, homenaje a todos los caídos por la Patria, en las cruentas guerras, principalmente en la Primera de las Mundiales, pasando sin dudar por la estatua de “Pierre Paul Riquet”, ingeniero constructor de las dársenas del Canal de Midí, obra monumental que unía a los ríos del sur de Francia, años 1667 y 1681, con el nombre de “Canal Royal” Proyecto dispuesto en el mandato del  Rey Luis XIV, construcción que tras cuatro siglos, aún está vigente y hace la navegación posible_ ahora turística_ Hasta la Revolución Francesa, el canal se prolonga a lo largo de 240 km. y, permitía su tránsito a esas embarcaciones con mercaderías por entre los pueblos interiores del país. Se prolonga hasta el Atlántico por el canal lateral, llegando al Garona tras recorrer 193 km. Recorrido efectivo gracias a las esclusas diseñadas por el mencionado Riquet.


 

Mucho dejo por mencionar de las vivencias habidas entre tantos amigos que durante ese espacio tan corto de tiempo, se llegó a disfrutar tantas y tantas alegrías. A pesar de todo, estoy seguro que al leer esta crónica, te despertará el interés por algo relativo o semejante a lo antedicho.

Gracias como siempre: Emilio