domingo, 30 de julio de 2017

Declarado bello






















Es uno de los pueblos, más bonitos de España.
Lo afirma el universo. Majestuoso y regio.
Su iglesia y su castillo, son lindo privilegio
en las gentes del orbe, su gratitud no extraña.

Preciosidad de río, aguas del Matarraña,
menciona la comarca, nombradía y egregio,
provincia de Aragón es, sin duda un florilegio
que en su día fue reino, de los de grande hazaña.

De Teruel es provincia, el magno Valderrobres,
lo eligieron precioso, por estético y bello,
por el distingo antiguo, sus hechos y renombres.

Por sus jotas candentes, sobresaliente sello,
cuna de Elvira Hidalgo, que garantía sobre.
Villa de Valderrobres, encanto con destello




Soneto Alejandrino,
dedicado a la belleza del lugar
y todas sus gentes.



jueves, 27 de julio de 2017

Destino y casualidad


En aquella cafetería tan cómoda de la vía principal de la Villa, estaba sentado Daniel. Disfrutaba de su cortado muy caliente, recién hecho, situado muy cerca del ventanal, desde un asiento junto a la persiana de tela que da a la calle.
Viendo pasar a los vecinos del pueblo. Como van y vienen sin prisas. Unos desde el puente de piedra, hacia el cruce. Otros en sentido opuesto, desde la esquina más comercial del pueblo hacia el casco antiguo.

Llevaba rato Daniel en el Hostal Querol, conocido por “Marín”, disfrutando de la mañana sin imaginar que le iba a sobrevenir minutos después. Obra del destino casual y causal.
Una posada, parador singular de uno de los pueblos más bonitos. Un hostal de los más peculiares, limpios y acogedores del pueblo.
Allí estaba saboreando desde su taza, cuando entraron al bar, una dama muy puesta, acompañada de un joven caballero. Quedándose maravillados nada más entrar por la sensación de bienestar que les producía aquella linda y amplia estancia. Con sus holgados ventanales que dejaban colarse desde la calle la mínima prisa, la suficiente y necesaria para el disfrute del instante.

En un principio Daniel no se percató que habían entrado clientes nuevos, y que la señora, se lo miraba casi descaradamente, con una media sonrisa en el rictus de su fisonomía. Haciendo jeribeques de exaltación enardecida al acompañante para que comprendiera que significan cincuenta años de ausencia.
Daniel estaba abstraído mirando el escaparate de casa Falgás que en los amplios aparadores lucían aquellos detalles rurales, mezclados con obsequios modernos, mostrando la gran ligazón de gustos que acompasaban el destino de las gentes y la mescolanza de los tiempos pasados con los actuales. Sin darse cuenta.

Cuando giró la cabeza, halló que los recién entrados le miraban, a la vez que sonreían como esperando ser reconocidos de inmediato.
Se ruborizó creyendo conocer a la mujer, que súbitamente desterró por la imposibilidad en el tiempo y en el espacio. Por imposible y porque los milagros no existen y Daniel bien lo sabía. Retiró su mirada de ellos pretendiendo quedar escondido tras la taza de café que consumía sorbo a sorbo, sin que ella dejara de acecharle.

La mujer se adelantó y dejando que el joven quedara retrasado, pidiendo lo que iban a consumir al servicio de camareros, le preguntó sin más zarandajas.

__ ¿No me dirás que no me conoces? __ Preguntó Gladios, muy encima ya de Daniel, aproximándose muy mucho, dejando que su perfume fluyera del entre escote de sus senos.
__ ¿Manuela? ...Eres tú __ interrogó incorporándose de su asiento, para separarse algo y dejar mas distancia entre ellos.

__ ¡Claro que soy Manuela, la misma! Ahora me llaman Gladio, pero es por fantasía__ siguió hablando sin bloqueos__. ¡Jamás imaginé iba a reencontrarte, precisamente en la fonda Marín! Se retorció hacia donde estaba el lozano caballero y le ordenó se acercara a ellos para poder presentarlo.
Aquel hombre, muy educado se mezcló con ellos, extendiendo su mano derecha en señal de concordia y sin validación se congratularon.

__ Es mi hijo Germinal__ dijo Gladio, mirando a ambos y esperando alguna reacción.
__ Hola Germinal, que tal te va__ preguntó sin interés Daniel__ ¡Bien, me gusta, esta tierra y las sorpresas que estoy descubriendo de mi madre__ le respondió sin historias ni disimulos.
Aquel caballero, bien mirado, ya no era tan joven, de cerca por lo menos aparentaba tener la cuarentena larga, si no más. Aunque el tiempo engaña__ pensó Daniel antes de exclamar.
__ ¡¿Tu hijo?! __ adujo Daniel para seguir__ ¡ No te hacía yo a ti aquí !, ¡perdona mi crudeza! ¡Todos te olvidamos! No es mi deseo ofender, pero nos sorprendiste a todos.

Desapareciste de la noche a la mañana y ninguno de los del grupo supo más de ti. Creo recordar que me dijeron que andabas descarriada y no podría decirte quien fue, porque no lo memorizo con certeza. Te escapaste al extranjero, con mucha prisa. Embarcaste para Australia, en un abrir y cerrar de ojos, dejando todos tus asuntos pendientes en Barcelona.
__ Que ha sido de los muchachos, están todos bien__ preguntó Gladio muy cariñosa.
__ Con algunos tengo contacto, otros incluso ya faltan y el resto pues cada cual a lo suyo, como imagino habrás hecho tu; con tu vida.

Desde cuando no nos veíamos Manuela, o debo llamarte… como me dijiste ¿Gladio?
__ Pues fíjate__ llámame como quieras__, desde el año sesenta y ocho, que fue cuando vinimos a este precioso pueblo, mil novecientos sesenta y ocho__ repitió Gladio, como queriéndose acordar de algo que no había preguntado de momento.
¿Recuerdas, como preparamos el viaje? y ¿con quien? La furgoneta Ebro de color azul, conducida por Silvestre. Los hermanos Pinares y sus padres. ¿Ya no deben vivir, verdad? __.Volvió a inquirir la mujer.
__ No la madre, murió hace tres años y ellos, creo que viven cada cual en lugares diferentes, pero no se mucho, prácticamente nada__ dijo Daniel, cabeceando como sin dar crédito ni fiarse, de lo que estaba viviendo.

__ ¿Y tú, por aquí, verte en el lugar de donde nos despedimos__ comentó apesadumbrada Gladio__ Después de tantos años.
Ocuparon la mesa en la que estaba sentado Daniel, mientras el camarero les servía lo que había pedido el mozo.

Fue entonces cuando presentó formalmente a su hijo Germinal Donald Proust.
__ Mi hijo ahora cumplirá los cuarenta y nueve años. Mi regalo, era traerlo donde lo engendré, donde lo concebí.
__ ¡Ah… pero tu Manuela!, ¿Habías vuelto después al pueblo en otra ocasión?
__ ¡No! Para nada. Yo me marché de aquí, preñada.
__ ¿En cinta? Extrañó Daniel haciendo cálculos mentales, por aquella confesión y no siguió.
No se atrevió a seguir por aquel sendero de interrogaciones, por respeto a Germinal, que escuchaba con mucha atención.

Fue Gladio, la que prosiguió con la información, haciendo referencia a que Germinal Donald, estaba al cabo de la calle de quien era su padre.
__ No te cortes, pregunta si quieres__ dijo la dama__ Mi hijo, sabe toda la historia, se la he contado dos mil docenas de veces__ continuó Gladio, con su aclaración al ver el silencio de la parte opuesta.

__ Me fui de aquí preñada aquella Semana Santa del año sesenta y ocho. ¿Recuerdas que estuvimos toda la peña alojados aquí, en el Querol? Todos los que viajamos desde Barcelona.
__ ¡Como no iba a recordarlo! Menuda juerga montamos__ dijo Daniel exhumando recuerdos, sin entorpecer a Gladio, en su explicación.
__ Pues tuve un affaire con Héctor Luis, sabes que era muy salido el tío y sus manos no paraban, yo no es que quisiera, pero tampoco rehuía al sexo.
Él no me ponía absolutamente nada, porque no me atraía para nada. Mas bien es que no era mi tipo, sin embargo, me pilló tonta, me enloqueció con sus mentiras sexuales y me quedé perfectamente preñada__ hizo un descanso para proseguir, después de mirar a los ojos a Donald Proust.

__ Héctor, jamás supo la historia del embarazo. Lo escondí a toda mi familia, a todo el mundo. Incluso al propio padre de la criatura.
Como quiera que en aquellos años, esto de ser madre soltera, era tan mal visto, opté por emigrar a Brisbane en Australia, donde me abrí camino y donde he tenido un negocio potente, el que ahora regenta mi hijo Germinal. Detalles al margen, que son pesados y no me gusta presumir. Al principio fue duro, pero supe salir de frente y conseguirlo.
Es propietario del The Myer, un gran parque comercial de esa ciudad impresionante. Sin embargo, las promesas se han de cumplir y esta se la debía. Lo que no esperaba es encontrarte, precisamente aquí en el último lugar donde nos despedimos, ahora hace casi cincuenta años. ¡Joder inaudito!

Se frenó por unos instantes y aprovechó para tomar un trago del vermouth que le habían servido en una copa de cristal. Se llenó los pulmones de aire y preguntó a Daniel.
__ ¿Sabías que yo estaba aquí hospedada?, Ha sido casualidad encontrarme contigo, o es que alguien te ha mandado un mensaje subliminal del hecho. ¡Como le va a Héctor Luis? ¿Vive aun?
__ Muchas preguntas de golpe ¿No crees? Yo si volví a venir por este paraíso, varias veces en los años que pude. Hasta que me compré una casita muy cerca de aquí, donde acudo siempre que puedo.
Recuerdo y lo refiero a menudo cuando vinimos y como eramos cada cual. Inolvidable. ¡Teníamos algo que no se compra!, pero que se pierde. Lozanía.
Todos jóvenes, y llenos de vida, en aquellos años del inicio de nuestro alegre vigor__ siguió explicando Daniel a Manuela y Germinal.

__ Llámalo casualidad, el encontrarnos hoy aquí, porque estas cosas solo pasan en las películas de Hollywood, pero el destino es así de caprichoso y nos hace que volvamos a despediros de nuevo, en el mismo lugar, pero medio siglo más viejos que entonces. ¡Otra despedida!__ Miró tras los cristales y la Ferretería Falgás cerraba puertas, dándole a Daniel idea de la hora que marcaba su reloj.

__ Sin embargo, es verdad, que estos parajes tienen algo, que es inexplicable, cuando recorres las callejas del pueblo, llegas a imaginarte, que estuviste en otra vida, con otros protagonistas, con otras gentes y amistades, de las cuales guardas ese encanto que es inenarrable__ se detuvo en su exposición y sin más, les dio respuesta a lo que preguntaban de forma subliminal.
__ Si paseas por el puente de piedra al de hierro, a partir de las ocho de cada noche. Igual tropiezas con el espíritu del padre de tu hijo.
__ Con tu padre__ dijo mirando a Germinal.

Yo seré una tumba y mi relato narrativo una consecuencia de lo que pudo ser y no fue, quedando para otro olvido, otra casualidad y un diferente destino.







martes, 25 de julio de 2017

Cruda Asunción




Cuando entró en la perfumería, miró a su alrededor y oteó de forma rápida e intensa los expositores adosados a las altas paredes. De pronto tuvo un escalofrío intenso. No se notaba las piernas, se trasladaba de forma rara, levitando sin pisar el suelo.


Era una sensación desagradable, como si desde algún lugar de la botica alguien le mirara con interés. Le hubiera reconocido de entre las personas que esperaban para ser atendidos.
Las dependientas del comercio, estaban atareadas en despachar a sus clientes y Lorenzo, sin atender al influjo o corazonada recibida, tomó un boleto desde esos dispensadores tan modernos, que ofrecen de forma automática el turno, a las personas que desean ser atendidas.


Forzó a su mente y quiso volver a tomar la concentración que llevaba, cuando cruzó el zaguán de aquel establecimiento.
Se acercó al mostrador y allí detrás de unos carteles anunciadores le esperaba una mujer, en la que él no había precisado y que ella le acompañó con la mirada desde que inició el recorrido en aquel pasadizo.


El tramo de distancia que había desde el umbral de la puerta, hasta aquel aparador lateral limítrofe, no era en demasía largo y al llegar a la altura de la señora, Lorenzo se sorprendió. No esperando hubiera una mujer tan guapa y serena, bloqueada en una moderna silla de ruedas de esas que llevan motor y tienen una movilidad extraordinaria, sonriéndole gratamente.


__ Perdone, pero no le había visto, entré despistado y no me fijé, quizás deba esperar para que me atiendan en el otro extremo.
En aquel instante por la locución de aquella boutique, sonó una voz delicada que dijo__: número; setenta y tres.

__ Que guarismo lleva usted en la mano__ preguntó la mujer galantemente a Lorenzo.
Este con la torpeza de un infantil cliente, miró su boleto y comprendió que le tocaba ser atendido.

__ ¡Sí! Efectivamente, es el mío. Será usted misma; la que atenderá a un servidor ahora, o ¿posiblemente estoy en un error?

__ ¡Estás en el hospital! Bajo los efectos de los calmantes anestésicos y efectivamente, cometiste un error muy grave y con muchas consecuencias anoche__anunció aquella voz.

__ Tuviste un grave accidente, del cual te costará recuperarte.

__ ¿Quien eres tú? __ preguntó la curiosidad del hipotálamo de Lorenzo, a la guapa lesionada, que como una premonición se le aparecía a Lorenzo.


__ Soy tu dispensadora de noticias, la alcanzadora de lo que has de sufrir a partir de ahora. La imagen de tu futuro.

__ Que me pasó__ insistió Lorenzo.

__ Preferiría te lo dijeran los doctores pero si no tienes paciencia ¡Ahí va eso! Y sin dilación le confirmó el hecho, aquella figura sobrevenida desde la conciencia.

__ Saliste a la carretera, con un indice de alcohol en la sangre, muy superior a lo que un hombre es capaz de aguantar y aunque creías que dominabas la situación. Te alcanzó la desgracia de pleno.

Ocasionando daños a los pasajeros del coche que venía de frente por la nacional 94, estando todos en la Unidad de Vigilancia Intensiva. Se salvaran. Incriminó aquella presencia extraña.

__ Excepto tú que deberás soportar lo indecible, el resto de tu vida.










sábado, 22 de julio de 2017

Defunción prorrogada



Había estado en trance de muerte. Sabía perfectamente que es lo que pasa en esos momentos. Estuvo a punto de palmarla definitivamente y ni sabe como volvió a la vida.
Memorias que mantendrá aquí en la tierra y tal vez ni siquiera las podrá erradicar, cuando esté abrasándose por el terreno del mal llamado infierno.

Jamás explicó que sintió mientras lo tenían desnudo encima del mármol, esperando que reaccionara.
Mientras gente de la familia y amigos, entraban a verle y a llorarle.

Algunos fingidamente, otros de verdad, para que siguiera muy muerto.
Siendo aquella lápida, el lugar donde descubrió ciertos secretos que se daban a sus espaldas.
Llorando entró su mujer, y esperó a quedarse sola con el cuerpo inerte de su marido.
Se le acercó y cuando estuvo a su altura, frente a su cara, a pesar de tener los ojos cerrados y estando muerto, tomó fuerzas y con rabia le espetó sin ningún tipo de piedad.
__ Que alegría me has dado Florencio, morirte ahora__ miró alrededor para asegurarse la soledad, entre ella y su muerto.
__ Ni te imaginas el favor que me haces. Me evitas el tener que pasar por un mal trago, explicaciones a diestro y siniestro y pedirte el divorcio con urgencia. ¡Sí has escuchado perfectamente! ¡Divorcio! __ Volvió a comprobar de nuevo su compostura.
__ Estoy liada con Anastasio, ¡Si ese que te hace tanta gracia! Tu amigo de la infancia es el que me entretiene en la cama y sin pretenderlo, nos has facilitado nuestro deseo.
El vivir juntos para siempre y dejarte a ti que te pudras como un gusano.
Excitada seguía hablándole en la oreja al fiambre de su marido.
__ Perdona que finja y llore, pero es que he de ser creíble, ante tu gente. Siempre han presumido que yo era una sumisa idiota, que te lo permitía todo. Nadie esperaba, te retiraras de la vida, dando tan poco ruido.
¡Jódete, ahora es mi tiempo!__ se paró en seco y vio que se acercaba alguien.
__ Luego sigo, que entra tu colega.

Apareció súbitamente el socio de Florencio, Edgardo, con un acongojo extraordinario, los párpados abultados y una depresión emotiva acentuada
__ Hola, como estáis__, dijo el caballero__, imagino que como todos, desesperados__ comentó el recién entrado, a la viuda imperfecta por el dolor
__ Tu verás, me deja desconsolada y sola. Aún no me lo creo. Estoy rota__ acabó la frase aquella mujer.
__ Te creo__, dijo Edgardo__, imagina como y con que fuerza, seguiré yo con el negocio. Siendo él el líder de todo. Sin él, veremos como nos apañamos.

Haciéndole un gesto al socio y al amigo, se retiró Mercedes, a lamentar con los demás familiares, dejando frente a Florencio a su buen colega Edgardo, que limpiándose los mocos y mirando en torno a si, para que nadie supiera de aquella confesión le dijo.
__ Jódete pedazo de cabrón, con tu muerte, solucionado todo.
Así no tendré que dar explicaciones de cuanto dinero me has prestado, el que jamás te retornaré, porque ni siquiera hay documento que lo indique.
Eras tan tonto, que siempre te has fiado de los mangantes y además, ni sabes cuanto te he sisado, mientras tu confiabas en mi.
Siempre te has creído superior, pues las cosas se ponen en su sitio. Te jodes, y que sepas que todo el negocio quedará para mis “santos mojones”.
Continuó disfrutando dentro de aquel teatro que le ponía, sin ninguna pena ni sentimiento.
__ ¡Ah otra cosa, que jamás te dije!, del balance y las pérdidas del año pasado no hay nada. Fui yo el que modifiqué los libros contables y los puse en negativo, pero todo aquel montante, fue a mi bolsillo.
Tan fácil como suena ¡Ahora ya ni fastidiarte puedes! ¡Nos veremos en el cielo! Espérame que llegaré, y espero tardar.

Los médicos, tras los esfuerzos sometidos, con esas técnicas tan de vanguardia, creyeron en un principio que tenía posibilidades de reacción. No con certeza, ni con la convicción de un apóstol.
Lo sospechaban por ciertos impulsos que a veces intimidan a los galenos y estos no abren la boca, porque tampoco saben que es lo que sucederá en adelante, con casos tan singulares. Pero no tenía reacción alguna y Florencio se había marchado. ¡Todos lo daban por fallecido!

Mantuvo con la muerte un estira y afloja y ésta al final le dejó que volviera a latir su corazón, después de haber estado por mas de siete horas frenado, sin respirar y tieso como la mojama.
Detalles que la reconocida dama negra, la famosa Madame “Defun”, controló desde el mismo momento, que le avisó que moría en aquel instante.
Aprovechó la señora. La temida doña muerte, en una de esas charlas coléricas que tenía para pedirle un instante.
Y cuando colgó el teléfono, Se colocó frente a él y le dijo escuetamente.
__ ¡Florencio ya no tienes solución! ¡ Estás muerto!, y además no te dejo despedirte de tu gente, porque ellos te odian, sin que tu lo sepas.
El interfecto, quedó mudo y sin vida, cayendo de bruces sobre la acolchada alfombra del despacho. Haciendo disparar las alarmas y las alegrías de cuantos conocía y él creía que le respetaban.

Estaba ya situado dentro del armazón de su tumba, los especialistas de la morgue, entre risas lo estaban preparando y peinando, para depositarlo y cruzarle las manos sobre el pecho, en señal de contrición.
Cuando abrió los ojos, y les preguntó a los empleados de la funeraria,
__ ¡Que hacéis!, y que le había pasado__ Preguntó sabiendo muy bien que había ocurrido y como, y el por qué de todo lo vivido mientras estaba muerto.
Les hizo frenarse en el susto y les dio tiempo para que reaccionaran y dieran aviso a los médicos o al personal asistente preparado.
Estos, con un síncope entre pecho y espalda, salieron del lugar echando chispas y dando rebato a los responsables de la benefactora “El viaje hacia el cielo” Cajas y cajones para difuntos, Sociedad Comandita”

Entre tanto la muerte, pactó con él, le solucionara un par de asuntos que eran de suma importancia. ¡Nada! Un par de errores que ella había cometido con unos vecinos!
Le concedió a Florencio a cambio una prórroga de tres años más de sufrimientos en este valle de lágrimas.

Tiempo suficiente, para que él también pusiera a cada cual en su lugar.
El que de hecho le correspondía, por méritos propios de revivir, a su muerte.
Dejando que con su maestría pusiera en solfa, a aquellos que le rodeaban tan fielmente.
Tuvo paciencia para disponerlo todo, y dejar sus pensamientos y vivencias en el lugar correspondiente, y justo a los tres años, Florencio se despidió de esta vida, para no volver jamás, ni tener de nuevo otra oportunidad.

D.E.P.







jueves, 20 de julio de 2017

Una recriminación.





Soneto Alejandrino.




Vienen a por consejos sin pensar en cumplirlos,
que fácil es que todos, atinen en sus juicios,
anulen sus apuros, sus líos, sus prejuicios…
advertirán mi ayuda, mi fe sin eludirlos

Y luego ya se olvidan de mi. Puedo intuirlos
una vez se han repuesto, del sufrir sin suplicios
te apartan, arrinconan, todo son artificios
Ya no te necesitan, procuren no aturdirlos.

Si codiciaran falsos egos no corregirlos,
ellos tienen su modo de ser : son sacrificios
y creen en su verdad no sin poder influirlos.

Son seres especiales, engreídos, con vicios
gentes inaguantables, necios para instruirlos
sobran en las familias, sin apenas indicios





lunes, 17 de julio de 2017

Participación en ALTAVEU 2017


                      





De la composición de un poema del 25 de octubre de 2011, los autores musicales, Toni Jiménez y Carlos Montserrat, que se reflejan en el cartel anunciador, capitaneados por Javier Doblas, uno de los artífices del próximo festival Altaveu 2017, han tomado la letra de la poesía: Sin regreso y la han musicado, con el nombre de: Si las piedras hablaran.







Adaptándola al rock moderno y al compás requerido por la canción. Dejando una adaptación muy bonita y de la cual me siento orgulloso y reconocido.






En la tarde del 3 de julio de 2017, se hizo la presentación en el Teatro de Cal Ninyo, donde fui sorprendido gratamente con esa canción que os comparto.




Dejo el link de cuando se publicó el poema:



y además el link del Festival de ALTAVEU2017



Sin Regreso

Altas montañas,
bajos silencios,
ocultan misterios,
a los ojos del viento.

Soy residente
del infinito universo,
vine traído,
en cortejo siniestro.

Es un alarde,
en afines alturas.
Ver los detalles,
heridas y dudas.

Como te extraño
eres mi luna,
siempre he sabido
que sin ti, la duda

Desde la cumbre
veo tus fallas.
Percibo las mías,
nadie reclama.

Serenidad la tuya,
apagas conflictos.
Inciertos caminos,
de polvo expandido

Sabes de cierto
lo que refiero.
No eres divina,
ni yo regreso.
El esplendor me ciega,
en mi cima dorada.
Colinas benditas,
de estampa soñada.

La brisa en su calma
besa mil caras.
Eres tan clara,
verdad enjuagada.

Conversa en silencio
no pronuncia palabra,
a menudo es bobada
hablar y, no decir nada.

Estos Collados
de abruptas rocas.
Riscos silentes,
distancias muy cortas

Miento si expreso,
no creer en el cielo.
Cuando de noche
rondan deseos.

Sueño despierto,
arrullo mis celos.
Fantasías atadas
¡Ya no soy nada!

A fe que lo sabes,
finges y ríes,
¡para que!, ¡si no!
tu llamada en el aire.

Rozo el paraíso
creyendo que soy cuerpo.
Soy apariencia desnuda,
¡Quizás ya esté muerto!





y además el link del Festival de ALTAVEU2017