El viso cristalino de la reina.

 

 

 

La pureza de mi reina, radica

en ser perfecta, y en su gran mensaje,

en el atrevimiento y su coraje,

y en el vocabulario, que ella aplica.    

 

Ley manifiesta en lo que significa,  

distinción y elegancia de ensamblaje.

Corona y ritmo, con lujo y bagaje.

¡Así es la reina! Dama, y nunca abdica.

 

Soberana de patrias, y culturas.

Merced de los poetas bendecidos,

y de aquellos loados sin alturas.

 

Hermosa por sus sombras y sonidos,

regente literata de escrituras.

Emperatriz de sueños concedidos.

 

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La tinta por mis arterias.

 

 

La sangre que circula por mis venas

transita y mancha, con tono de tinta.

Unas veces muy roja y otra pinta,

trocando el color de las muchas penas.

 

Que mi alma nota. Con gozo las buenas,

soportando la negra, al ser distinta,

y morada y azul si es variopinta.

Llenando así mis muchas cuarentenas.

 

Roja sangre, pasión y letra que arde.

Si es fosca, por el duelo que se infunde.

Siendo clara, son glóbulos de alarde.

 

Sedimento sin sarro, tinta que hunde,

matiz sanguinolento salvaguarde,

a mi arteria y tintero, que confunde.

.

 

 

 

 

 

                               

La voz escrita.

 

Fue repentino sin ser antesala

de propósito ajeno y pasajero,

consiguiendo el cariño que prefiero.

Mitigando el silencio que me avala.

 

De sopetón y siendo enhoramala,

me noté acariciado en el lindero

de mi final, tinglado que aglomero

y que activa el deseo que me embala.

 

De repente disfruto de tu arco

con la bala que hiere sin herida,

y el sonido triunfal, puedo y abarco.

 

No te sientas ni sola ni abatida,

eres mi letra, mi signo y remarco.

¡Por ello siempre ahí!  Mi bienquerida.

fotos de la red.

AÑO 2023.

Al traste

 

 

El tiempo vuela, nueve años se han ido,

y sin pensar se escapan los tormentos.

Estoy dubitativo por momentos

y sin rencor auténtico, lo olvido.

 

 

Con frecuencia te evoco, muy medido

Retengo más o menos desalientos

Sintiendo y absolviendo mis lamentos

Recuerdos imborrables sin gemido.

 

 

Pena me da pensar en lo imposible,

Gestos, garbos y dudas malgastaste

Sin precisar que sería irremisible.

 

 

Que la vida es respuesta y te frustraste

Sin poder conseguir la indestructible

Llave del cielo y no lo completaste.

 

Mascarada memorable.

 

Jamás en carnaval, yo me disfrazo,

no es necesario en mí, el antifaz.

Tengo la suerte, del ser contumaz

al no disimular, con otro trazo.

 

Voy disfrazado siempre, y bajo el brazo,

llevo careta de hombre pertinaz.

Así, llegado el día del disfraz

voy servido al no ser, el del puntazo.

 

Los difíciles, vamos siempre dados,

no es forzoso ser más feo que nadie,

ni disimular a los afectados.

 

En esas, no pretendo que alguien medie,

con mi espanto y grotescos revelados.

A fin de cuentas, el guapo, que envidie.

año 2023.

Con los miembros y las miembras.

 

 

Vivimos en un mundo complaciente

con escaso orden y menos resguardos

normas que incumplen los más gatopardos.

y mucha tasa para omnipotente.

 

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De quejas, nadie tiene suficiente.

Se callan, las tolera. Somos bardos,

con un color cetrino, rubios, pardos.

Esperando futuro, sin presente.

 

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Con los miembros y miembras del Senado,

gentes que miran, por ese pueblo harto.

Representantes nuestros que han cenado,

tan tristes y tan solos en su cuarto,

comiendo sopa fría y su venado.

Sufriendo por el pueblo. ¡Son de infarto!

 

 

.

 

 

 

 

 

 

Con el mazo; dando.

 

Yo que acostumbro, y soy de los olvidos,

quisiera hallar mi rumbo de un plumazo.

Mostrando que lo bello, es un retazo

de los poemas, con música y sonidos.

 

No necesito aplausos distinguidos,

rehúyo del forzoso y falso abrazo.

Prefiero pasar, sin llevar el lazo,

de una falsa mención con tantos ruidos.

 

No soy de los primeros elegidos,

tampoco quiero dar un puntillazo.

Ni intento con palabras, marcar trazo

dando ejemplo y por qué, de mis latidos.

 

Brindo por ti con los brazos erguidos,

celebro plenitud ante un frenazo,

procurando al error dar carpetazo,

y que nadie nos juzgue, por descuidos.

 

No hallan alivio.

 

 

Los hay que quieren dar clases ajenas,

presumir al sacar un pecho falso.

Cambiar el paso del vals como un valso,

y ungir coplas comiendo berenjenas.

 

Usan el trampolín cada quincena,

cantando su canción desde un cadalso.

Criticando su pobre desembalso,

que es; solo trasvasar, su pobre pena.

 

Mira, que hay gente que, se mete donde

no le llaman, y quieren dar modelo,

con su gran proceder, y amplio desfonde.

 

Que le vamos a hacer, si llevan velo,

confundiendo sonrisa, gracia y monde.

Los compadezco, no tienen consuelo.

.

 

 

 

 

 

Lanzar la piedra.

 

La primera, la lanzo yo. El mismo,

que intenta, mejorar su cometido,

subsanando pretextos, con mi olvido.

Sin notar convulsión, ni victimismo.

 

Esa piedra que arrojo, es espejismo,

cuando pienso y valoro, no hay sentido.

No es por contrición, y no me ha servido

demasiado en perder. Tanto exotismo.

 

Exponen que, sin culpa estoy salvado,

y sin desliz, creo; no existe “el humano”

Aunque es frecuente; sé dé; el agravado.

 

Busco el remedio, en el Soberano.

Sabiendo que, clamando, estoy errado.

¡Enmienda escasa! Con mi juicio emano.

 

 

Reconozco

 

 

 

Después de franquear mi razón humana

quiero subsanar mi daño inconsciente.

Restañar toda ofensa intransigente,

a los que me soportan sin más gana.

 

Sin excusas, sin ser acción mundana.

Actuó y creo, como vulgarmente

se tiene razón, con toda mi gente.

Que respeto, valoro y me es cercana.

 

Geniales son. Los que me sobrellevan,

por lo menos, así lo reconozco.

Sabiendo, me regalan y me elevan.

 

Al mejor lugar. El que aún desconozco.

Sitios que no arrincono y me conmuevan,

y que aparten de mí; lo que aborrezco.