sábado, 30 de octubre de 2010

Noche de Halloween

En la noche de hallowen todo es posible, fuerzas ocultas ofrecen diversas maneras de aceptar las realidades o de camuflarlas hasta el punto de llegar a confundir lo irreal con lo fantástico. Lean una pasaje de mi libro ( aún no publicado), y podran comprobar lo sencillo que es caer en las redes de lo sobreantural ... Antes de tomar asiento; de nuevo el oficial asomó su cabeza y tocándose el faldón de su camisa amarilla gritó varios nombres, que se encontraban a no más cinco pasos, en pie se puso la muchacha del fardel, que respondió al nombre de Dolores; el oficial hizo que se identificara; ella, sacando del tan traído y llevado bolso, un resguardo ruinoso del documento nacional de identidad, lo entregó con prudencia y desconfianza; el que fue rechazado por el Judicial sin ni siquiera tocarlo por no tener valor crediticio, ni ser legal, según adujo el subalterno al estar en trámite de renovación, preguntó por el carnet de conducir o algo por el estilo.

_Tengo el resuardo del carnet, lo estoy renovando - Dijo Dolores.

_ No es válido, ¿tiene carnet de conducir? (...) __ el oficial, mirándola con cara de pocos amigos

_No tengo –

Volvió a responder Dolores, mirando con urgencia a su acompañante.

- Pues, como pretende acreditarse. (...) asintió con energía el empleado.


Con algún documento se identificó, reservándolo junto al expediente, siguió exclamando a voz en grito; Meliodoro Ramos, repitió un par de veces, mirando alrededor queriendo descubrir al aludido.


Un individuo que permanecía fuera de la galería, se acercó y le proporcionó la consiguiente acreditación, al llegar a la altura del mentor, la pareja formada por Dolores y el hombre de las insignias fascistoides se apartaron ostensiblemente mirando con angustia y desdén a Meliodoro, que facilitaba con diligencia todos los requerimientos oficiales, el petimetre sobrecogido de hombros, con la estampa rota por la vergüenza, presentaba una inseguridad manifiesta y unas dificultades horrorosas de saberse vilipendiado por unos detractores muy conocidos.


Alguna nombradía más se vociferó una y otra vez, que se acercaron raudos con el mínimo ruido dándose a conocer sigilosos, con la intención de pasar desapercibidos, con poco éxito; todos los concurrentes afilaban su curiosidad y curioseaban a las llamadas del malcarado y poco simpático empleado.

No pudiendo más tomó asiento en un hueco que había quedado libre a la izquierda, los ocupantes anteriores estaban con el juez, ó en la antesala para entrar; se trataba de los dos adolescentes y la madre, acusados de falsificación de documento y robo con allanamiento.

Notó alivio al dejar descansar las posaderas, un peso físico descargó con un suspiro, no se hicieron esperar las posiciones disponibles del asiento, tanto por un lado como por otro, la policía se aprestó a tomar aquel contorno que permanecía vacante; quedando resguardado por unos vigilantes, que lo avistaban de tarde en tarde, de forma descarada y siempre de soslayo.

La menuda seguía deleitándose con aquel chupete pendido por el cordón de poco peso, que le rodeaba el cuello, abriendo y cerrando los ojos como si aquello fuera la conocida sala de espera de la consulta de su doctor y estuviera tranquila esperando ser visitada.

Uno de los seres que más apático y camuflado había estado, presenciando aquella mezcolanza burlesca de bajos fondos y pisaverdes, comenzó a hacerle carantoñas y embelecos a la niña, en uno de los momentos que ésta abrió los ojos se acercó dónde estaba sostenida por su madre, y siguió la chanza a la pitusa.


Nadie hubiera imaginado que el hombre que tan quieto había resistido; de pelo rizado, moreno, con los pantalones cuasi caídos y de estómago prominente era un camuflado gubernativo. Despistaba por la algazara que le ofrecía a la criatura, dóciles y simpáticas zalemas; cual pediatra adiestrado, muy en contra de la actitud con la que presentan a los guardias, ó quizás la imagen que se acostumbra a ver de ellos en las noticias de sucesos.

Detalles que a nadie le pasaron por alto, cada vez que se acercaba a bromear aprovechaba para avistar dentro del escote pronunciado del atavío de mamá, con la constricción del mínimo sostén que llevaba se abultaban y, emergían los pechos como dos duraznos serondos. Pasmado por la vislumbre, trataba de curiosear sin pudícia, algo más en la pechera de la mujer, que los mostraba sin menoscabo y se acreditaban redondos y pujantes. Luego paseaba miraba su reloj, se subía los pantalones hasta la cintura, ajustándolos bajo su enorme estómago, se tragaba los mocos que se los había hecho llegar hasta la garganta con un ruido clásico de nariz y laringe propios del verraco más grosero de la pocilga.


El vigoroso Don Raimundo y su valija de piel en la diestra, acorralaba, al trigueño acusado que se limpiaba sus anteojeras progresivas, con un pañuelo arrugado y penoso; éste dejó el comentario que le hacía en aquel instante a su consorte, para atender la pregunta del licenciado, mientras continuaba friccionando los cristales.

La sinuosa demacrada que apuraba cada vez más las colillas del pitillo, comenzó a inquietarse de forma inconsciente al ver a su pareja discutir con su abogado por unas diferencias de criterio.

La nube mal oliente que había allí, confundía y mareaba, la respiración se hacia entrecortada. La única que no se perturbaba era la chavalilla, que arropada por los movimientos de su madre, dormitaba y chupaba como si estuviera muy acostumbrada a los ambientes de humo y desorden.


La Sala Cuarta de lo Penal estaba revestida de características, además de los tableros oficiales habían otros anuncios informales; para quien los necesitare, grupos de licenciados de la última hornada ofreciendo sus inexpertos servicios por módicos precios.


Otras ofertas poco ortodoxas de algún que otro comerciante despiadado, con alquiler de gabinetes; y de películas con documentales de los mejores letrados del siglo. Venta de togas de segunda mano para incipientes, en muy buen estado de conservación.
Anuncios de cenas a celebrar en fecha determinada, con francachela y espectáculo incluido, para miembros de la Adjudicatura de ésta o aquella promoción. Sociedades y direcciones de despachos de procuradores afamados, publicitando sus servicios con minutas variopintas

Clásico cartel informativo de Prohibido fumar, que todo el mundo despreciaba con desdoro y que se ignoraba por decreto ley, permanecía yerto como si la gente no supiera leer, ya que es posible que fuera el lugar dónde se permitía fumar con mayor licencia.

El lugar no tendría más de doscientos metros cuadrados, el gentío cada vez más arremolinado, se paraban, se quedaban, paseaban, y circulaban a las salas contiguas, bien se marchaban por finalización de su tarea. Abogadas más o menos vistosas, orondas algunas, feúchas otras, bajitas y altas, pero muchas de ellas sin toque de distinción. Empleadas del juzgado sin presencia, indiferentes a todo aquel trajín, desprovistas de amabilidad, de urbanidad o de simplemente de una sonrisa casual como establecen las normas de educación, sería por aquello de la costumbre de trato con gentes de toda índole, a veces tan ingrata como despreciable.
continuará..... en próximas entregas.

viernes, 29 de octubre de 2010

Jarabe para los bajos...

Se encaminaba hacia el ambulatorio médico, una gripe le tenía medio mareado y con calentura. No era muy amante de las pócimas bebedizas y fue directamente al especialista para que erradicara de cuajo la crisis conflictiva.
Al llegar al dispensario, observó la cantidad de enfermos que existe, y mantuvo su fila aguardando el turno en que debería entrar a consulta. Tras la espera relativa, y presentar su tarjeta de la seguridad social, le concedieron un número de orden para visitarse con su doctor.
Al llegar a la planta, fue directamente a la puerta a leer que médico, estaba pasando consulta y certificó que era el que le tenía que solucionar los temblores febriles con alguna de esas medicinas a base de paracetamol que son tan dados a recetar. En el pasillo una hilera de sillas asidas entre sí, color caramelo soportaban a la ingente parroquia, todos ellos, con caras de contagiado, con sus párpados hinchados, con sus narices rojas de tanto sonarse, y con la musiquilla de moda en aquel lugar la tos popular, desde todos los rincones de aquel sitio, que más que una sala de espera semejaba un patíbulo.
__ ¿Es usted, la última señora?_ preguntó Marco Antonio.
__ ¡Si joven! Me llaman Martina Churret, para servirle, tengo el siete dos, aún nos falta un buen rato, pero va rapidito, este médico no se complica y nos manda a hacer puñetas_ Le respondió una señora de unos sesenta años, muy despierta y sin mostrar detalles de enfermedad ninguna.
Marco Antonio, dio las gracias y miró de soslayo el justificante de la tanda que le dieron en admisión, viendo que tenía el setenta y tres. Todo se correspondía con la normalidad, guardándolo entre su cartilla de seguro y disponiéndose a esperar.
Al poco, una enfermera lustrosa abrió la puerta, con un fajo de cartillas entre las cuales estaban las recetas de los pacientes que habían pasado ya consulta y esperaban que les retornasen los documentos con las fórmulas de los medicamentos que les debían curar. Comenzando a nombrar a los susodichos y entregándoles sus credenciales. Frente a ella iban pasando a medida que les iban mencionando y con cara de pocos amigos los iba despidiendo.
Quiso constatar de nuevo que lo que veía era justo lo que parecía y al poco notó salir del despacho al paciente que mientras ella charlaba; se visitaba y éste tomaba asiento de nuevo a la espera de sus recetas.
Esa operación la hizo un montón de veces hasta que pasó casi la hora desde que Marco Antonio esperaba. Volvió a aparecer de nuevo la asistenta para hacer entrega de las recetas y vociferó tantos cuantos habían pasado por el doctor en el último ciclo. Antes de retornar con el facultativo, confirmó que los próximos en acceder al despacho serían los números setenta y dos y el siguiente.
Martina Churret, haciendo un gesto de despedirse se levantó de su lugar y entró a visitarse. Todo iba encadenado, no había tiempo para el bostezo, aquello era como el supermercado de la salud, entrabas y salías como petardo encendido. El Gran Prix de los Sanados. La señora no estuvo más de minuto y medio frente al matasanos y salió rechiflada a esperar.
__ Lleva usted el 73;
__ Si doctor, quiso comenzar a presentarse y explicar lo que le ocurría y le cortó con una voz fortísima, casi de tenor.
__ ¡Dígame que síntomas tiene!
__Me duele al tragar, tengo fiebre y estoy medio…
__ Ya puede salir, espere fuera, gracias; la enfermera le dará su jarabe con hidrobromuro con anti expectoración, se lo toma cada seis horas
__ Oiga… pero, quería explicarle
__ Por favor salga y espere fuera, no es el único malito de este caos, con esto que le receto, se le irán los mareos, las fiebres y la tos. ¡Salga por favor!
Marco Antonio, con una especie de sonrisa burlona y con sus achaques de griposo apareció en el patio de butacas y tomó el mismo asiento que había dejado libre pocos instantes antes. La suerte estaba echada__ pensó __ “ en poco… el antídoto de aquella crisis febril se iba a atajar gracias a los conocimientos del doctor “prisitas” y a los desvelos que tenía por todos sus pacientes “
Volvió a abrirse la puerta saliendo la adiestrada enfermera con todas sus cartillas que entre voces iba haciendo la nombradía de cada uno de los que allí esperaban para recogerla. Correlativa la entrega, del mismo modo que fueron las entrevistas con el Doc., Marco se situó tras la señora Martina, haciéndole un gesto de aprobación educada.

Al llegar a la farmacia del barrio, Marco Antonio presentó la receta para que el boticario de toda la vida, el ínclito Blas, le sirviese los medicamentos.
__ Hola; buenas tardes Blas, sírveme esto que estoy que no me tengo en pié.
__ Hola Marco, que tal tu por aquí ¿estás griposo? ¡Venga dame esa receta que te vamos a dejar nuevo!
Blas se quedó unos instantes repasando aquella relación extrañándole la medicación que el Doc. Le había enviado para el “trancazo” que llevaba encima, ojos llorosos, semblante febril, tos perruna, tiritones y estragos y sin entender miró a Marco

__ Porqué visitaste al médico, ¿Por la gripe? O por otro motivo que no me has dicho. Ya que esta prescripción no…corresponde para nada con tu estado presencial__ hablaba Blas mirando a Marco intentando descubrir algo.
__ ¿Por qué me dices eso, Blas?
__ Si te tomas esto que te ha enviado el Doc. Tendrás que ir al Hospital Comarcal, a que te hagan un lavado de estómago, porque te ha recetado un champú íntimo para desinfección de las partes sexis de las hembras.
__ ¡Me dijo el médico que era un jarabe! Antitusígeno que llevaba todos los componentes para este cuadro vírico que llevo
__Pues, querido Marco, estamos a viernes; tómate unas aspirinas y métete en la cama este fin de semana para sudar este estacazo y el lunes te vuelves al internista y que vea lo que hace y lo que te ha recetado. Además, observo que hay un error, se han alterado las recetas, el boleto indica en favor de: Martina Churret.

Lo que significa que esta dama lleva tu jarabe.
Estaba pensando_ dijo Marco Antonio en voz alta__ “menos mal, que nos conocemos y siempre que me recetan medicinas, preguntas para… y en base a que las tomamos. Si no hubieses estado interesado sobre la medicación con seguridad, me hubiera tomado una cucharada del lavatorio íntimo femenino y al rato me hubieran tenido que hacer un lavado de estómago “”
Bien dices Marco__ siguió argumentando Blas__ “Imagina a la pobre Martina si no tiene un licenciado en farmacia de confianza, que atienda y aconseje en las prescripciones, o no tiene por costumbre leer los prospectos de los medicamentos que los doctores recetan. En estos momentos, ella se ha lavado el altramuz pelusín, con un jarabe dulce, que en lugar de quitarle la infección vaginal, le está adobando todas las afecciones de los bronquios por vía rectal “

jueves, 28 de octubre de 2010

Cinco por ocho; mas uno



Me faltan cuarenta y uno
para llegar a los cien
es una cifra redonda
que no se si alcanzaré

Aún no me veo viejo,
ni roto ni desconchado
quizás no hagan falta tantos
para descubrir el llanto

Ese lloro que producen
los olvidos y quebrantos
la decadencia es oscura
y comporta desengaños

Se escaparon entre los dedos esos
verdes años soñados lo mismo que ahora les pasa a esos bienaventurados
Que a veces les miro y reprocho
porque muestran desencanto y desprecian el día a día
con requiebros derrochando,
sin ver que se les caduca
el óleo entre las manos

Conforta el oír:

¡la edad no importa!

Cuando esa opción propone no tener más hipoteca
que tú propia decadencia
lo pasado que no vuelve y ...la que llegue que no sabes

Quizás no hagan falta tantos calendarios para disfrutar la vida
siempre que la hayas vivido con la mirada hacia arriba
dando lustre a los momentos y dicha a las compañías
que han cruzado contigo, calles, carreteras y campiña

Aún no me veo viejo, ni roto ni desconchado
pero a poco que te esperes me verás en ese retrato
y seguirán argumentado: ¡No envejeces, eres un mozo!
¡No pasan tus anuarios!

Aunque no sean sinceros …para no hacerte daño
me quedan cuarenta y uno para ser un centenario
si quieres saber mi edad aplica el abecedario
y si no quieres contar….
¡pregunta!… ¡pregunta ... Pero tú; estás en el contagio

La Antena

Quiero instalar una antena
más arriba del talento
y cuando reciba señales
las ubique en el momento

Muy alta, que sobrepase a la luna
potente como ninguna
para que emita muy claras
los romances de sus dunas

Por ella he de saber
por ella he de enterarme
cuántas vidas vive el mar
en su constante romance
entre sus aguas saladas
y el valor del navegante

Que emita noticias muchas
y traslade sentimientos
que nos enseñe el trasfondo
de los habitantes del cielo
que quiero tener contacto
con aquellos romanceros
sentir sus inspiraciones
y leer todos sus legos

De ella quiero valerme
de ella he de saciarme
si las estrellas brillantes
esconden entre sus lances
poesías deliciosas
narraciones penetrantes

Así que le pido a mi alma
que es realmente mi antena
pueda transmitir mi gozo
traducido en estas letras
intentando que penetren
desde su cobertura extensa

miércoles, 27 de octubre de 2010

Lo que aprendi de...

Con los años se comprenden mejor los sucesos, se reviven los episodios y se recuerdan los instantes pretéritos. En la mente de un niño no pueden asimilarse estilos que aportan terceras personas con las que se relaciona; porque es una práctica permitida desde el balcón de las vivencias, cuando ya has acumulado algunas decepciones y se vuelve la vista atrás en señal de contrición.

Su confianza frente a la vida, sus silencios sonoros, sus palabros ilusorios, sus jeribeques, ese enarcado de cejas, me obligaba a reír creyendo que lo hacía para darme ejemplo.

Aprendí de él; a tener sosiego, a leer parándome en las comas y puntos, deducir lo que pronunciaba. Tuve vivencias emocionales fantásticas, me dio pescozones y algún tortazo perdido aterrizó en mi cara para indicarme que tras las amonestaciones no cumplidas, llegan los correctivos disciplinarios.

Ahora le imagino sermoneándome, cuando me maldecía por cuestiones de distinción, de educación en definitiva por urbanidad. Con pura lógica de no permitir nada que no fuese menester.
Su voz grave llegaba a ser incluso estridente, cuando trataba de alzarla para ofrecer más severidad y conseguir con ello más crédito. No era un hombre dictatorial al uso de la época; pero en aquellos días los parámetros y los modos estaban impuestos. Tenía entre sus virtudes una: escuchar siempre; prefería callar cuando las alteraciones verbales se dislocaban. Esperando a que las aguas volvieran a sus cauces; jamás le vi discutir y no guardaba rencor en ningún caso.

Procurábamos encontrarnos los dos para disfrutarnos, yo; para preguntar siempre; y él para recitar esas leyendas preciosas que tanto me emocionaba; más que eso, llegar a lugares inesperados y disfrutarlos, sin la necesidad de menearme del suelo. Conseguía ciertamente, colarme en la ficción, en la patraña, en la conspiración. Esos instantes eran felices, los gozaba como nadie. Hizo de mí, que tuviera gusto por las pequeñas cosas, que me fijase en los detalles más difusos y degustara de la lectura en general.

Era mandamiento, o como se le llamaría ahora: ley. El que tuviera preparado uno de esos relatos; que sin duda los vivía en su cabeza y además de describirlos los transfería con su voz. Coexistían satisfacciones pintorescas, camufladas entre lo cierto y lo irreal; epopeyas de su propia vida, mezclados con destellos de ambición inconclusa; que de otro modo, si no hubiesen estado camuflados, no hubiera tenido valor para declararlo.
Sabía encubrir sus estimas imposibles , embelesos en batallas, y aguerridos sueños, con aquellos personajes, siendo él mismo protagonista de sus andanzas, y sus coqueteos con las princesas, o las grandes señoras que intervenían en sus fantasías, a menudo llegaban a hacerle cerrar los ojos y suspirar por aquello que de lo que podía haber sido… y no fue.
Me mostró las herramientas para imaginar despierto, compaginándolo con otras tareas simultaneas, a construir castillos en el aire y llenar mis alforjas de ilusiones, a tararear en las esquinas estribillos populares, a dibujar mi vida en cuadritos de colores, a ser este iluso que llevo dentro.

Aquel viejecillo, instruía, corregía, y regañaba; se hacía querer y valorar, más allá de lo que es el parentesco. Aquella dulzura agria que exportaba recalaba en lo más profundo del que le daba oídos.
Sin pretender ser un “siete ciencias”, carente de presunción y de protagonismo llegaba a convencer.
Que poca importancia se le da a lo relevante, o como se nos escapan esas sensaciones sin darnos ni cuenta; jamás se volverán a repetir.
¿Quien se ha parado un instante a pensar en él?
Realmente si no hubiese sido por esta circunstancia, no le recordaría y seguiría omitiendo a quien intentó que la fantasía, la fábula, la letra se enterrara en mí.
Depositó la semilla de lo que luego he intentado hacer. Que inventara pretextos e ilusiones.
Ahora que me lo habéis permitido destaco esos aprendizajes, ni siquiera valorados y que con nadie más llegué a cultivarlos.

En esta hora sea yo; el que con más posibilidades que tuvo él, pero con menos gracia, aptitudes y talento, realce su nombradía, y lo deje dónde siempre le correspondió; en mi recuerdo.

jueves, 21 de octubre de 2010

Con los cinco me basta


Como podría contarte, ese ímpetu, esa emoción, ese grado, el propio deseo; la necesidad de besarte.

La mala fe de tener que robarte ese piquito, ...o ha de ser programado,

Permíteme, ser sincero y descarado, si así hemos de llamar a la naturalidad.

_Atrévete, a emocionarme, necesito tener un subidón, pero no seas grosero_ respondió la duda

No lo sé con certeza, llegado ese momento se vería, es cierto, pero a priori, sabes que los hombres proponemos y luego Dios, no siempre dispuesto, deja a la mujer disponer, y me pregunto cuando estoy a solas, en mi otro yo , ¿Dios eres tu?

O quizás eres empleada del cielo en su delegación de la tierra, y vas vestida como mujer, con esos ojos tan bonitos, ¡Sí ya sé! …a veces te pones lentes, aunque sea para leer, pero cuando hablamos, o nos miramos, te las quitas, cosa que yo no puedo hacer, en fin no quiero desviarme de lo que he venido a decir.

Había intentado levantarse aquella mañana, de hecho el despertador sonó y alargó una mano desde el interior de las sábanas, pulsando la tecla retardante, esa que alarga o engaña un poquito a los perezosos. Se cortó su soniquete quedando en manos de...

En este momento grisáceo de invierno, recién acabado mi café, con unas ganas locas de acariciarte, sentir aunque solo sea tu voz, pero vivir ese instante, sisarte el tiempo, y tu sabrás hasta dónde podremos llegar los dos, con esos deseos irrefrenables ¡Bésame sin prisas!

Igual nunca me lo dices, porque esa es otra cosa que tienes, que lo que yo pienso tu quieres saberlo, pero cuando se trata a la inversa, siempre envías el mensaje que incumbe, el que hurga, el que queda sin explicitar, el que nunca me da esa rienda suelta para decirte.

_¡Así es como te gusta! Volvió a asentar la duda.

Seguía sumido en sus sueños, se había vuelto a quedar en las profundidades del mundo de la alucinación, los neurotransistores de su cerebro le enviaban una especie de opiáceos naturales de su propio organismo, y se sentía químicamente amoroso. Su mente le iba racionalizando ese pensar.

Es como lo desean la mayoría de las mujeres. No voy a discutírtelo, sabes, que normalmente llevas las de ganar, y con esa premisa comienzo.

Hecho el preámbulo, y para que entiendas lo que quiero referir en este sentimiento son los puntos precisos de un beso, lo mínimo requerido para besar a una reina, a una princesa que eres tú.
A la diosa de los arenales de la playa y a la misma que gobiernas la inmensidad de los mares.

Dice la canción o el dicho español: "¡La española, cuando besa…es que besa de verdad!”
¡Espera que lo silbo para ti! Y sin más y aún estando dormido, se escucharon unos sonidos.

Sin embargo, jamás menciona al varón, debe ser una practica machista, heredada de los Griegos y que no es modoso, el que un hombre pueda sentir las mismas sensaciones que disfruta una mujer, o no es de recibo, el que podamos llegar a ser un poquito mas normales y directamente digamos en confianza, muy cerca de los oídos, casi rozándote con los labios en la redondez de tu tímpano, lo que sería una divinidad. En la forma que me gustaría me besaras….

Cuales serían mis cinco espacios al besarte; como prepararía si pudiera, ese instante, a pesar, que se de buena tinta, y no es que nadie me lo haya contado, que por suerte, llega sin aviso, y lo entregas, y ahí permanece. Cuando es recíproco el gusto, no hay más que decir... y cierras los ojos, y quedas con el embeleso delicado del paso de una nube celestial, que te roza con la pluma del sosiego, de la quietud, de la verdadera y absoluta complacencia ¿verdad?
Es la certeza mayor que conocemos.

Te preguntarás y éste tipo, como se atreve a decirme esto, cuando nadie le ha pedido opinión alguna, sabes que la singularidad de un beso, se mide por el inverso deseo del segundo, multiplicándole el porcentaje del ansia del primero con la hipotenusa al cuadrado del cateto del varón elevado por la gracia matemática de la fémina; es dato áureo de las sensaciones de la ternura y da como resultado un torrente de felicidad; ¡Un beso!

_¿lo sabías, verdad?

Voy a continuar con tu indulgencia, que es a fin de cuentas, quien provoca estas sensaciones tan normales en mí._ seguía hablando en sueños.

Resumiendo mi tesitura, basta con un roce de labios para que sintamos un estruendo de bienestar, podría instaurarlos en cinco puntos de los cuales, son de cosecha y denominación de origen. ¡Son tuyos! Tómalos

1. El deseo primordial.- químicamente amoroso; acción llegada repentina, o no calculada y siempre en proceso de elaboración, por la propia atracción hacia ti; y en mi mismo, irrefrenable y latente, ni más pero nada menos que lo esencial de lo que destilas a distancia, imagino la sensación de los trechos cortos.


2. Análisis Sensorial.- Sensual, visual, olfativo, táctil auditivo, incluyendo la del gustativo. Instantes previos a la ejecución, propiamente antes de pasar a la acción, consecuencia de lo pensado, y trascendencia de la actividad a emprender.

3. Matiz Geométrico.- Imaginación del itínere; cómo actuaré, y de no pensar en las consecuencias, sólo dejarme llevar por el instinto humano, ante lo que conozco de ti, sin importarme nada más que tu concurso, de tu ideal, de saber llegar a lo que está previsto, de llenarte el respiro, y tu; no hacer de esa descriptiva de nube, una transmisión concebida de dislate, hacerte llegar el deseo hasta los tuétanos.

4. Ejecución.- El mimetismo, el encanto, el dejar que las dos entidades, lleguen sin forzar, el instante del contacto, de ese rozar de labios, sin la fuerza el imán, en la comisura de las orillas de la liviandad, del compromiso en el mimo, del beso en su máxima expresión, del encanto divino vivido, de ese instante imperecedero e imborrable, de la casualidad no casual, de lo permitido sin permiso, del descuido con cuidado, de lo legal sin contratos, de lo verosímil, sin menoscabo, de lo insistente sin persuasión y dotado de hermosura, de mi avidez, de esa chispa de locura.

5. Regocijo de dulzura.- tras el acto, junto a tu piel vuelvo a sentir la pasión, como cuando bailamos de forma hipotética, sin música, y nos vemos reflejados en las sombras, como si fuera una batalla bonita vivida, abrochando mi cuerpo, viviendo de verdad, ese instante ansiado, llevando la impronta del sabor, ver perturbadas esas pasiones, que andan regalando misterio, siendo feliz por amor a la vida, viviendo afinado como las cuerdas de tu guitarra, regalando mi felicidad a granel.

La canción cubana de:"Carlos Puebla" diría cinco puntos, cinco son….Ni uno menos ni…uno más. Si quieres los aceptas y si no ¡¡ chirrín.... chirrán !!

Pero yo no llego a tanto, es simplemente una reacción personal, si no me conoces, cada uno es cada cual; normalmente soy un tipo bastante campechano, y lo que tengo es confianza en mí, para afrontar esto que me atrevo a declararte, estoy convencido que me comprendes... y así vivo: ¡¡ Voy a besarte… !!


Pasados los seis minutos, que regala el despertador musical, en su intervalo de alertar: interrumpe con estrépito en el instante, que iba a consumir aquel beso.

¡¡ Buenos días, son las seis de la mañana, hoy jueves Día de los enamorados, os despertamos con una Canción de Rubén Blades interpretada por la Orquesta Platería……. La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida. ¡Disfrutad de la música! ... del momento ¡ hazte un homenaje amigo !

viernes, 15 de octubre de 2010

Esos gritos de ilusión

La vecindad en el barrio le gritaba
¡Chalada!
Por dirigirse al cielo en sus alegatos
en sus penurias de desamor y desengaño
más cabe decir que la locura es
cordura incomprendida del ánimo
substancia manifiesta de la razón
para dejarte el alma en reposo
y ser feliz a plazos cortos

La vecindad en el barrio le gritaba
¡Excéntrica!
Por suspirar descarada y creerse muy amada
desde más allá de los cielos venerada
con sus nubes y borrascas alteradas
entre las cumbres asociada y
con los vientos cortejada
le llegaban las respuestas a su pecho
con atisbos de ilusión para su cuerpo



La vecindad en el barrio le gritaba
¡Chiflada!
Porque su vivir desencantado le arruinaba
por la ausencia del amor que ella esperaba
en su maltrecho corazón empobrecido
desentonado por el vicio del olvido
anhelaba el encanto enloquecido
de un requiebro maldecido
que regara de esperanza o enjuagara la venganza
de aquellos días que fueron
más que días, mundos bellos



La vecindad del barrio le gritaba
¡Loca!
Por esperar cada noche a ese pincel iluminado
por las caricias ausentes que traen los sosiegos
por los divinos momentos que ya son historia
por lo que pudo ser y se quedó en el fruto
por el ser que siento y por el que lamento
y porque aunque no lo parezca
vivimos en un mundo de desalientos



No estaba loca, ni chiflada, ni sonada
ella es la misma vida, que presenta su tarjeta de visita
que aparece sin mediar, sin pedir cita
y se queda en la casa de invitada
sin permiso ni razón justificada.


jueves, 14 de octubre de 2010

¿Cómo somos realmente?

_ ¿En que soy bueno?

Buena pregunta...

y cuando tengo que pensarlo sin hallar la respuesta rápidamente, significa que: si lo fuere.

¡Es en poco!
… y aún si; existiera esa probabilidad.

No lo recuerdo.

¡Mira!
¡Déjate de pamplinas!

Que aquí, de lo que se trata es de decir nada más que la verdad.
En ... que te hagas unas preguntas y las respondas así, como el que no quiere la cosa, sin colores, sin medias palabras, tal y como debe ser, tan claro, como cuando te auto censuras.

Entre nosotros, decir que soy bueno en algo, es muy fuerte, porque de verdad, no apetece mentir.

Podrías haber formulado la pregunta al revés ¡Qué defectos tengo! y hubiese sido muchísimo más legal la réplica y más vulgar, inclusive, no me llegaría a herir tanto.



A pesar de ser tan presumido, como dicen que soy, lo que significa, que debo serlo, ahora mismo, no me apetece poner florituras, para responder, y si me hago autocríticas, es mucho más venial, debido a que queda en mi, sin censores, ni testigos.
Es más sencillo; recriminarse, diciéndonos a nosotros mismos; interjecciones y onomatopeyas de reproche. En esos análisis, jamás queda dolor que no se mitigue, porque entre otras cosas no solemos castigarnos con contundencia, en el fondo no queremos ofender al otro ¡YO!




Frente a nosotros rie por lo poco rigurosos y por lo falta de sinceridad, al no haber testigos la cosa es como muy irreal, de ser hipócritas.

Como individuo, trato de ser comprensivo, amable y educado, aunque a veces te enfrentas a situaciones y prójimos que no merecen más que el amparo del cielo divino y cueste más que respirar mantener las leyes de la urbanidad presentes y floridas.

Mi comportamiento frente al mundo, es el de ir con cuidado, para salir lo menos dañado posible de los avatares diarios.
¿Eso es ser bueno?

En el plano profesional, cumplo como cualquiera, practicando con las normas indicadas en los cánones de la sociedad. Hago bien mi trabajo, para poder vivir. De otro modo me pondrían de patitas en la calle. No tengo absentismo, porque gracias al cielo, no estoy demasiadas veces enfermo, no soy ludópata, no consumo estupefacientes, no bebo.

¿Eso es ser bueno?

Con mis amistades y allegados, procuro que se lo pasen bien a mi lado, porque ellos, me hechizan, me llevan y me traen, disfruto de sus compañías, de sus risas, de sus atenciones, de sus encantos.
Cuanto más felices les percibo, mejor me hallo. Les veo, observo y pienso, que los menoscabos que detecto, son iguales que los que me soportan descubren en mí. Si permites; a veces se sufre más por los demás que por uno mismo.

¿Eso es ser bueno?

Llegando a una conclusión: si lo pregunto es porque yo mismo dudo.
Entonces con sinceridad, bueno no llego a ser en nada y a Fe de Dios, ¡Me gustaría!
Soy imperfecto y corregible, un tipo que trata de ser feliz a toda costa.
En eso: ¡Soy bueno!

jueves, 7 de octubre de 2010

Todo se paga en la vida

Bruno, no había vivido hasta este momento una situación como la que se originó, un día del mes de mayo de cierto año, recordaba que era último viernes del mes, circulaba en su coche con destino a enclaustrar a Gertru y como primera parada la oficina de la Caja Rural, para reponer algo de dinero, no podía dejar de pensar, en como se había mezclado en semejante lio, enredarse a ayudar en un asunto que a él no le concernía, por lo que sojuzgaba la opción de pactar una salida honrosa para todas las partes, en el recurso de ubicar en una Residencia a la causante de todos los problemas que se ocasionaban dentro de aquella familia.

No había jornada en el último tiempo que no recibiera quejas y actos desequilibrados por parte de Nelly, amenazas de fuga de la vivienda que a la vez compartía exclusivamente con su propia madre, la que le había favorecido durante toda su juventud, había soportado insultos y malos tratos. Entre aquellos llamados hermanos, no existía ningún tipo de apego, ni digamos cariño, ese sentido había estado ausente siempre. Las broncas por el dinero, por desacuerdos siempre relativos a quien debía soportar, guardar o vigilar a la mama, no eran más que trabas domésticas y egoístas para escurrir el bulto y dejar las molestias y el gasto para el más tonto.

Llegó al barrio, cercano al medio día aparcó su coche y miró a su alrededor, el sol calentaba medianamente, con gesto decidido apagó el motor y salió del vehículo. Caminó como dos calles hasta que entró en aquella oficina de la entidad bancaria. No tuvo tiempo para nada más. Cayó fulminado.

Sin movimiento de extremidades, sin perder la respiración pero dejando este mundo en otro grado, como si fuese un condimento vegetal. La gente arremolinada a su alrededor trató de ayudar sin éxito, quedó en estado comatoso, agónico, no podía enviar mensajes al mundo, sin embargo, él si recibía y escuchaba todo lo que a su alrededor se entablaba, conversaciones, gestos, opiniones, insultos y descalificaciones.

Quedó absolutamente inerte con su conciencia, únicamente le funcionaba su razón, el resto había quedado apagado y ese estado le llevó a una muerte física con vivencias dolorosas y punzantes, sin poder llorar ni reír, incluso ni dar muestras de que su lucidez seguía incólume

Mientras le atendían en el pasillo de la entidad, su mente le perdió por vericuetos fantásticos y comenzó a elucubrar, a recordar hechos, detalles que habían sucedido en la parte última de su vida, en los que se creía íntegro. Corriente que le arrastraba por laberintos erráticos con una potencia brutal, viéndose causante de todo aquel aliño de penurias.

Pudo analizar su comportamiento, viendo culpas cruciales, dónde no acertó ni de lejos, observó la falta de coherencia en puntos sutiles, toques de egoísmo y de maldad, remordimientos que se guardaban en su tintero íntimo, ausencia de valor para pedir perdón en las ofensas, envidias miserables y mezquinas, atajos injustos para evitar la verdad, excusas cobardes con ánimo de aparentar. Opciones baratas para ser el mejor sin merecerlo.

Aquel cuerpo inerte, que ya estaba siendo transportado en una ambulancia hacia el hospital cercano, sufría no por el dolor de su embolia, más bien por los remordimientos que su cerebro le condenaba a masticar
_ Hola, como estáis.

Nadie respondió al saludo que esperaba Arelys, aguardando en aquella sala de estar.
Los pasos que escuchaba procedían del pasillo, al cabo apareció Gertru, un cuerpo henchido y penoso, sin mirada fija y sin intención de echar vistazo, engalanada y con la ropa a tono con su presencia.

_ Que tal Gertru, ¿Cómo has pasado la noche? _ Se le acercó y le dio un beso en la mejilla. Tomando asiento a su lado.
_ Menuda Residencia, que lujo dónde vas a vivir, ¡Qué bonita!

_ ¿Dónde voy a vivir? O dónde me encerráis _ respondió Gertru con desgana

_ Ya sabes, la vida es así, no puedes estar en la casa, tu enfermedad, tus medicinas han de estar en punto, tu comida, todos trabajamos y nadie puede hacerse cargo
_ Nadie puede, ¿nadie quiere? Y por eso me sacáis de mi propia casa. Dejadme que sola me apañaré y si no es así, cuando llegue la hora sin despedidas diré ¡adiós! Recuerda que todo se paga aquí, al final todo se purga en esta vida.

_ Tu hija, Nelly, no puede contigo, aunque creo que no quiere o no te soporta y los demás pues realmente tampoco queremos. En parte te lo has buscado, no haces bondad y no eres una mujer juiciosa, eres ludópata y te pasas con el alcohol. Vas a la tuya, no te cuidas y cada día cometes más impertinencias, no podemos dejarte sola en la casa, te dejas el gas abierto, te marchas y dejas la puerta de par en par, cualquier día nos buscas la ruina.

_ Eso es mentira. ¡Se lo inventa Nelly! Aparenta ser buena persona, y es un veneno lento, muchas quejas de todo pero cuando estamos a solas de da una somanta de palos y me reboza a golpes. ¡Anda pregúntale! A esta mosquita muerta. ¡Dios, la castigará! No lo podré ver pero si lo disfrutaré. Al final todo se purga en esta vida.

_ Tenemos que marchar, nos esperan en "La vida es dulce", iremos con mi coche, está en la puerta. Esperaba que fuese Bruno el que nos recogiera, ha debido tener algún inconveniente, normalmente es muy atento, es raro que nos deje tiradas sin avisar, además tenemos un trecho hasta allí. ¡Anda vamos!

Arelys mira por el espejo retrovisor y ve la calamidad que transporta a un lugar dónde sabe cierto, que será última etapa para Gertru y que desde ese instante habrá un punto de inflexión, antes de la dulzura que proponía el nombre de la residencia “la vida es dulce” y a partir de ahí.

Al llegar al centro, el portón se abre, el ingreso es inminente y todos aquellos residentes del jardín que están sentados tomando el fresco, les revisan como bichos raros, otros les inspeccionan desde las inmensas cristaleras y todos recordando su propia desgracia, imaginan en sus medidas que es una nueva incorporación, otra desgraciada, o quizás otro abandono.



Aquella ambulancia seguía circulando a todo trapo por las calles de la ciudad, camino del Hospital para depositar aquel pedazo de cuerpo humano, que ya solo funcionaba parte de sus cableados encefálicos. No podía menear ni un solo músculo, ni siquiera notaba aquel aire tan rancio que entraba por los resquicios de aquella camioneta que vertiginosa llegaba a la enfermería.


_ Buenas tardes, tomen asiento en poco tiempo, les atenderán_ replicaba un conserje muy amable, comenzando la tanda de preguntas y dando una serie de datos referenciales para que atendieran a la recién ingresada. Aparece una monja vestida de blanco y no demasiado pulcra, que con cariño se dirige hacia la anciana

_ ¿Cómo te llamas? _Ella contesta de manera poco inteligible, la hermana prosigue haciendo el interrogatorio propio de romper un hielo francamente rígido, y vuelve a preguntar.

¿De dónde eres? _ Se oye otra respuesta confusa, afirmando que es española_ La conversación continúa poco fluida, obligada por la hermana de la misericordia.

_ Aquí casi todas somos extranjeras, _ dijo la Religiosa, sin recibir respuesta.

A los pocos segundos, ya habiéndole hecho un par de caricias y cogida del brazo ambas se dirigen al ascensor que les llevará hasta la primera planta, la reverenda tocada con su velo blanco que se ajusta, por el calor, y a la derecha Arelys, que afectada no puede tragar saliva, ojos humedecidos y el alma entristecida.


No todos representan estar afligidos, deben poner cara de felices para trasmitir seguridad a Gertru, necesitan demostrar estar floridos, aunque cueste.
Las tres entrelazadas del brazo, toman el elevador. La monjita vuelve a interrogar: ¿Cuántos hijos tienes?

_ Tres hijos _ contesta sin importarle. De inmediato Arelys la corrige y afirma. ¡Cuatro, son cuatro, madre!

Gertru miró a la hija con atisbo agradecido y se vuelve a ausentar en su silencio, como queriendo darle a entender, que faltan tres.
Dejando en el paréntesis, quien estaba siempre y cuáles eran los ausentes.

Habitación 103, la religiosa abre la puerta, la cama de la nueva, aún no está preparada y la hermana refunfuña entre dientes, al instante aparece una compañera de la misma orden, con los preparativos para componerle el lecho. La estancia es estrecha y tiene dos camas adosadas a las franjas de la habitación, con sendos armarios y un lavabo compartido, una ventana entre cruzada por una reja resistente, para que nadie pueda hacer lo que no debe y un perfume negro que delata la poca ventilación.

_ Esto es como un pequeño hotelito, cuando se acostumbre, estará muy bien _ Sentenció la gobernanta.

Quiso entender y asintió con la cabeza, afirmando que aceptaba de buen grado en la situación en que se quedaba su madre, mitigando desde ya, todas las diferencias y discrepancias con Nelly.

Aquella sala de espera la conocía, había estado en aquel salón en dos o tres ocasiones, mientras se preparaban los detalles, de información para el ingreso de Gertru, de ahí que recordó como Joseph, el hermano mayor ni siquiera participara en el trámite, ya que no se relacionaba ni con hermanas ni con la madre hacía cinco años. La otra ausente era la mayor; Marlene, que vivía en una ciudad lejana y la mala suerte la llevaba a destinos tenebrosos.
La promotora y más interesada en que se hiciera realidad aquella admisión, su hija menor Nelly, por lo que a sus instancias, su gran mezquindad y usurera personalidad precipitaran los acontecimientos y se quedaba con el erario y la paguita aseada de la desahuciada Gertru.

Lo habían situado sobre de la mesa de cirugía, no había reacción en su cuerpo, no podía presentar signos evidentes de que estaba en posesión del razonamiento, la cabeza trotaba con todos los tubos y cables que le pendían para indagar que cuadril patológico presentaba. Ojos abiertos, sin pestañear, buscando desde el fondo de sus pupilas el rincón castaño de los sueños.

Los médicos y terapeutas hacían lo que podían por hacerle pasar lo que ellos llaman técnicamente: la hora de oro. El paciente quedó en estado de catalepsia durante más tiempo del concebido. Soportando el color de todas las opiniones realizadas en conversaciones que se hacían en su presencia, sin poder dar su punto de vista, ni opinión, como si estuviese extinto, …como si fuese paciente de “ La vida es dulce “.



Cuando Bruno salió del coma, Gertru ya había fallecido, tan solo habían pasado setenta y ocho noches, nadie tuvo que informarle de los detalles que albergaron aquellos hechos, ya que él desde su catre de hospital, comprobó que …todo se paga aquí, al final todo se purga en esta vida.

un pintor poeta e intelectual



Joan Rodó al nacer Joan Odor al crecer


No pocos virtuosos y estrellas han cargado su pluma y atrevido a su arrojo para dejar constancia de lo que llega a ser tu legado creativo, artística senda de hombre sereno, diáfano a la vez rebelde y sencillo. Por ello con la más y cuidada verdad, siendo un humilde admirador intentaré airear y declarar un poco más, la calidad de tu alma, la sensibilidad en tu poesía y como no, el realismo como emprendes cualquier razonamiento.


Enlazas ilusiones con la textura fiel que imprimes a todas tus quimeras, regalándole esa pasión que muchos quisieran. Sobre tu pintura se han vertido ríos de prosa, de opinión, de originalidad que ni siquiera me atrevo a matizar por no arrebatarle a nadie conceptos y pensares y para ser sinceros por no repetirme.

Sin embargo, en este último tiempo que te trato con frecuencia y he compartido contigo, tantas horas de letras y de armonía, con el poeta, con el rapsoda que balancea prudente en el áurea de su enjundia, he notado en ti esa comprensión para los que te rodean y ese auxilio para los que envuelves con ese halo cariñoso, tan tuyo y tan grato que si no precisas pasa por alto de las estaturas originales, teniendo en cuenta la altura de Juan Rodó es llamar al verso y al lienzo por su nombre.



Pretendo con todo esto, ser fiel a mis principios, llamar y declarar a tus pinceladas como valores naturales, ya que a fin de cuentas a las bellas personas, a los grandes creadores basta con mirarles a los ojos y ver ese resplandor refulgente que regalan para aquel afortunado individuo que sabe acunarlo.

No existen dudas sobre el pintor, el poeta, ni el hombre, por ello con mi más sincera amistad y el más espontáneo de los afectos decirte: que ha sido un privilegio estar dentro de tu huella.

Inaguracion de Quedamos aqui

Imagen: Bareto Quedamos Aquí



Estos amigos emprenden una nueva etapa dentro de los negocios, con el deseo que todo les vaya ok, que trabajen bien y den buen servicio, que de eso saben un rato.
Conocimiento tengo que Jaume, tiene buena traza para hacer ese tipo de tapas que nos hace sentir lo bueno de la cocina mediterránea.





Imagen: Jaume y Reme, ¡que tengais suerte!......











Imagen de : Reme embaucando a la parroquia. Igual le está vendiendo un frigorífico a un esquimal y logra convencerle para que se lleve tres unidades.
Imagen: Vista general de Quedamos Aquí
Los de la zona, ya sabeis donde ir.
Lugar acogedor y sencillo, dónde podreis saborear de los manjares del tapeo

sábado, 2 de octubre de 2010

Exposicion de Garnica, Sánchez y Rodriguez en Massallera

Hablar de Retalls d'Art en Sant Boi, es mentar a la cultura en su amplia expresión, dado que en esta Asociación se aúnan escritores, poetas, pintores, cantantes, artistas todos que se reunen periódicamente para intercambiar sus puntos de vista, sus criterios y sus opiniones.
En este mes de octubre exponen tres de los componentes de Retalls D'art. Fotografías de viajes y de creaciones de variado expectro.
Diego Garnica, José Sánchez y Rosa Rodriguez.
Han quedado expuestas en el Salón de Tránsito de Can Massalleras para que el público en general pueda disfrutar de las tendencias de los diferentes y prolíficos autores.


José Sánchez, expone fotos de sus viajes por esos mundos, en sus trabajos destaca la diferencia entre culturas y razas, los mecanismos autoctonos que tienen desde tiempos ancestrales para poder subsistir.
Sánchez además de fotógrafo es autor de varios relatos de novela negra, en los que imprime su maestría para dejar siempre al lector boquiabierto y ensimismado por la espectativa final que componen en esta especialidad.





Diego Garnica, es además de un fotógrafo destacado, un cantante que interpreta música de cantautor y que borda en múltiples matices en sus puestas en escenario, sin olvidar sus inmersiones en el mundo de la pintura al óleo, llenas de una riqueza de colores y de detalles. Además de ser miembro destacado de Retalls d'art, es el Presidente de la Casa de Granada.
Aquí les invito a todo el que se quiera pasear por este certamen de fotografía en Can Massallera, para difrutar del arte que estos amigos reparten.


Sinergias sumatorias

Se había acabado una carrera de más o menos doscientas horas, los participantes, mujeres y hombres el lugar una ciudad catalana del Vallés. Sabadell. Las ganas todas, los esfuerzos dependía de cada cual, pero la confianza y el desarroyo de los acontecimientos ejemplar. Por no aburrir no daremos datos pero deciros que lo pasamos genial, vinimos los que pudimos, nos quedamos los que quisimos y acabamos los que aguantamos. Sólo hace falta mirar la foto para ver que el tiramisú que devorábamos era de chocolate y que a ver quien era el valiente que dijera : que no podía comer, ni siquiera un poquito. No os he de descubrir el genio que gastan las mujeres en tanto en cuanto, se trate de no saborear un pastel hecho por ellas. Como refiero en estas líneas, sirvan para dar un agradecimiento a la Instructora, que es la que más feliz se ve en la foto y la que más ganas tenía de finalizar con la instrucción. Al resto de amigos, enviarles un abrazo efusivo.

viernes, 1 de octubre de 2010

Ateneo Familiar

El Ateneo Familiar es sin duda lugar dónde es posible pasar un rato agradable bailando los domingos por la tarde. Acoge a un grupo de personas las cuales les encanta deleitarse con la música bailable y departir con sus amigos de los buenos momentos que ofrecen los diferentes artistas que amenizan la pista Rosa, con sus partituras y melodias. Canciones de todos los tiempos y fronteras, suenan para hacer bailar a todos los allí presentes, entre el ambiente de calidez y de bienestar solemos encontrar la amistad y el respeto que ayudan a pasarlo de forma preferente. Solemos asistir todos las fiestas de guardar, naturalmente aprovecho para que muchas de mis amistades descubran o vuelvan a redescubrir la atracción por " bailar", por encontrarse dentro de la magia que es danzar sobre las baldosas brillantes, como si debiéramos recorrer toda la sala entre pasos y movimientos aducidos por los sonidos de las notas musicales que van marcando el tempo.


En esta ocasión, invité a mi buen amigo y cantante Mario Manuel, a que disfrutara de todo lo que refiero, además de que pudiera darse el placer de danzar y rumbear en uno de esos momentos mágicos. Lo chaló tanto, que hubiera subido al escenario, sin la menor duda a cantar alguno de los boleros que él interpreta tan maravillosamente. El comentario suyo no fue otro que el de "sensacional" respetuoso y cálido. Se encontró situado casi en su Perú natal, allí en tierras de su Trujillo, evocando las canciones de Chabuca Granda, o de Eva Ayllón, todas aquellas inolvidables baladas, valses y boleros que sin duda le llenan de toda dicha, ya que a esos menesteres dedica su tiempo y profesión



Mario Manuel es un tipo amable y sincero, trata a la música como debe hacerse, rozándola, acariciándola, encubriendo toda la magia que destella al crearla, modulando cada nota para que además suene preciosa, pueda llegar al alma y embruje el tejido sensitivo al llegar a nuestros oidos, en una palabra gozando de ella. Por tanto al encontrarse en un marco tan bonito sencillo y acogedor como es nuestro Ateneu Familiar, se despertó en su persona esa gratitud y ese melodioso modo de sentir la vida, que le recordó a esos seres queridos que aún están ayende los mares y que evoca con frecuencia.


Ustedes me dirán bueno y a santo de que les hablo del Ateneo Familiar de Sant Boi, y de su amigo Mario Manuel cantante y músico. Sencillamente porque dentro de muy poquito el Ateneo cumplirá 100 años y merece la pena que recordemos esa efemérides y que no se nos pase por alto y tal y como mi amigo Mario, reconoce lo místico y lo bello de la entidad, que alguno de nosotros, los que estamos más cerca nos acerquemos y participemos de esas sensaciones que os transmito.

Además a fe de ser sincero, es ese motivo de hacer público, que ahí fue dónde pude disfrutar por vez primera, con aquellas películas de Ben-hur, o las inolvidables El bueno, el feo y el malo, de vaqueros, aventuras Hatari, que en aquellos años gracias al antiguo cine, pudimos los de mi generación soñar en que éramos soldados, aventureros o amigos íntimos de la chica guapa de las pelis....