viernes, 30 de agosto de 2019

para, San Ramón


















El tiempo se detuvo tan de paso,
con aquella experiencia de tristeza.
Fijando una verdad muy a la fuerza
inigualable imán, de ingrato acaso.

Se frenó tu respirar, llegó el fracaso,
tu vida se esfumó sin la tibieza,
y partiste sin más, con la pobreza,
y desilusión floja, inerte al raso.

La vivencia, no me detuvo el tino.
Es un estigma que doloso queda,
la vida me llevó allí. Mi destino

Fui responsable, de mi alma de seda.
Del sumiso calor del mucho atino,
y el que siempre, te ayuda. Aunque no pueda







miércoles, 28 de agosto de 2019

Colocado a dedo




Era media mañana, y aquel funcionario quería aclarar, y dejar firmado y bien atado el permiso de vacaciones que necesitaba. Le correspondía por ley, y estaba muy harto de sacrificios para la empresa, sin que le reconocieran a penas nada.
Además necesitaba liberarse de la presión de aquel tormento, en que se había transformado la labor en la oficina y encima soportar a todos los indisciplinados directores, a los cuales estaba sometido. Llamó al líder del proyecto por teléfono a la Central, para ponerle al corriente y cerrar aquel asunto.

Año tras año, estuvo aguantando, sin poder expresar su disconformidad y sus métodos, quizás más sencillos y sin el boato que otros usaban, pero consiguiendo sus cifras con lo más práctico, que era trabajar y aportar el conocimiento adquirido y la profesión, para la resolución de los conflictos.
Con lo que, igual aquella industria, hubiese ahorrado en zarandajas. 

Elías, ya estaba hasta los tuétanos de tanta falsedad y a toda costa, pretendía por lo pronto, tener firmadas la autorización de ausencia anual y salir de aquel pantano de controversias, reunirse con su familia y descansar. Sobre todo descansar.
Al inicio de aquella jornada, se puso en contacto con Roberto Birria, su jefe inmediato. El señor Birria, era uno de los dos, cabecillas intermedios.

Abanderado nefasto del departamento, que sumado al otro fanfarrón que competía en las cuestiones de organización, nunca llegaban a puntos definitorios y las soluciones las tenían que abordar, los que estaban por debajo en el escalafón intermedio de la jefatura. El ínclito presumido, que le acompañaba en el mando era, Saúl Farsante Sancocho, muy parecido en presencia al famoso torero valenciano Chévere Letona, el que enamoraba a las mujeres en cuanto le miraban, y con semejante parecido, no podía entenderse, como había llegado tan bajo aquel cínico y baladrón personaje. Contrario al matador de toros, creyéndose que era poco menos que Dios, y trataba a las mujeres del departamento, como si les perdonara la vida, sin educación y con un descaro no propio de un caballero.

Intentando convencer a los veteranos, con sus tesis, totalmente descafeinadas, por lo que intentó fastidiar no solo a su colega el señor Birria, sino que lo practicó con todo el departamento. Tan solo para presumir ante el Presidente de la Entidad, y dejar a todos sus colegas con un color añejo de incapacidad.
En «petit comité», lo bautizaron como lo que era: «un cerdo».
Dos auténticos pelotas, rastreros y «chupa ojetes» Don Birria y Don Chévere, ambos intendentes de sección de la firma.

Un dúo de descerebrados, e indignos figuras deslucidas. Usados por los semi- directores, aspirantes a Delegados en España, para que les hicieran las labores de baldeo domestico. Los que presentaban las listas del personal que sobraba, para el despido. Los artífices generadores de las crisis en la entidad. Los que decidían si éste, o aquel, se quedaba en plaza o debía ser destinado al punto más lejano de la geografía.
Impresentables, que habían conseguido sus puestos, a base de cargarse a compañeros, haciéndoles la cama y dejándoles con el «culo al aire» Como intentaron hacer con Cristina, una ejecutiva muy bien preparada, que a la hora de desprestigiarla, les salió rana, y por poco les cuesta su propia cabeza.

Creían que la ingeniera, que además dominaba tres idiomas, no tenía pelotas ni ovarios. Saliéndoles el tiro por la culata, cuando esta señora, quedó nombrada como Directora de Futuro, registrándose en el escalafón de mandos por encima de ellos, con mando ejecutivo y categoría fuera del Convenio.
Detalle que aceptaron de buen grado, como cínicos y falsarios, y cuando la veían de frente la adulaban e incluso la piropeaban—para mofarse de ella—, siendo la pobre, poco agraciada, con la belleza. 

Nada que ver, con su éxito como ejecutiva y organizadora, al someter con sus agallas y las pelotas que demostró, gobernando a tanto sinvergüenza barato, que les amargó la vida, hasta que comenzaron a dar resultado, simplemente por trabajar y cumplir con el horario.
Se acercaba la semana del Pilar, era octubre y Elías pretendía estar ausente de aquel Centro de Trabajo, el resto le daba exactamente igual, eso es lo que habían conseguido los dos artificieros de la sinrazón.
Acostumbrado a una norma, la que había antes, tan rígida y tan sin vibraciones, que ahora, con estos coordinadores, tan faltos de profesión, tan sumisos, con tanto miedo y con tan poca experiencia, dejaban mucho que desear.

Así que Elías propició, «muy Murry» y cicatero, la conversación con el sospechoso Roberto, para que le firmara los permisos, sin más pero, con la experiencia del veterano empleado, usó de las mismas fórmulas que ellos practicaban y con una noticia de ascenso inmediato, de un compañero externo, al que por cierto, le tenía mucha fobia, le entró a su responsable el señor; Birria.

Buenos días Roberto, te emplazo a que firmes mis vacaciones, tienes los documentos en tu poder, los remití hace dos días—Los necesitas todos ahora, precisamente—Instó el firmante, con poco gusto, y menos ganas de rubricar. Notando que debía disponer a un sustituto, para cubrir las ausencias.

¡Pues claro! No todo van a ser sacrificios, Trabajo para vivir, ¡Como tu, imagino! Aunque a veces, llego a dudarlo—Asintió Elías con desparpajo.
Hizo una pausa de breves segundos y le entró al señor Birria, con lo que sabía le iba a tocar los testículos, sin usar tan siquiera las manos.

Te has enterado del nuevo cargo de Director de Fábrica, que ha conseguido en buena liz tu amigo y colega Francisco.
¿Frank Protio?—, dudó Birria, al nombrarle—y se le escapó una onomatopeya díscola y cargada de envidia, intentando disimular.

¿Al final lo han ascendido?
Es prácticamente un hecho—dijo Elías—, no se ha hecho oficial, pero ya sabes que tengo oyentes en todos sitios, y lo sé de buena tinta. Se hará oficial, el viernes, en la Junta de Capacidad.
No pudo nivelar, ni evitar su disconformidad y demostrar sus celos, por la noticia del nuevo cargo, en el colega que menos esperaba. Aquel con el que nadie contaba, ni estaba dentro de la terna de los futuribles a apoderados. 

Otro artista de los pasillos y de los “chismes al oído”, otro fulano dedicado al «no comentes, pero que sepas», y —regalaba los oídos, con críticas y desatenciones.
Un gaitan desalmado, que buscaba cargo, prestigio y dinero, como ellos, los fans Roberto y Saúl, para colocarse, desde ya, en la posición destacada de los directores de la factoría.
Despacho y cargo apetecible, que todo advenedizo y petulante aspiraba ocupar y, entre los presuntuosos, estaba precisamente Roberto Birria, que a su vez se enteró de buena tinta, por boca de su empleado más desatento, y que insinuando tener poco valor lo conseguido, por su amigo Frank, volvió a la realidad y a la firma de las autorizaciones que tenía pendiente, recalcando con muy mala gana, como era costumbre en un desgraciado como era aquel pisaverde.

Dejando aparte, aquella «alegría trampa», que recibía por parte de Elías, con cierto retintín, insistió, sin modo alguno.
Aquí veo, mucho documento, para firmar, ¡Aclárate Elías!, por favor.
Atosigó el responsable. El disgusto, se había apoderado del jefe Birria, y ya obnubilado, no carburaba, «por otra parte, lo que pretendía Elías, en el momento de la rubrica», era evitarse disputas y preguntas, exigencias y negaciones. Así estando cabreado el capataz, con la buena nueva de su colega Franki, no haría preguntas, más allá de las que solía hacer.
He de firmar los de la semana del Pilar y los de la Navidad, ¿no crees que es demasiado? —le anunció Roberto Birria

¡Pues no lo es!—rebatió Elías, con osadía.

Llevo dos años, quedándome sin fiestas en octubre y en Navidad, desde la canción y el miedo del cambio de siglo, con el susto del que pasará.
Además, nosotros no somos insustituibles como los sois tu y Saúl, todos tenemos sustitutos y para eso los habéis previsto, o ¿No?

Continuó con sus cataplasmas, poniendo la misma voz acostumbrada de traicionero, y firmó todos los permisos, no sin anunciarle a Elías, el adelanto de sus últimas infamias, que con seguridad, las tendría pensadas desde tiempo.

En cualquier momento hemos de hablar, igual tengo una oferta interesante para ti y lo mismo, te interesa aprovechar. Las cosas se están poniendo muy duras y en el departamento empezamos a querer hacer cambios.

Pues cuando quieras, pero antes de esa conversación que propones, deja que pasen los días de permiso que has firmado y con eso, ya nos ponemos en principios del próximo año, y como dicen… quien sabe donde estaremos entonces, ¿Verdad?, igual tu ya ni eres mi jefe.

¿¡Qué sabes tú de eso!?—preguntó desquiciado el señor Birria, y Elías no queriendo entender y desviando lo escuchado, se hizo el loco, y no respondió.








lunes, 26 de agosto de 2019

Calles sombrías.



















He salido a las calles, ya están tibias,
solas, sin gente que les añada algo.
No veo la ilusión, mientras cabalgo,
sin apreciar saludos ni caricias.

Calles solas, muy tristes sin albricias
sin amor, sin pasión. Yo, como hidalgo,
petulante, buscando, corro y salgo.
denso de miedo, por tantas perfidias.

Que no son más, que el fruto de mi sueño.
Sus aceras, rebosan por mi historia
donde yo, reconozco cierto empeño.

Depravación muy frágil y notoria
donde nunca, jamás sería el dueño
de sus alientos, ni de su memoria.








domingo, 25 de agosto de 2019

Cena Irrepetible








Fue una sensación extraña desde la llegada al recinto. Un lugar donde habían pasado tantos momentos estupendos, que el recuerdo aún no había expulsado de sus lindes.
¡Cuantos años han pasado!, cuantas personas faltan desde aquellas fechas de la memoria. Tantas cosas han sucedido, lejos y cerca de aquel vergel.

Unas reales y otras, inexplicables, dejando una sucesiva carga de consecuencias que a pocos le importan, y a falta de las escenas reales, poco a poco se deshacen entre los periodos y los olvidos, volví a la realidad por unos instantes.

Salí al jardín posterior, donde una vez sentado en un taburete, celebrando una de las cenas famosas que he mencionado, perdí el equilibrio y caí de espaldas sobre un frondoso rosal, que aún estaba. Ahora, para recordarme el suceso.

Todo estaba casi igual. Parecía esperarme, la paciencia hecha mujer, perfumando el ambiente, con los racimos de uva verde, que pendían, sinceros y redondos, de las parras esparcidas sobre el tenderete de hierro, aparatoso artilugio que las aguantaba estoico, en su descanso amplio, para resguardarnos del sol.

La tarde fue andando en su transcurso y a pesar de ser verano, la luz comenzaba a esfumarse entre aquellos árboles.
Antonio y Estefanía llegaron, mientras Rosinda nos explicaba a Ana María y a mí, el despido del hijo del señor Paco, que su propio sobrino lo había despedido del negocio familiar.
La conversación cambio de tema, en cuanto llegaron a nuestra altura, saludando a los que habíamos llegado mucho antes a la cena que se preparaba para celebrar entre los amigos previstos.

No todos los habituales, ya que algunos ya habían partido hacia sus domicilios habituales, dando por finalizado el periodo estival y otros ya no existían y los echamos de menos, en no pocas ocasiones.

Tan solo estábamos citados aquellos colegas, los que Rosinda con mucha ilusión había llamado la tarde del día anterior.
Fueron llegando y saludando con esa alegría comedida de los educados, la nieta de Estefanía y Antonio, Emily, también se apuntó a la cena, y ya jugaba con los tres gatos de la finca: The Ordchard

Ni el intendente y su mujer habían llegado, ya estaban en Segovia, aquejados de una enfermedad de cejas de la dama.
Thomas Grainer ya difunto y su esposa Clarencia, no vendrían. Ella había dejado hacía dos temporadas, la amistad con el grupo.

Pascuale Silvetty, también estaba difunto y Nelida, tampoco estaría. Buscaba otros derroteros de relación, donde poder ocultar su edad y dejar esparcido su cabello mustio sobre sus hombros decaídos.
El esposo de Rosinda, Jhony también fallecido, era el que de los difuntos más presente estaba, su hijo Nestor, nos acompañaba en un vértice de la gran mesa y quizás también faltaba el amigo de cacerías de Jhony, José Garriancha, un ex cocinero del camping del Toro Bravo de la carretera de Casteldefels, en los años sesenta.

Se montó la mesa, casi a oscuras, iluminada por dos velas de cera de las opacas, en el jardín de los rosales.

La única flor que presidia la mesa era la de la anciana Doña Amable, prima de Rosinda, que con su gracia, explicaba sucesos de los años treinta poco más o menos. La más vieja, de todos los comensales, la mas jovencita, la nieta de Estefanía, Emily Bronteuse.

Miré hacia arriba, al cielo estrellado, y allí en uno de los rincones, estaban todos los ausentes obligados, no habían envejecido, los veía de la misma forma estupenda que cuando se marcharon, sin el permiso de ninguno de sus amigos.

Entonces comprendí que los allí reunidos, sumábamos entre todos 478 años, y que no se volvería a dar aquella cena del mismo modo, ni con los mismos comensales, en que se daba aquel verano de la gracia del cielo.

El lugar me recordó las ausencias, los olores de ocasiones anteriores, las frases de cada uno de los presentes y los ausentes, los comentarios y con aquellos recuerdos quisiera quedarme y que no se pudieran borrar jamás de mi memoria.
Aunque sé; que lo que pido, no se cumplirá.

Desde aquí, os recuerdo, amigos y me emociono intuyendo que no andáis muy lejos de nosotros, ¡Gracias por lo que nos disteis!








viernes, 23 de agosto de 2019

Célebre Librería, radicada en Valderrobres











Todo pasa, además se acaba pronto,las fiestas se marcharon, y no llueve.Agosto se partió, con diecinueve,años pasados, del siglo. ¡A lo tonto!




Mi ilusión se agregó, y yo, lo afronto.
¡Es verdad! Tu dulzura, no se mueve.Otro agosto feliz, primicia leve,con sueño que desvelo y no desmonto.




Presenté mi novela, muy a gusto,rodeado de flechazo candoroso.A ti, no pude verte, fue un disgusto.




Que luego resarcí, con cierto adoso.Tantos interesados, con regusto,dentro del trance de: Crimen dudoso












Agradecer a tantos amigos, que pasaron
por Serret, en busca de Crimen Dudoso,
y al propio Octavio, por las oportunidades
que ofrece a tantos heridos por las letras.




















miércoles, 21 de agosto de 2019

Concierto de Fiestas, Año 2019.







Lo habían pregonado por los altavoces, pero con el ruido de las fiestas, la barahúnda, que emite la propia gente, por las alegrías de los festejos, los mismos que van y vienen. La escasa potencia de los altavoces y la colocación limitada de los mismos, hizo que la mitad del personal interesado en el Acto, no conociera el tiempo de la demora, que aún gastaría.


Así que fue llegando la muchedumbre, y algunos—, cómo decía—, se encontró en la «Almendrera» un tanto despistado, al ver que los preparativos, no estaban oportunos.
El escenario y luces, no estaban dispuestas, para disfrutar de la ««Esmeralda Orquesta»». Preguntando al mundo—¿Que ha pasado?—¿No has escuchado el pregón?—respondió un amigo muy melómano.


Lo han pregonado, bastante ¡maño!


¡Bien; pues ni enterarme! De todos modos esperaremos. Me han dicho que esta orquesta, es espectacular.







La espera pasó en más de una hora, del comienzo habitual, de otros años, pero, ¡Sí!; se pudo celebrar la velada.. Pasó a ser de concierto tertuliano a excelsa y nocturna demostración musical.


Tela de sonido, cuando rompieron los acordes, nos quedamos indecisos, nos llevamos las manos a los oídos, y nos miramos y pensamos, «Aquí ni palabra, porque no podremos oírnos»








Hubo personal, que no aguantó el tirón y bastantes se marcharon en el mismísimo comienzo del espectáculo, los demás aguantamos, y es verdad, que el sonido era altísimo, pero lo que se aproximaba era de categoría.






https://youtu.be/uq6O1_OBNaM









Después en el tramo de noche siguió la fiesta hasta altas horas de la madrugada, con baile, música, y exaltaciones preciosas e inolvidables y si no; para muestra un botón.





https://youtu.be/DfeEPUIPF3E







Fiestas de Valderrobres
Agosto de 2019.
Emilio Moreno