He
hallado un taller alucinante
es
un lugar del cielo sin sombraje
donde
soy feliz sin pizca atalaje
y
alargan la existencia desafiante,
Necesidad
divina y muy andante
que
no enseña a morir, ni da mensaje
llegando
a mitigar todo ensamblaje
en
mi fábrica de vida aplastante
Taller
del que vengo y voy, con mi infancia
aprendiendo,
a vivir sin ser dichoso,
y
si lo fui, efímero en esencia,
es
porque así el deceso muy donoso
espera
cruel, su instante de importancia
para
llevarte apenas quejumbroso