viernes, 30 de septiembre de 2016

Es mi soledad




Déjate seducir por mi halo tierno,
confía en mí, llenándote de intriga.
Consigue concordancia mientras siga,
usando los rigores de lo eterno.

Me refiero a tu encanto gran amiga,
el mejor desprendido sempiterno.
Soledad, representas el infierno
el silencio punzante, mi enemiga.

Te aludo con mi verbo, te respeto.
Soledad de momentos necesarios
de aislamiento, poniendo un parapeto

frenando lo invisible a comentarios,
silencio y soledad sin ser secreto
para volver con mis ensueños varios











lunes, 26 de septiembre de 2016

Franqueza














Qué fácil es hablar y así mentir
diciendo sin pensar palabras necias,
expresar ilusiones no tan regias
destruyendo el principio del sentir.

Actores somos todos al fingir
pronunciando palabras tan egregias,
falsas mentiras dichas con miserias
tan solo por quedar bien y cumplir.

Quisiera ser normal con el falsario,
personaje que miente por costumbre,
soportar su amenaza de adversario.

Si supieran los reyes del deslumbre
que los ojos delatan al misario.
Dejarían de hablar de incertidumbres.





viernes, 23 de septiembre de 2016

Tus pastillas de la emoción



Aquel caballero, se había levantado de la cama, sobre las siete y media del día y tras una refrescante ducha se puso a desayunar, junto a su compañera, como si no hubiera pasado nada que no estuviera dentro de su ritual de ejecuciones. 
Tenia una costumbre de hacia ¡Ya! Varios años y era el acompañar su zumo de manzana y piña, con sus pastillas de la emoción. 
Aquella mañana se había quedado sin medicamentos por un error cometido a la hora de establecer prioridades y aunque no lo hubiera confesado a nadie, porque no tenía costumbre de ser comunicativo, ni abrirse absolutamente a ningún ser mortal. En la madrugada anterior había cometido un vil asesinato.

Dormían en la casa, y aprovechando la madrugada, salió de su vivienda, sin que nadie le viera. Ni siquiera aquella guapa mujer que yacía a su lado, todas las noches envuelta en un camisón de franela, color paja y que en ocasiones, se despertaba, interrumpía su dormir, la muy atenta, para ver que todo estaba dentro de norma, y que su "viejito", dormía como un peluche. Tomarle la temperatura, simplemente con la deposición de su mano sobre la frente, sin que su compañero se diera cuenta, y ver que todo estaba dentro de lo habitual. Le tapaba, si tenía las sábanas desplazadas y miraba desde su lado de la cama, como roncaba.

Cerró el portón con siete llaves y se fue a cumplir, el trabajo que le había encargado el director del Banco de Transacciones Rurales, Don Germinal Tesifonte. A cambio de una suma que en parte ya, disfrutaba en su cincuenta por ciento, en un adelanto que recibió de manos del banquero, en el mes de marzo pasados y que no había podido resolver, ya que su infiel y esposa, había ido a disfrutar de un viaje discrecional, a la Habana, con sus hermanas y primas.
Cuando llegó al domicilio del director, éste ya le había abierto la puerta desde dentro pudiendo penetrar en la alcoba de su mujer sin que nada ni nadie le impidiera su acceso. Artemia, la señora dormía, como una leona marina, destapada, y cayéndole la baba por la parte izquierda de la comisura de la boca. Con el rímel de los ojos, al no haberse desmaquillado, esparcido por los párpados hasta casi las cejas. Aparentando una echadora de cartas y visionaria del futuro. 
Con las gafas de leer, revueltas con su escasa melena en la frente, desplazadas por los meneos del sueño y con los labios embrutecidos de carmín rojo, que desbaratado le dibujaba en los mofletes una especie de boca sin dientes muy sangrienta. 
A su lado, en la otra cama, y muy a las claras, por la deforme postura que mantenía y la quietud inerte de un cuerpo inanimado. Yacía muerto Don Germinal. 
Por las huellas dejadas sobre el parquet de la suite, todo obedecía a que al entrar en la cámara el esposo, y viendo el perfil de "Arte", que así denominaba a su mujer, tropezó con el orinal que situado fuera de su lugar permanecía. Yendo a caer de bruces, con síntomas de un principio de angina en el pecho, sobre la colcha de camastro, quedando en la postura antes descrita.
Solo tuve que sacar el cuchillo de matarife que llevaba, y clavarlo sobre el pecho izquierdo de "Arte" produciendo un acceso de tos a la finada, para huir mientras sangraba sobre la alfombra de cachemir, del alojamiento de aquel matrimonio, con la prisa que llevan los toreros cobardes o los camareros del aeropuerto. Cayéndose al suelo algo que llevaba, sin precisar el objeto, por la prisa de salir del lugar.

_ ¿Has notado algo raro esta noche?
_ ¡Pues no!, aparte de tus ronquidos, espeluznantes ¡Nada!
_ No encuentro mis pastillas de la emoción. ¿las has visto?
_ Las habrás perdido en el asesinato.
_ ¡Que dices! ¡Calla y no hables! Pueden oírte ¿Que asesinato?
_ El de Artemia y de Germinal, que han quedado fritos
_ Me oíste, salir de madrugada ¿verdad?
_ ¡Como no voy a escucharte!, si haces más ruido que un sonajero
_ Yo no quería hacerlo. ¡Te lo juro!
_ Pues ha sido sonado ¡Cada día eres mas sanguinario!
_ ¡Como sabes que he sido yo! El asesino

La mujer, le acercó con suma paciencia el pastillero, donde guardaba las grajeas, y en el
apartado de a las píldoras, que tomaba por necesidad. Estaban todas, sin ingerir alguna.
Eran las medicinas que le hacían funcionar sin alterar sus costumbres, ni su estado anímico, las grajeas que le ayudaban a ser persona, a no perder el equilibrio mental, a no desarrollar sus tendencias novelescas imposibles de cumplir.








martes, 20 de septiembre de 2016

Lo que no cuaja














No sé lo que han perdido con mi marcha
ni les produje mal, ni me lo hicieron.
Un día de septiembre se perdieron
porque lo que no cuaja no se engancha

Si me pongo a pensar no cayó escarcha
testigo pongo al cielo ¡Ni gimieron!
La lluvia les mojó y no supieron,
aceptar mi amistad, porque les mancha

Espinoso y difícil ser tan franco
intimar con amigos sin sentido
y que entiendan mi verbo en tono blanco

Por ello comencé tan distraído
sentado, disoluto en este banco
hasta que conseguí todo el olvido









domingo, 18 de septiembre de 2016

Un japonés en Valderror



En aquel año de 1967, en el pueblo Valderror de Mentirones. No quedó prácticamente, señal de vida. Muy alejado, demasiado retirado de la sociedad y el consumo. A excesiva distancia de la primera urbe con ayuntamiento, colegios y almacenes de víveres. Situado entre valles y montañas, colindante en el mapa, entre las altas, altísimas serranías de Teruel y Castellón. Se cerró el pueblo a cal y canto por falta de savia.
Se había ido quedando sin vecinos, sin prácticamente habitantes por el sencillo motivo que todos se habían hecho viejos y morían, sin dejar descendientes y los hijos y familiares de estos, habían huido de la población buscando su medio de subsistencia. Al quedar el lugar, sin la más mínima posibilidad de sostenimiento.
Las heladas de aquel invierno dejaron secas a las oliveras y almendros, las carrascas y alcornoques, los nogales quedaron sin flora, incluso los pinos autóctonos, tan robustos y decanos dejaron de florecer por la quemazón que les había provocado semejante helamiento.
Los campos de trigo quedaron yermos, la alfalfa se desmayó, la cebada se la llevó la brisa, el centeno revertió sus granas espigas por los bordes de los caminos rocosos y sin cuidar. Los huertos de tomates y verduras sin control se tornaron silvestres y los escasos redivivos de los rebaños de cerdos y ovejas fueron vendidos con urgencia para que los propietarios de los mismos, pudiesen tener las manos libres y poder emigrar, sin echar la vista atrás, para buscarse la vida en otros lugares.
Los dos últimos habitantes, que desertaban eran primos hermanos, antiguos amantes y en la actualidad no se hablaban desde hacía muchos años. Matilde la madura y declina operadora del antiguo telégrafo y Mariano, el ministril, monaguillo y juez de paz de la arcaica población; emigraron: Matilde a Madrigal de las Altas Torres y Mariano a las estepas de la ciudad de Córdoba. La Córdoba no sarracena, la bella ciudad argentina, donde viven unos familiares que hace mil años no ve. Entregando antes el testigo de todo lo que dejaban a Tacanagua.
Tan solo persistió una persona, la que se quedó en aquellas laderas, aguantando las inclemencias de toda aquella hipotética y desangelada situación. El único que quiso seguir en aquellas serranías haciéndole frente a todo aquel escabecho.
Tacanagua, un japonés, llegado a la villa, dos años antes, huyendo, ¡quién sabe de qué! Aseguró el señor Martín el antiguo enterrador que el oriental perteneció a los comandos guerrilleros del Ejército Rojo Japonés. Superviviente en tres guerras y persona desabrida, desalmada, sin miedo y sin futuro previsto. Además, sin el conocimiento completo del idioma de la zona; aquel castellano rancio, chapurreado entre aragonés valenciano y antiquísimo latín.
Un japonés, que una vez al año, bajaba a la ciudad más vital y cercana, a tomar el aire y a conseguir esposa fiel y sumisa trabajadora, callada, solícita y a poder ser hermosa, que llevarse al solitario Valderror.
Los inviernos eran descorazonadores, por la cantidad de nieve caída, lo larguísimos y la imposibilidad de seguir trabajando en las labores del campo, atender a los pocos frutales que se habían salvado de aquella maldita erupción de la naturaleza y mantener el pequeño terreno con trigo para poder recoger la mínima cosecha de espigas, molerla y componer la harina y hacerse el pan diario y el puñado de aceitunas y molerlas para conseguir el aceite necesario. La caza de las aves torcaces, las trampas a los roedores, los medios para poder llevarse a la boca el trozo de carne asada proveniente de la montería.
Los impracticables caminos quedaban cortados por la altura de la nevisca y había que aguantar a que derritiera y deshelara, para seguir haciendo las labores diarias. Simplemente sobrevivir en un ambiente solitario, durísimo e insociable.
En el verano del sesenta y nueve, en una de esas visitas a la realidad, y estando en un burdel del barrio chino de la metrópoli, tuvo relaciones con una hermosa mujer de la que se enamoró en el primer instante y convenció para que le acompañara, hasta Valderror para hacerla feliz en la soledad de los montes, entre flores silvestres y plantas medicinales.
Haruka, Así se llamaba la amada de Tanaca que literalmente, significa "lejos". Le siguió al fin del camino. Aquel habitante enfervorizado entre la luna y la tierra, se acompañó con un amor deseado. Volviendo a la población y perseverando dentro de las limitaciones, siendo muy felices y teniendo nueve hijos.
Tanaca, supo poner en marcha y reparar el telégrafo que destrozado permanecía en la centralita de llamadas del dispensario. La arcaica aula de transmisores de la antigua villa y situar todos los mensajes telegráficos a sus amistades en Tokio, Nagasaki. Amigos de los comandos guerrilleros, de su infancia, del colegio y de los centros religiosos.
Haruka, hizo prácticamente igual con Katsumi, su prima hermana lejana y afincada en un serrallo de Cádiz, Mamiko amiga de la infancia en Tokio soltera y Takara, que era empleada de un médico en Valdepeñas. Todas fueron a parar al pueblo de Valderror, para seguir poblando aquel olimpo, donde solo llegaban las brisas y las estrellas perdidas.
Así fue vivificando aquella sociedad su vuelta a la normalidad, que día tras día, se iba empadronando alguien arribado de Japón o de cualquier lugar, pero de la raza Nipona. Tan solo habitaban, seguían llegando personas asiáticas, que todas ellas eran admitidas sin más, que fueron procreando en aquellas montañas y valles, poblando la villa, llegando a censar entre sus vecinos más habitantes de los que jamás tuvo. Más que cuando la poblaban los aborígenes de las montañas peladas de las sierras Castello turolenses.
Ahora es el único pueblo de España, que no tiene ni un apellido castellano, catalán. O gallego, ni de parte alguna de la península ibérica, incluyendo los archipiélagos españoles.
Es el pueblo japonés en Iberia.

¡Si esta patraña!, Toda la narración que he expuesto, ¡esto que recién acabo de relatar fuera realidad! Igual habría alguien que también protest

martes, 13 de septiembre de 2016

Despedida dulce












Me dejo llevar por mis sensaciones
estoy en un momento de gran calma,
la presencia del miedo no desalma                       
y rezo conservando pretensiones.

Es Igual si me llegan decepciones                               
sin acondicionar y apenas palma,                
espero muy sereno guardar mi alma 
de tanto padecer y excitaciones.

Muy fuerte es mi ilusión, a lo que me ata,
tanto que rompería mi cordura,
por tal de conservar la fe que mata.

Procurando vivir sin la moldura
sin la estrechez mental de una bravata
y poder despedirme con hondura



sábado, 10 de septiembre de 2016

No lo vayas a difundir, es íntimo


Serían bien pasadas las nueve de la noche, y decidí volver a casa, cansado todo el día de representar a mi última novela. ¡De verdad; muy cansado y sin querer ser un mártir! ¡Harto de dar explicaciones! A quien lo critica todo, y a los que te adulan de forma fingida y no han sido capaz de leer, ni una sola línea de las que he escrito.

Caminaba sólo cabizbajo, pensando en mi buena suerte, tengo salud y a pesar de que no puedo pasarme en nada, sigo pudiendo discernir en lo que a mí me gusta y disgusta. Respeto para mi gente. Amigos, compañeros, familia, colegas y como siempre lo he hecho, pues estoy entrenado y es una norma en mi proceder.

El paseo se me antojaba divino, una temperatura fantástica, no hacía fresco y acostumbrado al tiempo en que vivimos, hasta me parece raro tanto calor, temperaturas inmoderadas en septiembre, pero podría ser una disfunción más de las que ya, son habituales.

Preferí no caminar más; tenía un buen trecho hasta mi casa, y pensé en ir en transporte público. Así que me acerqué al límite de la acera, observando una parada de bus cercana y volví la cabeza para disponerme a esperar aquel que primero pasara cerca y me conviniera.

Pareció fuera cosa del destino, circundando a velocidad baja, justo en el quicio del bordillo de la acera, marchaba casi en punto muerto, un taxi que me hacía luces, tan solo mi gesto bastó para que el vehículo se apeara y bajara la bandera de trayecto. Sin más, abrí la puerta trasera derecha y accedí al interior del coche.


De pronto quedé estupefacto, ya que no me esperaba que al volante estuviera una preciosa dama, que reconocía de algún lugar, que no podía precisar, ni en lugar ni en tiempo. Mi gesto intuitivo fue la de retroceder, y volver a andar mis pasos inconscientes, pero el coche ya se había puesto en marcha y era imposible bajar del taxímetro. La conductora lo detectó y me dijo sin petulancia.

_ Es demasiado tarde, pero no temas que no sufrirás más de lo que normalmente resistes. ¿Dónde te llevo? Porque vas directo a algún sitio que tan solo tú y yo sabemos. Más allá de tu domicilio, ¿Por eso te pregunto? ¡Lo tienes claro! O prefieres que charlemos un poco en este trayecto hasta tu barriada.

_ Te conozco de algo, ¿verdad? En algún lugar nos hemos encontrado, tu cara me es familiar, y no eres persona que habitualmente trate.
_ ¿Eso crees? Pues mira, que complicado es el destino. A veces, nos hace tropezar entre nosotros, y es fácil coincidir con nuestras decisiones, algunas inclusive sirven para cambiar eso que vosotros llamáis destino, o en ocasiones moldearlo. ¡Eso dicen los puristas!

_ Mira, me pillas cansado, para discutir y para darle vueltas a lo que propones, por lo que te pido me lleves a casa, sin conversación, déjame en mi mundo, que yo me arreglo. Por otra parte, según noto, ni siquiera hace falta te marque la dirección puesto que veo que lo sabes todo de mí.

_ ¡Sí, es verdad!, nos conocemos desde hace ya bastante años. El asunto, es que cuando hablas conmigo, jamás esperas respuesta y mira por donde esta noche, estoy habladora y quisiera responder a alguna de tus dudas. Voy a usar una de las personalidades que, en la actualidad, tratas a diario, espero lo descubras a medida de nuestra conversación.

_ ¿Quién eres?

_ Es necesario ¿lo explique? No me seas ingenuo, ni descarado. Un escritor pidiendo respuestas. Un poeta sin imaginación. Voy a responderte al cansancio que decías tener hace tan unos minutos. Cuando te compadecías tú mismo sin querer ser un mártir _ ¿recuerdas, tu pensar de tan solo hace dos minutos? _, aquello de tener que dar definiciones a los que critican o adulan gratuitamente.

_ ¡Oye, pero de qué va este juego!, ¿Quién eres? Me quejaba de tener que aguantar según qué situaciones, raras sobre cuestiones inexplicables, reacciones de personas que no llego a entender, gentes que se les nota su hipocresía, que todo lo aplauden, y dicen que todo les gusta, y cuando les das la espalda, te ponen a parir; y lo vivificas tú cuando ya tenía mi tranquilidad sosegada.

_ Haz como ese amigo tuyo, que ha tomado el control y solucionará las dificultades, de esa familia, o quizás mejor ayudes a Cheo, a solventar el aprieto de su hermana, confinada en un penal condenada por error. Échanos una manita a todos los afectados por ese desalmado. Sin conciencia y a punto de que cometamos una locura.

_ ¡Pero bueno! ¡Tú eres Clara! ¡Con qué cuajo, te atreves! A decirme que es lo que debí hacer en el desarrollo de tu historia.

_ ¡Cuajo! ¡El que tú me das! Nos has cedido existencia en tus cuentos. Aunque sean efímeras y respire con dificultad. Lo saben aquellos que te siguen y leen tus novelas. Ahora yo, por conocerte mucho y saber cómo y de qué forma nos das protagonismo, con el respeto con que nos construyes, sabiendo cómo piensas y como lo planteas sobre el papel. Plasmando nuestras interioridades, que muchos quisieran y ni conocen, y sin embargo nos das pie a tomar vida literaria. Te mando las gracias de mi parte y de mis compañeros.

Pretendo pedirte que abogues. Sabiendo que puedes hacerlo, por lo menos en tus personajes, que atañen a tus historias realistas, que no nos olvides jamás.
Me has reconocido en cuanto has subido al taxi, sin embargo, no sabías ubicarme y has llegado a preguntarme. Por confundir la realidad con el espejismo. Aquí te dejo, en la esquina de tu casa, el taxi se lo he pedido prestado, ya sabes a quien, y además no te voy a cobrar tarifa. Un abrazo y adelante, sigue haciendo disfrutar a quien ni te imaginas.











martes, 6 de septiembre de 2016

Un sueño precipitado




Anoche ya bien de madrugada; cansado y exhausto, cuando dejé mi libro sobre la mesilla de noche, y desconecté la luz de la lamparita, me quedé profundamente dormido y entré en otro mundo. ¡Sí, como lo lees! Otro mundo del que cuando he despertado no sabía avenirme.

Al quedar en la profunda oscuridad, mi pensamiento se fue, como es habitual, en los detalles más significativos de la jornada que ya finita decía adiós y se transformaba en historia.
Pensaba en lo que me había pasado, en mi última jornada. Establecía sin menoscabo, para emprender en cuanto pudiese, lo que dejé pendiente para mañana. Cavilaba muy tranquilo, con las personas que me he encontrado, recordaba los momentos graciosos de mi conversación con… y entré en otra esfera, sin pensar que me podría ocurrir a mí.

De pronto entré sin llamar en ninguna puerta, y sin quererlo en otra vida, la mía, pero sumándole unos cuantos decenios.
 Habían pasado ochenta y tres años, o sea que el calendario marcaba sábado día 5 de septiembre de 2099. Yo por supuesto ya no estaba aquí. Ni tú tampoco. Nadie o casi nadie de los que conocemos en la actualidad estaban y es lógico ¿Cómo no había de serlo? ¡Todos, absolutamente todos!, estábamos en el Limbo.
Sin embargo, yo a mí mismo, me veía como estoy ahora. No me veía nonagenario de consideración. No parecía que me hubiesen caído más de dieciséis lustros ¡Así de puñetero golpe!  
La verdad, que, pensando en ti, tampoco lucías mal palmito. ¡Como puede ser este cambio! Me preguntaba para mis adentros y alguien me contestaba sin saber de donde provenían aquellas informaciones.
_ ¡Ya verás cómo nada es lo que parece! Siempre sufriendo por esto o por aquello y de que te vale. ¿Has perdido el tiempo? O ¡Te has vuelto loco!

Todo era diferente, los americanos habían descubierto vida en un planeta llamado Starbafo y comenzaban a celebrarse relaciones entre gentes de aquí, de la tierra con algunos de ellos, los Starbafinos.
Según parece y hemos de creerlo, por razones obvias; que ya, nos conocían perfectamente.
A pies juntillas, sabían de nuestras consecuciones, desde hacía cientos de años. Teniendo en cuenta lo que desprendemos.
El caso es que no se atrevían a acercarse a nuestras coordenadas y latitudes, porque nos consideraban salvajes e intratables, por tantas y tantas barbaridades como hemos ido cometiendo a lo largo de los siglos.
Guerras entre hermanos, mal reparto de los bienes naturales, envidias y desuniones, asesinatos por celos, por capricho, maltrato a nuestros semejantes y por estar completamente descerebrados. Ricos y pobres, rubios y morenos, gordos y flacos, guapos y feos, vagos y activos. Jamás estamos conformes, nunca llegamos a la verdadera felicidad, y ¡Claro! Ellos se preguntaban desde sus naves de trayecto, ¡Así es la raza humana! Sigamos investigando a ver como acaban estos insatisfechos de pro.

Dicen que nos invaden, para colonizarnos y hacernos más “humanos”, imponernos sus reglas Starfafiana, que anuncian es más llevadera, y que no existen diferencias.

De todo esto me enteré, ya que las comunicaciones se habían modernizado tanto, que ya la televisión era cosa de la prehistoria, en la muñeca derecha de todos los ciudadanos, llevábamos incrustado una especie de chip, que comunicaba con el cerebro informando de cuanto ocurría en aquel instante en nuestro mundo. Sabía detectar la necesidad del que estaba a tu alrededor y proponía de una cantidad de soluciones viables para que todo fuese perfecto. Ya iban por la versión mil diez, todo actualizado y bien pertrechado.

¡El teléfono! Ni fijo, ni móvil, de eso ya nada de nada. La información llegaba al chip de marras y automáticamente podías hablar con quien fuera, sin necesidad de pasar por las compañías de telecomunicación. Tal era el adelanto que noté, que en uno de los instantes de mi recreación tuve ganas de tomar un café_ por aquel vicio, al despertar o estar en otra fase, tomarte algo calentito_, y como el que no quiere la cosa y ni tan siquiera pedirlo, se acercó una vecina muy guapa que tengo; Manoli y me dijo como si lo supiera de toda la vida, cuando yo con ella, jamás tuve contacto ni amistad _ te he puesto tan solo una cucharada de “zurrapation”.
No tuve necesidad de preguntarle, porque yo también llevaba el chip Inestation, que así se llama, incrustado en mi pulsera y me llegó por línea interna, la información_ Azúcar, ya no existe, se ha suplido con la zurrapation.
¿Café? Eso es del tiempo de Colón, que lo trajo de América, ahora se toma Anfetamon.
Quise preguntarle un pormenor y tampoco hizo falta, Manoli me contestó al punto, con detalles súper inteligentes y con una gracia manifiesta, mucho antes del impulso de mi pregunta.
Es más cuando me la miré, pensé para mis adentros y ella misma me corrigió_ no seas descarado, que veo lo que estás pensando, pero no es postizo es auténtico.
Cambié de registro de inmediato, vi que todo lo que cavilaba, me lo detectaba, pero yo; y sería por la falta de entrenamiento, no llegaba a ver lo que los demás sentían.
A todo esto, me sonó el teléfono, que en este mundo se llama de otra manera. Se le denomina Fireface y de buenas a primeras, me sentí envuelto en una sensación nueva, veía al intercomunicador, al que me llamaba, y según parece, no hacía ni un minuto que se había despertado y lo veía despeinado y en prenda interior. Como si estuviera a mi vera, ¡algo inaudito! De película en colores ¡Claro, comencé a reír! Todo aquello era nuevo para mí _, pero a desternillarme de forma abierta, por lo que estaba viendo_, mientras Paquito me miraba a los ojos y me preguntaba_ ¡Oye tío, tú te has visto! No sé de qué te ríes tanto, porque si te miras a un espejo, igual se te corta la gracia.

Le hice caso, me miré en un reflejo que tenía a mano, en la imaginación que sigo guardando como un tesoro en mi mesilla de noche y ahí se acabó la cosa. ¡Desperté! encontrándome más desvalido que un berberecho en una moto. Volviendo a la realidad sin haber solucionado ni una sola de las preocupaciones que ahora mismo tengo.


Lo que sí puedo decir, es que igual no vale la pena vivir en el año 2099, dadas las ventajas que se han dado en la tecnología. Lo que es el llamado “secreto”, ya no tiene la mínima importancia, porque no existe, aunque si llegan esos nuevos habitantes los de Starbafo, igual nos ponen un poco de chiste a la comedia, que de momento toleramos.





lunes, 5 de septiembre de 2016

Las palabras







Las palabras son luces con tañido
con un punto de ensueño muy sumiso
y la única forma que diviso
que de momento uso agradecido

Son palancas, que dan gran colorido
las gozamos si riman muy preciso,
y envíen, su mensaje y compromiso
con imagen traslúcida y sonido.

Los versos son dilates con apoyo,    
y mensajes de voz, definitivos.
Son grafías escritas sin más royo.

Luces y signos tan alternativos,
que permiten beber en el arroyo
de la diversidad de los motivos.






domingo, 4 de septiembre de 2016

Feria de Valderrobres año 2016





Como todos los años. El primer fin de semana de septiembre en uno de los pueblos más bonitos de España. ¡Sí… sí!
¡Leen ustedes bien!




Pueblo más bonito de España”. Se celebra su feria anual de comerciantes, articulistas de herrajes y pertrechos, viajantes representantes de ropa del hogar y personal, juguetería para niños, sombrereros, chacineros, churreros con golosinas y bombones. Todos vendedores, venidos de aquí y de acullá, para mostrar sus telas, herramientas, dulces y turrones, colchas de cama, cortinas de baño y salón, juguetes, peleles, muñecos para niños y polichinelas. Una gama amplísima para dejar a todo el mundo complacido y conforme al hacer sus adquisiciones.

Todos ellos en una idea y hermanados con los propios tenderos y comerciantes de la población, muestran sus viandas y artículos en una calle larguísima y llenísima de todo aquello que uno puede imaginar.




La vista si no la tienes pertrechada no sabe muy bien dónde ir a parar, porqué todo llama la atención y casi todo es necesario. _ (Piensan algunos) _. Todo quisieras tenerlo, por si acaso en algún momento lo necesitas.

La tradición de esta Feria, viene desde quien sabe cuándo, pero a todos los lugareños puedes preguntar que todos ellos dan información precisa de fecha y de lugares especiales donde acercarse para comprar aquello, que hace unos meses esperas adquirir cuando llegue la “Fira”




Pinchar el link para ver y entrar en la pagina OFICIAL





Os dejo el link con la información oficial, como debe ser desde los estamentos oficiales, que son los que logran año tras año estas pequeñas cosas, que son tan importantes para muchos habitantes y visitantes. En ella os podréis versar de todo cuanto se cuece, que es mucho.









Yo humilde cronista y amante de este territorio, os dejo mis fotos, _ Ver abajo _ las que yo he realizado para vosotros, los que me seguís y esperáis siempre un pequeño milagro de vuestro amigo.



Gracias por todo y nos leemos con frecuencia _ ese es mi deseo.





















Emilio Moreno