martes, 29 de noviembre de 2016

Quejumbre


















La abundancia es tranquila,
solo algunos consiguen verse en ella.
la hambruna cruel mutila,
sin apagar su estrella.
El hambre y la escasez imprimen huella









domingo, 27 de noviembre de 2016

Como reloj de arena













Mi vida es como un reloj de arena.
Sin ruido transcurre.
Con pausa se lleva.
Sin miedo la vivo y, además
con mucha paciencia.

No busco ilusiones memas
todas llevan el sello de tus esencias
porque son muy simples y a la vez me acercan
a tu círculo rojo, donde tú me besas

Cuando el tictac de mis penas, se acelera
tú me frenas, me acaricias y esperas,
emitiendo con tus ojos la condena
para que no rebosen, de no ser sinceras

Lo sabes,
bien lo sabes que,
soy tu reloj de arena
y cuando la vasija que sujeta los limos,
sin ellos se queda.
Con gracia le das la vuelta al cacharro
y los guijos se cuelan, por su cuello angosto y
otro pote se llena.

Se atesta mi vida
evacua mi pena
y se colma mi noche
y así se inflaman mis venas.










miércoles, 23 de noviembre de 2016

Nectar de Luna

















Al mirar a la luna
comprendí lo romántico del sueño,
es mi encanto por una
ilusión, sin ser dueño.
Una gran emoción, y tanto empeño.





Lira compuesta en Noviembre 16
E.Moreno


El misterio de Irene



El recuerdo de Edwin saltó por los aires yendo a recaer unos cuantos años atrás queriendo perpetuar a la Irene; que él había conocido.
Eliana, le miraba y sabía que Edwin se encontraba ausente; ya no estaba allí en el salón de la casa y queriendo saber le incitó a que le explicara.
_ ¿Cómo llegó a esos extremos la desconocida Irene? _ sondeó Eliana con mucho tacto y casi en silencio, para dejar que fluyera la palabra.
_ Pues imagina, la cantidad de secretos que suceden a lo largo de una vida, y ella misma ha sido un completo secreto_ dijo Edwin, continuando su charla_ tampoco podemos decir que ha vivido demasiado, que se ha marchado con setenta y tres años. A pesar de haber falsificado los papeles y las fechas de su nacimiento_ afirmó contundente Edwin, entornando los ojos y comenzando a relatar a Eliana, aquello que él conocía.

_ Así fue aquella mujer presumida y elegante apreciada por algunos y denostada por otros y tan sumamente extraña y suave.
Era la quinta hija del matrimonio formado por Antoine Delapeire y Charme Ruwi, matrimonio que tuvieron un hijo varón y cuatro niñas, y que habían conseguido una vivienda en el año 1934. En la zona de las casas baratas Ramón Albó, en el barrio de Horta, junto al Turó de la Peira.
Cuando las cosas estaban tan difíciles en Barcelona, con la proclamación del fallido Estado Catalán dentro de lo que era la República Federal Española.

Fue el tiempo cuando se produjeron las revueltas en las calles de la ciudad, hechos insurrectos provocados por las consecuencias y libertades entre partidos políticos que entonces estaban en la pomada de la actualidad. Haciendo efervescencia y mella en muchos obreros y buenas gentes.
Todo obedecía al desengaño que el pueblo soportaba, harto de apreturas. Estalló de forma inconexa produciendo una serie de vicisitudes, a cuál de ellas más sonora y todo derivado de las secuelas que trajeron las elecciones generales de noviembre del año anterior.
Hechos afamados en la historia nacionalista de Cataluña, y conocidos como los “Motines del 6 de octubre”.

Eliana, escuchaba atenta aquel relato desconocido para ella, interpretado por Edwin, en la forma que él argumentaba sus narraciones, casi como si fuera un cuento explicado con unos matices y una voz que embargaba el entorno y hacía entrar a vivir lo expuesto sin percatarse. El pensamiento de Edwin, iba de un lugar a otro, y la propia inercia le llevó a recordar, como se iniciaron los prolegómenos de la familia de Irene.

<< ((Antoine y Charme, estaban casados hacía varios años. Ocupando siempre viviendas modestas, todas ellas de alquiler que anidaban unas veces solos y otras compartiéndolas con algún familiar. A medida que se les iban cumpliendo los contratos de arrendamiento, iban adecuándose según su escaso presupuesto, recorriendo la ciudad y procurando en el último tiempo, acercarse a lo que era la urbe, en tanto en cuanto iban naciendo hijos.
Entonces residían en un piso no demasiado amplio en la calle Sepúlveda, y ya contaban cuando entraron en aquella vivienda cerca del Mercado de San Antonio, con cuatro de los seis hijos que a la postre tendrían.

Thiago de ocho años, Charme de seis, Xita de cuatro. Todos ellos malviviendo y pasando calamidades, como era normal para según qué obreros no cualificados, de aquella época.
Antoine, era un hombre sin energía, venido de la Andalucía rural, de la parte de Linares en Jaén. A la postre cuarto hijo de la saga Pageo, que no quiso ni quedarse en la tierra, ni trabajarla, ni tan siquiera pudo conseguir un trabajo de los que se regalaban por designio de amistad en la zona.
Con lo que se hizo Guardia de Asalto, en cuanto estuvo licenciado de su servicio militar obligado en la zona africana de Guinea.
Volviendo a su Linares natal, ya con los correajes y el uniforme de la policía gubernamental. Destino marcado en la gran Barcelona, que era donde se necesitaba mano de obra tirana, por tantos avatares y tantos cambios en la política española.
Así que entró de lleno, en la vorágine de la ciudad, en un tiempo muy revuelto, pero con grandes expectativas, para hacerse con un trabajo estable, por todo lo que acontecía y por las expectativas que se daban de futuro, como era la cercana Exposición Universal, que se celebraría años más tarde.

Fue cuando conoció a Charme, en uno de los quioscos de las Ramblas de Capuchinos, un domingo de mañana. Se acercó a ella, por un flechazo inminente, al verla tan clara y lozana, para preguntarle sin más; si era recién llegada a la ciudad y ofrecerse para guía y acompañante de paseos. Alucinada por la planta del joven y por el uniforme que llevaba, se dejó acompañar.
El desamparo y la soledad obra los milagros más inauditos y mezcla aires, pasiones y como no a las personas, que andan solas sin saber dónde caerse muertas, aunque pertenezcan a diferentes estratos. 
Ella, una señorita hacendosa y cultivada, llegada desde Castilla la Vieja, huyendo de su familia. La primogénita de tres hermanas, hija de Saturio; barbero y practicante en oficio, con plaza fija en Embid de la Ribera y Chon, hija de unos potentados valencianos, que se dedicaban al comercio y mercadeo de pieles y tejidos de exportación.

Antoine, era un hombre bien puesto y además de guapo, muy perezoso, llegando a rayar la vagancia y fue despedido del cuerpo de Asaltos por unas faltas cometidas adrede para que lo defenestraran. En su tiempo había accedido a esa ocupación creyendo que en el cuerpo no se padecía ni trabajaba, ni siquiera se corrían riesgos para la integridad física.
No fue el destino de su vida y pronto vieron en la Dirección Provincial de Seguridad, afecta al Ministerio del Interior, que era un inútil el pobre Antoine, por lo que cuando acabó su prestación contractual, y teniendo pendientes algunas faltas leves; le hicieron renunciar y dejar el uniforme. Colgado para que lo luciera otro varón más atrevido y con más sangre que él. Así que, poco después de conocer a la que sería su esposa, por más de sesenta años, dejó de pertenecer a los guardias de asalto.

No tardaron demasiado en preparar sus arreglos nupciales, tan solo les hicieron falta, noventa y tres días desde que se conocieron en aquel cuchitril, para contraer matrimonio.
Un casamiento sencillo y solemne, en la llamada Catedral del Mar. Oficiando el cura párroco de la Barceloneta, que tenía amistad con Charme por ser un compañero de la escuela del pueblo. Amistad de la niñez al haberse criado juntos y haber jugado por las calles de su natal Calahorra.
Doce invitados asistieron a la ceremonia, contando el oficiante, que aplaudieron y disfrutaron en una merienda en el Siete Puertas, de la plaza Palacio.

Ya por aquel entonces Antoine, recién ocupaba un oficio mucho más tranquilo y sosegado, también conseguido a dedo por las amistades de la familia radicada en Linares. La nueva faena sería la de cobrador de línea de transportes ciudadano, en la Compañía de Tranvías de la ciudad Condal. Línea 24 que funcionaba desde el Paralelo hasta El Carmelo.  ))>>


Edwin, reaccionó súbitamente, tras la huida de su balance, de su pensamiento, que se había mudado en muchos años hacia atrás, tantos, que él mismo ni siquiera había nacido y, sin embargo, por comentarios de sus antepasados y por su propia imaginación le llevaban de la mano a explicar aquellos pasajes a su compañera Eliana







viernes, 18 de noviembre de 2016

Presentación de Olga





En la tarde de hoy se ha presentado la novela de nuestro amigo Vicente Corachán, uno de los escritores de Sant Boi, el "Sherlock Holmes" del Llobregat, que siempre nos deja un buen sabor de boca en sus novelas. 
Directas, amenas, emocionantes y a la vez con argumento. No se le puede pedir más a un escritor que se precie, y Vicente lo tiene.
Comenzaremos por el día escogido para la puesta de una novela, frente al gran público, y no deja de ser paradójico y estimulante, ya que un viernes a las siete de la tarde, no vayan a pensar ustedes, que el público, se pirra por asistir a actos como este. Prefieren salir de fin de semana, o quedarse junto a la calefacción de su sala de estar, con una película de James Bond. Sin embargo y bajo todas las curiosidades del mundo _ detalle que disfruto y me alegro mucho_ se ha abarrotado la plaza...  "Como diría el humorista de la tele" Ha sido un llenado espectacular, por el gentío que ha llenado las butacas de la gran sala de Actos del Casal de la Olivera.

La novela, la he tomado con mucho cariño, entre mis manos y les confieso, que no tardaré nada en comenzar a leerla, con la seguridad de disfrutar de toda su enjundia.
El acto ha sido muy emotivo, por la forma que tiene Vicente, en el planteamiento de los sucesos, y este por lo que yo he presenciado con sumo interés era uno más de lo que él, muy bien hace a diario.
Ha comenzado Xavier Borrell, el presentador y crítico literario, exponiendo un poco a grandes trazos, la vida y la forma de ser de Vicente, y creo que se ha quedado en alguna faceta corto, sin conseguir su propósito. Ya que los que le conocemos, sabemos de buena tinta que, Vicente es un tipo extraordinario, que se brinda muchísimo en todo aquello que le compete, y que su familiaridad y destreza, para con el trato con la gente, hace que te sientas en según que momentos, arropado como un corderillo recién nacido, bajo el calor del aliento de su amparadora madre. Un tipo con luz propia Vicente; que plantea sus frases y diálogos en sus novelas, en base a la honestidad, que le alienta. Muy rápido ha pasado la palabra al concejal y...


Tras unos tímidos aplausos al moderador, ya que ha sido tan sutil y rápido, que la gente, no ha sabido que hacer y no ha transmitido todo el ardor que se le ha de arrancar al público, asistente, que esperaba un rigor aplastante, ya que todos los allí presentes, somos grandes admiradores del autor de la novela. 



Por parte del Ayuntamiento, lo de siempre, debía haber estado la Alcaldesa, pero no ha podido ser, por asuntos de salud, lo mismo que le ha pasado al Concejal de Cultura, y el envite ha recaído sobre un digno representante, que aún no se había leído la novela al completo y ha salido del paso de una forma aseptica y coherente, dando al autor toda la grandeza que por otra parte merece, sin lugar a dudas. 
Ya sabemos que los políticos, son políticos y a ello se dedican a duras penas.



Al final ha sido la explosión, cuando Corachán ha tomado las riendas de aquel micrófono huérfano de palabras ágiles, y ha comenzado a desgranar el sínodo de un tal "Gumer", que según parece, es un detective, que se las trae y de la ínclita Olga, la protagonista de todo el sucumbir del relato novelado. Nos ha puesto el caramelín en la boca y cuando más dulces estábamos queriendo saber más de los protagonistas. Se ha callado y nos ha remitido como buen detective, a comprar el libreto, y a prepararnos para su uso y disfrute, mientras lo estemos leyendo. 



Ha llenado la sala de silencio, ¡Sí amigos! Como os lo cuento, Vicente ha conseguido atraernos como si de un imán potente y pertrechado se tratara. Con toda la fuerza motriz de mil caballos de potencia por la magnitud de sus comentarios, que en primer lugar los ha usado para dar las gracias a todos los allí presentes. 
Pasando de forma didáctica a regalarnos pinceladas de su trabajo en la novela. Brochazos que no dejan de tener una inmejorable sensación de atracción para consumir la novela en poco tiempo, por interesante.

Como buen orador, ha llevado sus declinaciones al plano personal, que en ese terreno, es otro maestro, y os puedo decir que nos ha encantado a todos. ¡A mí el primero!
Ya sabéis, la novela editada por Círculo Rojo Editorial, la podréis encontrar en todas las librerías del ramo y supongo que en la web, pronto estará dispuesta. OLGA

Un abrazo a todos mis seguidores y recordad, que estamos en contacto a diario.

Emilio Moreno

martes, 15 de noviembre de 2016

Los sueños son como los boleros















Si la vida es un tango, como dicen
Los sueños deben ser boleros prietos
que cantados con aurea de sonetos,
suenan en mi alma para, que eternicen

Dijo el cantante: Mira que eres linda,
anoche hable con tu luna, adujo,
bésame mucho, como si esta noche.
Abrumado aturdido por la duda.


¡Si tú me dices ven!, lo dejo todo.
Hasta el borde la copa de champán
Nada remedias con llanto, ni vino.
Adoro el día que nos conocimos,

Di la verdad, di lo justo, igual
más daño me hizo tu amor, siendo la
amante camarera de mi amor.
Decía sollozando su locura

Boleros de una vida muy completa,
sonaron para mí, en mi memoria,
cuando tu alejamiento se hizo eco,
cuando tu gran ausencia fue historia.

Hoy que me derretía con boleros
Tuve que emborracharme con poemas
Esos que son parientes sin dilemas
A los que recurrimos por sinceros


Tú eres mar,
tú eres cielo,
yo soy lluvia
yo soy eco,
tú eres vida,
yo soy heno,
tu revives
yo fallezco.

domingo, 13 de noviembre de 2016

¿Fue asesinada?




Aquella tarde había estado en casa de su hijo, acabando de situar definitivamente unos cuadros al óleo, que tenía bien preservados esperando ser instalados en una de las estancias de su vivienda. Una sensación extraña le recorrió el cuerpo, mientras que, evitaba perder el equilibrio, por la sensación recibida, al acceder al tercer peldaño de la escalera de aluminio. A punto de caer.

Forzando en forma expresiva y sin pretenderlo, una teatralidad inesperada, a la vez que se agarraba con una mano al pasante de la gradilla metálica, para no dar con su cuerpo en el suelo. Dejó la taladradora sobre el reposadero de la escala y aguantó el estremecimiento, no dando importancia al hecho. _ ((Pensando de buenas a primeras, que alguien le estaba nombrando y no era casualidad, ya que ese mismo ímpetu, lo llevaba notando desde hacía unos días)) _ Se repuso no sin tener que dar explicaciones a su cerebro de lo que estaba pasando. Nada normal en él, que todo lo tenía siempre más que medido y justificado.

Los paisajes que mostraban aquellas pinturas, trazaban un misterioso suceso, que se daba en la propia ciudad de Barcelona, sin llegar a significar claramente mensaje alguno, ni época exacta. Ni justificar, ni augurar el significado real, ni la correspondencia con la extraña agitación asosegada que había notado tan solo hacía unos instantes.

_ ¿Te ocurre algo?  Edwin _ se preocupó Eliana, su acompañante, que le aguantaba aquella frágil escalinata.

_ ¡Nada, espero que no sea nada! Acaba de zarandearme una sensación extraña, como si alguien, me estuviera buscando, desde el mas allá, o no se ¡qué pensar!, porque es la segunda vez que me ocurre, desde el día de Reyes.

_ Oye, no me asustes_, dijo encolerizada la mujer_, te las pintas solo, para jugar con esas cosas, que sabes me dan yuyo.

_ No seas irascible, tú me has preguntado qué es lo que me pasa, y yo, te respondo solícito a la pregunta, por si a ti; se te ocurre, alguna explicación que sea creíble a todo esto.

_ Excúsame Edwin_ dijo Eliana_, acabo de verte encima de esos peldaños, escaso de equilibrio y mostrando un titubeo nada calmoso, sonrojándose tu cara, apagándose tu estrella, como si de una momia se tratara. ¡Pues tengo que preguntar qué es lo que te pasa!  No sea algo grave y lleguemos tarde, caso de tener que solucionarlo.

_ En fin, no le demos más importancia_, acotó apesadumbrado_, no puedo dar más explicaciones comentó Edwin_ desconozco ese trance, no me había pasado jamás que yo recuerde. Igual es una sensación infundada, sin relación con nada que nos tenga que preocupar.



El tercer cuadro, quedó perfectamente alineado con los marcos de las puertas de aquella estancia, y hasta parecía jugar lo que se veía en perspectiva.

Una calle del casco antiguo de alguno de los barrios de una población, sin determinar, donde se reflejaban las sombras en los trazos, de las ventanas cegadas y las macetas con flores mustias, denotando una falta de actividad, o vejez de sus moradores, por la plástica que el autor, había querido reflejar en el paisaje.

El segundo retrato, que yacía en la pared del otro frontal. El que encantaba a Eliana, por su insistencia persuasiva al mirarlo. Imaginaba una mujer solitaria, que infeliz trataba de ver la vida en solitario por una ventana que mostraba el rugir del mundo exterior, sin posibilidad de poder alcanzarlo.

_ Te encanta, ese retrato, ¿verdad? ¿A quién se te representa? _ preguntó insistente Edwin queriendo ver una similitud en una conocida.

_ No lo sé _ dijo Eliana _, pero me atrae esa mirada. No puedo dejar de observarla, es como si la conociese, y ahora mismo no caigo en quien puede ser. Sin embargo, se me representa a Irene, que por cierto hace días no sabemos nada de su vida. Además, es como ella, doliente, con mirada penetrante, como si tratase de enviarme un mensaje, indescifrable. Si no es de ella; es de alguien que conozco, y no puedo precisar.

El tiempo de aquella tarde había cabalgado hacia la nocturnidad, y aquella pareja, volvía a su casa, tras haber pasado la jornada, en el domicilio de su hijo, aprovechando para dejar expedita, la decoración en el salón, que este había solicitado a su padre.

El mes de febrero, comenzaba y los días eran breves y perrunos. Muy desangelados y costosos, por el frío y el desconsuelo que da la falta de luz en los días “cortos del famoso febrerito el loco”

La calefacción estaba a pleno rendimiento, por las escasas temperaturas que se estaban registrando. Todas las cordilleras de la península blancas, debido a una ola de frío y nieve, que azotaba el país, sin dejar que los cuerpos entraran en calor, a no ser que, por procedimientos conocidos, pudieran quedar satisfechos.

La cena, había estado sápida, exigua y aquel consomé de calabacines con zanahorias, tan caliente y apetitoso había obrado maravillas en el cuerpo de Edwin, poco antes de agriarse, por la llamada inesperada que iba a recibir.

Acomodados en el sofá, con el semblante somnoliento, entornándose a cada poco los ojos, por aquel sueño impertinente, que les sometía después de cada cena, esperaban confiados.

Sin dejarles ver, ni siquiera enterarse realmente de la finalización de las noticias del programa informativo de televisión, por las constantes sacudidas de su apnea.

Al pronto, aquella ensoñación se cortó de cuajo, el teléfono sonaba insistente, y ya no eran horas normales para una conversación habitual entre familia o amigos, con lo que Edwin alterado, recordó de manera fulminante, la agitación sufrida aquella tarde encima de la escalera.

El dispensador de llamada del teléfono automático, mostraba un numero oculto, con lo que aún creció más la incertidumbre en los pocos segundos, que tardó en levantar el aparato y preguntar quién era.

Al otro extremo del hilo, sonó una voz grave de mujer que, trataba de presentarse de forma directa y sin ambages.

_ Buenas noches, soy la comandante Esmirna Custó, jefa de la comisaría de los Mossos, en el distrito de Gracia y pregunto por Edwin Morente. ¿Es usted?

_ ¡Si yo mismo! Que es lo que ocurre, a estas horas nada bueno y urgente, imagino.

_ Es usted familiar de Irene Delapeire

_ ¡Sí lo soy!

_ ¡Atienda y le explico!, siempre que usted, esté en condiciones de salud, para poder recibir una noticia poco grata.

_ ¡Qué ha ocurrido! ¡Hable pronto!

_ La hemos encontrado cadáver, después de varias semanas difunta en su domicilio del Barrio de Gracia, en condiciones poco agradables.

_ Como ha muerto, y de que, porque ustedes sabrán algo más_ preguntó alterado.

_ El forense ha abierto un procedimiento, aunque no se descarta tampoco su muerte natural, sin más. Por lo que se han abierto más diligencias paralelas para su esclarecimiento_. Aportó la comandante_ El resto como comprenderá, no le puedo informar, ya que está bajo el secreto profesional correspondiente y además por teléfono, tampoco es lo más adecuado. Por ello el primer paso ha sido averiguar y encontrar a los familiares.

_ Como tardan tanto un cuerpo de élite como el suyo, en resolver estas cuestiones tan gravosas y dar la noticia a sus afligidos, así de fácil_ siguió argumentando_. Si me dice que, Irene lleva semanas sin vida en su residencia como; una referencia de tal calibre, ustedes la suministran a bote pronto.

_ ¡Escúcheme Edwin, por favor!, los detalles personales, se dan en la propia comisaria, o les visitan nuestros agentes en su domicilio. Sin embargo, como se ha dado el caso, que la hermana de la difunta. Una tal Clemencia Delapeire, domiciliada en la misma ciudad, no ha querido saber nada de ella, ni atender a sus primeras necesidades. Por motivos, personales que ella aduce_ siguió la comandante de puesto, informando a Edwin_, de falta de conexión y de trato.

Recurrimos tras su indicación al familiar más allegado y persona que esta señora la tal Clemencia, nos dio, como posible albacea de los trámites y gastos de la defunción de la interfecta Irene_. Hizo una pausa, Esmirna Custó, para proseguir añadiendo datos impensables e inaceptables para Edwin. Dirigiéndonos a un tal Anyelo, que tampoco quiso estar a la mira, ni interesarse lo más mínimo por esta mujer fallecida, que necesita de alguien a poder ser familia, que le diera sepultura y se hiciera cargo de todo lo que conlleva esta situación.

Alegando en su excusa, el familiar Anyelo_ siguió argumentando la policía_. No tener relación con la difunta Irene, ni trato familiar desde hacía más de veinte años y que no quería saber absolutamente nada de ella, ni que le provocara molestias_ La agente de los Mossos, hizo una pausa, para continuar dando datos.

_ Brindando este caballero, el citado Anyelo Morente, su dirección y número de teléfono, que corresponde con sus credenciales personales.

Por lo que y en vista, que nadie se quiere hacer cargo de éste trámite, y antes de enviar a nadie a su domicilio, por aquello de la pérdida de tiempo en nuestra comisaria, le solicitamos a Ud., por la vía más rápida, si ha de hacerse responsable de lo que acabo de comunicarle.

De ser efectivo, y aceptar el compromiso de dar sepelio a la difunta. Sea usted Edwin, el que siga con las diligencias.

Caso contrario, el no aceptar estos requisitos por su parte; con la excusa que usted alegue, proceder desde nuestra comisión directamente, a dar oficio al expediente y enviar el cuerpo de la occisa Irene Delapeire, a la fosa común. Para que sean en su defecto, los servicios sociales de la Beneficencia, los que lleven a cabo gastos de enterramiento, y demás oficios, para que descanse en una de las cárcavas comunes y generales del cementerio de la ciudad, sin identificación ni datos de la defunción.

_ ¿Cómo la han hallado?, ¿cuantos días estuvo sin atención, una vez fallecida? _ inquirió Edwin, bastante más calmado, dando tiempo a pensar en que solución adoptaba

_ Creemos, según consta en el oficio abierto_, dijo Esmirna_ con datos del propio forense, que aproximadamente unos cuarenta y muchos días_. Haciendo una pausa propuso_ pero, de eso ya hablaremos llegado su momento.

Nos dio aviso un amigo de la víctima, por la causa, de no verla en días, ni asistir al centro de deportes, ausentarse de las reuniones con los amigos. Eso le alertó y fue el susodicho, quien denunció su desaparición.

_ Donde he de dirigirme para solucionar estos trámites de Irene_ asintió Edwin con tristeza y de forma implícita tomar su inexcusable responsabilidad_. Pásese usted mañana, por nuestra comisaria que le atenderemos, formalizando los trámites necesarios y le indicaremos a la mortuoria donde debe dirigirse para que reconozca el cadáver y recoger los restos de la finada.

Una vez finalizando el cruel proceso de la información Esmirna asentó _ ¡Buenas noches Edwin! Siento haber tenido que dar esta noticia en la forma que se ha sucedido.

La comunicación quedó cortada y Edwin recordó el cuadro, que miraba insistentemente Eliana, al principio de la tarde, que le estaba ofreciendo un preámbulo adelantado de lo que iba a suceder horas más tarde y el escalofrío que mantuvo subido en el tercer escalón mientras trataba de perforar la pared para insertar el taco que sujetara aquellos cuadros pintados al óleo, de la casa de su hijo.

_ Edwin he oído parte de la conversación _ dijo Eliana, con un llanto y tristeza controlado. Irene, ¿verdad?

_ ¡Sí! Lo más crudo, es que ha estado muerta más de cuarenta días encima de la colcha de su cama, sin que nadie la atendiera.

Recuerdas_, volvió a mencionar Edwin_, el último día que hablamos con ella. Poco antes de fin de año.

_ ¡Claro, que lo recuerdo! Le dijimos que se viniera para las fiestas, y declinó la invitación. Era muy independiente, pero algún detalle de importancia, no nos contó, que la ha llevado a la tumba ¡qué pena me da! _ secándose el llanto exponía Eliana muy compungida y afectada.

_ Parece como si fuera ahora mismo, que le dije que la llamaba para el doce de enero, en su cumpleaños. Fue la última conversación, quien me iba a decir que ya no habría otra.

_ Es cierto_ dijo Eliana, entre llantos_, lo recuerdo, con la gracia que lo decía, por eso cuando insistíamos con las llamadas una y otra vez, quedaban registradas en el contestador, no teníamos respuesta.

_ Ya debería estar muerta, mucho antes de Reyes_ decía Edwin_, perfilando los detalles con Eliana_ Ahora me explico su silencio. ¡Estaba muerta!

Moriría en la soledad más angustiosa y no sabemos si puede haber sido por asesinato, los especialistas aún no lo han demostrado.







jueves, 10 de noviembre de 2016

Irene murió sin agonía


_ ¿Qué noticias tenéis de Irene?, ¿Sabéis algo sobre si ha hecho un viaje estas Navidades? ¿Alguien puede decirme de su paradero o si ha hablado últimamente con ella? Hace ya muchos días que no viene por el gimnasio y ni siquiera ha recogido la papeleta del sorteo de Reyes, que le dejé en recepción _ preguntó Nayim 

_ Pues no lo sé, pero ahora que lo dices, ¡Es verdad! Como no darnos cuenta, antes. Hace bastante que no la vemos_ respondió Erik, monitor del gimnasio de la Travesera de Gracia, donde Irene pasaba gran parte de su tiempo, dándole bamboleo a su cuerpo.
Siempre, o casi siempre, muy de mañana, al comienzo de cada jornada, que es cuando ella frecuentaba las barras de pesas y la cinta de paseo, para después tomar una ducha y marchar a sus cuestiones habituales, a las que ella dedicaba. Siendo esta tónica incluso en los festivos.

Jamás se duchaba en casa, aprovechaba las instalaciones del pabellón, y salía predispuesta a la gran ciudad, para comerse el mundo por los pies.
_ Pasaré por su casa, a ver qué ocurre, porque tampoco me toma el teléfono_ apuntó Nayim, dándose cuenta que Erik, ya estaba embobado en otra cosa, con la joven Celina, que boxeaba con unos guantes demasiado pesados para su musculatura.

El polideportivo de la Travesera, abría sus puertas de casi madrugada, para dar servicio a aquellos clientes, que por razones varias solo podían recurrir a la puesta a punto de su cuerpo a primerísima hora. 
En la recepción de la entidad, se amontonaban los avisos dirigidos a Irene, que no daba atención desde poco antes de final de año, amontonándose en espera de ser leídos, ya en demasía
Nayim el amigo de Irene, un veterano fibroso y aposentado, y usuario del mismo gimnástico, se había encaprichado de ella. Estaba jubilado de sus ocupaciones laborales y frecuentaba a menudo su casa, teniendo relaciones de salidas esporádicas y de sexo, con alguna “Cana al aire” que otra, cuando se terciaba, sin ser una costumbre cotidiana, ni una frecuencia incesante, para no levantar las dudas y preguntas en su casa.

El distinguido atlético y veterano se la trajinaba de vez en cuando, en la propia casa de Irene, sita en el barrio de gracia y en un hotel muy moderno de reciente construcción, cercano a la playa de la Barceloneta, de esos que son tan enormemente distinguidos con vistas al mar. Sin levantar ruido y siempre de forma discreta y escondida
Cincuenta y cinco días muerta en su cama, sin que nadie de la familia, amigos o vecinos, la extrañasen ni se percataran de su ausencia inaudita.

Nayim, comprendió que no era nada normal, que Irene, no diera señales de vida, ni le llamara para salir a cenar, siendo una mujer tan antojadiza y tan exquisitamente diferente. Aquella mañana, se interesó definitivamente por la situación de su amiga y sin dilación, subió hasta la casa. Un apartamento discretito en la calle Ferrer de Blanes, que daban sus balconeras a la calle y que lo tenía bastante desatendido. A tenor de cómo se comportaba la señora, tan de salir y tan de estar siempre de “Picos Pardos”, fuera de su casa. Aprovechando los momentos de placer que la vida le ofrecía en aquellos instantes.
En el portal, hizo incesantes llamadas a la puerta, sin tener respuesta y sin que vecino alguno pudiera dar con una respuesta, sobre ella, dado que las relaciones que mantenía con el conjunto comunitario, no eran las mejores ni las más adecuadas para una convivencia colectiva.
El buzón de recogida del correo, estaba repleto y rebosaban las cartas y los folletos propagandísticos. Dando origen a pensar que aquel domicilio, estaba totalmente inerte de uso, por lo que el amigo se dirigió a la comisaría más próxima de los Mossos dejando la denuncia instituida.
_ Mire Ud. comisario, es posible que le haya ocurrido algo a Irene, no es normal estar tantos días sin saber de ella.
_ Por qué no se ponen en contacto con la familia, que igual está de viaje, y no lo ha comentado, o que ¡vaya a saber!
_ Irene, no tenía relación con la familia, y si la tenía era de forma muy intermitente, es una mujer muy rara y no se lleva bien ni siquiera con los vecinos del inmueble donde habita. Le digo y repito que le pasa algo, si no le ha ocurrida ya.

Los agentes y bomberos entraron por uno de los ventanales, que tenía entornado, casi abierto en la galería trasera de la vivienda, sin tener que romper cerraduras, sin forzar puertas ni ventanas.
Un olor penetrante y putrefacto se descargaba desde la galería olfateándose desde la cocina y proveniente de la morada matrimonial. Ambientando toda la vivienda, con ese tufo característico y hediondo
_ ¡Está muerta! _ y según parece, desde hace muchas semanas. Indicativos claros, desnuda sobre las sábanas, sin señales de forcejeo, sin desbaratamiento de los objetos, sin detalles aparentes de violencia, tan solo un montón de medicinas esparcidas dentro del cajón de la mesilla de noche, indicaban quizás algún apuro accidental de salud, o fuera un intento de acabar por la vía rápida con su vida.
La puerta de la calle, cerrada por dentro con dos vueltas de llave y estas colocadas en la propia cerradura, no permitiendo la apertura natural desde la entrada principal.
Está casi desfigurada, tendida en la cama, como si hubiese sido una muerte plácida, por lo que se deduce. Hay que avisar al médico forense y este dictaminará si ha sido natura o por el contrario una muerte no convencional, sin descartar el asesinato.

¿Irene murió sin agonía?
Lo iremos viendo en otras entregas.









domingo, 6 de noviembre de 2016

Salté al abismo












Tengo la decisión de saltar
acabar con el todo, sin titubeos.
Mi precipicio no es un abismo desconocido,
no tengo miedo, y ahora que tengo brío me arrojo,
¡Soy yo!, y puedo hacerlo.
Dudo cada alborada y lo tengo asumido,
No voy a retrasarlo más ¡ahora es el momento!

¡Quizás acierte!
¡No aguanto más en este tálamo!

Saciado estoy de la liturgia sosegada de mis noches
de los sueños que son pesadillas quebradizas,
Ilusiones vanas, reproches

No quiero darme explicaciones, las detesto
Lo tengo decidido para que retrasar el brinco
de seguir así, volvería a mentirme de nuevo,
y mañana, el mismo remordimiento.

Cobardías poseo, pero no soy distinto,
bien las conozco y son insoportables,
el mundo que me espera es variopinto
para qué retrasar mi decisión siendo aceptable.

 ¡Allá voy!

¡Ya!


¡Tampoco ha sido tanto!
Un poco frío el suelo sí que está,
al tocar mis pies descalzos con la insolencia del terrazo.
Me auxilia despertar
¡quién mucho reposa, poco vive!




viernes, 4 de noviembre de 2016

Llevado por mi viento
















Corriente que golpeas con aspereza en mi cara
quiero arrebates de cuajo el presente
deshaciendo el atar que me ampara
con presteza impasible y sin suerte.

El viento se encela
con sus jadeos prenda
su fuerza manifiesta
y mi aliento enreda

Brisa que jamás haces nada en mi beneficio,
ni me acurrucas en tus nalgas blandas
ni te atreves a escuchar mis contriciones en calma,
volviéndome a cobijar y hacerme volar entre tus grandes alas

Los arboles claman
sus ramas se tuercen
con furia pronuncian
y sus sombras mienten

No soy el prepotente que se descalza
ni el miserable que te engaña sonriente
cada noche, ante tu gran balanza,
para ser humillado, de forma insolente.

La piedad no se exige,
la caridad no se propone,
la clemencia, ¡Sí!, dispone,
la humanidad se hereda.

Viento hechicero, amolda mis desgracias
tras tus ráfagas hazme llegar la esperada amarga,
que rompa de mis andanas las falsas plegarias,
destrozando en añicos mi franqueza quebrada

Los campos se apartan
sus piedras se erizan
su tierra se encoge
tras la osada brisa

El viento me llevará donde no hay rezos
y en ellos me perderé sin mirar atrás,
dejando mis venas atando los miedos,
en la gran playa inhóspita de mi sinrazón.

No soy digno de ti
ni merezco perdón,
prófugo me conformo y me miento
nunca tendré satisfacción