lunes, 14 de octubre de 2019

Aquel céfiro que rozaba el cutis







Tu viento daba en mi cara arrugada,
dejando un bienestar acompasado,
y muy tranquilo, por estar al lado...
izquierdo del pecado, ¡que esperaba!

Debo dar gracias a tu madrugada,
y a tantas desventuras del pasado.
¡A cuantos beneficios me han marcado!
Con tu impronta, que la llevo impregnada.

Hogaño en el ocaso, con el viento...
de cara, y despeinándome celebro,
tu cuerpo, y tu melena que presiento,

deshecha y tropezando con mi enhebro,
que no es más, que el amor que por ti siento.
El que llevo prendado con mi quiebro.













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