Veníamos de Rosas, ya en sentido retorno de un fin de semana largo, que habíamos pasado aprovechando el puente de octubre, donde nos acercamos a Carcassonne y estuvimos hospedados en el hotel Goya Prestige de la preciosa localidad de Rosas en Girona.
La comida estaba pactada en el restaurante TRIUNFO, de Sant Antoni de Calonge, y por aquello de aprovechar el día y visitar un rincón que no conocíamos fuimos a parar al Castillo de Púbol, el regalo que Salvador Dalí le hizo a su «musa» Gala.
El día completamente veraniego a pesar de estar en el otoño, buen tiempo y mejores alegrías, aunque la verdad, más de uno, le veía el flequillo al fin de fiestas, que llegada la noche se celebraría, yendo cada cual a su casa y dando por finalizada ésta salida, tan llena de matices y de colores.
El
castillo fue comprado por el legendario pintor surrealista, Salvador
Dalí, como regalo para su esposa Gala, que vivió aquí sus últimos
años de vida y está enterrada en la cripta del castillo. Durante su
estancia en el castillo, fue visitada por su marido, pero solo cuando
ella le daba permiso por escrito y por adelantado.
Texto extraído desde su pagina Web,
y del explorador de Google.
Texto extraído desde su pagina Web,
y del explorador de Google.
El día 13 de octubre, como indicaba, visitamos el Castillo de Púbol, situado en en el Ampurdán, provincia de Girona. Fue una visita relámpago, aprovechada para recorrer, quizás uno de los lugares, que suelen pasar desapercibidos de la ruta Daliniana, teniendo mucha más fama el Museo de Figueras, que siempre es el estandarte del gran pintor y artista que fue el maestro Salvador.
Al salir del recorrido de las estancias del Castillo, fortaleza donde habitaba Gala, y después de admirar los cuadros, dibujos, muebles y demás decoración, volvimos a emprender camino con el bus del buen aire y llegamos casi a la hora de la comida, al alegre restaurante Triunfo.
El restaurante Triunfo, donde comimos muy a gusto y reímos a placer de todo lo que recordábamos de este y de otros viajes, con anécdotas graciosas y recurrentes. Después del menú, baile a cargo del cantante de turno, que simpático recorría con su micro desplazable por todo el comedor, donde quizás habrían más de ciento cincuenta personas, cantando sus canciones, rumbas, pasodobles y demás melodías a las que el público agradecía, bailando sueltos y agarrados.
En
el Restaurante Triunfo, lugar de la comida de los tantos viajeros que
hicimos aquella salida, donde reímos y comimos, para acabar en un
baile de pronóstico reservado.
La fiesta acabó a las cinco y media, y fue el momento de subir al Bus y comenzar el trayecto de vuelta a casa, que gracias a Dios, lo hicimos sin el más mínimo contratiempo, y con la escasa caravana que pillamos, para llegar con salud y ganas de volver de excursión
Fin de la Excursión
Data 13 octubre 2019
fotos E.Moreno
Textos de la Web de la
página corresp.
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