Hacía
un año, que no visitábamos Manresa, fechas no ajustadas entre las
familias, gripes, alguna intervención que otra, con buenos
resultados, la rotura del hueso radio de la mano de nuestra amiga, en
fin que no se ajustaban los calendarios y esto se alargaba. Hasta que
le pusimos fin.
Nuestros
amigos nos esperaban y nosotros teníamos ganas de volver a
estrecharlos en un gran abrazo fraternal, y ¡Decidido!, preparamos
el viaje, sin más nos acercamos con el “carrilet” a la estación
de Manresa Baixador de la línea L8 y allí nos encontramos. Para
pasar un día fabuloso. Una temperatura ideal, entre 13 y 15º que
para pasear en noviembre y además abrigados como íbamos, se hacia
del todo perfecto.
Recorrimos
la ciudad, y disfrutamos del buen sol que nos regalaba la naturaleza,
una vez sentados frente a la cerveza, recordamos…
El
modo en que nos habíamos conocido en el año 2017, fuera de la
península ibérica, y alejados de la piel de toro, a bastante
kilómetros, aunque siempre dentro del recinto español.
Fue
un día 14 de noviembre, precisamente cumpleaños de mi amigo
Antonio, que lo celebramos en el Puerto de la Cruz en Tenerife, en un
restaurante que está en la calle de San Telmo, en el propio puerto
de la Cruz, en el restaurante Rústico, donde por lo menos yo, comí
una especie de pescado que no conocía ni había degustado.
El nombre del escamado marino, además de muy gustoso, “las viejas” que fue una delicia comerlos en compañía de Mari Carmen y Antonio, que como decía las casualidades de la vida y el destino fueron los que depararon que nos fuésemos a encontrar en aquel lugar, aquel preciso instante, del día anterior en una población de la isla Tinerfeña, llamada la Masca, por culpa de unas almendras que ya tuve la ocasión de reseñar en este frontal, que estáis leyendo.
Acabamos
en el Spaguetti, de la ciudad Manresana y después de disfrutar del
día, volvíamos en el transporte del L8, hasta nuestros domicilios,
mas pinchos que panchos y desde el tercer vagón del Carrilet,
recuerdo y escribo esto en conmemoración de la amistad, recordando
sus nombres. Mari Carmen y Antonio.
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