domingo, 24 de noviembre de 2019

Nos dieron las cinco y las seis y....





Hacía un año, que no visitábamos Manresa, fechas no ajustadas entre las familias, gripes, alguna intervención que otra, con buenos resultados, la rotura del hueso radio de la mano de nuestra amiga, en fin que no se ajustaban los calendarios y esto se alargaba. Hasta que le pusimos fin.

Nuestros amigos nos esperaban y nosotros teníamos ganas de volver a estrecharlos en un gran abrazo fraternal, y ¡Decidido!, preparamos el viaje, sin más nos acercamos con el “carrilet” a la estación de Manresa Baixador de la línea L8 y allí nos encontramos. Para pasar un día fabuloso. Una temperatura ideal, entre 13 y 15º que para pasear en noviembre y además abrigados como íbamos, se hacia del todo perfecto.
Recorrimos la ciudad, y disfrutamos del buen sol que nos regalaba la naturaleza, una vez sentados frente a la cerveza, recordamos…

El modo en que nos habíamos conocido en el año 2017, fuera de la península ibérica, y alejados de la piel de toro, a bastante kilómetros, aunque siempre dentro del recinto español.
Fue un día 14 de noviembre, precisamente cumpleaños de mi amigo Antonio, que lo celebramos en el Puerto de la Cruz en Tenerife, en un restaurante que está en la calle de San Telmo, en el propio puerto de la Cruz, en el restaurante Rústico, donde por lo menos yo, comí una especie de pescado que no conocía ni había degustado.


El nombre del escamado marino, además de muy gustoso, “las viejas” que fue una delicia comerlos en compañía de Mari Carmen y Antonio, que como decía las casualidades de la vida y el destino fueron los que depararon que nos fuésemos a encontrar en aquel lugar, aquel preciso instante, del día anterior en una población de la isla Tinerfeña, llamada la Masca, por culpa de unas almendras que ya tuve la ocasión de reseñar en este frontal, que estáis leyendo.


Amistad que ha perdurado a lo largo de estos años y que se ha ido acrecentando día a día, con detalles y buenas maneras, risas y certidumbres allegadas.
Acabamos en el Spaguetti, de la ciudad Manresana y después de disfrutar del día, volvíamos en el transporte del L8, hasta nuestros domicilios, mas pinchos que panchos y desde el tercer vagón del Carrilet, recuerdo y escribo esto en conmemoración de la amistad, recordando sus nombres. Mari Carmen y Antonio.














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