Está
el orbe revuelto, y no comprendo
la
gran falta de acción, en todo el mundo.
Tanta
frustración con trote infecundo,
desanima
al que aun iba creyendo,
que
algo se corregía esclareciendo,
solución
triunfal de este moribundo
espacio,
yerto de vida errabundo,
sin
dar atención,
y estemos. ¡Muriendo!
Nadie
propuso el fin, del fin que llega.
Final
que nos avisa con la ruina,
maremotos,
conflictos y sosiega,
por
momentos en ver, la cruel inquina,
el
no: en su corregir, dándole brega,
a
este incierto destino que acoquina.
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