Se
veía venir que habrían fallos
en
aquella consulta de doctores,
de
la Seguridad, de mis amores,
por
gentío, las prisas y los yayos.
Comenzaba
el trajín y los desmayos,
las
enfermeras sudando en colores,
repartían
recetas, cual gestores.
A
la par, que el galeno sin ensayos,
despachaba
sin prisa, a tanto enfermo,
y
todos se dolían de algo nuevo.
¡A
Rony! ¡El orín se le va del termo!
Para
su freno; le dan agua y sebo,
que
es un aceite negro añil muy yermo.
Pócima
rara, para untarse un huevo.
y
va la segunda …..
La
otra aquejada fue Doña Amalina,
con
dolor en el cuello le recetan,
pastillas
“Consupan”, las que destetan,
los
dolores, y son como aspirina.
En
la botica, se forma una ruina
con
las recetas que tanto engolletan,
y
han de curar a los que el culo aprietan,
con
el fallo y delito en la rutina.
La
enfermera, la erró con el oráculo
dando
al del orín, la gragea del cuello
y
la grasa añil, al cuerpo minúsculo.
Amalina,
tan solo perdió el vello,
al
ungir el aceite por su culo,
manteniendo
el resfrío con destello
0 comentarios:
Publicar un comentario