miércoles, 16 de marzo de 2016

Gruta vaginal


Viene del capítulo anterior: Proporción de sexo





Grutal vaginal


Ella siguió con su interpretación hasta que el vestido que llevaba de la firma: Carolina Herrera, estaba colgado en una pecha del Schissen, después de despojarse de él, en un baile desconcertante de sensualidad.

Luciendo un cuerpo femenino celestial y moreno, que no lo podía dejar aparcado sin que la gente pecara con los ojos al mirarla. Con parsimonia, se desquitó del body; y también lo depositó como primorosamente se guardan esas prendas íntimas que tocan la piel más delicada, la que tropieza con el mismísimo sexo de la mujer.
  
Tomó asiento en el cubil, y se descalzó de los zapatitos de charol, dejando al pairo unos pies, alegres y saltarines que tenían una extensión mínima, apenas apreciados por algunos de los que miraban el espectáculo, ya que los ojos de la mayor parte del público, estaban entre sus piernas, o dentro de sus entretelas. Continuó despojándose de las medias indesmayables, aquellas que le llegaban casi al gollete del muslamen, esquina con el triángulo de las bragaduras, justo encima de la ingle y, con escasa o ninguna prisa, ni nerviosismo, fue enrollando sensualmente, para depositarlas sin destrozo en una de las lejas del equipo, a la vez que hacía su parte de teatro, para arrancar el ánimo de los presentes. Primero la pierna derecha y dejó la zurda para acabar su actuación, con el mismo placer y encanto.

Los tonos de algún corazón sobresaltado, se escuchaban; a poco que pusieras oído. Nadie respiraba, solo veías el reflejo del rosario del Presbítero, que santiguaba su abrupta cojonera, mitigando y disuadiendo como podía  el grosor y la robustez de su pene. Con una alegría muda, callada; de forma torpe, entre los hábitos tradicionales, para evitar vieran los allí presentes, que estaba empalmado; que no era el tipo normal de cura, que de él se esperaba. Como cualquier otro humano se encontraba fuera de sí y que viendo aquella mujer se le engordaban y ensanchan según que músculos. Sobre todo cuando reciben una imagen apetitosa y sensual, que su cerebro procesa con alerta de pecado

Las señoras disfrutaban de lo lindo, queriendo quitarle importancia y miga a la actuación de la súper woman. Como queriendo significar: "eso también; lo sé hacer yo;".
Aunque admitían a la perfección el trabajo de la modelo, que se retorcía de forma originaria encima del escenario para demostrar y no dejar duda, de algo tan sencillo y a la vez tan bien escenificado, como es: el ir al lavabo de forma natural.
Otros asistentes más disimulados, o quizás más cobardes; tenían la sonrisa del espectador neutro, del que ni siente ni padece, y así difícilmente, trataban de reflejarlo en su cara. No tan fácil les era ocultar en su hendedura, la tirantez que les proporcionaba el tamaño adquirido por su glande.


Todos los asistentes, trataban de pasar desapercibidos, con la preocupación de no ser detectados en su disfrute oculto. Con toda la enjundia vivida y el placer que daba ver aquel striptease en la exposición de un clásico retrete, cósmico.
¡Daba lo mismo!, pero seguro que no existía un espectáculo jamás antes visto encima del entarimado, mostrando un artilugio que llegaría a ser conocido y popular en todo el mundo.

La vedette, proseguía sin prisa dando teatro, dejando que los allí presentes saborearan todo lo que hervía encima de aquel tablado, conducido por una preciosa mujer, que demostraba como usar de forma moderna, el desaguar de los cuerpos humanos, en un futuro ya no lejano.
Los mini sujetadores los dejó que lucieran, no necesitaba despojarse de ellos para la demostración, y justo en el instante que entró en el habitáculo, se despojó de las bragas, dejando al aire la zona pudenca y vaginal, ocupó el retrete  y pulso la opción tres.

Hizo popó y pipí, procesó ambas opciones exhaustivamente, y se levantó del utensilio limpia y aseada, aunque antes desarrolló milimétricamente los pasos para que todos los presentes vieran desde su tribuna preferente.

Las ayudas braquiales_ auxilios mecánicos_ rodillos higiénicos, pernios sanitarios, cepillos desinfectados, los soplos de calefacción inguinario y los jabones profilácticos etéreos del equipo, se introdujeron por los orificios de la vedette_ abertura del ojal, gruta vaginal_, y asearon al completo su zona, la esterilizaron de detritos de la propia suciedad, provocando un riego y un substanciado de restos, que ayudados por los mecanismos, se hicieron de forma sencilla y sin dolor,  provocando un placer afrodisíaco a la gentil señora, que lo dibujaba en su cara y en los temblores placenteros que mostraba, cada vez que aquellas manos casi humanas la tocaban por delante y por detrás, dándole placer.

Vinculando dócilmente aquellos brazos en los ojetes y comisuras anales, pliegues y recovecos, para enjuagar, frotando hasta quedar nítido en limpieza, higienizando y secando su piel bruñida y tersa. No pareciendo salir de un excusado.

Tampoco se pasó Cinta en el abuso de su actuación para dejar buen sabor de boca, aunque en otras partes de la sala, otros espectadores que lo vieron con otras vistas, les dejara bastante insatisfacción y lo calificaron como una parodia sexual.
Salió completamente vestida, seca y aseada, y saludando arrancó tímidos aplausos del público allí concentrado, que seguía sin levantarse de sus butacas y esperaba alguna actuación añadida.

Se iluminó la gran sala, con unos focos preciosos, que dejaban a las claras la verdad de lo que se había visto, ni una sombra en la cara de los presentes, la luz cenital evitaba dejar oscuridad en los perfiles del público, la música rebotó, a la vez que Manuel García de la Serrana, salía al escenario invitando a los presentes a unos canapés que había preparado un famoso restaurante del Gallo más Gallo y para dar las gracias a toda la concurrencia.
Invitando a aquellos que tuvieran preguntas y dudas de los equipos y de la infraestructura. Se dirigieran a las personas dispuestas en los apartados previstos que estaban en sus respectivos sets de trabajo para tales fines.

Los amigos de Manuel y de Mechthild, se arremolinaron junto a ellos para comenzar la fiesta. La madre Pajarita con su amigo, no tardaron demasiado en ir hacia la hacienda de la Tinaja, propiedad de los Sröeder.

René hacía minutos se había escapado con sus amigos, y Virtudes Malena, se enroló con un visitador que conocía. Riendo y charlando mientras degustaban los bocados exquisitos de la velada.

Los curas, no se quedaron al lunch y pronto salieron pitando, los interesados en el mercadeo del accesorio, fueron a los puestos de información y el resto de las personas se quedaron a disfrutar de las tapas y bebidas que se servían a destajo para los invitados.

Glenda desapareció junto a Rosalía, por unos asuntos comerciales que les obligaba  dejando nota a Fulgencio, para que lo supiera. Marcharon en taxi hacia el centro.
Elvira y Ariel, quedaron junto a Manolo y Miche, que esperaba a su vez a Carla y a Cándido para seguir la fiesta.

Natalio, fue el que propuso una cena para aquellos que pudieran aguantar el final de aquella velada y todos juntos, disfrutando de las bondades de lo vivido se unieron al festín.

Aquella misma noche, mientras cenaban revueltos en uno de los restaurantes de aquel complejo comercial tan amplio, llamado: El Mesón de los Crápulas, famoso por ser icono espectacular y el más chic en el Gallo más Gallo. Mechthild, quiso poner su corazón en manos de Manolo, que la besaba tras el arduo trabajo realizado aquella misma tarde.
Preparando el terreno, se distanciaron de Carla y Cándido y fueron a conversar en un reservado del establecimiento.

_ Que tanta prisa por contarme cosas, ya habrá tiempo para hacerlo no crees_ dijo Manuel a su amor Miche

_ No; quiero aprovechar el momento, y que sepas todo lo que llevan mis alforjas, nunca es tarde dicen; pero yo prefiero estar en lugar público para contarte detalles privados, porque me es más fácil expresarme en la multitud del instante, más acogedor y más práctico, por mil y muchos detalles que hay y que no quiero se me escapen; y tú los sepas_. Acabó la frase convencida que era el momento para revelar sus desvelos.

Tomaron sus copas de la barra del bar y fueron buscando un lugar hasta que se acomodaron en el vestíbulo, muy separados de los demás y ya con sus niveles de tensión estabilizados, ella comenzó a relatar algo que necesitaba decir, y cada vez parecía le costaba más, por tantas y tantas circunstancias se iban sucediendo en las pocas horas que llevaban juntos.

_ Como sabes Manuel; no estamos al corriente, el uno del otro_ dijo categórica_ No es que deba hacerte un tercer grado a ti, porque es bien verdad que me da lo mismo tu pasado.
Lo que sí quiero que sepas es el mío _ siguió argumentando Miche_ Como puedes imaginar he tenido una vida anterior;  que de hecho la saben pocos de mis amigos y de la familia contados con los dedos de una mano_ Se replegó el cabello para seguir diciendo, a la vez que tocaba con su mano derecha la pernera de Manolo, en señal de cariño_. Vengo por parte de padre; de una estirpe alemana muy cerrada.
Por parte de mi mamá, de indígenas nicaragüenses, ya podrás imaginar la cantidad de silencios que hemos hecho a los demás, para que no conozcan nada de nuestras vidas.
Siempre con medias verdades, a menudo no mintiendo; pero si omitiendo detalles, para que la gente no hablara más de lo debido_ ya sabes_ afirmó Mechthild para proseguir con los detalles.

Mi primera confesión y la única, quiero que sea la que escuches a continuación. La más vergonzosa quizás de todas, pero la vida no la eliges, te la plantifican y para que, seguir dando justificaciones sí;  no puedes elegir.

Estos son unos secretos que averigüe por casualidad en Boston, y que no pude airear porque mi padre Mathías Sröeder, no permitía que se extendiera, por su propia seguridad y para que la gente no conociera su pasado.




Continuará


To be continued






domingo, 13 de marzo de 2016

Proporción de sexo

Viene del capítulo anterior:
El wáter cósmico: El sexo de Cándido brutal


Proporción de sexo:

Política y mujer feminista, no demasiado guapa, pero sí muy interesante; nacida en la mismísima Nicaragua, morena y de estupenda figura, tan agradable como avispada, tan educada como para engatusar a quien fuese; por un trueque interesante de votos favorables para que la situaran más y mejor.

Natalio Rupérez, no quiso separarse de la interesante alcaldesa asamblearia,  y la acompañaba en todos sus movimientos, sin dejar de ser agradable y de ir proponiendo a ella y a su partido, los beneficios que les reportaría aquel invento y todo lo que de ello derivaría. Explicó detenidamente a Daysi, las excelencias de los equipos y le demostró claramente la franca salida en el mercado, desde su perspectiva, como jefe de distribución del producto en España y como no, regalándole a ella y a su familia un completo kit del wáter cósmico, con instalación incluida para sus aposentos. Accesorios que disfrutaría la alcaldesa, antes incluso que sus propios votantes.

El caballero educado, el ejecutivo de la Schissen, volvió a practicar la prevaricación, ante una dama poderosa del país, en el que pretendía hacer negocios por la calidad y cantidad de oportunidades vistas en los días que llevaban en aquel territorio divino.

Daysi tampoco le hacía ascos a su compañía y se dejaba cortejar por el español maduro y sabelotodo. Ella, en su afán político pretendía del amigo directivo y afincado en España, precisamente en Zaragoza, un completo viaje a tierras mañas, con la excusa de los negocios y de poder visitar la Basílica del Pilar, a la que ella y su familia les encantaría.

Aprovechando las tendencias del caballero en cautivar a señoras importantes, más bien enteras, le propuso Daysi, sin demasiado juego erótico, que la invitara no a tardar demasiado y disfrutara debidamente de las lisonjas de una acaramelada mujer Nica y de todo su sexo viable.
Detalles que a Nicasio Rupérez, le podrían beneficiar en su negocio, y que de ser factibles incluso en su placer personal, ya que el modo de presentarse las cosas le regalaba el capricho que llevaba implícito en su impronta y en su ADN.

Los responsables de la promoción de Schissen Lecker,  además de los retretes cósmicos que habían dispuesto en el escenario para la magna presentación al publico de Managua, también y a su vez habían preparado de unos servicios del Wáter Cósmico para uso de los que quisieran pasar por ellos o para aquellos que necesitasen aliviarse.

No habría mejor manera de probarlos que al momento y sin ninguna necesidad de compromiso. Por lo que una batería amplia de excusados cósmicos estaban al abasto de aquellos que quisieran, con bastante éxito a tenor por el uso y probatura a que estaban sometiéndolos.

El tercer y último acto de la programación estaba dispuesta. El escenario había girado de nuevo situándose el último tercio frente a la platea principal de cara al respetable que aguantaba más o menos estoico, haciendo comentarios entre los acompañantes. Todos ellos llenos de su proporción de sexo, que es a lo que llevaban las imágenes de la escena, y muchos de ellos sin poder levantarse de sus localidades por qué no se vieran las prominencias de según qué pantalones, a punto de reventar por tanta imaginación contenida y esparcidas en las tarimas del tablado
Entre los que había estado hasta hacia poco,  Jürgen Otto, que buscaba un traguito enérgico y contundente, o algo que fuera más fuertecillo que la chicha levadura de la Toña, la popular cerveza Nicaragüense que suministraban en los salones del Gallo más Gallo. Con lo que buscando con afán, se había metido entre chasises y llegado a los camerinos, recalando en la suite de la señorita María Cinta de los Cielos Urdastín, la graciosa actriz más conocida por Cinta Vergaray, la que esperaba en su camerino, a medio vestir y tomando unos traguitos de ginebra a palo seco que mezclaba con poleo menta, haciendo saltar las chispas de los humores más violentos del mundo.

Al penetrar en aquel camerino Cinta, que conocía por referencias a Jürgen, le paró los pies, sin hacer gesto por taparse las dos tetas que lucía al aire ambiente y este le hizo un gesto como no queriendo mirar, solo pretendía beber algo

_ Tío que haces tú metido en este coyuyo, por aquí no hay nazis, que detener, solo estoy yo y a punto de salir a escena, por lo que te pido te pires de inmediato.
_ No te asustes, yo solo quiero un traguito de algo que no sea Toña, tu no tendrás una botella guardada de pisco, o de agua hirviente, ¿qué me haga aguantar hasta que esta mamarrachada se acabe?

_ Anda toma un tiento de esto, pero deja unos dólares ahí encima, que esto vale pasta y yo no quiero mantener a ningún capitán de la gran guerra europea. Bastante tengo con lo mío_ acabó diciendo Cinta y recogiendo el puñado de dólares que el amigo teutón le había dejado sobre el vestido, a cambio de la ginebra inglesa, que tragó sin más.

Jürgen salió del cuchitril, dejando a Cinta, que se vistiera para su inminente reclamo en el escenario, cuando se tropezó con el regidor que le anunciaba _cinco minutos para la presencia en el tablado.

Ella se vistió sin prisa, ajustando en su encaje tridimensional, unas braguitas de encaje de blonda totalmente transparentes, y unas medias que le llegaban hasta el último centímetro de sus muslos carnosos, casi tocando a las ingles, para instalar en sus pies, unos escarpines de charol y ponerse por encima un vestido acanalado y ceñido en color negro que le cerraba tras la espalda con una larga cremallera desde el testuz, su cuello trasero hasta el comienzo de su carnoso culito y final de su espalda estrecha.

La música se escuchaba en el tablao y ya salía Cinta, por los pasillos angostos algo chispadilla, de los tragos de poleo con Gin, que se había atizado, sin embargo podía con aquello, y con las consecuencias.
Apareció en un lateral del escenario, esperando la indicación de Manuel, para salir a escena, que ya la presentaba después de haber indicado la opción tres de las tantas posibles combinaciones como tenía aquel retrete moderno, que más que un palo, comenzaba a ser una bendición el tener que ir a dialogar al despacho del _señor Schissen_  Defecar y orinar, desinfección y profilaxis.
Manuel presentó a la vedette, antes que apareciera.

Gratamente definiendo su clase, dando nota de sus cualidades como humorista y como modelo de anuncios seductores, amén de su larga experiencia en series de televisión en las diferentes cadenas y alguna película americana en las que había participado.

Haciendo un giño ella,  apareció y el respetable le aplaudió, ya mirándola desde los pies a la cabeza, porque había surgido al entarimado con un vestido que para hacer lo tenía encomendado;  trabajo, sudor  y arte debería poner para conseguir fuera sensual y llamativo.

Una melodía suave y sofisticada se escuchaba, mientras ella levantaba las piernas hasta la altura de la cabeza, como dando preámbulo a lo que iba a llegar, unos pasos de un baile cadencioso, la llevaba desde un vértice a la arista frontal, haciendo que todos pudieran verla, pudieran observar su talle, sus piernas, sus medidas y su maravillosa forma de poner en salsa a tanto tío normal, y depravado y a tantas señoras críticas con sus semejantes.

Al pronto, se inclinó hacia adelante, abriéndose su atuendo, y dejó entrever las bragas transparentes y claras que se había colocado, al marcarse con las palmas de las manos toda la culera y delantera baja, aquellas mini calzas, que no las iba a desterrar sin antes quitarse el vestido tramposo de tubo entallado que llevaba completamente ajustado en el cuerpo y que se abría al mundo de manera fácil por dos lugares. Dependiendo la parte del cuerpo que quisiera mostrar. Comenzó un baile de festejo, meneando sus caderas de forma gimnastica sensual, pero a la vez de la fuerza bruta con que tiraba hacia dentro y fuera, podía poner a más de uno de los nervios, tan solo que dejara ir la imaginación. La música que le acompañaba, propicia para desnudarse frente a gentes expectantes. Si resonaba sutil se deslizaba blanda, si el tono musical era más agudo, ella se volvía gata en celo, ramera permisiva y ayudaba al desquiciando por sobresalto de cuantos cisnes imaginativos engrosaran aquel baile lascivo y coqueto.

Su brazo se movió como un accesorio hacia atrás, tomando el anillo de la cremallera, para ir descendiendo poco a poco, por la espalda hasta llevarla a la frontera del espinazo con las nalgas. Dejando una vez suelto la pechera del vestido negro, caer el peto hacia adelante publicando a las bravas, dos tetas tamaño "camuama" , dos pechos más floridos que los de la legión femenina de tetas para mamar. Cubiertos por unos sujetadores de la misma guisa que los taparrabos.


Ondas de sottovoce en las gradas de espasmo y de censura, los habían que pensaban que siga hasta el final y se cague delante nuestro y otros ya comenzaban a encontrar aquel teatro algo grotesco, cuando aún no había visto nada.






sábado, 12 de marzo de 2016

Ventolera cruel





Viento es y despoja mi maldad
fuerte es la sacudida que tropieza
una y otra vez contra mi piedad
golpea, zarandea con crueldad

Llevándose mi sueño en verdad
viento, fingido, gélido y etéreo
pudiendo demostrar toda frialdad
para expresar lo vil que llevo dentro

Aire molesto pérfido y pertinaz
viento del norte, frío de soledad
rompiendo mi esperanza de cambiar
que atenaza mi vida, sin piedad

Viento cruel, aturde el remordimiento
acaricia mi frente, que arrugada,
simula el todo, falso y sin talento.
del que alberga un deseo que le gana

La gran ventisca azul, desvencijada
viento que se llevó, toda esperanza,
con el deseo gris, que nos hurtaba
cual veneno mortífero, nos mataba.

Barbaridad del aire, rompe ramas
ese, viscoso viento añil que mancha
con su humedad lo graba en las llanadas
para que se conozca en la distancia.

Tu falda la remanga, vi tu enagua,
mi camisa se infla como vela,
ese viento de cólera, trae agua
a nuestras vidas hunde, ve y cela











martes, 8 de marzo de 2016

El sexo de Cándido, brutal


Esperó el instante en que García de la Serrana, le daba la luz verde para el comienzo, dado que aún estaba en la alocución de las características de programado y de los beneficios que aportaba el invento.

La posibilidad de instalar el producto en instituciones públicas, grandes almacenes, ministerios, hospitales, industrias, oficinas bancarias, y por supuesto teatros y salas de fiesta.
Una vez remató el speaker con todas las posibilidades técnicas y prácticas del accesorio higiénico, pasaron a la demostración. Teatralizando la evidencia in situ.


Fingiendo que Cándido, el actor protagonista de la propaganda, era un agente de Valores y que dentro del Instituto en horas laborales le daba un retorcijón el vientre, dejándole a punto de ensuciarse los pantalones sin remisión dentro de una situación enojosa y poco aplazable.

Las luces cambiaron de fuerza y quedaron difusas, para que se pudiera además de ver el escenario con claridad,  notar la sensación de rigor que ofrecía Cándido en su actuación mientras se quitaba los pantalones, y calzoncillos, que colgó en los anaqueles del perchero junto a la camisa y corbata que ya había colocado convenientemente en el armario al uso, quedando su persona en la desnudez más simple.

En "Colitates" _ lo que se llama en cueros_, completamente desguarnecido de trapo alguno, mostrando hasta el vello más descolorido de sus recovecos sensuales, aquello que jamás se muestra, a no ser que el médico te ponga de cuatro patas en la camilla para mirarte la próstata.
El ejercicio estaba servido y solo era preciso dejarse llevar por la tecnología, con lo que Cándido se sentó en la taza sideral del inodoro y sin esfuerzo prácticamente, comenzó a deponer los detritos que le llegaban del intestino grueso, camino de la destructora de inmundicia que instalada en el wáter hacía su trabajo.

Las partes sensuales de Cándido no eran tan onomatopéyicas como las de su compañero José Trinidad Callejas Martínez Recadero, más conocido por Cheo. Desmesuradamente éstas, más grandes y mucho menos vistosas que las de su colega. Ya que el sexo de Cándido pesaba mucho más y daba miedo verlas desde la distancia. Desde las butacas del apañado teatro montado para tal efecto. Por lo que la visión y el tratamiento del Schissen Lecker en cuanto al aseo del actor, era mucho más entendible que las de cualquier persona que tenga medidas estándar o de las que se consideran normales.

El bulto ofrecido por aquella persona más bien pequeña de estatura, fornida sin llegar a ser atlético, le daban una sensación de imperio inaudito que las mujeres supieron encontrarle comparación. Ni gota de grasa en el abdomen, barriga plana, culo sin nalgas destacadas, ni siquiera respingón, pero con una ametralladora del tipo de los fusiles kalashnikov por pene, que destacaba dentro de todos los ámbitos.
Un auténtico glande, un pene espectacular, en labores de aseo por parte del servicio de la estructura del wáter cósmico. Adecuado por grosor y tamaño para poder divisar desde los aposentos más alejados, en las gradas del anfiteatro. La rutina de limpieza de la opción dos, quedó minimizada por los efectos causados por la escopeta del actuante, que dejó anonadados a hombres y encantadas a las damas. No solo por el meneo que le dio la trompa, sino por el pensamiento siempre fugaz y emblemático que de estas visiones tienen las señoras.

El murmullo del público no se hizo esperar, por la buena actuación del cacharro de Cándido y por la efectividad que le puso a la hora del secado del chirimbolo, que lo mostró diáfano para que cada cual le diera su justa opinión en el tratamiento de pulcritud que el Schissen Lecker, dispensaba después de cualquier evacuación corporal.
No había ni trampa ni cartón, allí mismo, los usuarios vieron como el artista, hacía su deposición y tras ella el equipo actuaba.
Insinuado y visto de derechas, izquierdas, desde arriba, trenzado, empalmado e inmoderado si se sacaba de contexto.

Tanta limpieza obsequió el invento al culo de Cándido, que todo el mundo se hizo una idea perfecta de cuánto y de cómo trabaja el nuevo cósmico, dejando nítido y perfectamente aseadas las partes nobles del individuo, tras las labores ya sabidas de la post evacuación.
La justa exquisitez y secado del aparato progenitor, fue delicada y esmerada, con suavidad indescriptible, que más que un aseado del pene, parecía un masaje divino por las sensaciones preciosas recibidas por el cerebro.

El actor, se volvió a vestir, y cuando salió del cubículo, tan acicalado tan puesto y nada desdeñado, dejó en los presentes una seguridad manifiesta.
Saludó con un gesto inapreciable y una sonrisa y el escenario móvil volvió a recorrer un tercio para dejar frente a las localidades, la próxima actuación.
Fue cuando el speaker tomó de nuevo el micrófono para seguir con el paseo a otra modalidad de las usadas en el equipo.

Nadie aplaudió, ni siquiera daban opiniones gratuitas, el murmullo era apreciable, como si cien enjambres de abejas reinas hubieran entrado en el hemiciclo con un zumbido gutural de permisibilidad y agrado.

Aquel espectáculo preparado por la dirección del Gallo más Gallo, el que está regentado por don Antonio Guzmán Fernández, director del centro. El ubicado cerca de la rotonda Bello Horizonte de Managua. Se llevó la primacía de la primerísima representación en suelo managüense, del que presumiría durante la posterior reunión y cena con los principales personajes que asistieron al encuentro.

Los responsables de la empresa fabricante y distribuidora del wáter estaban allí presentes, en la afamada rotonda del en aquel momento tan Bello Horizonte, encabezando como no podía ser de otra forma. Las comisiones de las firmas allí llegadas, con sus directivos. Así como de los periodistas especializados nacionales y extranjeros que se habían dado cita en el lugar de la demostración. Todos ellos invitados por la organización del Centro Comercial el Gallo más Gallo.

La señora _ la frau_  Anguela, con un dominio muy amplio del idioma castellano, no tuvo problemas para mezclarse con todo tipo de los personajes allí presentes. Su descendencia española, le daba también cierto aire de sociable, que unido con su parte teutona, hacía una mezcla variopinta de cierto carácter agradable, que además procuró demostrar en toda la relación que mantuvo mientras estuvo en Nicaragua.

Por ello no dejó jamás de atender y entender a todos los que allí permanecían amablemente en la exposición; agasajándoles cuando era menester y con una atención sobradamente educada. Con la idea de gestionar aquel producto que a ella, le podía representar muchos beneficios profesionales.

Ibérica riojana, descendiente de madre calagurritana, supo donde tenía y con quien debía sentarse para agradar y fue a parar justo al lado del señor Eutiquio Lázaro García, apoderado de la American Standard en Sudamérica, que asimismo se le notaba era un vanidoso y pedante semental, mujeriego y carnal, preferentemente  amigo de hembras exóticas y no demasiado jóvenes. Personaje atrayente y dado a las sonrisas baratas, regaladas a granel y repartidas sin dificultad alrededor de su perímetro cercano.

Lo que siempre le hacía ir rodeado de bellas mujeres, para presumir de harén, aun y siendo de una religión antagónica a esas ostentaciones. Presto al ligue, por vicio y tendencia natural, entre esas preferencias; la presunción de llevar enamorada consigo;  a la hembra más extremada, femenina y más bella del mundo.

En ello estuvo Anguela, que lo descubrió en cuanto llegó al anfiteatro, y ya había conseguido arrancarle más de una sonrisa incontinente y sus manos incluso se habían atrevido a colocarle bien la corbata dentro de su americana. Con lo cual, Eutiquio, se sentía profundamente orgulloso.



Natalio, salido de un affaire de sábanas calientes con la mismísima frau Anguela, iba tocado en el aspecto de tener que dar explicaciones de justificación en breve, por lo menos a quien sabía de ello, que no era más que su futuro yerno. Sin embargo tampoco se chupaba el dedo y trataba de hacer negocios en aquella ocasión que la pintaban calva y fructífera para cuantos intereses volaban en el ambiente. Por lo que en la presentación que le dispensó el señor Dionisio Millán, un ejecutivo empresarial de los allí presentes con la Alcaldesa, la señora Daysi Cumbres del Bosque, le supo a Gloria In Excelsis Deo_ que significa: más alto.

La había conducido y mimado con un gracejo propio de una princesa, aún y sabiendo que la Regidora de la ciudad,  no se dejaba encandilar por nadie y menos en representación comercial. Natalio le descubrió su punto débil y le ganó la partida del sentimiento al tocar lo que deseaba en secreto.

La hizo disfrutar del momento, y que se sintiera menos política y más mujer, y su chispa apagada de muchos años, consiguió que se enhebrara y volviera a arder aquel deseo inconfesable. Los dos actores, que la habían hecho recordar amoríos y situaciones abrasivas,  las que pudieron arrancarle una risa espectacular y estridente a la sensual gobernante, que no se inmutó en ninguna ocasión ni ruborizó,  al observar el falo de Cándido, que sobresalía y descollaba en mucho de los que posiblemente allí estuvieran encogidos. 





lunes, 7 de marzo de 2016

Un vicioso de la porno

Ella Elvira, la muy artera, disfrutaba más haciendo pasar aquel rato excepcional, a su cariñoso bandido, a su nuevo follamigo de Alcañiz, residente temporal en Costa Rica, y licenciado universitario, que dejarse encandilar por el cuerpo de un actor transformado en payaso de teatro. Luego le podría servir como moneda de cambio a la hora del balance por su estancia gratuita en casa del Agregado Cultural de Arte y de Historia en la embajada española en Costa Rica.
Don Fulgencio Cánovas, no perdía puntazo y acostumbrado a vivir del bien ajeno, normalmente se quedaba con casi todo, además de tener negocio con la firma Schissen, para la distribución del equipo por América, ¿por qué no sacar jugo a todo lo que pudiese en Nicaragua? _ se preguntaba para sus adentros_, lugar donde no había puesto jamás los pies y sabiendo, _por lo que se cocía y olía_ que tenía un mercado virgen, bastante afín a lo que el trajinaba.
Contando además con la colaboración de su esposa Glenda Romero y la secretaria de ésta la dinamista Rosalía Mangado, que las había hecho recalar en Managua, por si cuajaba un nuevo negocio que ya había comenzado a maquinar hacía unos días. Acción despertada desde que llegó al país de Centroamérica. La tierra de los Nicas.
Fulgencio Cánovas de Cangállate, era un capo de la mafia suramericana, con dominio en Chile y por supuesto en las fronteras de Perú, Bolivia, Argentina y países del cono sur. Sus inicios los había ejercido como aprendiz en una lechería de Tacna, maravillosa ciudad fronteriza. Donde pronto, dadas sus cualidades del joven tramposo y sin escrúpulos, se quedó con el negocio. Pasados unos años, arrebatándoselo a los propietarios un matrimonio de la zona de Arica, establecidos en la ciudad " heroica ". De los cuales jamás se supo. Desaparecieron y todo el capital y patrimonio pasaron a manos del joven Fulgencio, más conocido por "Genio Can".

Con el tiempo, conectó por sus heroicidades depravadas con funcionarios corruptos del fisco, falseando toda clase de documentos y fraudes a grandes comerciantes. 
Ejercicios que le repercutieron en grandes ganancias dinerarias. Sus tendencias mafiosas con la Dirección General de Transportes Tacneños, que es donde ganó todo su prestigio y fortuna estaba aún en marcha; ya que dominaba toda la periferia de truhanes y gente del hampa.
Dedicado al cobro entre mil fechorías más, de coimas para extender permisos ilegales de circulación a empresas de transporte de mercancías y de pasajeros, que cubren la ruta Tacna con Arica.

Genio Can, estaba ubicado en las primeras filas frente al escenario, no había perdido el hilo de la representación que había protagonizado Cheo, y Cándido a los que desde conocerle; les dispensó una gran estima por las cualidades que poseían. Especialmente se había fijado en la persona de Cheo, que es el que imaginaba podría darle más juego, dadas sus características. Por la cultura desmedida que tenía y por su licenciatura que el ínclito juglar atesoraba, quizás utilizable más pronto que tarde.
Se había ubicado el capo Fulgencio cerca de las butacas principales, tratando de llamar poco la atención, intentando pasar desapercibido y no perderse ningún detalle de los que fuesen de interés. Seguía los pasos de su ahora beneficio preferido: Cheo, bastante de cerca. Con anterioridad al certamen, el gánster de Tacna, había pertrechado a sus dos conseguidoras, Glenda, la esposa y Rosalía la secretaria de ésta a que se dispersasen por el anfiteatro con instrucciones explícitas y contactos concretos con personajes de la industria, de la cultura y del comercio de Managua; a ver qué es lo que podían aportar para su conveniencia.

Rosalía había ido a colocarse muy a tiro de don Prudencio Navales del Prado, responsable nacional de la ley de Higiene; siendo Legislativo del Gobierno de Managua, al cual no perdía oportunidad de hacerle ojitos y mohines, de forma muy selecta utilizando el lenguaje corporal, tan bien traducido en gestos sensuales y corporales, como lo hacía la guapa Dinamista. Especialista en aprehender sujetos proclives y candidatos faltos de chicha femenina, que quisieran pasar un ratito y a la vez ser espoliados a conciencia.
Don Prudencio era un hombre de buen porte, muy sofisticado y presumido, del que el mismo estaba más orgulloso de sí, que nadie. Creído como él solo y enamorado de su cuerpo como un novato presuntuoso, actuaba. Un caballero bastante frívolo, traicionero e inmaduro, con ínfulas de "sabelotodo", de guaperas y con una sobresaliente jactancia.
Para Rosalía fue presa fácil hacer que se fijara en ella y en sus curvas, con el propósito de verle después al finalizar el acto, por ello le había enviado los clásicos mensajes subliminales de rigor, para mantenerle en vilo y que no perdiera el interés por la guapa hembra.
Glenda más prudente por aquello del vínculo matrimonial con Don Fulgencio, acompañándole en el certamen que se presentaba en el Gallo más Gallo, se ubicó en el entorno del clérigo presente en la sala, Don Alejandro Pérez Martínez, el adelantado en aquella exposición por orden del Obispo don Leopoldino José Vienés, que no pudo asistir en persona. 
La guapa esposa de Genio Can, intentando acceder al cura, en la forma que fuese, no se distanció, en modo alguno. Sabía que estudiando sus gustos y sus necesidades podría conseguir estar en su círculo. Le había detectado detalles lujuriosos y tics de conocedor profundo de las mujeres semi maduras y guapas. Tonos y modulaciones que suelen ser detectados entre congéneres del mismo trasgo y además por saber de buena tinta que el respetable Presbítero, era un gran consumidor sexual en sus aposentos. Un vicioso de la pornografía y un gran bebedor de afrodisiacos. Lo que se llama un follador de pernada. 
Dato muy certificado, y muy auténtico, que le había pasado una conocida de la Asociación de las Madres Pías de la ciudad. Señora también nacida en Arica y que en su tiempo había sido colaboradora de Fulgencio en asuntos de trabajo y esclava de los grandes jolgorios con francachelas y doncelleces del insigne capellán.
Por lo que Glenda, la esposa de Fulgencio, se dejó observar por el nuncio delegado en posturas que entre ellos entendían en la distancia y detectaban por la enjundia y por su gran ostentación imaginativa.  Además y no por casualidad, al haberse acercado a él antes de ocupar aposento y regalarle el olor del perfume y la visión de los canales de sus senos, puestos casi en la nariz del prelado, con la excusa de tener en cuanto pudiera una audiencia significativa, y provechosa para la Congregación de aquellas mujeres Pías de Managua, a lo que el sacerdote, puso mucho interés en que se diera la correspondiente reunión.
Entre los asistentes había llegado Carla sin previo aviso, ya que actuaba su nuevo cariño Cándido Rondeles, con lo que aprovechó para sentarse junto a Mechthild, su amiga y saludarse cariñosamente y que ésta, Miche, pudiera agradecerle sin prisas por todos los esfuerzos que había hecho, en la presentación de Manuel García de la Serrana, al recalar en Managua, sin olvidar otros trabajitos que entre ellas bien sabían y que de momento no podían salir a la luz.
Amigas de toda la vida, llenas de recuerdos, de secretos de vivencias unas claras y otras no tanto.
En la conversación que habían mantenido mientras Cheo se desnudaba y se tocaba la "pipa" ellas con disimulo y sin perder vista ni detalle iban gastando sus risas y sus coletillas tan a gusto y sin que nadie les pudiera interrumpir.
Fue donde Carla le explicó a Mechthild, su nuevo lío con Cándido y sus pretensiones de en principio seguirle hasta España, con su hijo Trevor y allí comenzar una nueva vida, junto con Olga, la hija de él.

Volvió a salir de la penumbra del escenario Manuel y de nuevo tomó la palabra para dar paso al segundo entre acto, el que protagonizaría Cándido defendiendo la opción segunda del invento: Defecado lavado e higiene.
_ Señoras y señores_ apuntó Manuel García, hacia el respetable_. ¡Damas y caballeros, les presento a nuestro showman el gran Cándido del grupo Caniche que mientras se prepara, les sitúo al punto en las referencias sobre esta nueva modalidad programada en el Schissen Lecker el retrete más afamado! El  Kosnische Wasser de fabricación alemana.
El titiritero, con más tablas en su profesión, que las reproducidas en los Diez Mandamientos cristianos de Moisés, comenzó a ejecutar aquel baile del cisne ciego, el despelotado completo para cagar frente a mil asistentes, y demostrarles sin el más mínimo pudor que ni papel higiénico, ni usar las manos para llevarlas al culo, ni manchas estériles y desgraciadas en los atuendos, ni preocupación alguna si se utiliza el fabuloso wáter cósmico.



jueves, 3 de marzo de 2016

El wáter cósmico_Corriente orgásmica en la grada

Viene del capítulo anterior: Genitales al aire


Corriente orgásmica en la grada




Manuel, desgravaba el espectáculo con su locución hasta que cedió importancia al silencio, llegando ser protagonista. Permitiendo que las imágenes que transmitía Cheo, explicasen por si solas, lo que sentía, lo que proponía y lo que disfrutaba en un acto tan sencillo como el de orinar.

Acabado el trance;  Cheo pulsó la tecla que encendida le indicaba la acción elegida. Lavado e Higiene. Al instante y como un resorte, entraron a ocuparse del escroto, esas manos mecánicas adjuntas al equipamiento, que trabajan los bajos de una forma exquisita.

Concediendo mejoría a lo conocido_ a lavarse el pirulo después de una micción_, frotando con suavidad maestra los órganos genitales y dejándolos suaves, tersos y lavados, como la piel de un recién nacido. Engrasados y dignos tras de una friega íntima en la propia picha.

Acción más parecida a un tocamiento sexy que a un secado de culo. Uso rutinario al final de la acostumbrada urgencia de deponer. Lo que vulgarmente llamamos en tono de calle: después de cagar . La cara que presentaba Cheo, era de poco padecimiento, al haber utilizado una forma estupenda y jamás imaginada.
Después de mear. Quedarte tan apañado. Sin  prisas, sin manchas, sin olores, sin peligros de goteo, muy parecido a  una sesión de masaje íntimo reconfortante. Seco y limpio de humedades producidas por el lavado intenso, completamente impecable, por los aires y meneos silenciosos que desprendía el artefacto.

El presentador, hizo adrede un mutis gesticulante para que la gente se oyera en sus expresiones, se moviera de sus asientos, se colocara bien sus genitales en  secreto, después de la fabulosa representación presenciada; volviera a sojuzgar y se relamiera o detestara lo visto, y comprendiera; que es un higiénico gestor de angustias, sin mancha, sin peligros y con mucho futuro por lo cómodo y lo seguro.
Cheo, se vistió elegantemente como iba antes de penetrar en el cubículo y salió del retrete, con la suntuosidad de una persona que acaba de bañarse, y acicalarse para emprender el resto de sus ocupaciones.

Manuel, agradeció al actor su actuación y mirando al estrado, rogó no hicieran de momento preguntas, para pasar a continuación a escenificar la siguiente elección. La marcha número dos del equipo que no era otra, que la de: defecar con lavado e higiene.

No tardó el escenario rotativo en circular hacia la izquierda, mostrando parte del decorado que ofrecería la puesta en escena de la segunda opción del wáter maravilloso.

La elección elegida era tan clara como todas ellas. Un ensuciado controlado e higiénico, que no podían ni siquiera imaginar.

Se iban descorriendo los cortinajes azules y se abría un panorama perfecto, con una luz potentísima y una claridad propia de lugares limpios y aseados. 
Todo puesto en su lugar y en el centro del escenario el amigo Cándido Rondeles, provisto y vestido de veinte mil botones, peinado y engominado.
Los accesorios del equipo presentado, impolutos, brillantes como las propias estrellas del horizonte y la gente con una expectativa inusitada.

En las localidades donde estaban sentados los clérigos, parecía había disfunción de pareceres pero de momento todos aguantaban con "donaire" el espectáculo que aun no había llegado ni mucho menos al epicentro del mismo.

Doña Daysi Cumbres del Bosque, la alcaldesa del Poder Ciudadano, que estaba colocada al lado de sus acompañantes_, más caliente que el rabo de una sartén_, miraba de vez en cuando con cara de intriga en el lugar donde estaba sosegado el sustituto del Obispo; el Presbítero Alejandro Pérez Martínez, que de momento no hacía ascos a lo que había visto, disimulando muy acorde a su cargo y justificando con la sotana, los bultos y grosores en su falo, que le provocaban aquellas vivencias en los calzoncillos a punto de reventarle por una explosión de pene frito y disfrutando muy mucho al descuido con cuidado.

Todas las emociones que pudo albergar hasta el momento el nuncio de la iglesia las encubría celoso y apretando su culo para no correrse allí mismo, y tener que utilizar de prisa y corriendo el cósmico en la opción de lavado de huevos.

Algunos de los industriales que allí estaban se les observaba muy excitados por lo que habían presenciado y con miedo interno por lo que aún tenían deseos de contemplar.
Mechthild y su mamá doña Clara, la famosa Pajarita, se miraban no sin disimular su nerviosismo por la temperatura de su cuerpo, en la zona erógena justo al lado del culo, por decirlo suavemente, ya que los labios verticales de las dos mujeres, no hacían más que abrirse y cerrarse como fuelle de aire, que indisciplinado acogía bocanadas de gusto. Respirando profundamente y mirando a otras personas para compararse con ellas el grado de fiebre adquirida.

Aguantaban como podían y sonreían a medida que se les escapaba el flujo en sus bragas, porque no hubiesen imaginado que aquella obra iba a desencadenarse con aquellas guisas.
Justo a su lado Don Lucas Lizardo, el administrador de los bienes de la Pajarita mojada, nervioso se zarandeaba en su localidad, intentando disimular la mesura de su eslabón carnoso, brutalmente crecido por la sangre contenida sin necesidad de pastillas azules y mostrando una cabeza de pez ahogada por tantos estímulos.

Deseaba tomar alguna iniciativa sin atreverse, por no llegar a molestar a nadie y menos demostrar su estado de libido tras lo visto y escuchado en el escenario. Ni tampoco poner más a caldo a su distinguida amante, la dueña de todo el patrimonio de la Tinaja del Secreto, la Hacienda de su propiedad que él gobernaba a su antojo.

Lucas ya muy humedecido y algo impertinente, a la vez que acalorado, fogoso y encendido por las posturas de Cheo, trataba de estar distendido ya que los meneos del actor dentro de aquel abrigadero transparente le evocaban tiempos lejanos y desatar una polución diurna agresiva a sus sesenta y tantos años.

René el hijo de Mechthild, como una piedra, accionando el Smartphone, y whasAppeando con quien sabe quien, no prestaba asunto a las oscilaciones del actor que representó hacía escasos minutos. Sin embargo Virtudes Malena,  la sensual y ladina mujer no paraba de agitarse en su butaca meneándose el ajustado tanga para que no le molestara, modificando la posición de la tirilla del mismo, que se le incrustaba entre las nalgas de su ano y los labios de su excitada vagina.

Esa sensación le precipitaba un conocido nerviosismo masturbador, como percibiendo en aquellos momentos un arrojo brutal, para follar con el primero que se pusiera a tono, ya que imaginó que el actor, el mismísimo Cheo; la estuviera trasteando directamente a ella desde el tablado.

Se había acalorado por los flashes que le llegaban desde el escenario. Recordando situaciones parecidas de su vida, aunque éstas sin luces ni taquígrafos. Tan sugerentes y agradecidas, que se relamía mientras imaginaba y se miraba a su sobrina que tenía a su vera y que había sido en ocasiones testigo de lo que ella pensaba en silencio.

Al no poder disimular la descarga repentina de un orgasmo precoz, se dejó ir plácida sobre la butaca, ganándole el placer y la exudación que le mitigó aquel acuífero tan espeso.  Supuración que le había sucedido cuando miró descaradamente a Cheo y observó el tamaño de su pene que lo trajinaba de un lado a otro sin perder grosor.

Ángel Petrowsky, se había ruborizado en directo. Cachondo consigo mismo y con las posturas de Cheo, por el beneplácito que le embargaba al ver tanto cuerpo de hombre al desnudo, certificando y dando por establecido que para él, no le era ni molesto ni ajeno.

Jamás había justificado su tendencia y no tenía intención de airear ninguna tesitura sexual personal, aunque en el transcurso de la actuación, sin percatarse y en silencio profundo admitió sensitivo algunos principios y detalles que dejaba a las claras, su condición natural.
Elvira, nada idiota y muy puesta detectó el placer de Ariel y de vez en cuando le iba haciendo palpaciones con su mano introducida en el pantalón a la altura de la bragueta, debajo del calzoncillo, tocando rabo.


Sutiles y encubiertos tocamientos con y sin ritmo acompasado para su amigo Ariel, que las admitía de buen grado en la oscuridad del patio de butacas, manteniéndolo a tono y jadeante, como cuando se practica la auto estimulación de los genitales en un bebé, término muy elegante de la conocida y no siempre entendida masturbación





Continuará
To be continued