lunes, 7 de marzo de 2016

Un vicioso de la porno

Ella Elvira, la muy artera, disfrutaba más haciendo pasar aquel rato excepcional, a su cariñoso bandido, a su nuevo follamigo de Alcañiz, residente temporal en Costa Rica, y licenciado universitario, que dejarse encandilar por el cuerpo de un actor transformado en payaso de teatro. Luego le podría servir como moneda de cambio a la hora del balance por su estancia gratuita en casa del Agregado Cultural de Arte y de Historia en la embajada española en Costa Rica.
Don Fulgencio Cánovas, no perdía puntazo y acostumbrado a vivir del bien ajeno, normalmente se quedaba con casi todo, además de tener negocio con la firma Schissen, para la distribución del equipo por América, ¿por qué no sacar jugo a todo lo que pudiese en Nicaragua? _ se preguntaba para sus adentros_, lugar donde no había puesto jamás los pies y sabiendo, _por lo que se cocía y olía_ que tenía un mercado virgen, bastante afín a lo que el trajinaba.
Contando además con la colaboración de su esposa Glenda Romero y la secretaria de ésta la dinamista Rosalía Mangado, que las había hecho recalar en Managua, por si cuajaba un nuevo negocio que ya había comenzado a maquinar hacía unos días. Acción despertada desde que llegó al país de Centroamérica. La tierra de los Nicas.
Fulgencio Cánovas de Cangállate, era un capo de la mafia suramericana, con dominio en Chile y por supuesto en las fronteras de Perú, Bolivia, Argentina y países del cono sur. Sus inicios los había ejercido como aprendiz en una lechería de Tacna, maravillosa ciudad fronteriza. Donde pronto, dadas sus cualidades del joven tramposo y sin escrúpulos, se quedó con el negocio. Pasados unos años, arrebatándoselo a los propietarios un matrimonio de la zona de Arica, establecidos en la ciudad " heroica ". De los cuales jamás se supo. Desaparecieron y todo el capital y patrimonio pasaron a manos del joven Fulgencio, más conocido por "Genio Can".

Con el tiempo, conectó por sus heroicidades depravadas con funcionarios corruptos del fisco, falseando toda clase de documentos y fraudes a grandes comerciantes. 
Ejercicios que le repercutieron en grandes ganancias dinerarias. Sus tendencias mafiosas con la Dirección General de Transportes Tacneños, que es donde ganó todo su prestigio y fortuna estaba aún en marcha; ya que dominaba toda la periferia de truhanes y gente del hampa.
Dedicado al cobro entre mil fechorías más, de coimas para extender permisos ilegales de circulación a empresas de transporte de mercancías y de pasajeros, que cubren la ruta Tacna con Arica.

Genio Can, estaba ubicado en las primeras filas frente al escenario, no había perdido el hilo de la representación que había protagonizado Cheo, y Cándido a los que desde conocerle; les dispensó una gran estima por las cualidades que poseían. Especialmente se había fijado en la persona de Cheo, que es el que imaginaba podría darle más juego, dadas sus características. Por la cultura desmedida que tenía y por su licenciatura que el ínclito juglar atesoraba, quizás utilizable más pronto que tarde.
Se había ubicado el capo Fulgencio cerca de las butacas principales, tratando de llamar poco la atención, intentando pasar desapercibido y no perderse ningún detalle de los que fuesen de interés. Seguía los pasos de su ahora beneficio preferido: Cheo, bastante de cerca. Con anterioridad al certamen, el gánster de Tacna, había pertrechado a sus dos conseguidoras, Glenda, la esposa y Rosalía la secretaria de ésta a que se dispersasen por el anfiteatro con instrucciones explícitas y contactos concretos con personajes de la industria, de la cultura y del comercio de Managua; a ver qué es lo que podían aportar para su conveniencia.

Rosalía había ido a colocarse muy a tiro de don Prudencio Navales del Prado, responsable nacional de la ley de Higiene; siendo Legislativo del Gobierno de Managua, al cual no perdía oportunidad de hacerle ojitos y mohines, de forma muy selecta utilizando el lenguaje corporal, tan bien traducido en gestos sensuales y corporales, como lo hacía la guapa Dinamista. Especialista en aprehender sujetos proclives y candidatos faltos de chicha femenina, que quisieran pasar un ratito y a la vez ser espoliados a conciencia.
Don Prudencio era un hombre de buen porte, muy sofisticado y presumido, del que el mismo estaba más orgulloso de sí, que nadie. Creído como él solo y enamorado de su cuerpo como un novato presuntuoso, actuaba. Un caballero bastante frívolo, traicionero e inmaduro, con ínfulas de "sabelotodo", de guaperas y con una sobresaliente jactancia.
Para Rosalía fue presa fácil hacer que se fijara en ella y en sus curvas, con el propósito de verle después al finalizar el acto, por ello le había enviado los clásicos mensajes subliminales de rigor, para mantenerle en vilo y que no perdiera el interés por la guapa hembra.
Glenda más prudente por aquello del vínculo matrimonial con Don Fulgencio, acompañándole en el certamen que se presentaba en el Gallo más Gallo, se ubicó en el entorno del clérigo presente en la sala, Don Alejandro Pérez Martínez, el adelantado en aquella exposición por orden del Obispo don Leopoldino José Vienés, que no pudo asistir en persona. 
La guapa esposa de Genio Can, intentando acceder al cura, en la forma que fuese, no se distanció, en modo alguno. Sabía que estudiando sus gustos y sus necesidades podría conseguir estar en su círculo. Le había detectado detalles lujuriosos y tics de conocedor profundo de las mujeres semi maduras y guapas. Tonos y modulaciones que suelen ser detectados entre congéneres del mismo trasgo y además por saber de buena tinta que el respetable Presbítero, era un gran consumidor sexual en sus aposentos. Un vicioso de la pornografía y un gran bebedor de afrodisiacos. Lo que se llama un follador de pernada. 
Dato muy certificado, y muy auténtico, que le había pasado una conocida de la Asociación de las Madres Pías de la ciudad. Señora también nacida en Arica y que en su tiempo había sido colaboradora de Fulgencio en asuntos de trabajo y esclava de los grandes jolgorios con francachelas y doncelleces del insigne capellán.
Por lo que Glenda, la esposa de Fulgencio, se dejó observar por el nuncio delegado en posturas que entre ellos entendían en la distancia y detectaban por la enjundia y por su gran ostentación imaginativa.  Además y no por casualidad, al haberse acercado a él antes de ocupar aposento y regalarle el olor del perfume y la visión de los canales de sus senos, puestos casi en la nariz del prelado, con la excusa de tener en cuanto pudiera una audiencia significativa, y provechosa para la Congregación de aquellas mujeres Pías de Managua, a lo que el sacerdote, puso mucho interés en que se diera la correspondiente reunión.
Entre los asistentes había llegado Carla sin previo aviso, ya que actuaba su nuevo cariño Cándido Rondeles, con lo que aprovechó para sentarse junto a Mechthild, su amiga y saludarse cariñosamente y que ésta, Miche, pudiera agradecerle sin prisas por todos los esfuerzos que había hecho, en la presentación de Manuel García de la Serrana, al recalar en Managua, sin olvidar otros trabajitos que entre ellas bien sabían y que de momento no podían salir a la luz.
Amigas de toda la vida, llenas de recuerdos, de secretos de vivencias unas claras y otras no tanto.
En la conversación que habían mantenido mientras Cheo se desnudaba y se tocaba la "pipa" ellas con disimulo y sin perder vista ni detalle iban gastando sus risas y sus coletillas tan a gusto y sin que nadie les pudiera interrumpir.
Fue donde Carla le explicó a Mechthild, su nuevo lío con Cándido y sus pretensiones de en principio seguirle hasta España, con su hijo Trevor y allí comenzar una nueva vida, junto con Olga, la hija de él.

Volvió a salir de la penumbra del escenario Manuel y de nuevo tomó la palabra para dar paso al segundo entre acto, el que protagonizaría Cándido defendiendo la opción segunda del invento: Defecado lavado e higiene.
_ Señoras y señores_ apuntó Manuel García, hacia el respetable_. ¡Damas y caballeros, les presento a nuestro showman el gran Cándido del grupo Caniche que mientras se prepara, les sitúo al punto en las referencias sobre esta nueva modalidad programada en el Schissen Lecker el retrete más afamado! El  Kosnische Wasser de fabricación alemana.
El titiritero, con más tablas en su profesión, que las reproducidas en los Diez Mandamientos cristianos de Moisés, comenzó a ejecutar aquel baile del cisne ciego, el despelotado completo para cagar frente a mil asistentes, y demostrarles sin el más mínimo pudor que ni papel higiénico, ni usar las manos para llevarlas al culo, ni manchas estériles y desgraciadas en los atuendos, ni preocupación alguna si se utiliza el fabuloso wáter cósmico.



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