martes, 8 de marzo de 2016

El sexo de Cándido, brutal


Esperó el instante en que García de la Serrana, le daba la luz verde para el comienzo, dado que aún estaba en la alocución de las características de programado y de los beneficios que aportaba el invento.

La posibilidad de instalar el producto en instituciones públicas, grandes almacenes, ministerios, hospitales, industrias, oficinas bancarias, y por supuesto teatros y salas de fiesta.
Una vez remató el speaker con todas las posibilidades técnicas y prácticas del accesorio higiénico, pasaron a la demostración. Teatralizando la evidencia in situ.


Fingiendo que Cándido, el actor protagonista de la propaganda, era un agente de Valores y que dentro del Instituto en horas laborales le daba un retorcijón el vientre, dejándole a punto de ensuciarse los pantalones sin remisión dentro de una situación enojosa y poco aplazable.

Las luces cambiaron de fuerza y quedaron difusas, para que se pudiera además de ver el escenario con claridad,  notar la sensación de rigor que ofrecía Cándido en su actuación mientras se quitaba los pantalones, y calzoncillos, que colgó en los anaqueles del perchero junto a la camisa y corbata que ya había colocado convenientemente en el armario al uso, quedando su persona en la desnudez más simple.

En "Colitates" _ lo que se llama en cueros_, completamente desguarnecido de trapo alguno, mostrando hasta el vello más descolorido de sus recovecos sensuales, aquello que jamás se muestra, a no ser que el médico te ponga de cuatro patas en la camilla para mirarte la próstata.
El ejercicio estaba servido y solo era preciso dejarse llevar por la tecnología, con lo que Cándido se sentó en la taza sideral del inodoro y sin esfuerzo prácticamente, comenzó a deponer los detritos que le llegaban del intestino grueso, camino de la destructora de inmundicia que instalada en el wáter hacía su trabajo.

Las partes sensuales de Cándido no eran tan onomatopéyicas como las de su compañero José Trinidad Callejas Martínez Recadero, más conocido por Cheo. Desmesuradamente éstas, más grandes y mucho menos vistosas que las de su colega. Ya que el sexo de Cándido pesaba mucho más y daba miedo verlas desde la distancia. Desde las butacas del apañado teatro montado para tal efecto. Por lo que la visión y el tratamiento del Schissen Lecker en cuanto al aseo del actor, era mucho más entendible que las de cualquier persona que tenga medidas estándar o de las que se consideran normales.

El bulto ofrecido por aquella persona más bien pequeña de estatura, fornida sin llegar a ser atlético, le daban una sensación de imperio inaudito que las mujeres supieron encontrarle comparación. Ni gota de grasa en el abdomen, barriga plana, culo sin nalgas destacadas, ni siquiera respingón, pero con una ametralladora del tipo de los fusiles kalashnikov por pene, que destacaba dentro de todos los ámbitos.
Un auténtico glande, un pene espectacular, en labores de aseo por parte del servicio de la estructura del wáter cósmico. Adecuado por grosor y tamaño para poder divisar desde los aposentos más alejados, en las gradas del anfiteatro. La rutina de limpieza de la opción dos, quedó minimizada por los efectos causados por la escopeta del actuante, que dejó anonadados a hombres y encantadas a las damas. No solo por el meneo que le dio la trompa, sino por el pensamiento siempre fugaz y emblemático que de estas visiones tienen las señoras.

El murmullo del público no se hizo esperar, por la buena actuación del cacharro de Cándido y por la efectividad que le puso a la hora del secado del chirimbolo, que lo mostró diáfano para que cada cual le diera su justa opinión en el tratamiento de pulcritud que el Schissen Lecker, dispensaba después de cualquier evacuación corporal.
No había ni trampa ni cartón, allí mismo, los usuarios vieron como el artista, hacía su deposición y tras ella el equipo actuaba.
Insinuado y visto de derechas, izquierdas, desde arriba, trenzado, empalmado e inmoderado si se sacaba de contexto.

Tanta limpieza obsequió el invento al culo de Cándido, que todo el mundo se hizo una idea perfecta de cuánto y de cómo trabaja el nuevo cósmico, dejando nítido y perfectamente aseadas las partes nobles del individuo, tras las labores ya sabidas de la post evacuación.
La justa exquisitez y secado del aparato progenitor, fue delicada y esmerada, con suavidad indescriptible, que más que un aseado del pene, parecía un masaje divino por las sensaciones preciosas recibidas por el cerebro.

El actor, se volvió a vestir, y cuando salió del cubículo, tan acicalado tan puesto y nada desdeñado, dejó en los presentes una seguridad manifiesta.
Saludó con un gesto inapreciable y una sonrisa y el escenario móvil volvió a recorrer un tercio para dejar frente a las localidades, la próxima actuación.
Fue cuando el speaker tomó de nuevo el micrófono para seguir con el paseo a otra modalidad de las usadas en el equipo.

Nadie aplaudió, ni siquiera daban opiniones gratuitas, el murmullo era apreciable, como si cien enjambres de abejas reinas hubieran entrado en el hemiciclo con un zumbido gutural de permisibilidad y agrado.

Aquel espectáculo preparado por la dirección del Gallo más Gallo, el que está regentado por don Antonio Guzmán Fernández, director del centro. El ubicado cerca de la rotonda Bello Horizonte de Managua. Se llevó la primacía de la primerísima representación en suelo managüense, del que presumiría durante la posterior reunión y cena con los principales personajes que asistieron al encuentro.

Los responsables de la empresa fabricante y distribuidora del wáter estaban allí presentes, en la afamada rotonda del en aquel momento tan Bello Horizonte, encabezando como no podía ser de otra forma. Las comisiones de las firmas allí llegadas, con sus directivos. Así como de los periodistas especializados nacionales y extranjeros que se habían dado cita en el lugar de la demostración. Todos ellos invitados por la organización del Centro Comercial el Gallo más Gallo.

La señora _ la frau_  Anguela, con un dominio muy amplio del idioma castellano, no tuvo problemas para mezclarse con todo tipo de los personajes allí presentes. Su descendencia española, le daba también cierto aire de sociable, que unido con su parte teutona, hacía una mezcla variopinta de cierto carácter agradable, que además procuró demostrar en toda la relación que mantuvo mientras estuvo en Nicaragua.

Por ello no dejó jamás de atender y entender a todos los que allí permanecían amablemente en la exposición; agasajándoles cuando era menester y con una atención sobradamente educada. Con la idea de gestionar aquel producto que a ella, le podía representar muchos beneficios profesionales.

Ibérica riojana, descendiente de madre calagurritana, supo donde tenía y con quien debía sentarse para agradar y fue a parar justo al lado del señor Eutiquio Lázaro García, apoderado de la American Standard en Sudamérica, que asimismo se le notaba era un vanidoso y pedante semental, mujeriego y carnal, preferentemente  amigo de hembras exóticas y no demasiado jóvenes. Personaje atrayente y dado a las sonrisas baratas, regaladas a granel y repartidas sin dificultad alrededor de su perímetro cercano.

Lo que siempre le hacía ir rodeado de bellas mujeres, para presumir de harén, aun y siendo de una religión antagónica a esas ostentaciones. Presto al ligue, por vicio y tendencia natural, entre esas preferencias; la presunción de llevar enamorada consigo;  a la hembra más extremada, femenina y más bella del mundo.

En ello estuvo Anguela, que lo descubrió en cuanto llegó al anfiteatro, y ya había conseguido arrancarle más de una sonrisa incontinente y sus manos incluso se habían atrevido a colocarle bien la corbata dentro de su americana. Con lo cual, Eutiquio, se sentía profundamente orgulloso.



Natalio, salido de un affaire de sábanas calientes con la mismísima frau Anguela, iba tocado en el aspecto de tener que dar explicaciones de justificación en breve, por lo menos a quien sabía de ello, que no era más que su futuro yerno. Sin embargo tampoco se chupaba el dedo y trataba de hacer negocios en aquella ocasión que la pintaban calva y fructífera para cuantos intereses volaban en el ambiente. Por lo que en la presentación que le dispensó el señor Dionisio Millán, un ejecutivo empresarial de los allí presentes con la Alcaldesa, la señora Daysi Cumbres del Bosque, le supo a Gloria In Excelsis Deo_ que significa: más alto.

La había conducido y mimado con un gracejo propio de una princesa, aún y sabiendo que la Regidora de la ciudad,  no se dejaba encandilar por nadie y menos en representación comercial. Natalio le descubrió su punto débil y le ganó la partida del sentimiento al tocar lo que deseaba en secreto.

La hizo disfrutar del momento, y que se sintiera menos política y más mujer, y su chispa apagada de muchos años, consiguió que se enhebrara y volviera a arder aquel deseo inconfesable. Los dos actores, que la habían hecho recordar amoríos y situaciones abrasivas,  las que pudieron arrancarle una risa espectacular y estridente a la sensual gobernante, que no se inmutó en ninguna ocasión ni ruborizó,  al observar el falo de Cándido, que sobresalía y descollaba en mucho de los que posiblemente allí estuvieran encogidos. 





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