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Rony
era un integrante de la Federación Busines Investigation de
Massachussets, muy silencioso y corrupto, que además pasaba por un
tipo ejemplar. Un marido excepcional y un verdadero ciudadano, de los
que merece la pena ensalzar. Un tipo de iglesia, los domingos y
fiestas de guardar. De confesión semanal y de los que todo el mundo
pondría las manos en el fuego, sin vacilar.
A
la primera que humillaba, vejaba y maltrataba era a Margaret, su
esposa. Una muchacha de Filadelfia, que temerosa de todo cuanto le
rodeaba, desde hacía algún tiempo, por las repercusiones que podían
sucederle, con el retorcido y avieso de Rony Espleton, callaba y
dolía.
No
tenían hijos, porque a ella no le apetecía, se criaran en un
ambiente cargado de silenciosos gritos, de broncas disimuladas y de
descalificaciones secretas, por lo que se había puesto en manos de
un tocólogo especialista, para evitar embarazos no deseados.
Al
bueno de Rony, ni se le había pasado por su fantasía, ser padre. No
lo tenía simplemente dentro de sus planes, y aborrecía a los niños,
por la de trabajo y obligaciones que comportan y por el poco amor y
cariño que se permitía repartir.
En
aquel septiembre del cincuenta y tres, Rony, había violentado con
creces, a una corista de uno de los espectáculos de «striptease»,
en los que aterrizaban, aquellas noches de copas, una vez habían
sofocado las largas jornadas de trasiego, tras lo que ellos
consideraban, salvar a la Patria y «perseguir a los malos»
La
bailarina, respondía con el nombre de Deborah, la que se ocupaba del
magreo con felación y del polvo mustio con Rony, cuando a este
sabueso agresor, le venía propicio, denostar con agresividad cruel,
a la insensata cortesana, que le proveía de estos caprichos
impagados.
Ademas,
de esos lujos gratuitos cuerpo a cuerpo. Le mantenía las orejas
frescas, en cuanto a lo que ella pudiera escuchar, desde la barra de
aluminio, del escenario, cuando mostraba sus carnes maquilladas a
tantos y tantos escasos del sexo fácil y expedito, de aquel tugurio
llamado «Imagination for ever».
A
la vez que se dejaba introducir, insertar, meter, cuantos billetes de
veinte dolares para arriba, en el sostén y en las mini bragas con
las que medio vestía y se tapaba, en sus actuaciones calientes.
Tanto
iba el «cántaro a la fuente», o en este caso los golpes al cuerpo,
que en aquella ocasión el desquiciado de Rony, se excedió en los
golpes propinados a su «partenaire» dejando marca física y
psíquica, por lo que “aquello” de aguantar al depravado tipejo,
aquel abusivo pisaverde, que tan solo daba gajes magullados, quiso
vengarlo, sin prisas, de forma tranquila y sin levantar sospechas.
Por lo que de nuevo aguantó, aquel trato vulgar y afrentoso. Calló
y tragó, todo lo que aquel miserable quiso. La paliza que Rony
propinó a Deborah, en aquel instante fue de escándalo, tanto que
tuvo que personarse en el hospital aduciendo que la habían asaltado
en la calle antes de iniciar su trabajo. Disimulando todo lo que
podía decir para no comprometerse por ello. Con lo que; previsora, y
felina, recogió las pruebas de video y grabaciones que desde un
tiempo le venía filmando al excedido de los detectives, y antes de
marchar al centro de Salud, las puso a buen recaudo.
Deborah,
llevaba más de un año archivando detalles de su violador, en toda
clase de posturas, abusos y amenazas literales. Vejaciones físicas y
de palabra, palizas y contusiones, incluyendo comentarios y
delaciones, en contra de compañeros del cuerpo de su tan cacareada
FBI.
Demostrando
que él; era uno de los responsables y compadres de la corruptela, de
los muy desviados, e indeseables representantes del mal orden, de la
ley y del respeto.
El
inventario que guardaba Deborah, le llevó incluso a analizar el
comportamiento de Rony, con su esposa en su propio matrimonio, y
averiguó, que tampoco era «trigo limpio» ni en su casa, por lo que
de una forma agradable, y amigable, contactó con Margaret, su
esposa, para informarle de su decisión y de todas las aventuras que
Rony, había llevado y todavía mantenía, fuera de la familia,
engañando a parientes, vecinos y colegas. Accediendo de buen grado
la Margaret, aburrida y hastiada.
No
podían ir como dos colegiales, a denunciarlo a su propia comisaría,
ni le podían acusar de violación, sin pruebas tangibles o
demostrables, y todo aquel material que había acopiado Deborah, no
sabían en que modo tratarlo. Sin que después la venganza de Rony,
se volviera en contra de ellas y no sufrieran en sus carnes, aquella
vendetta, que con seguridad practicaría.
Escuchando
las grabaciones de voz y película, escogieron aquellos cortes, que
el propio Rony, denostaba a compañeros y delincuentes, con lo que
urdieron un plan para darle un escarmiento. Informando tan solo al
capo de los «gansters», con los que ellos, tenía trato, para su
conveniencia. Recibiendo el «grande Padrino» imágenes de
chivatazos, de sus adláteres, Delatados sin escrúpulos por el
propio agente Rony al cuerpo de la Federation de Busines
International.
Quedando
aclaradas aquellas consecuencias que intentaba averiguar la familia
Siciliana, sobre ciertas informaciones, a las autoridades. Las que
llevaron a parte de la familia de los «Caponato de Sicília», a
cumplir una larga condena.
Arrastrando
con esa redada, al hermano del señor Don Eros de Sorrenti al «Hotel
Rejas», que es la Prisión del Estado de Massachussets, por mas de
veinte años.
No
tardaron más de semana y media los Sicilianos, en hacer desaparecer
a Rony Espleton, al que por policía ejemplar, le hicieron los
honores y doblaron la bandera, entregándosela a su afectada viuda.
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