Todos
los preparadores. Los cinco Coach, elegidos para ser monitores de
los elegidos como finalistas, hacía días tenían los libretos de
las obras presentadas. Todas las que habían sido dirigidas al
casting.
Nadie
conocía personalmente a los autores literarios,
nobeles o
desconocidos al gran público, que se presentaban al Certamen de
Teleadoro.
No
sabían cómo eran físicamente aquellos participantes
que
presentaron al
casting. Sus
escritos, novelas o poemas, eran
las que primaron para ser señalados.
Habían
elegido sus obras, sus escritos, sus odas, sin
su presencia.
Fueron
los propios monitores con la ayuda oportuna, que recibieron por parte
de la cadena de televisión, los que hicieron la gran criba de todo
el material literario, que se había presentado.
Entre
las más de ocho mil instancias de personas que estaban dentro de las
bases del programa competencial, que Teleadoro, ponía en las ondas
con todo lujo de detalles, comas
y puntos.
Siendo
también los mismos Coach, los que por guion del espacio, los que
eligieran a ciegas, sin conocer por el momento a la persona, y
sí; haciéndolo
por la calidad de su letras.
Designando
por
esa fórmula, a
uno de los dos
participantes protagonistas
del proyecto.
El segundo que se reincorporaría al equipo de cada entrenador, sería
nominado por el gran público. De esta forma se daban
certezas,
de legalidad y
que no había modo de ninguna sospecha por trampas o enredos.
Como
quiera que cada entrenador, podía elegir una obra literaria, de
la decena presentada y
ellos eran cinco, quedaban otros tantos
escritores sin
destino. Que los sustentaba
el Emérito, aguardando
hasta
que,
las redes y el público asistente, asignaran según sus
determinaciones, a cada uno
de los Coach.
Con
lo
que al
comienzo del evento, cada
equipo, contaría
con dos concursantes.
Dando
así forma y efecto a la
rivalidad de la competencia,
y dejándolo dispuesto para estrenarlo en pantalla, aquel
talen show, llamado
“Mucho
cuento.”
Los
guionistas de la cadena, trabajaban contra el reloj, para tener
teatralizadas las diez primeras entregas
del
primer episodio,
del espacio televisivo. Con
toda la cantidad de artistas y actrices, del panorama actual, para
dignificar las historias de cada uno de los elegidos.
Las
obras seleccionadas
en principio por los responsables fueron: Aquellas
nueces del marginado
nogal.
Escrita por la autora Davinia Sert.
El
cielo de nubes
rojas.
Firmado por Clemencia Pérez, El
destino de la muerte,
con autoría de Paco de Cádiz.
Estación
y Albergue,
escrita por Birmana de Foz, y por último: Amor
y
un
euro de odio,
rubricada por Sixto Pervers.
Almudena
Grandiosa Marcona eligió la obra de Clemencia Pérez, Camilo Martín
Celades, se decantó por el escrito de Davinia Sert, Gloria fuentes
del Pozo, eligió El destino de la muerte de Paco de Cádiz, Arturo
Pérez Rupérez quiso ver el arte en Birmana de Foz, y Julia
Navarrete Yepes, argumentó la tesis de Sixto Pervers.
Miguel
de Cercanos Salvadera, se quedó con la autoría del resto de los
integrantes
en el concurso, Nando Algarbe, con la Pradera ondulada. Micaela
Martos con la obra: La noche desnuda, Lucía de Xinzo, relató Tu
labio vertical.
Raúl
Locastro, firmaba el manuscrito: Mujer
sin orillas, para finalizar con Rosenda Bailen, que representaba, La
miel soez y salada. Cerrando
así el contenido de las diez historias
Teleadoro.
Puso
aquel martes en la hora principal, el programa, y todo estaba
dispuesto, con los nervios clásicos de un estreno. La presentadora,
afinaba su garganta. La guapa Amanda,
la guay “Gaty Pum”, con
su vestido de gala esperaba romper el hielo en aquel Prime Time, de
la noche marciana.
Se
había dado suficiente propaganda mediante los anuncios
de señuelo,
emitidos por la cadena de televisión y nadie conocía a ninguno de
los concursantes, con
lo que todo se hacía aún más misterioso. Ya
que todo había rodado en torno a la obra que cada cual presentaba al
casting.
Amanda
Gañote Punzón,
había dejado su antiguo programa “Kisikosas”,
en manos de buenos profesionales de la cadena, tras haber defendido
ese magazine durante varios años, con una contundencia genial y un
agrado espectacular.
Con
ello, la gente que la seguía no se hacía los cálculos en verla en
un programa de Talens, en
el que,
se habían de ganar a pulso el
premio,
con su pluma y
su imaginación.
Los
entrenadores, llamados Coach, eran conocidos en el ámbito de la
cultura, por ser escritores reconocidos, personajes poco dados a la
algarabía y al chiste. Relacionados
por aquellos aficionados a la lectura, pero dentro de un país, que
tan solo lee una minoría; podía llegar a ser un pseudo bosquejo, un
pasatiempo que tenía sus horas contadas.
El
emérito decano de las letras, con su silla en la Real Academia de la
Lengua, Don Miguel
de Cercanos Salvadera, personaje
nada simpático para las gentes de a pie, un inmutable
“Séneca” desdibujado, que debía sufrir un completo cambio en su
proceder, si
quería agradar.
Por
haber llegado, incluso en momentos delicados a ser un tipo vulgar en
su comportamiento. Sin saber si daría la talla en aquel juego
desconocido, para que el Show fuese de éxito definitivo.
La
primera que entró en el plató fue la guapa Amanda, que con su
gracia explicó a grandes rasgos como era aquel incipiente
pasatiempos.
El
plató estaba repleto de gente, el regidor pedía a cada instante los
aplausos del respetable, dando comienzo aquel invento.
Los
primeros que fueron presentados fueron los entrenadores del equipo,
todos ellos muy serios y conspicuos, dando un aire de enigma que no
se sabía donde desembocaría. Con la gracia de Amanda que supo
sacarles unas risitas a todos ellos fueron entrando los cinco
primeros concursantes, a la vez que se disponían para ver las
teatralizaciones de las cinco primeras obras.
Continuará…….
To
be continued……
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