Con
su mirar risueño casi aprieta
los
deseos que a ella le interesa.
Es
niña y así debe ser ¡Se estresa!
Con
sus antojos raros no se inquieta.
Camina
por su mundo, su planeta,
haciendo
niñerías que procesa
y
así su abuelo, la mima y la besa.
¡Como
la quiero Dios! Es mi saeta.
Polichinela
en trance adelantado,
es
un oficio nuevo en conjeturas
donde
el poeta es el príncipe alado.
Siendo
un payaso con narices duras
que
alcanzando su risa, está pagado.
No
habiendo mejor premio ni lisuras.
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