Aquí
sentado estoy en las Urgencias
de
cualquier hospital en tensa espera.
Temblando
en el silencio, si no fuera
por
la esperanza grande en mis creencias.
Tal
cómo llegan las inconveniencias
de
repente y sin que nadie intuyera.
Dejo
de ser feliz. Aunque estuviera
completamente
bien y sin dolencias.
De
repente me doy cuenta de todo.
¡Tu
salud se va! Ya nada me importa,
quedándome
sin ti, de cualquier modo.
No
sé que podrá ser, la vida es corta,
pero
te veo volver por el recodo
y
mi alegría es, ¡de las que importa!
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