En
esta madrugada atrasé la hora,
es
una consecuencia y capricho humano,
por
aquello del ahorro tenerlo en mano.
Cumpliendo
normativas jamás se implora.
Seguir
los pasos que nos marcan sus labios,
esos
que con distancia propugnan leyes.
Los
mismos que prohibieron toros y bueyes.
Normalmente
a su antojo, se creen muy sabios.
En
verdad así nos llevan porque ellos quieren,
durante
tantos años y
en el
invierno,
de
mi reloj quitaba una hora muy tierno;
porque
en octubre estamos y ellos; sugieren
que
nos ahorremos
el
cachondeo
abierto
y
en primavera sumo lo que ahora resto.
Así
es la temporada aunque yo protesto,
nadie
hace caso a mis palabras, por cierto.
Esta
noche a las tres mi hora restaré,
pondré
las dos. Por ser horario de invierno,
eso
quiere decir que llegó otro infierno,
que
también sufriré y lo afrontaré.
Atrasando
a las dos mi vida encantado
y
para que no se diga volveré
a
soñar con milagros y cruzaré,
mi suerte con la tuya por descontado.
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