jueves, 9 de abril de 2020

Consecuencias confinadas





















Con alarma. No es fácil, que maniobres.
Volver a gozar; mi pueblo sencillo,
respirar de tu aliento de membrillo,
y sentirme dichoso, en Valderrobres.

Cómo no, darte amor y que recobres,
al confinarme en mi corto pasillo,
sin ver tus calles, plazas y el Castillo.
Sufriendo por el virus, con zozobres.

No entiendo, un Viernes Santo, sin “Rompida”,
ni, sin la “Procesión del Santo Entierro”.
Sepulcro y tamborrada suspendida.

Imagino la plaza, en un destierro.
que tan sólo se dio una vez en vida,
por el contagio, y miedo, al que me aferro.










lunes, 6 de abril de 2020

Valdrá para recapacitar.





Después de tantos días confinado,
aguantando opiniones tan nefastas.
Que vienen, de lugares y de castas,
desconocidas. Pienso desconfiado.

El mundo puede, y habla demasiado,
muchas veces, palabras que son vastas,
groseras, sin saber que son incastas.
Por lucir, aunque dañe al ponderado.

¡Se dice, se habla, se opina, se insulta!
Todos quieren razón, y nadie escucha.
¿Después de la pandemia, pondrán multa?

A esta sociedad, con su ley, que es mucha.
Con tanto Salvador, y gente culta.
¿O todo dará igual, y no habrá lucha?





domingo, 5 de abril de 2020

Un domingo de Ramos, inaudito





Dia de la Palma















Hacia muchos años que un Domingo de Ramos, no lo pasaba en «Confinamiento», y si me lo hubiesen jurado en alguna ocasión, que iba a vivir una situación como la de ahora, creo con seguridad que lo hubiera dudado, pudiera ocurrir.
Recordando los anteriores festejos del Festejo de Ramos, me he regido durante todo el día, pensando en qué y como los pasé y, en compañía de quien, y en qué sitio o lugar viví en aquellas fechas.



Este domingo de Ramos, es raro,
por estar confinado por el rabo,
de ese virus, bacteria qué no acabo,
y mis sospechas que ya, no comparo.

Es un castigo y emisario caro,
es una especie de lombriz, y al cabo,
a poco, que despistas, entra el clavo,
y te deja el pulmón sin ese claro.

Asfixiante que te mata sin duelo,
ese que aflora, en día de la Palma.
Aunque sea en nefasto desconsuelo,

por resistir, en triste evento mi alma.
Viendo tullida mi fe, por el suelo.
Soportando al corona vil, con calma. 



A Dios, le pido, benevolencia a futuro y, nos pueda conceder
la dicha, aunque sea duro, en otro capítulo de un domingo de influjo.




martes, 31 de marzo de 2020

Llegando a una Resurrección





Aunque sepa que es perentorio,
y estando aislado, tan rotundo,
prefiero no airear fecundo.
Mas Corona al gran al purgatorio.

No dejjo de estar prisionero,
mi intuición va; se evade y vuela
abriendo cordura mi vela.
Con la bondad de un misionero

¡Cuidado! No salgas, que late.
No sea que ese virus se aloje,
ilegal en tu casa y mate,
a los vulnerables que acoge.

¿ Será todo lo igual cuando pase ?
¡ Es un miedo que nos aturde !,
y por la etapa desacorde,
que igual, ya no le cabe frase.

Inmune a todo el parapeto
de los fármacos conocidos,
donde está el refugio torcido
aquí te dejo mi soneto:














Este momento tan doloso y feo,
el que nos ha tocado latir ahora,
cuando no lo esperaba, y es sonora
porque lleva la muerte y el cabreo.

A mi Dios, solicito balanceo
para seguir creyendo en fe, dadora,
aquella que limito con demora
y que a veces consigo con franqueo.

Por tantas veces, como me encomiendo
y no me dejes caer en disfunción
librando al mundo del virus, creyendo

Que esta gran pesadumbre y aflicción
finalice aquí, porque así lo entiendo
sin retornar en siglos, ni en función







Pandemia criminal, gravedad mundial



Cuando las cosas han sucedido, es muy fácil ser un mago pronosticador.
Sin embargo, los analistas clínicos, nos venían alertando que se acercaba el mal, un tirano en minúsculos trocitos invisibles de encimas dolosas, cromosomas, o como naranjas le llamen. 
Ya bien; porteados por la saliva, o por los esputos de los estornudos y de las toses de según que personas, al proporcionar alrededor suyo, emiten, Sin pensar, por la confianza de costumbre, en el acto de toser y expulsar el moco que se queda en la salida respiratoria por la propia expectoración. 
Aquellos individuos, que sin querer y sin saber, habían contraído ese mal, denominado Coronavirus, que después técnicamente se le bautizó como —Covid-19— y que al cabo de no se sabe tampoco el tiempo, mutó en un animal, y dicen los sabios que —fue en China, en septiembre del 2019, entre murciélagos y pangolines.


Todo esto es muy fácil de predecir, y aún más por los bulos que la gente lanza, para que al final también sigamos creyéndonos a estos «chipiriflautas» graciosos, que hacen chiste hasta de las desgracias.

Imagino que las investigaciones darán con ello, y los responsables nos dirán, como siempre pasa, lo que les convenga, para tenernos distraídos y desinformados.

Si nos remontamos a la pandemia del siglo XX, aquella que se inició en los alrededores del año 1918, dejando miles de muertos en el mundo entero, para desgracia de la humanidad y que poco resultado benéfico trajo a España, sabremos que:

Aquellas calenturas bárbaras llamadas «la fiebre española», fama que nos atribuyeron sin más—por cierto, como siempre ocurre, con los españoles— nos enteramos que fue un cruel suceso. 
Dicen los historiadores, que además de ser devastadora, y cruel, nos la trajeron los americanos con las estratagemas de la primera guerra mundial, llegando a las playas del noroeste de Francia, donde recaló y se expandió por todo el continente. 


En aquella ocasión una de las pocas naciones que ofreció datos de las consecuencias y muertos fue España, ya que esta nación no participó en aquella contienda militar y no tuvo problemas en dar cifras de difuntos y afectados, cosa que omitieron el resto de naciones, aquellas que estaban inmiscuidas en la bélica contienda, por ser denominados secretos militares. 


El tiempo ha pasado y la mayor parte de la población actual, no sabe nada de lo que ocurrió a principios del pasado siglo, pero entonces, la medicina, no estaba tan puesta como ahora, no habían los adelantos actuales y por supuesto las diferencias entre clases sociales, eran mucho más distantes, ayudando a ese colmo, la poca preparación que tenía en aquellos tiempos el pueblo. 

Ahora, en este siglo, en este año 2020, que parece ha comenzado con rarezas, además todas ellas de momento en contra del ser humano, las inundaciones de Valencia, Alicante y Murcia, sin olvidar el resto de la cornisa mediterránea, que ha provocado inundaciones y pérdidas mayúsculas, como siempre a los más indefensos. Vientos huracanados que se ha llevado volando las consecuencias lógicas de mas de uno, sin que fuera el fin de las incongruencias, para comenzar o mejor dicho seguir en este año veinte, con alegrías y festejos. 

Stop a todo lo que teníamos en mente, a todos los proyectos, viajes, ilusiones y en muchos casos, la vida, para algunos amigos, que ya no me podrán leer.

No seguiré con la literatura, para recordar lo que estamos sufriendo, tan solo dejaré unas imágenes actuales para que el propio sentido de la vista, nos lleve a pensar, aquello, que a cada uno convenga, sin menoscabo de la magnitud de lo ocurrido en el mundo mundial.


Los responsables en todo momento, han dado la cara informando de los esfuerzos, que sin duda lo han habido por parte de los responsables para dar fin a tan nefasta situación,

Agradecer a los enfermeros, médicos, personal hospitalario el ímpetu por qué los pacientes estuvieran en todo momento atendidos, sin olvidar tampoco el apoyo ofrecido por los demás voluntarios y personas que desde sus respectivas profesiones, sin hacer ruido han colaborado y colaboran en este fin





                           

Lamentablemente la exponencial cifra de aumentos en los fallecidos ha sido extraordinaria, para sufrimiento de los españoles, en este instante aún no se ha conseguido que la curva de siniestralidad aminore, para con ello se de con el tiempo, por erradicada la criminal pandemia.

Estas cifras no son definitivas. Esperemos y con ello pedimos al cielo, que todo esto sea un mal sueño, y termine pronto.








viernes, 27 de marzo de 2020

Prosigue el lamento de aquel " In Excelsis" no atendido.

                   
Prosigue el lamento de aquel " In Excelsis"


                     


Pero aquel Ángel, pasó de largo, sin precisar en la llamada pendiente que esperaba en su contestador automático, la que alertaba de que Juan estaba en la UCI, y todos los familiares y amigos, pedíamos al cielo para que tan solo fuese un trámite, sin consecuencias y que pudiera reunirse entre nosotros. Teníamos bastantes cuitas pendientes. Tantas, y tantas, comidas, alegrías y chistes para compartir, además de las previsiones que cada cual tiene para con los suyos, hijos, nietos, compañeros, amigos, vecinos. No dio resultado y Juan, fue reclamado para ir a su cielo, dejándonos muy tristes y desangelados.
Nuestro amigo Juan, se marchó. Se lo llevó la "Pandemia", parece ser que entre «Los Excelsis»
—Os informo, para los que no, conozcan ese lugar—;  es un pueblo que está a unos miles de hectopascales de altura, entre las nubes del cielo y el infinito más lejano. Donde van los seres especiales, los más cojonudos y las mejores personas de cada familia o grupo, los más animados, los designados por su ejemplaridad. Esos seres únicos que tropiezan con nosotros a lo largo de una vida.



                     Los Hectopascales, más o menos están por aquí



Aquel nefasto dia, arrojó en España la cifra de:



A mi amigo Juan.

lunes, 23 de marzo de 2020

Solicitud “in excelsis”


















Tengo un amigo afectado
en un hospital de la zona,
por el virus coronado.
que lo arrastró de su trona

He pedido al de la “Guarda”
que es un Ángel ¡El más grande!
Que le ofrezca salvaguarda
y recomponga el semblante

Que nos alegre con gracia
como él sabe agradarte,
que gente como él no queda
y queremos que desbande.

Desde aquí, preso le digo
a Juan la Rosa, que presto
le daré mi abrazo amigo
gozando sin más pretexto.

Este virus criminal
no podrá con nuestras vidas
seguiremos, que al final
son amistades queridas.

Nos habremos de juntar
como es norma, sin medidas,
Cualquier día ¡Me da igual!
Cuando quieras y decidas.

















sábado, 21 de marzo de 2020

Subsisten la Pandemia y Poesía













Jamás hubiera pensado
pasar dolido este día
florar sin luz muy tensado
mi honor a la gran poesía.

Hoy se celebra, ¡Es mundial!
la fecha majestuosa
con su rima milagrosa.
Y sentimiento especial

Es el día de la rima
del soneto sin dilemas
de la décima supina
del poema por mis venas

Del sentir y ser la prima,
por decir cosas expresas
al notar tu lindo extenso
y ese fraseo no duerma.

Literaturas preciosas
nos dejan cubierta el alma
virulencias sentenciosas
trucaron toda la calma

Para siempre recordar
que ambos han coincidido
en bisiesto criminal.
El poema y el bacilo.

Feliz día del poeta
del rapsoda, y creador
honor y décima esencia
con sus baladas de amor.

Fijate que coincidieron
corona infecta y viral
poesías advirtieron
con un germen sin igual.

Muchos amigos se fueron
sin ser su hora orbital
algunos ni conocieron
su dolencia principal

En ello la primavera
que se suma sin pensar
que en esta fecha primera
coincidieron celebrar

Término que los humanos
decidieron festejar
sin pensar por impensable
que se pudieran juntar

Dos tendencias tan dispares
que citaré al acabar
como el oscuro microbio
y el poema al declamar.



En el día Mundial del Poema, quiero olvidarme de la Pandemia, esa que azota a los pueblos, sin miramiento por nuestras vidas y la de nuestros semejantes. Dicen que aún no ha llegado lo peor. A Dios le pido, que frene esta locura.