jueves, 9 de abril de 2020

Consecuencias confinadas





















Con alarma. No es fácil, que maniobres.
Volver a gozar; mi pueblo sencillo,
respirar de tu aliento de membrillo,
y sentirme dichoso, en Valderrobres.

Cómo no, darte amor y que recobres,
al confinarme en mi corto pasillo,
sin ver tus calles, plazas y el Castillo.
Sufriendo por el virus, con zozobres.

No entiendo, un Viernes Santo, sin “Rompida”,
ni, sin la “Procesión del Santo Entierro”.
Sepulcro y tamborrada suspendida.

Imagino la plaza, en un destierro.
que tan sólo se dio una vez en vida,
por el contagio, y miedo, al que me aferro.










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