Este
año 2020, ha sido un año sin verbenas, sin casi petardos, sin
celebrar nada, porque no se podía hacer, después de ocurrir, lo que
ha sucedido en estos meses de marzo, abril y lo que llevamos de cola.
Faltan
muchos amigos, que se han marchado y otros que aún estan sufriendo
las consecuencias del Covid-19 y de verdad, que no ha habido nada de
especial, durante la noche más larga del año de este 2020. Tan solo
recuerdo.
Así
os dejo nada más que recuerdos.
Gracias
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martes,
21 de junio de 2011
Felicitaciones
en San Juan
Felicidades
a ti: Juan y por supuesto a: Juana. Llega su
santoral y con ello, las verbenas y el solsticio de verano, ¡ Vaya
mi felicitación y mi abrazo !
No podría olvidarme de ti amigo
Juan. Sabes a lo que me refiero; sin más indicaciones. Tantas y
tantas salidas, encuentros y comentarios, sin olvidarnos de las risas
y del afecto. ¡ Ah..., que no
sabes ! Tendrás valor de no recordarlo. ¡No
me lo puedo creer!
¡Claro
que es a tí! ...Eres
el Juan que más contacto tiene conmigo, el que me llama y se
preocupa en todo momento, el que me encuentra porque me aprecia.
Aquel que de vez en cuando me hace la "prueba
del algodón" Todos
sabemos que el hidrófilo, la pólvora y el algodón: ¡¡No
engañan!!
Dice el
refrán: el
roce hace el cariño.
Por ello, vaya mi recordación y evocación a tí. Valorando
sin dudar a los otros amigos que se llaman también
"Juan" y que además también congratulo y brindo
por ellos, con afecto y ponderación. Felicidades
a todos. Solo una
anecdota escribiré desde este balcón que recorre el mundo. Un
inciso que de entre tantos, destacan por su simpatía. Con ello mi
homenaje en el dia de tu Santoral.
Era
una jornada especial que hacíamos la visita a las Cuevas de Vall
de Uxo en Castellón, al principio hubieron dudas en la visita. Dado
que se hacía desde una barcaza y que la profundidad aunque no era
mucha, estoy casi seguro que a más de uno, le hubiese creado una
situación enojosa_ caso que la barquita zozobrara_. Tras
el normal cambio de impresión de _"Si
...voy; o si ...vengo"_ Se decidió acceder a
las instalaciones. Cuando nos vieron aparecer en el lugar de atraque
de las chalupas intuyeron que una solo para nosotros. Ocho
personas, pero como nos verían, que dijeron: "Una
y Grande" y si puede ser "libre", para
estos guasones. El barquero con braguero y experiencia, que
estos turistas, solo con las risas pueden desmembrar la paciencia del
remero y del vigia del complejo. El nivel de flotación de la barca,
comenzó a perder horizontalidad a medida que iba soportando nuestro
peso. Un pasito para alante; ¡A la
derecha! y el meneo de la barca ¡Uy
que miedo! otro pasito para atrás ¡A
la izquierda! El calado de la canoa iba hundiendo
el fuselaje y parecía cuando entró el último, que
éramos expatriados en patera cruzando la valentía extinguida.
El barquero ¿sería incapaz? de
mover aquella plataforma flotante. A todos las risas se nos fueron
disipando, menos a Juan que mantenía su enjundia de buen marino. _
Estaba mareado perdido, pero sabe disimular_ En según
que galerias de las cuevas _ preciosas por
cierto_ el guía indicaba aqui veinte metros de
profundidad, ¡ Uuiii ! Simplemente
el escuchar el dato, se nos encogía el flato. ¡Que
ganas tengo de salir! Se escuchaban voces, otros no
decían ni... mijita, el miedo les impedía balbucear. A según quien
le caía aguita desde la llamada gruta, la parte superior de la
Caverna, era el preciado elemento que recogía Juan con la mano y la
vaporizaba llegandonos al cogote para acolindrarnos una pizquita más.
Acabó su dicharacho cuando los nervios estaban a punto de
romperse, en el momento que el gondolero quiso perturbarse,
a punto estuvo de saltar y dejarnos a la deriva en aquel lago
majestuoso. Él, mi amigo ante la panorámica divina del agua
estancada de la cueva, explicó: el milagro de los panes y los
peces. Llegando a la par al muelle de los bien atracados para
tomar tierra.

sábado,
29 de junio de 2019
Así
fue la verbena de San Juan, 2019
Este
año la verbena de San Juan, me encontró muy lejos de mi entorno
habitual, podría decirse, que de viaje promocional y, la verdad, que
fue del canto de un duro, que no me partieran la cara, a añicos de
los más pequeños y a manos de un ruso llamado Sergei que prefiero
no recordar.
Por
hacer las cosas como dice la canción de Frank Sinatra. El clásico y
precioso «My way». «A mi manera».
De
esa manera, como te imaginas, podría haber quedado. Del mismo modo
te explico el desarrollo de como acontecieron los hechos y
normalmente difieren tan poco de si es correcto o no; que fue un
susto de los que el «Kremlin», suele promocionar con pajoleros.
Cuando
te dejas llevar por los demás y viendo que no estás de acuerdo con
los detalles que se presentan callas, pensando «no
pasará nada», y en esos veinte milisegundos siguientes
no reaccionas. A reglón seguido o poco más allá, es donde suelen
producirse las consecuencias.
Miedo,
para manchar los pantalones, quizás sea exagerado pensarlo, porque
esa sensación no llegó a tanto. Pero si la tesitura, no hubiese
llevado la urgencia de la aparición del «toro
de fuego», hubiéramos tenido un problema.
En
el caso que nos ocupa fue al «My way de
mi amigo Antonio» que es de esos que tira la piedra y
luego esconde la mano, dejándote la papa caliente a ti, para que
resuelvas como siempre.
Sin
más y no me extenderé demasiado para relatar que, fue el Santo de
los bautizos, el que nos libró de la quema.
San
Juan, nos amparó; gracias a las llamas candentes que desprendía el
astado disparando pólvora por sus
tuétanos, nos libró de la bronca y de posteriores
afrentas punitivas.
Había
terminado la cena en el Cien Balcones, hotel digno, limpio y cómodo,
central en la población y sobre todo funcional. El postre recuerdo
que era helado de vainilla, con troche de melón al Oporto, servido
dentro de una taza magenta que hacía sobresalir la exquisitez del
fresco bocado.
El
café o las infusiones creímos que si nos lo tomábamos fuera de las
instalaciones del hotel, nos supondría mejor distracción, ya que el
pueblo hervía en fiestas del Corpus Christi, sumadas a las de la
clásica verbena del Juan Bautista.
Estaba
todo a rebosar, y mira, no sabiendo de que iba la cosa, encontramos
en la plaza una mesa libre y ni corto ni perezoso la utilizamos, sin
pensar que la habían dejado tan solo treinta segundos antes, porque
los vecinos conocen su tradición y saben que el toro embiste, aunque
sea de lata.
Ufanos
como dos imberbes, entramos en el bar, correspondiente a las mesas
libres de la franja y nadie nos atendía, tampoco había tanta gente
en la barra, como para ni tan siquiera mirarnos. Yo insistía
educado—Oye, estamos en la mesa de la plaza, ponnos unas tónicas y
unas hierbas infusión. Respuesta ninguna nos dio el ruso. Como
queriendo ignorarnos, que de hecho así era, nos supo extranjeros, o
como mínimo foráneos, que pensó—: A estos les hago esperarse y
amargarse.
Dos
intentos más hice y de buenas a primeras me respondió con su cara
singular de persona non grata y no es que fuera feo, que no. Era
desagradable y me espetó—Te esperas y no tengas prisa, que yo,
estoy aquí toda la tarde y no me quejo.
Ya
no hubo respuesta, por parte de Antonio, que salió como un obús de
la barra de aquel baratillo.
Me
lo miré y ahí debí frenarle y hacerle entrar en razón, constatar
un acto de paciencia y moldear al nervioso amigo. Salí tras él y
entramos en el bar contiguo. Yo; tras de él, mientras nuestros
acompañantes ya estaban acomodados en la mesa de la plaza,
perteneciente al Bar Patricks, sin conocer el gesto horroroso que
había protagonizado Antonio.
—Oye
tío, la mesa donde estamos sentados es del bar que nos hemos pirado,
tendremos problemas, seguros, este tío tiene malas pulgas y unos
brazos de hierro, para decirle algo que no le guste.
—Nada,
ni cuenta, con tanto lío, ni se enterará. Dejádmelo a mí, y
veréis como lo encauzo, que se joda y que atienda a los clientes,
como debe hacer. Una atención al público, no es eso. ¡Que se vaya
a la puta mierda! —Acabó presumiendo Antonio.
Dejé
de cavilar y me dije ¡Que sea lo que Dios quiera! Ahora me voy a
discutir con mi amigo, después del «tablazo en su orgullo» que se
ha dado con el ruso y pensé—« que en vez de venir de vacaciones,
parece que se ofende por el mal humor y nefasta educación de un
negado».
Pedimos,
lo que nos apetecía y fuimos a sentarnos en aquella mesa maldita.
El
mocetón ruso, salió a comprobar, imagino si ya llegaba la hora de
la pólvora, cuando nos vio acomodados, solos en aquella mesa, sin
nadie más, por el inminente paso del carrusel de chispas y se
acercó. Al principio no nos relacionó, pero cuando leyó la marca
de refrescos que había sobre la mesa, nos miró y ¡Claro, que nos
conoció! Mi amigo Antonio, hacía unos segundos que disimulado,
corría sin destino.
—Han
de marcharse, de aquí de inmediato. Viene el toro de fuego, ¿Dónde
han comprado estas bebidas?—Preguntó fuera de sí.
—¿No
saben que estas bebidas son de la competencia?—¡Cómo vamos a
saberlo—Pues por la indicación en el tablero, que está escrito
claramente.
No
dio tiempo a más, de un potente manotazo, nos arrancó la mesa,
retirándola un metro. Recogió los envases de los refrescos y la
taza del té al limón y las arrojó con mucha rabia al jardín,
destrozándose la loza de la infusión.
Mientras
con malos modos y con amenazas, nos despedía aquel mocetón, con
ganas de estamparnos contra la fuente de la plaza, como había hecho
con las latas de refresco.
La
verbena, podía haber sido sonada, por la intransigencia de todos. La
dejadez mía, por permitirlo y la suerte del Santo Juan el Bautista,
que siempre nos ampara.
Antonio,
se refugió en una esquina, temblando y cuando aparecimos, sacó
pecho y fanfarroneó, dándonos escusas baratas y rajando de los
maleducados. Hasta que le dijimos—Otro día, lo piensas, ¡Valiente!
A
todo esto el toro, de fuego daba señales de pólvora quemada.
Felicitaciones
en San Juan. Año 2015
El
día 24 de junio de todos los años, me gusta por tradición
felicitar a todos mis amigos, aquellos que los bautizaron con el
nombre de Juan, o Juana. Es una costumbre que no quisiera olvidar ya
que tengo la suerte de conocer a muchas personas con esa designación
propia y que además son merecedoras de mi amistad y a las que quiero
y respeto profundamente por ser todos ellos grandes personas.
Este
año se suman a la gran relación del reconocimiento un trío de
personas a las cuales quiero dar la bienvenida y ha llegado el
instante de hacer saber al mundo entero, todo el cariño que les
tengo.
El
primero es un poeta, persona afable, cariñosa, engatusadora y hábil
desvalijador de almas, gran amante de los descuidos cariñosos para
robarte el bolso de la inclinación literaria, ágil mensajero de
ociosas costumbres paganas, digno cantor de plazas y sótanos, claro
conversador de embustes piadosos.
En
definitiva como anunciaba un juglar y un bardo distinguido. El nombre
ya lo dije el apellido se adivina, si tienes costumbre de leer mis
paginas en las redes pías.
Llegas
a no vincularlo
pero
siempre queda encanto
es
la persona adecuada
y recordarlo
en su santo.
Juan
se llama el muy bandido
de
todos es conocido
Alejo
es su apellido
el
nombre no te lo digo
Le
conocí por casualidad, como todo lo que suele ocurrir que vale la
pena, cuando no esperas, encuentras aquella persona que lleva una
reserva destinada para hacerte feliz, aunque sea por un minuto.
En
el caso de Juan José, es muy distinto, fue el responsable de aquella
frase famosa, "Dios nos libre del arranque de un gandul" Él
se la achaca a su padre_, la autoría del dicho famoso_, sin
embargo estoy seguro que fue su persona con esa gran humanidad que
por tanto bueno que tiene, hasta ese mérito quiere endosar, a la
persona que posible él más quiere.
Tuve
la suerte de conocerle hace bastantes años y no hay un solo día que
no deje de sorprenderme. Es un gran tipo.
Pérez
López se refiere,
son
apellidos de España
siendo
los dos trasladados
más
allá de las montañas.
Juan
José siempre te digo
que
de mayor quiero ser
la
mitad de lo que indico
con
ellos valdré por tres
Dichosos
son los encuentros
Con
los recuerdos latentes
Personas
que sí me importan
jamás
quisiera perderles.
La
persona que cierra esta trilogía es Juan sin miedo, Juan sin tierra,
Juan sin nada, por no tener no tiene ni gana de
hablar. Después de pasar una mala racha, de salud
se echa las manos a la cara y piensa, me falta la fortaleza, me
faltan las tristes mantas, me falta tranquilidad, para despedirme
mañana. A que se debe la vida, si me voy sin disfrutarla, quizás
vine para ayudar a mis padres. Con ello me espero otro rato y me voy
sin espantarla.
Eres
un tipo prudente
demasiado
en ciertos tratos
cuando
lo ves muy difícil
callas
y miras de lado.
tu
también te llamas Juan
el
apellido es muy duro
si
lo digo soy injusto
permiso
tu no me has dado
la
leña para el fogón
el
fuego cuando hace frío
no
tienes calefacción
por
eso tanto me río.
ser
prudente va con él
es
como si no existiera
jamás
te dará consejos
¡Dios
no lo permitiera!
El
pasado tanto importa
Sin
recorrer el presente
olvidar
algo que duele
es
preciso y suficiente.
Aquel
año la hoguera preparada para la verbena de San Juan, no tenía
demasiada leña, lo habían dejado tanto para última hora que fue en
el momento de prepararla, de establecer
los márgenes de seguridad, instalar los armazones de enganche
pirotécnico para evitar sustos e incendios en el vecindario, cuando
vieron que les faltaba material para que fuera prendido por ese fuego
que todo lo destruye y lo calcina.
María
quiso ser tan directa que se pasó tres estaciones al decirle a Juan
Fernando que le había engañado, que lo venía haciendo desde hacía
tiempo y que prefería que rompieran la relación en aquel mismo
momento.
Lo
dejó de amar el mismo día en que notó que se ausentaba de ella en
la cama y quedaba profundamente dormido, sin hacerle el menor de los
casos, que coincidía cuando a ella le presentaron a Luis David, diez
años más joven y mucho más potente en los artes y oficios del
sexo.
¿Y
qué podemos hacer María, para que me vuelvas a amar profundamente
como lo hiciste en su día? _ preguntó Juan Fernando intentando
aspirar aquella pipa de tabaco mal oliente que fumaba. Sabes que
siempre has sido mi lucero, mi chinita y mi antojo_. Concluyó
mirándola con una pena profunda, sabiendo que ya no había solución.
Mi
amor por ti se ha esfumado de forma decisiva_, le declaró María sin
paliativos a su marido, sin el menor de los recatos_, y toda mi vida
está alrededor de mi cielo_, siguió inquiriendo aquella mujer de
forma cruel.
Ahora
ya es tarde, ni leña para la verbena, ni trago que me ponga buena,
ni pastas para saciar mi boca. Estoy harta de ti Juan Fernando_
reprochó María_ y no quiero continuar contigo.
_¡Buenas
noches pasamos a la publicidad! _ Se interrumpió la emisión del
capítulo cuatrocientos trece de la obra "Carolina se siente
sola", por un corte publicitario de los patrocinadores que
favorecían aquel programa radiofónico.
Dejando
a los radioescuchas pendientes de la continuación del delirante
desenlace entre María y Juan Fernando.
Al
cabo de unos minutos se reanudó la emisión y tampoco dieron fin ala
trama, dejándola para después de la festividad de la noche de San
Juan, para después de la noche más larga del año.
La
emisora EAJ4 del canal radio sur emitiendo desde San Juan de Puerto
Rico, en el espectacular programa de Carolina se siente
sola, un espacio que la multinacional Telerisas, les ofrece para todo
el país.
¡Buenas
noches y hasta mañana!
¡Chao
amigos!