jueves, 25 de junio de 2020

Este año Sant Juan fue Pandémico.





Este año 2020, ha sido un año sin verbenas, sin casi petardos, sin celebrar nada, porque no se podía hacer, después de ocurrir, lo que ha sucedido en estos meses de marzo, abril y lo que llevamos de cola.

Faltan muchos amigos, que se han marchado y otros que aún estan sufriendo las consecuencias del Covid-19 y de verdad, que no ha habido nada de especial, durante la noche más larga del año de este 2020. Tan solo recuerdo.

Así os dejo nada más que recuerdos.

Gracias

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martes, 21 de junio de 2011

Felicitaciones en San Juan


Felicidades a ti: Juan y por supuesto a: Juana. Llega su santoral y con ello, las verbenas y el solsticio de verano, ¡ Vaya mi felicitación y mi abrazo !
No podría olvidarme de ti amigo Juan. Sabes a lo que me refiero; sin más indicaciones. Tantas y tantas salidas, encuentros y comentarios, sin olvidarnos de las risas y del afecto. ¡ Ah..., que no sabes !  Tendrás valor de no recordarlo. ¡No  me  lo  puedo  creer!

¡Claro que es a tí! ...Eres el Juan que más contacto tiene conmigo, el que me llama y se preocupa en todo momento, el que me encuentra porque me aprecia. Aquel que de vez en cuando me hace la "prueba del algodón" Todos sabemos que el hidrófilo, la pólvora y el algodón: ¡¡No engañan!!

Dice el refrán: 
el roce hace el cariño. Por ello, vaya mi recordación y evocación a tí. Valorando sin dudar  a los otros amigos que se llaman también "Juan" y que además también congratulo y brindo por ellos, con afecto y ponderación.  Felicidades a todos. Solo una anecdota escribiré desde este balcón que recorre el mundo. Un inciso que de entre tantos, destacan por su simpatía. Con ello mi homenaje en el dia de tu Santoral.

Era una jornada especial que hacíamos la visita a las Cuevas de Vall de Uxo en Castellón, al principio hubieron dudas en la visita. Dado que se hacía desde una barcaza y que la profundidad aunque no era mucha, estoy casi seguro que a más de uno, le hubiese creado una situación enojosa_ caso que la barquita zozobrara_. Tras el normal cambio de impresión de _"Si ...voy;  o si ...vengo"_ Se decidió acceder a las instalaciones. Cuando nos vieron aparecer en el lugar de atraque de las chalupas intuyeron que una solo para nosotros. Ocho personas, pero como nos verían, que dijeron: "Una y Grande" y si puede ser "libre", para estos guasones. El barquero con braguero y experiencia, que estos turistas, solo con las risas pueden desmembrar la paciencia del remero y del vigia del complejo. El nivel de flotación de la barca, comenzó a perder horizontalidad a medida que iba soportando nuestro peso. Un pasito para alante; ¡A la derecha! y el meneo de la barca ¡Uy que miedo! otro pasito para atrás ¡A la izquierda!  El calado de la canoa iba hundiendo el fuselaje y parecía cuando entró el último, que éramos expatriados en patera cruzando la valentía extinguida. El barquero ¿sería incapaz? de mover aquella plataforma flotante. A todos las risas se nos fueron disipando, menos a Juan que mantenía su enjundia de buen marino. _ Estaba mareado perdido, pero sabe disimular_ En según que galerias de las cuevas _ preciosas por cierto_ el guía indicaba aqui veinte metros de profundidad, ¡ Uuiii ! Simplemente el escuchar el dato, se nos encogía el flato. ¡Que ganas tengo de salir! Se escuchaban voces, otros no decían ni... mijita, el miedo les impedía balbucear. A según quien le caía aguita desde la llamada gruta, la parte superior de la Caverna, era el preciado elemento que recogía Juan con la mano y la vaporizaba llegandonos al cogote para acolindrarnos una pizquita más. Acabó su dicharacho cuando los nervios estaban a punto de romperse, en el momento que el gondolero quiso perturbarse, a punto estuvo de saltar y dejarnos a la deriva en aquel lago majestuoso. Él, mi amigo ante la panorámica divina del agua estancada de la cueva, explicó: el milagro de los panes y los peces. Llegando a la par al muelle de los bien atracados para tomar tierra.



sábado, 29 de junio de 2019

Así fue la verbena de San Juan, 2019

Este año la verbena de San Juan, me encontró muy lejos de mi entorno habitual, podría decirse, que de viaje promocional y, la verdad, que fue del canto de un duro, que no me partieran la cara, a añicos de los más pequeños y a manos de un ruso llamado Sergei que prefiero no recordar.

Por hacer las cosas como dice la canción de Frank Sinatra. El clásico y precioso «My way». «A mi manera». 

De esa manera, como te imaginas, podría haber quedado. Del mismo modo te explico el desarrollo de como acontecieron los hechos y normalmente difieren tan poco de si es correcto o no; que fue un susto de los que el «Kremlin», suele promocionar con pajoleros.

Cuando te dejas llevar por los demás y viendo que no estás de acuerdo con los detalles que se presentan callas, pensando «no pasará nada», y en esos veinte milisegundos siguientes no reaccionas. A reglón seguido o poco más allá, es donde suelen producirse las consecuencias.

Miedo, para manchar los pantalones, quizás sea exagerado pensarlo, porque esa sensación no llegó a tanto. Pero si la tesitura, no hubiese llevado la urgencia de la aparición del «toro de fuego», hubiéramos tenido un problema.

En el caso que nos ocupa fue al «My way de mi amigo Antonio» que es de esos que tira la piedra y luego esconde la mano, dejándote la papa caliente a ti, para que resuelvas como siempre.

Sin más y no me extenderé demasiado para relatar que, fue el Santo de los bautizos, el que nos libró de la quema.

San Juan, nos amparó; gracias a las llamas candentes que desprendía el astado disparando pólvora por sus tuétanos, nos libró de la bronca y de posteriores afrentas punitivas.

Había terminado la cena en el Cien Balcones, hotel digno, limpio y cómodo, central en la población y sobre todo funcional. El postre recuerdo que era helado de vainilla, con troche de melón al Oporto, servido dentro de una taza magenta que hacía sobresalir la exquisitez del fresco bocado.

El café o las infusiones creímos que si nos lo tomábamos fuera de las instalaciones del hotel, nos supondría mejor distracción, ya que el pueblo hervía en fiestas del Corpus Christi, sumadas a las de la clásica verbena del Juan Bautista.

Estaba todo a rebosar, y mira, no sabiendo de que iba la cosa, encontramos en la plaza una mesa libre y ni corto ni perezoso la utilizamos, sin pensar que la habían dejado tan solo treinta segundos antes, porque los vecinos conocen su tradición y saben que el toro embiste, aunque sea de lata. 

Ufanos como dos imberbes, entramos en el bar, correspondiente a las mesas libres de la franja y nadie nos atendía, tampoco había tanta gente en la barra, como para ni tan siquiera mirarnos. Yo insistía educado—Oye, estamos en la mesa de la plaza, ponnos unas tónicas y unas hierbas infusión. Respuesta ninguna nos dio el ruso. Como queriendo ignorarnos, que de hecho así era, nos supo extranjeros, o como mínimo foráneos, que pensó—: A estos les hago esperarse y amargarse.

Dos intentos más hice y de buenas a primeras me respondió con su cara singular de persona non grata y no es que fuera feo, que no. Era desagradable y me espetó—Te esperas y no tengas prisa, que yo, estoy aquí toda la tarde y no me quejo.

Ya no hubo respuesta, por parte de Antonio, que salió como un obús de la barra de aquel baratillo. 

Me lo miré y ahí debí frenarle y hacerle entrar en razón, constatar un acto de paciencia y moldear al nervioso amigo. Salí tras él y entramos en el bar contiguo. Yo; tras de él, mientras nuestros acompañantes ya estaban acomodados en la mesa de la plaza, perteneciente al Bar Patricks, sin conocer el gesto horroroso que había protagonizado Antonio.

Oye tío, la mesa donde estamos sentados es del bar que nos hemos pirado, tendremos problemas, seguros, este tío tiene malas pulgas y unos brazos de hierro, para decirle algo que no le guste.

Nada, ni cuenta, con tanto lío, ni se enterará. Dejádmelo a mí, y veréis como lo encauzo, que se joda y que atienda a los clientes, como debe hacer. Una atención al público, no es eso. ¡Que se vaya a la puta mierda! —Acabó presumiendo Antonio.

Dejé de cavilar y me dije ¡Que sea lo que Dios quiera! Ahora me voy a discutir con mi amigo, después del «tablazo en su orgullo» que se ha dado con el ruso y pensé—« que en vez de venir de vacaciones, parece que se ofende por el mal humor y nefasta educación de un negado».

Pedimos, lo que nos apetecía y fuimos a sentarnos en aquella mesa maldita.

El mocetón ruso, salió a comprobar, imagino si ya llegaba la hora de la pólvora, cuando nos vio acomodados, solos en aquella mesa, sin nadie más, por el inminente paso del carrusel de chispas y se acercó. Al principio no nos relacionó, pero cuando leyó la marca de refrescos que había sobre la mesa, nos miró y ¡Claro, que nos conoció! Mi amigo Antonio, hacía unos segundos que disimulado, corría sin destino.

Han de marcharse, de aquí de inmediato. Viene el toro de fuego, ¿Dónde han comprado estas bebidas?—Preguntó fuera de sí. 

¿No saben que estas bebidas son de la competencia?—¡Cómo vamos a saberlo—Pues por la indicación en el tablero, que está escrito claramente.

No dio tiempo a más, de un potente manotazo, nos arrancó la mesa, retirándola un metro. Recogió los envases de los refrescos y la taza del té al limón y las arrojó con mucha rabia al jardín, destrozándose la loza de la infusión.

Mientras con malos modos y con amenazas, nos despedía aquel mocetón, con ganas de estamparnos contra la fuente de la plaza, como había hecho con las latas de refresco.

La verbena, podía haber sido sonada, por la intransigencia de todos. La dejadez mía, por permitirlo y la suerte del Santo Juan el Bautista, que siempre nos ampara.

Antonio, se refugió en una esquina, temblando y cuando aparecimos, sacó pecho y fanfarroneó, dándonos escusas baratas y rajando de los maleducados. Hasta que le dijimos—Otro día, lo piensas, ¡Valiente!

A todo esto el toro, de fuego daba señales de pólvora quemada.


Felicitaciones en San Juan. Año 2015

El día 24 de junio de todos los años, me gusta por tradición felicitar a todos mis amigos, aquellos que los bautizaron con el nombre de Juan, o Juana. Es una costumbre que no quisiera olvidar ya que tengo la suerte de conocer a muchas personas con esa designación propia y que además son merecedoras de mi amistad y a las que quiero y respeto profundamente por ser todos ellos grandes personas.

Este año se suman a la gran relación del reconocimiento un trío de personas a las cuales quiero dar la bienvenida y ha llegado el instante de hacer saber al mundo entero, todo el cariño que les tengo.

El primero es un poeta, persona afable, cariñosa, engatusadora y hábil desvalijador de almas, gran amante de los descuidos cariñosos para robarte el bolso de la inclinación literaria, ágil mensajero de ociosas costumbres paganas, digno cantor de plazas y sótanos, claro conversador de embustes piadosos.

En definitiva como anunciaba un juglar y un bardo distinguido. El nombre ya lo dije el apellido se adivina, si tienes costumbre de leer mis paginas en las redes pías.

Llegas a no vincularlo

pero siempre queda encanto

es la persona adecuada

y  recordarlo en su santo.

Juan se llama el muy bandido

de todos es conocido

Alejo es su apellido

el nombre no te lo digo

Le conocí por casualidad, como todo lo que suele ocurrir que vale la pena, cuando no esperas, encuentras aquella persona que lleva una reserva destinada para hacerte feliz, aunque sea por un minuto.

En el caso de Juan José, es muy distinto, fue el responsable de aquella frase famosa, "Dios nos libre del arranque de un gandul" Él se la achaca a su padre_, la autoría del dicho famoso_,  sin embargo estoy seguro que fue su persona con esa gran humanidad que por tanto bueno que tiene, hasta ese mérito quiere endosar, a la persona que posible él más quiere.

Tuve la suerte de conocerle hace bastantes años y no hay un solo día que no deje de sorprenderme. Es un gran tipo.

Pérez López se refiere,

son apellidos de España

siendo los dos trasladados

más allá de las montañas.

Juan José siempre te digo

que de mayor quiero ser

la mitad de lo que indico

con ellos valdré por tres

Dichosos son los encuentros

Con los recuerdos latentes

 Personas que sí me importan

jamás quisiera perderles.

La persona que cierra esta trilogía es Juan sin miedo, Juan sin tierra, Juan  sin nada, por no tener no tiene ni gana de hablar.   Después de pasar una mala racha, de salud se echa las manos a la cara y piensa, me falta la fortaleza, me faltan las tristes mantas, me falta tranquilidad, para despedirme mañana. A que se debe la vida, si me voy sin disfrutarla, quizás vine para ayudar a mis padres. Con ello me espero otro rato y me voy sin espantarla.

Eres un tipo prudente

demasiado en ciertos tratos

cuando lo ves muy difícil

callas y miras de lado.

tu también te llamas Juan

el apellido es muy duro

si lo digo soy injusto

permiso tu no me has dado

la leña para el fogón

el fuego cuando hace frío

no tienes calefacción

por eso tanto me río.

ser prudente va con él

es como si no existiera

jamás te dará consejos

¡Dios no lo permitiera!

El pasado tanto importa

Sin recorrer el presente

olvidar algo que duele

es preciso y suficiente.

Aquel año la hoguera preparada para la verbena de San Juan, no tenía demasiada leña, lo habían dejado tanto para última hora que fue en el momento de prepararla, de establecer los márgenes de seguridad, instalar los armazones de enganche pirotécnico para evitar sustos e incendios en el vecindario,  cuando vieron que les faltaba material para que fuera prendido por ese fuego que todo lo destruye y lo calcina.

María quiso ser tan directa que se pasó tres estaciones al decirle a Juan Fernando que le había engañado, que lo venía haciendo desde hacía tiempo y que prefería que rompieran la relación en aquel mismo momento.

Lo dejó de amar el mismo día en que notó que se ausentaba de ella en la cama y quedaba profundamente dormido, sin hacerle el menor de los casos, que coincidía cuando a ella le presentaron a Luis David, diez años más joven y mucho más potente en los artes y oficios del sexo.

¿Y qué podemos hacer María, para que me vuelvas a amar profundamente como lo hiciste en su día? _ preguntó Juan Fernando intentando aspirar aquella pipa de tabaco mal oliente que fumaba. Sabes que siempre has sido mi lucero, mi chinita y mi antojo_. Concluyó mirándola con una pena profunda, sabiendo que ya no había solución.

Mi amor por ti se ha esfumado de forma decisiva_, le declaró María sin paliativos a su marido, sin el menor de los recatos_, y toda mi vida está alrededor de mi cielo_, siguió inquiriendo aquella mujer de forma cruel.

Ahora ya es tarde, ni leña para la verbena, ni trago que me ponga buena, ni pastas para saciar mi boca. Estoy harta de ti Juan Fernando_ reprochó María_ y no quiero continuar contigo.

_¡Buenas noches pasamos a la publicidad! _ Se interrumpió la emisión del capítulo cuatrocientos trece de la obra "Carolina se siente sola", por un corte publicitario de los patrocinadores  que favorecían aquel  programa radiofónico.

Dejando a los radioescuchas pendientes de la continuación del delirante desenlace entre María y Juan Fernando.

 Al cabo de unos minutos se reanudó la emisión y tampoco dieron fin ala trama, dejándola para después de la festividad de la noche de San Juan, para después de la noche más larga del año.

La emisora EAJ4 del canal radio sur emitiendo desde San Juan de Puerto Rico, en el espectacular  programa de Carolina se siente sola, un espacio que la multinacional Telerisas, les ofrece para todo el país.

¡Buenas noches y hasta mañana!

¡Chao amigos!








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