Las
empresas de comunicación del
país,
trataban de atraer la atención de la concurrencia—Lo
que llaman los
comunicadores “Cuota”
.
Un
distintivo que sirve para contabilizar espectadores, sin que apenas
se sepa cómo
miden esas
audiencias
de distribución.
—Por
aclarar un poco, decir que le llaman—:
“share
o cuota de pantalla”
y a la vez indica
el número total de espectadores que
están agarrados frente al televisor en
un momento determinado y además,
facilita el conocimiento de la
preferencia del público frente, a otros contenidos.
Por
ello, los
directivos de la
Cadena “Teleadoro”;
idearon
un nuevo contenido
de competencia que luchara contra los que ya estaban
en la parrilla de programación de otros canales;
como son: “Máster
de
los Menús”,
en
la cadena estatal Telemil, “Máster
de
las Chapuzas”
en
la cadena competencial de Precautele
y
“Máster
de los mejores
postres”.
En
la televisora de Mundonuevo.
Inventando
sus guionistas otro espacio que pudiera hacer melladura
a estos que ya competían entre sí y
acaparaban la expectación todas las noches.
Discurriendo
con
el programa
que pretendían, fuese el que estuviera por encima del share más
alto y lo llamaron con
mucho bombo y platillo con el nombre de:
Mucho cuento.
Ya
habían pasado el control del casting y los seleccionados estaban tan
felices que no cabían en su cáscara.
La
criba había sido muy importante debido a la gran cantidad de
aspirantes entre los 25 y 55 años, presentados de todos los lugares,
para cubrir el cupo ideal que eran las diez plazas finalistas, dentro
de las normas del propio concurso.
Los
responsables de
la cadena de televisión “Teleadoro”
; habían dado una cifra de
pretendientes y aspirantes a ser elegidos en su publicidad, de más
de ocho mil
personas entre mujeres y hombres,
los cuales deseaban conseguir una plaza en aquella
competencia para situarse dentro de los
mejores escritores y poetas del
país.
Un
espacio que saldría los martes de cada semana por antena, en horario
de Prime-time y distinguiría a los mejores argumentistas,
comediógrafos y autores, de la poesía y de la narrativa de la
nación.
Con
un premio final para el ganador de aquella primera edición, que
consistiría en la corrección y publicación de su próxima novela o
poemario.
Una
dotación en metálico de doscientos mil euros y un contrato por
cinco años como guionista dentro de la propia filial de
comunicación.
Además
de un viaje para dos personas, donde el propio triunfador del
certamen: Mucho cuento,
eligiera.
La
conductora del programa, estaría a cargo de una de las más
prestigiosas e inteligentes mujeres del periodismo estatal. Dos
carreras universitarias en su haber y una gracia y una presencia
inmejorables. Con fama de exigente y muy ecuánime.
El
jurado estaría compuesto por cinco dramaturgos todos ellos
galardonados en diferentes eventos de prestigio, siendo además
tintas relatoras excepcionales de ámbito mundial, con premios
literarios en casi todos los continentes y con unos guarismos de
ventas cifrados en varios enteros.
Fama
a raudales y prestigio reconocido.
Los
seleccionados habían sido distinguidos para el acceso a “Mucho
cuento.”, por sus narraciones
dentro de un reglamento que constaba en una fábula ni muy amplia ni
muy corta, pero sí; se premiaba la singularidad y el contenido
personal literario, con argumento libre.
Norma
exigida para los autores de novela.
Los
poetas deberían presentar sus versos y odas en no menos de cien
cuartetos, endecasílabos de corte modernista, teniendo en cuenta la
arquitectura tradicional de la poesía, con mensaje de edición
libre.
Todos
los resultados de los participantes, serían presentados en la
operatividad del programa, como trabajos literarios ajustados e
interpretados en escena como si fuera una obra teatral o una
película, para evitar que el telespectador desde su domicilio,
tuviera que apechugar con la audición de la fatigosa lectura de las
historias de cada uno de los concursantes, una y otra semana.
Siendo
así más que un relato leído, una interpretación que se
diferenciaría en el modo de presentarlo al mundo.
Puesto
en escena el guion de cada candidato, como obra teatral y
espectáculo con decorados, cortinajes y tramoyistas, quedando
reflejado el trabajo de cada escritor, con su plasticidad e
imaginación.
Intentando
hallar así; la
forma para que triunfara el nuevo modelo de programa y la idea
lanzada por Teleadoro,
hiciera subir las cifras de la cadena.
Continuará…….
To
be continued…...
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