Acristalamientos
grandiosos en los pasillos, puertas cerradas, en tonalidades azuladas
y grisáceas, adobaban aquella simple decoración.
__
Fue con usted, Edwin con el que hablé anoche ¿El que recibió la
noticia del suceso?__ preguntó la oficiala, mirándole simulando
arrogancia y desinterés.
__
El mismo que ha seguido las instrucciones dadas por usted con lo que
al rastrearlas, por cierto__, respondió asintiendo y atisbando Edwin
el color de los ojos de la oficial.
__
Ha costado dar con ella y, me refiero a la difunta.
__
He pululado de un sitio a otro sin saber realmente si llegaría a
término. Hay muchos funcionarios que mal les pese, no saben hacer su
trabajo__ Comentó Edwin, con mucho énfasis y convicción, mientras
la caporal, escuchaba y espiaba sus palabras y fisonomía para
proseguir en cuanto le diera posibilidad aquel declarante.
__
Orientan mal al desinformado. No escuchan ni precisan, tan solo para
quitarse de encima al paquete, sin importarles el trabajo bien hecho
y burlándose de nosotros los afectados.
Motivo
éste__; siguió usando la jerigonza__ me ha hecho recorrer
innecesariamente media ciudad, desde la zona de Sancho de Ávila a la
Ciudad de la Justicia y viceversa.
Perder
el tiempo y el ánimo de forma miserable deambulando desde el
mortuorio, hasta el Instituto de Medicina Forense, situado en la Zona
Franca.
Para
volver de nuevo al necrológico de Marina, y al final gracias a un
alma caritativa que antes de enviarme de excursión a otro destino,
se preocupó en oírme, escucharme y saber de verdad, cual era mi
necesidad,
para poder reconocer un cadáver.
La
gendarme viendo que se lanzaba, le arrumbó a quemarropa con una
pregunta concisa y muy directa, intentando imponer ella misma su
marcha, sin dejar que aquello fuera una cháchara de vecinos.
__
Ha reconocido ya a su familiar, ¿verdad?__ preguntó la oficiala
mirando a Edwin a los ojos, sin pestañear y fijando detenidamente la
atención en la respuesta, intentando descubrir sus reacciones.
__
¡Por supuesto! ¡Claro!
¡Era
ella, Irene! __ chasqueó los labios y frunció la frente para
terminar diciendo__:
muy deteriorada.
Sin
puntualizar más Edwin, intentó mitigar el recuerdo de aquellas
imágenes que soportó con un gemido agrio y mudo, pretendiendo
pasara desapercibido.
Pensando
a la vez, con aquella rabia contenida que a veces mostraba.
La
clase de familia que les había correspondido tanto a Irene, como a
él.
Una
hermana desarraigada
y cruel,
sin
interés por saber
como había fallecido, ni cuales fueron los motivos por los que había
dejado de existir. ¡Si la abuela levantara la cabeza! __ caviló,
para reanudar con la otra pata de la cuestión y añadiendo
a la suma al sobrino.
A
su
ahijado, que excusándose en añejas relaciones pasadas que no venían
a cuento y fuera de la realidad, pretendía sirvieran como excusa,
para
librarse tan solo de las obligación, de zafar los dolores de cabeza
y esconderse frente al lío del papeleo.
Ni
siquiera accedió a verla, a asistirla ni ayudar a que se le diera
entierro de forma humanizada.
__
Lo que no comprendo__ dijo el hombre apenado__ es como ustedes, la
han tenido tantos días en la nevera, sin dar aviso.
__
¿Aviso? ¡Dice usted!__ con energía contestó la agente sin
contemplaciones y mostrando la nata cuajada que guardaba.
__
Nosotros el Cuerpo de Policía, iniciamos la búsqueda en cuanto
supimos de su muerte.
Tenga
en cuenta, que hasta que los
Mossos,
detectaron
el cuerpo sin vida, habían pasado mínimo..., ¡mínimo!,
mes y medio, por tanto no me haga esa pregunta__ serenándose un
tanto prosiguió, mostrando algo más de templanza.
__
Es una interrogante que se la puede contestar usted mismo. A poco que
sea inteligente__ descarada, enfatizó la caporal Esmirna.
Notando
que aquellas palabras eran hirientes quiso suavizarlas.
__Si
piensa y analiza, usted mismo, puede
responderse
y quedar convencido
sin ayudas externas.
Rompió
estrepitosamente la escena con una sonrisa forzada Esmirna y,
mantuvo a Edwin concentrado y comprendiendo que aquello no hacía más
que iniciarse. Causando un sinfín de confusiones nefastas.
Se
llenó el plexo de aire renovado y siguió con su alegato.
__
En la nevera__, como
usted dice __,no
lleva más de cuatro días. Tan
solo el tiempo que
nos alcanzó para dar con usted. Tras
las negativas de primero: Concepción y segundo de: Antonio.
Personas de la familia que negaron toda participación y ayuda.
Personas de la familia que negaron toda participación y ayuda.
Siendo
trámites bastante rápidos pero complicados, por tener que levantar
acta y seguir con las investigaciones paralelas, por si existiera
relación, con el deceso dudoso al que nos enfrentamos__ explicó la
cabo, haciendo un inciso y bajando el tono.
__
Dimos con el paradero de los colaterales y antepasados de Irene, por
casualidad al comprobar en el Registro zonal, una coincidencia de
apellidos y una avenencia causal, en una dirección sita en el
perímetro de Barcelona, dentro de una zona urbanística del cinturón
de la ciudad. En la que residían dos mujeres posibles familiares de
Irene, de las cuales Piedad ya difunta, se relacionaba por
consanguinidad.
Detalles
que nos llevaron con bastante fiabilidad, con un leve atestado
establecido por una denuncia, registrada en nuestras dependencias
policiales.
Imputaciones
derivadas entre vecinos, por divergencias de lindes en las parcelas
de los terrenos de una Urbanización próxima a la carretera nacional
que va desde Barcelona a Cádiz.
Contingencia
que establecía el referencial de la dirección de una tal:
Concepción, allegada anexa de la difunta Irene.
Fue
desgranando multitud de esencias y detalles claros, mientras Edwin,
escuchaba aquellas manifestaciones frente al escritorio de la caporal
de la policía autonómica, que siguió argumentando.
1 comentarios:
Gracias Emilio por compartir tus escritos que siempre leo con interés, es un placer pasear por esos retales de vivencias que nos regalas tan generosamente. Un abrazo.
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