Una vez finalizada la exposición de Esmirna, sobre temas relativos al hallazgo de Irene.
En plaza de España, subió al ferrocarril de la Linea 8. El Carrilet del Baix, y de repente una vez estuvo sentado en su asiento del tercer convoy, esperando partir hacia su destino.
Le sobrevino otro de aquellos azotes espirituales, recorriéndole de abajo arriba todo el espinazo.
Con mensaje de ultratumba, por lo menos. Creyendo ciertamente que esas reacciones intempestivas, que recalaban en su cerebro, se las enviaba alguien que tenía interés en que, se volvieran a recordar algunos de los acaecidos, que habían quedado sin alambicar a lo largo de los años.
https://emiliomorenod.blogspot.com.es/2017/10/tras-el-riguroso-luto.html
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