A mi amiga Lilí Alborada, no se le
puede negar absolutamente nada, y darle de beber, si es posible en la palma de
la mano. Es una sensación positiva, persuasiva y convincente, aparece y
desaparece como su propio nombre indica.
La forma o el efecto boreal, me atrapa… __ por favor señores,
mantengan la cordura, no hablen demasiado fuerte, pues: podría despertarse y
pretendo que siga descansando.
Es por eso, que la música la han de
mantener en tono bajo, ¡sí!, por favor
esa pieza, que estoy escuchando, que sea sólo para el narrador de la historia,
y para Max, el protagonista irreal, confesando con la imaginación__. Gracias, a
todos por su comprensión, dijo el propio Max volviendo a su mundo.
Cuando ella, lea esta presencia, se
habrá pasado toda sensación musical, y los destellos de la melodía se habrán
transformado, como la mariposa, en su devenir de metamorfosis.
Ha ocurrido tan sólo hace unas horas,
¡sí!, realmente fue este pasado fin de semana, o quizás sea el próximo
viniente... ¡No me hagas caso, estoy en
duda!
Amanecía el sábado, luminoso despuntar,
casi de día en mi ciudad de adopción que es donde paso las vacaciones
estivales. ¡Por Dios!, qué maravilla de
naturaleza, las calles huelen a piedras milenarias, que bendita costumbre, los
ciudadanos de este rincón de la tierra, disfrutan en silencio de estos instantes del temprano. Muchos de
ellos, sin apreciar lo que poseen.
La suerte que tenemos de vivir estos
instantes, absorber estos olores, entre minerales y vegetales perfumes.
Ha llovido en la noche, algo de
tormenta cayó, pero ahora el sol, nos regala sus rayos, y ese calorcito que
abre las esperanzas de las gentes.
Los guapos porque carecen de
problemas, y los feos, porque esa luz nos beneficia, en su fuero interno nos
vemos agradables, y sensitivos_ seguía pensando Max, mientras aspiraba y
caminaba en solitario.
Había comprado la prensa en la esquina
de la carretera, además el tiempo invitaba a pasear a ritmo cadencioso, como si
de un fox trop, se bailara en esa calle tan pendiente, que tiene nombre de
Virgen, en la que ahora las señoras Asunción y Carmen parten almendras,
mientras ven pasear, mejor dicho: casi bailar a la gente que deambula frente a
su portal, buscando la iglesia, o el castillo.
Se detuvo a saludar y a preguntar por
sus hijos_ Doña Asunción contesta_: este fin de semana no vienen, se han ido a
Ámsterdam, a pasar un par de días solos.
En la forma que lo dice es que algo
pasa entre ellos, su mirada no es tan brillante como en otras ocasiones, su
pena calla y su comentario lo explica el lenguaje de su cuerpo de anciana.
Distraído pudo ver pasar bailando a una
muchacha, vecina; muy consumidita, y con poco apetito de agradarse a ella
misma, derrotada ¿Quién sabe por qué?
¡Ah perdón! Suena el móvil, ¡Sí!, preguntan por él, …pero
decide no estar, y así lo aplica, deja que la alerta del aparato declame al
aire, y en el ruido de ese timbre excitante la gente advertía que estaban
tratando de ponerse en contacto con su persona, y con claridad estaba pasando
de ellos.
_ No será urgente, ni preciso_. Pensó
mirándole con desprecio un traficante de baratijas, un turista de esos que
parecen saberlo casi todo, que resbalaba por la calle.
En la esquina, se detuvo a saludar a
una persona, que hacía un mundo no veía, y le cuenta sólo desgracias y penas, ¡claro!,
así le va a ella, con esa actitud,… le apunta, muy afable, con tono suave, para
que no se derrita_: el día en que dediques algo más de tiempo en tu cuidado las
cosas, te irán mejor.
Va esa mujer descentrada por el mundo, con una
expectativa negativa y en realidad, solo le falta amor, cariño, dedicación y
que alguien se preocupe por sus comentarios, que le escuchen, que le discutan
el punto de vista de esos pensamientos agrios que lleva.
Sabes que le pasa_ le explico_, pues
muy sencillo, no eres feliz. Queda pensando en las últimas palabras que ha oído
y no dice ni media. ¿Será que lo acepta?
Se le nota a la legua. Lo advertí porque dos o tres veces, que se le fue
la vista a sitios indistintos muy sensuales y hablaba su lenguaje corporal, pedía
a gritos, roces, relaciones íntimas, mimos, raspes, beses, y eso que no digo y
que piensas.
Está como un trueno su cuerpo, un
estrépito sin explosionar, que a la más mínima será un estruendo espectacular,
para ella misma. Será cuando ya no aguante más esa comedia con la que actúa.
Recordó Max, la estrofa de aquella canción que dice: “El poeta que deja de cantar, disipa
su reír y se satura de tristeza.” Pues casi es adaptable a esta chavala
de cincuenta y muchos, porque no deja de ser eso… una autentica chiquilla falta
de amor.
La que fue ninfa, en otro tiempo, (quien
la ha visto, y quien la ve).
Hizo un comentario mirando con
frescura y pidiendo a gritos incítame al pecado _: siempre te veo alegre, nunca
he notado una tristeza en tu cara, veo que lo tienes todo, estás fenomenal, me
das envidia sana, ¡Quien te pillara y nadie pudiera ponerlo en antecedentes!
Casi le trata de irresponsable, aunque
solo era un decreto valiente e irresistible, necesidad, obligación de hablar,
sinceridad de expresión, ganas de publicar al aire para matarse en reproches.
__ Por ti no pasan los años, o yo te
sigo viendo tan galán. Llevo tiempo observando tu cuerpo, nunca cuentas penas,
ni siquiera has pedido nada.
__ A que se referirá cuando dice que
no le pido nada__, sigue diciendo__: que ella está para lo que necesite, y yuxtapone__
¡Claro esto no se lo digo a todo el mundo!
Max responde sin ningún tipo de
vergüenza ni cortapisas_, ¿me estás echando los tejos, o ya vetusto que estoy,
me lo parece?
__ Piensa, aquello que mejor te venga,
es gratuito la libre reflexión por ello dejo caer mi deseo, por si alguien como
tú lo recoge.
Viendo por donde quiere dirigir la
conversación y no creyendo nada, porque nada puedes creer del planteamiento de las ilusiones o de los sueños, le
digo_: ah claro, faltaría más.
Hace un gesto y me toca en el brazo, más
que tocarme, me palpa para ver si mis carnes han aflojado o se mantienen en su
musculatura. ¿Será la fuerza del rezo practicado?; acaba de salir de misa de
doce.
Nos despedimos con un beso imaginario
y subliminal, y sus últimas alegaciones, son__: siempre hueles a limpio, ¡uuuyyy!
…_. Todo queda pendiente hasta la próxima alborada. ¡Qué lunática que es! ¡Mi luna!
1 comentarios:
Comiendo chocolate con un 90% de cacao, es como se debe leer esta simpática escritura. Al llegar al beso imaginario he dado el mordisco más hermoso, saboreado.
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