Yo
a la luna la adoro por su piel,
el
nombre con que la llamo es el tuyo,
y
no hay noche que no piense en tu arrullo,
en
tus dunas de lianas gusto a miel.
Eres
la hermosa estrella del gran riel,
del
telón de mi noche que destruyo.
Al
llegar la alborada y que no influyo,
por
despertar con voz de luna infiel.
Por
qué te quiero tanto luna nueva,
será
quizás, que me pides a cambio,
que
mi recuerdo no mude y, se mueva.
Persistir
en mis besos labio a labio.
Aunque
entre tu y yo, puede que llueva,
siendo
tu la luz de todo mi agobio.
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