Cuanto
me falta para ir al infierno.
Ahora
que pienso sin estar nervioso,
con
la tranquilidad del más ocioso
después
de resurgir al largo invierno.
Viendo
a mi alrededor que no es eterno
ni
el aire que respiro tan copioso,
ni
el efecto de mi huella sinuoso.
Me
adelanto a mi hora muy fraterno.
Recordando
mis días paso a paso
con
la mitad de mi trabajo hecho
y
sin llegar a ser todo un fracaso.
Tampoco
aludo al éxito mas craso
porque
no existió y estoy satisfecho,
de
lo mucho que falta aun siendo escaso.
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