Mi
musa me atenúa y me complace,
con
tantas zarandajas muy hermosas,
con
su holgado gracejo y tantas cosas
y
tu preguntarás ¿Y cómo lo hace?
A
esa duda respondo ¡Así renace!
Porque
ella lo consigue con sus prosas.
Formas,
desvelos y ganas dichosas.
Ahí
dejo mi emoción, así subyace.
Es
mi inspiración mi numen, mi estrella,
reflejo
que acompaña mis goteos,
la
que tanto provoca, cuando es ella.
De
mi norte es veleta con jadeos.
Es
mi encanto, mi error, es mi centella,
mujer
sublime voz con mis deseos.
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