miércoles, 4 de octubre de 2017

Gemebundas


Arnedillo, donde había crecido Xarme, Conchita y Marina, procedentes primero de Calahorra, lugar de nacimiento y después en Embid de la Ribera, donde residieron un tiempo por motivos de destino profesional del barbero practicante y boticario.

El pueblo de la salud y del ocio, lugar donde Doña Concha había radicado el centro del negocio de sus padres, al seguir a su marido Don Saturio Ruwi, en el último de los destinos que tuvo.

Aquella empresa familiar de acarreo, dedicada ademas al comercio y mercadeo de pieles y tejidos de exportación, que tantos frutos, posición y comodidades había dado a la familia. Con la venta de manufacturados en cuero, que fue ayuda para el desarrollo de la dinastía por los ingresos que les deparó durante todos los años que la explotaron y la que produjo efectivo para abonar la cantidad solicitada en el pago de la licitación de la franquicia. Pudiendo adquirir y establecerse con la concesión del Casino, durante los años que lo regentó el propio Saturio

Les había funcionado siempre muy bien, desde que la iniciaron sus abuelos en las afueras de Valencia y que después se mantuvo activa y productiva. Posteriormente pasándola a la provincia de Aragón y que desde Zaragoza se había mantenido y expandido, para dejarla definitivamente radicada en Arnedillo.

Población famosa por sus pozas termales y su Balneario. Haciéndola extensiva desde ahí por toda la provincia de Logroño y aledaños.
Negocio que flaqueaba desde la enfermedad de la patrona, cuando se contagió con las fiebres de aquel año señalado, hasta que se disolvió con el fallecimiento de la finada.

Don Melquiades Larrazábal de Monroy, el responsable de las pompas fúnebres, se personó primero para dar el pésame a Don Saturio y sus hijas y a ponerse al servicio de la familia, para comenzar con los preparativos del funeral en particular y del óbito en general.

En aquella casa entró el luto cerrado. Las mujeres todas vestían de negro riguroso, incluidas las del servicio doméstico.
Los caballeros, con el corbatín ceñido opaco, rostros austeros y dolosos acusando el desenlace.

La noticia a Don Martín Morcillo Galán, el cura de la villa, no fue necesario se la llevara nadie. Él mismo estaba asistiendo en la casa a Doña Concha, y en cuanto dejó ésta vida, él se hizo cargo de las oraciones y de las plegarias.
¡Sí!; hizo un par de caminos con antelación, entre aquella casa y la iglesia, para pertrechar los bártulos para la ceremonia de la extremaunción.

En principio el luto de toda la noche, estaba asegurado con las plañideras y su relevo con otro sacerdote de ayuda.
Todo previsto e indicado, como mandaban las normas y hasta el instante en que la occisa, saliera con los pies por delante, camino del Campo Santo.
Fueron pasando por aquella mansión todos los vecinos y amistades de los dolientes

El facultativo que certificó la muerte de Concha, fue su propio esposo, por ser el asistente médico de la zona.
En pocas horas le prepararon el ataúd y la colocaron en el gran salón de aquella casona.

De cuerpo presente, vestida con un traje color verde, resaltaba la enjundia de la señora.
Su helada lozanía, no estaba quebrada por una cruel y despiadada enfermedad, que le había robado por contagio y a traición, el latido de su corazón, al morir tan de repentino y joven.
Todos los que quisieron despedirse de la difunta, lo lograron sin demasiadas florituras.

En estas circunstancias unos penan de verdad y el resto mira para cercenarlo después. Aunque todos degustaban de los dulces y el jerez que se servía mientras se lloraba y rezaba.

Era casa de posibles, con lo que el café y las torrijas, eran de calidad y comenzaron a circular sobre aquellas bandejas de plata, separadas por hojas de laurel que surtían las asistentas de la familia, para regusto de los inconsolables.

Las primeras horas del luto fueron soportables, hasta que llegó la noche y seguían aquellas gemebundas llorando sin ganas y, berreando sin más gracia que un pesado rebuzno.







2 comentarios:

Unknown dijo...

Me encantó tanto, como lo publicado ayer, cuando la difunta aconsejaba y se despedía de su hija favorita...Espero la continuación. Gracias

Unknown dijo...

👏👏👏📖💞

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