domingo, 13 de noviembre de 2016

¿Fue asesinada?




Aquella tarde había estado en casa de su hijo, acabando de situar definitivamente unos cuadros al óleo, que tenía bien preservados esperando ser instalados en una de las estancias de su vivienda. Una sensación extraña le recorrió el cuerpo, mientras que, evitaba perder el equilibrio, por la sensación recibida, al acceder al tercer peldaño de la escalera de aluminio. A punto de caer.

Forzando en forma expresiva y sin pretenderlo, una teatralidad inesperada, a la vez que se agarraba con una mano al pasante de la gradilla metálica, para no dar con su cuerpo en el suelo. Dejó la taladradora sobre el reposadero de la escala y aguantó el estremecimiento, no dando importancia al hecho. _ ((Pensando de buenas a primeras, que alguien le estaba nombrando y no era casualidad, ya que ese mismo ímpetu, lo llevaba notando desde hacía unos días)) _ Se repuso no sin tener que dar explicaciones a su cerebro de lo que estaba pasando. Nada normal en él, que todo lo tenía siempre más que medido y justificado.

Los paisajes que mostraban aquellas pinturas, trazaban un misterioso suceso, que se daba en la propia ciudad de Barcelona, sin llegar a significar claramente mensaje alguno, ni época exacta. Ni justificar, ni augurar el significado real, ni la correspondencia con la extraña agitación asosegada que había notado tan solo hacía unos instantes.

_ ¿Te ocurre algo?  Edwin _ se preocupó Eliana, su acompañante, que le aguantaba aquella frágil escalinata.

_ ¡Nada, espero que no sea nada! Acaba de zarandearme una sensación extraña, como si alguien, me estuviera buscando, desde el mas allá, o no se ¡qué pensar!, porque es la segunda vez que me ocurre, desde el día de Reyes.

_ Oye, no me asustes_, dijo encolerizada la mujer_, te las pintas solo, para jugar con esas cosas, que sabes me dan yuyo.

_ No seas irascible, tú me has preguntado qué es lo que me pasa, y yo, te respondo solícito a la pregunta, por si a ti; se te ocurre, alguna explicación que sea creíble a todo esto.

_ Excúsame Edwin_ dijo Eliana_, acabo de verte encima de esos peldaños, escaso de equilibrio y mostrando un titubeo nada calmoso, sonrojándose tu cara, apagándose tu estrella, como si de una momia se tratara. ¡Pues tengo que preguntar qué es lo que te pasa!  No sea algo grave y lleguemos tarde, caso de tener que solucionarlo.

_ En fin, no le demos más importancia_, acotó apesadumbrado_, no puedo dar más explicaciones comentó Edwin_ desconozco ese trance, no me había pasado jamás que yo recuerde. Igual es una sensación infundada, sin relación con nada que nos tenga que preocupar.



El tercer cuadro, quedó perfectamente alineado con los marcos de las puertas de aquella estancia, y hasta parecía jugar lo que se veía en perspectiva.

Una calle del casco antiguo de alguno de los barrios de una población, sin determinar, donde se reflejaban las sombras en los trazos, de las ventanas cegadas y las macetas con flores mustias, denotando una falta de actividad, o vejez de sus moradores, por la plástica que el autor, había querido reflejar en el paisaje.

El segundo retrato, que yacía en la pared del otro frontal. El que encantaba a Eliana, por su insistencia persuasiva al mirarlo. Imaginaba una mujer solitaria, que infeliz trataba de ver la vida en solitario por una ventana que mostraba el rugir del mundo exterior, sin posibilidad de poder alcanzarlo.

_ Te encanta, ese retrato, ¿verdad? ¿A quién se te representa? _ preguntó insistente Edwin queriendo ver una similitud en una conocida.

_ No lo sé _ dijo Eliana _, pero me atrae esa mirada. No puedo dejar de observarla, es como si la conociese, y ahora mismo no caigo en quien puede ser. Sin embargo, se me representa a Irene, que por cierto hace días no sabemos nada de su vida. Además, es como ella, doliente, con mirada penetrante, como si tratase de enviarme un mensaje, indescifrable. Si no es de ella; es de alguien que conozco, y no puedo precisar.

El tiempo de aquella tarde había cabalgado hacia la nocturnidad, y aquella pareja, volvía a su casa, tras haber pasado la jornada, en el domicilio de su hijo, aprovechando para dejar expedita, la decoración en el salón, que este había solicitado a su padre.

El mes de febrero, comenzaba y los días eran breves y perrunos. Muy desangelados y costosos, por el frío y el desconsuelo que da la falta de luz en los días “cortos del famoso febrerito el loco”

La calefacción estaba a pleno rendimiento, por las escasas temperaturas que se estaban registrando. Todas las cordilleras de la península blancas, debido a una ola de frío y nieve, que azotaba el país, sin dejar que los cuerpos entraran en calor, a no ser que, por procedimientos conocidos, pudieran quedar satisfechos.

La cena, había estado sápida, exigua y aquel consomé de calabacines con zanahorias, tan caliente y apetitoso había obrado maravillas en el cuerpo de Edwin, poco antes de agriarse, por la llamada inesperada que iba a recibir.

Acomodados en el sofá, con el semblante somnoliento, entornándose a cada poco los ojos, por aquel sueño impertinente, que les sometía después de cada cena, esperaban confiados.

Sin dejarles ver, ni siquiera enterarse realmente de la finalización de las noticias del programa informativo de televisión, por las constantes sacudidas de su apnea.

Al pronto, aquella ensoñación se cortó de cuajo, el teléfono sonaba insistente, y ya no eran horas normales para una conversación habitual entre familia o amigos, con lo que Edwin alterado, recordó de manera fulminante, la agitación sufrida aquella tarde encima de la escalera.

El dispensador de llamada del teléfono automático, mostraba un numero oculto, con lo que aún creció más la incertidumbre en los pocos segundos, que tardó en levantar el aparato y preguntar quién era.

Al otro extremo del hilo, sonó una voz grave de mujer que, trataba de presentarse de forma directa y sin ambages.

_ Buenas noches, soy la comandante Esmirna Custó, jefa de la comisaría de los Mossos, en el distrito de Gracia y pregunto por Edwin Morente. ¿Es usted?

_ ¡Si yo mismo! Que es lo que ocurre, a estas horas nada bueno y urgente, imagino.

_ Es usted familiar de Irene Delapeire

_ ¡Sí lo soy!

_ ¡Atienda y le explico!, siempre que usted, esté en condiciones de salud, para poder recibir una noticia poco grata.

_ ¡Qué ha ocurrido! ¡Hable pronto!

_ La hemos encontrado cadáver, después de varias semanas difunta en su domicilio del Barrio de Gracia, en condiciones poco agradables.

_ Como ha muerto, y de que, porque ustedes sabrán algo más_ preguntó alterado.

_ El forense ha abierto un procedimiento, aunque no se descarta tampoco su muerte natural, sin más. Por lo que se han abierto más diligencias paralelas para su esclarecimiento_. Aportó la comandante_ El resto como comprenderá, no le puedo informar, ya que está bajo el secreto profesional correspondiente y además por teléfono, tampoco es lo más adecuado. Por ello el primer paso ha sido averiguar y encontrar a los familiares.

_ Como tardan tanto un cuerpo de élite como el suyo, en resolver estas cuestiones tan gravosas y dar la noticia a sus afligidos, así de fácil_ siguió argumentando_. Si me dice que, Irene lleva semanas sin vida en su residencia como; una referencia de tal calibre, ustedes la suministran a bote pronto.

_ ¡Escúcheme Edwin, por favor!, los detalles personales, se dan en la propia comisaria, o les visitan nuestros agentes en su domicilio. Sin embargo, como se ha dado el caso, que la hermana de la difunta. Una tal Clemencia Delapeire, domiciliada en la misma ciudad, no ha querido saber nada de ella, ni atender a sus primeras necesidades. Por motivos, personales que ella aduce_ siguió la comandante de puesto, informando a Edwin_, de falta de conexión y de trato.

Recurrimos tras su indicación al familiar más allegado y persona que esta señora la tal Clemencia, nos dio, como posible albacea de los trámites y gastos de la defunción de la interfecta Irene_. Hizo una pausa, Esmirna Custó, para proseguir añadiendo datos impensables e inaceptables para Edwin. Dirigiéndonos a un tal Anyelo, que tampoco quiso estar a la mira, ni interesarse lo más mínimo por esta mujer fallecida, que necesita de alguien a poder ser familia, que le diera sepultura y se hiciera cargo de todo lo que conlleva esta situación.

Alegando en su excusa, el familiar Anyelo_ siguió argumentando la policía_. No tener relación con la difunta Irene, ni trato familiar desde hacía más de veinte años y que no quería saber absolutamente nada de ella, ni que le provocara molestias_ La agente de los Mossos, hizo una pausa, para continuar dando datos.

_ Brindando este caballero, el citado Anyelo Morente, su dirección y número de teléfono, que corresponde con sus credenciales personales.

Por lo que y en vista, que nadie se quiere hacer cargo de éste trámite, y antes de enviar a nadie a su domicilio, por aquello de la pérdida de tiempo en nuestra comisaria, le solicitamos a Ud., por la vía más rápida, si ha de hacerse responsable de lo que acabo de comunicarle.

De ser efectivo, y aceptar el compromiso de dar sepelio a la difunta. Sea usted Edwin, el que siga con las diligencias.

Caso contrario, el no aceptar estos requisitos por su parte; con la excusa que usted alegue, proceder desde nuestra comisión directamente, a dar oficio al expediente y enviar el cuerpo de la occisa Irene Delapeire, a la fosa común. Para que sean en su defecto, los servicios sociales de la Beneficencia, los que lleven a cabo gastos de enterramiento, y demás oficios, para que descanse en una de las cárcavas comunes y generales del cementerio de la ciudad, sin identificación ni datos de la defunción.

_ ¿Cómo la han hallado?, ¿cuantos días estuvo sin atención, una vez fallecida? _ inquirió Edwin, bastante más calmado, dando tiempo a pensar en que solución adoptaba

_ Creemos, según consta en el oficio abierto_, dijo Esmirna_ con datos del propio forense, que aproximadamente unos cuarenta y muchos días_. Haciendo una pausa propuso_ pero, de eso ya hablaremos llegado su momento.

Nos dio aviso un amigo de la víctima, por la causa, de no verla en días, ni asistir al centro de deportes, ausentarse de las reuniones con los amigos. Eso le alertó y fue el susodicho, quien denunció su desaparición.

_ Donde he de dirigirme para solucionar estos trámites de Irene_ asintió Edwin con tristeza y de forma implícita tomar su inexcusable responsabilidad_. Pásese usted mañana, por nuestra comisaria que le atenderemos, formalizando los trámites necesarios y le indicaremos a la mortuoria donde debe dirigirse para que reconozca el cadáver y recoger los restos de la finada.

Una vez finalizando el cruel proceso de la información Esmirna asentó _ ¡Buenas noches Edwin! Siento haber tenido que dar esta noticia en la forma que se ha sucedido.

La comunicación quedó cortada y Edwin recordó el cuadro, que miraba insistentemente Eliana, al principio de la tarde, que le estaba ofreciendo un preámbulo adelantado de lo que iba a suceder horas más tarde y el escalofrío que mantuvo subido en el tercer escalón mientras trataba de perforar la pared para insertar el taco que sujetara aquellos cuadros pintados al óleo, de la casa de su hijo.

_ Edwin he oído parte de la conversación _ dijo Eliana, con un llanto y tristeza controlado. Irene, ¿verdad?

_ ¡Sí! Lo más crudo, es que ha estado muerta más de cuarenta días encima de la colcha de su cama, sin que nadie la atendiera.

Recuerdas_, volvió a mencionar Edwin_, el último día que hablamos con ella. Poco antes de fin de año.

_ ¡Claro, que lo recuerdo! Le dijimos que se viniera para las fiestas, y declinó la invitación. Era muy independiente, pero algún detalle de importancia, no nos contó, que la ha llevado a la tumba ¡qué pena me da! _ secándose el llanto exponía Eliana muy compungida y afectada.

_ Parece como si fuera ahora mismo, que le dije que la llamaba para el doce de enero, en su cumpleaños. Fue la última conversación, quien me iba a decir que ya no habría otra.

_ Es cierto_ dijo Eliana, entre llantos_, lo recuerdo, con la gracia que lo decía, por eso cuando insistíamos con las llamadas una y otra vez, quedaban registradas en el contestador, no teníamos respuesta.

_ Ya debería estar muerta, mucho antes de Reyes_ decía Edwin_, perfilando los detalles con Eliana_ Ahora me explico su silencio. ¡Estaba muerta!

Moriría en la soledad más angustiosa y no sabemos si puede haber sido por asesinato, los especialistas aún no lo han demostrado.







0 comentarios:

Publicar un comentario