Viene del capítulo anterior: Corriéndose el fuego del deseo
Título
de esta entrega: La camarada lo desnudó sobre el tapiz
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Ah por supuesto_ dijo Natalio,. no dándole importancia a lo que argumentaba su
yerno, muy lejos de saber, la clase de relación que había mantenido Ángel con
ellas dos.
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Y el resto de actores, aparte de escuchártelo a ti, también me lo comentó con
pelos y señales Fulgencio, que como te decía hace un momento sobre el tema que
nos ocupa el propio "Geniocan", que así le denominan, como "Un
súper" hombre al tal Fulgencio; los
dos humoristas españoles hicieron un papelón de mucha categoría. Es lo que
tiene llevar gente preparada y profesional.
Ángel,
hablaba sin demasiado control, produciendo en voz alta, parte de lo que tenía
previsto hacer en su debut del wáter cósmico en la plaza que le habían
asignado_, comentando de nuevo puntos de vista con Natalio.
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El que me corroboró lo que hablamos, es Manolo, fue el que me propuso traerlos
al Perú, a Tacna concretamente, para que también ellos se encargaran de toda la
"chicha" del espectáculo, asegurándome me harían quedar estupendamente.
_ El grupo Caniche, Cándido y Cheo, son dos
grandes actores, y nos están haciendo una labor muy positiva_ dijo Natalio _,
con ello la gente pierde el miedo, y ve cómo ha de afrontar y usar en definitiva, las nuevas tecnologías higiénicas. Añadiendo Natalio a su comentario, un último pensar
muy particular, dado que estaba como si fuera en familia.
Suspiró
creyendo tenerlo todo atado al respecto con su yerno, y para darle la guinda al
tema, asintió nuevamente con veracidad mirando a los ojos de Ángel y legitimando
lo antedicho confirmó.
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¡Te han dicho la verdad!, a cuál de ellos, más cojonudo. Los tíos, se quedaron
en "colitates", o sea desnudos, como la madre que los parió; cuando
se les puso a tiro, enseñando "Verga" y dándose de un pisto que te
cagas.
Menuda
la traza de los dos cipoteros. Hay que tener cojones, para ser tan natural,
frente a tanta gente desconocida, que lo único que buscaban era pasar
desapercibidos, como si a ellos no les fuera en nada el tema de la higiene,
otros mofarse, reírse o ve tú a saber. Pusieron a las tías a subirse por las
paredes, enseñando el pijo con el pájaro incluido y tan membrudo, que parecía
se estuviera proyectando una porno de las vulgares. ¡Lo que te decía muy bien!
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Los curas igual son los que echaron las campanas al vuelo, con las quejas_, apeló
Ángel_, queriendo reír y saber la opinión de Natalio, a pesar de no pecar de
ignorancia en lo que sucedió por lo que ya le habían contado, _ lo que hicieron
aquellos confesores mientras veían el espectáculo fue dantesco y muy normal en
ellos, que siempre quieren quedar bien, por aquello de los pecados de la carne.
Tan calladitos y religiosos_ añadió Natalio_, "Más calientes que el rabo
de un cazo", en silencio, y con muchos apuros para no correrse y aguantar
enteros y secos.
Estaban
muy salidos los prelados y no era paras menos, con lo que se estaba
presenciando; no podían disimularlo_ siguió sumando reseñas Natalio_, hubiera
sido para ellos un pasatiempo fenomenal, de haber estado en sus dependencias
privadas. Sus rabos estaban a punto de reventar _ entre dientes dijo Ángel, y
casi interrumpiendo al suegro: (ya conocemos, como nos lo definió Javier),
cuando le tocó hacer su representación en Costa Rica.
Siguió
con el uso de la palabra Ángel y recordó nuevamente lo apuntado por Javier_: en
el público de San José había muchas representación con sotanas, sentados entre
los espectadores, todos parte del clero, acompañando a la monja malagueña, y se
pusieron gallitos, por representar y escenificar el pecado mortal desde el
escenario.
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Por la falta de respeto _(dijeron esos curas descastados) _ pensaba mientras
hablaba Ángel, y al final de la actuación, solo al final_ no se perdieron ni
una escena de las realizadas_, como descargo de sus pecados, y conciencias,
quedando todo en agua de borrajas.
Han
hecho una cantidad de pedidos que sobrepasan las expectativas iniciales, para sus seminarios y sus hospitales.
El
camarero, aproximó su presencia para que solicitaran lo que les apetecía de la
carta que hacía unos minutos dormía sobre el tapete esperando atención.
Eligieron
el menú mientras saboreaban un exquisito bocado, detalle del hotel Princess, a
la vez que Ángel le preguntaba detalles a Natalio de como fue el rollo entre él,
y la delegada de negocio: “frau” Anguela
krönen Müller Ruiz.
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Usted Natalio, ¡permita que le sea franco!, es lo más parecido a un rompe
bragas vintage. ¡Vamos! eso es lo que se
escucha entre el foro de la Schissen. Como debe saber, lleva las noticias
personales de todo los bichos que pertenecemos a ella.
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¡Sí, no sé quién! ¡lo desconozco!, algún “hijo de puta espía” debe ser el que filtra las noticias_ Indicó Natalio,
convencido que su yerno derivaría el tema y no le preguntaría detalles
complejos de sus últimas relaciones con Anguela.
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Es verdad: sobre todo ¡ Noticias tuyas!
_ Le dijo Natalio a Ángel, por si lo podía disuadir en el
interrogatorio_: escucho cada día nuevas aventuras_, volvió a puntualizar el
suegro_ alguna bravata nueva.
Sonrió,
dudando de sí podían ser infundadas, porque de no ser así_, siguió mirando Natalio
a su yerno con ojos de pez_: mi hija, tu novia Demetria, llevaría más cuernos
que el toro “Avispado”, el que mató a Paquirri en la plaza de toros de
Pozoblanco, en la Córdoba de los Omellas en España.
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Natalio, no me tire usted balones fuera, y confiese; volvió a desterrar las
confianzas y dejó de tutearle_ en confianza debe contarme que le hizo a la
alemana, porque he oído_ incitó al suegro, para hacerlo saltar_, que la dejó a
medias, que no pudo empitonarla como ella pretendía y la dejó sin poder hacerle
llegar orgasmo alguno; más insatisfecha que la esposa del Moro Muza, y ella la
frau Angelita, lo ha comentado con alguien de su confianza y se ha filtrado..
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Me extraña mucho de ella y por mi parte decir que un hombre jamás, explica a
otro, si se precia de caballero, de sus affaires con las damas, pero tratándose
de ti, que casi somos familia y en la espera que tú me confieses otras dudas
que tengo, te pondré al corriente, casi con puntos y comas.
Digo
casi porque alguna cosilla me callaré para mis adentros, por motivos personales
y de mi condición humana. ¿Te parece justo?
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¡Ah! Eso usted mismo. Lo que si le digo, no me gustan las ficciones, y además
su hija Demetria, ya sabe de sus andanzas, por lo que no soy yo quien deba
ponerla al corriente. Además ¡Usted lo ha dicho claro! Los hombres dejan de
serlo cuando juegan y mienten con historias baratas referentes a líos de cama
con respetables mujeres comprometidas, que no se pueden contrastar ni
comprobar.
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Todo fue una especie de sueño provocado y a traición por parte de Anguela _ anunció
sin ruborizarse Natalio _. Parece ser que a Angelita, como tú la llamas, había
sido despreciada una y tantas veces por su Jürgen que andaba más caliente que
el “cucharón del churrero” y con sus maestrías, imagino que aprendidas en tiempos
de guerra, cuando las mujeres nazis tenían que sobrevivir, las empleó
magistralmente y me sedujo de manera total.
La
camarada, comenzó a declararse de forma directa, y yo no le hacía puto caso, no
porque no me apeteciera, sino porque, primero es empleada de la empresa y después
y lo más crucial; su pareja lo tenía sentado en el mismo sofá y eso me era duro
y muy complicado.
Siguió
con sus diplomacias de apego y tocamientos, hasta que el tipo duro de Jürgen, se
marchó con cajas destempladas del lugar. Imagino que resentido, ardoroso y
burlado, huyó de la butaca con malos modos.
Eso
sí; en el silencio ario que usan entre ellos, cuando algo no les place y no
pueden gritarlo a los vientos, dan el portazo, se beben de un trago la copa de
licor que normalmente llevan entre manos y como seres sin educación te dejan
colgado como una morcilla.
Se
marchó sin dar explicaciones, sin corregir a su mujer, ni llamarla al orden,
intentar sofocarla y llevarla con él. ¡Nada! se esfumó como un cobarde empalmado a
desahogarse; quien sabe dónde. Imaginé que a beber y a cascarla con alguna
meretriz suministrada por el propio hotel.
Ella,
hizo suyo, el perímetro del reservado de la sala, sin nadie que la molestase, libre
de miradas y suspiros del marido, lo concretó en ir al grano, y para ello usó
de un plan coqueto e íntimo. Parecía estudiado, pero lo confieso, fue espectacular.
Me estaba poniendo extrafino y lubricado; más inflexible y más empalmado que un
recluta con una revista porno. Deliciosos momentos que tardaré en olvidar.
Algo
había bebido; vamos algo habíamos bebido su marido y yo, pocos minutos antes, _(eso
lo pensé después)_, pero alguna mierda nos suministró. Fue Anguela la que
preparó los "San Francisco", cargaditos de grosella y de vodka, hasta
que hicieron efecto.
Por
lo visto ella quería follar aquella noche con alguien y pensó: preparo a estos
dos "angelillos" y el más potente, caliente y temerario, que me joda.
El otro que ponga los pies en polvorosa, y se evapore a cascarla.
Así
notaba yo las venas de mi garfio, a punto de detonar, sobre todo las del glande
y las arterias que cruzan el cuello, sin contar claro con las embestidas que
provocaba mi rabo contra el deficitario calzoncillo, que no se rompió porque no
demoré en quitármelos para darle gusto a la Anguela.
Los
mejunjes fantásticos que me habían llevado al estado de potencia máxima para mi
eran totalmente desconocidos. Por ello, no era dueño de mis actos, y ella me
gobernaba como quería, sin dificultad, me embobó con brujería y le hice la del
chino, las posturas del Kama Sutra espacial, los pasodobles milongueros y las
jotas de la Dolores, adaptadas en alemán para capricho de Ángüela, que por lo
visto la llevaron a un estado de bondad inimaginable_. Con el sentido
desbocado, relataba Natalio, aquella vivencia, que igual jamás había complacido
y con certeza, no se volvería a reproducir en sus anodinos días.
Se
detuvo para ver el entusiasmo de Ángel y prosiguió sin ataduras verbales_ La
Aria riojana, me masturbaba a la berlinesa, interrumpiendo la trayectoria de
salida, para comenzar una y otra vez y no dejaba sosegarme, mal traía sus deseos
y órdenes, sin dejarme pensar, esclavo de la germana, sin que me pudiera escapar
de ella por algún remordimiento falso y sin dejar de gozar de un sueño
inacabable e infinito.
Ensimismado
por el placer extraordinario jamás vivido, debajo de su hábito soberbio y de maravillosa
función, me hacía disfrutar de los
destellos de aquellos inmensos pechos de piedra, duros y lecheros, cuasi descolgados
por su gramaje, pero lácteos y hermosísimos de la teutona, de su soberbio culo,
y sus nalgas tensas, de sus movimientos estudiados y milimétricos, que me
llevaban al limbo sin quererlo.
Me
regaló un rato inolvidable, un polvazón alemán de campeonato.
Continuará
To
be Continued
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