Ella desnuda, se metió en mi cama
con
ruido sin confianzas, con descaro
sin
palabras, fingiendo gran amparo
con sonido
sensual , que le dio fama
Ni la
llamé, ni fue elegida dama
ella
misma fingió con su entreclaro
quedarse
tan desnuda sin ser raro
hincándose
febril ya sin pijama
Entre
mis pectorales y su culo
embrollando
luchó, como un insecto
picándome
feroz en un testículo
Aquella
especie de pulgón selecto
consiguió
libar mi bello tentáculo
dejando
un picazón más que perfecto
2 comentarios:
Audaz soneto que despierta sentidos sin ofender. Felicitaciones.
Me gustó el soneto, con mucha gracia, que le dedica usted a la dama que es una pulga, se ve claro, una vez lo analizas. Lo he disfrutado como gozo con sus narraciones excepcionales, unas eróticas, otras humanas y todas ellas interesantes. Una admiradora de la Ciudad de México en su Distrito Federal
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