Viene del capítulo anterior: El estetoscopio del yesero
Entretanto
en España, Demetria seguía con su estado de buena esperanza y aquella mañana quiso
llamar a su amado; Ángel de la Rosa que llevaba unas fechas en la preciosa ciudad
de Tacna. Muy cercana a la frontera con Chile y en la cual no parecía se lo
estuviera pasando nada mal, mientras preparaba los entresijos de la demostración
de wáter cósmico. Con sus coqueteos con Doña Glenda, y su secretaria la guapísima
Rosalía.
La delegación
de la Schissen Lecker había marchado al completo a ver y disfrutar de la “demo”
en la capital Nicaragüense. Lo que dejaba desmarcado y solitario al comercial
De la Rosa, gestionando cómodamente sus preparativos referentes al wáter cósmico
y a sus negocios personales. Los que dimanaban de su proyecto internacional, un
plan de negocio con futuro que afectaba a la energía solar y la fuerza
combinada, que tanto porvenir les tenía que proveer. Asuntos de negocio y
proyectos tecnológicos de alta competencia, eran los que tenían enfrascados a Ángel.
Los cuales y gracias a sus apoyos y concursos tenía bastante bien encarrilados.
Hacía
fechas que esperaba tener una conversación con su suegro don Natalio, padre de
Demetria, y jefe de distribución del producto en la península ibérica, pero
este parecía abducido tras haber tenido un culeo con Anguela Kronen Müller Ruiz,
Delegada de comercialización general de la empresa a nivel europeo, y seducido por esta dama, durante una noche de copas, tocamientos y escaseces
sexuales, evitaron ese encuentro, que además del putiferio desmedido, lo
dejaron fuera de su responsabilidad.
El
padre de Demetria, no sabía cómo afrontar este delicado asunto de faldas y
retrasaba sus conversaciones con su futuro yerno creyendo que el tiempo limaría
algo más las consecuencias que le derivó, tras el flirteo con la delegada de la
firma y esposa de Jürgen Otto, el director y jefe del gabinete de ventas.
Demetria
tuvo mal presentimiento. Como si su venerado padre, ocultara algún asunto
delicado que no le quería contar por no ponerla nerviosa dado su estado de
gestación. Por ello la señorita Rupérez, llamaba alterada a su novio que suponía
estaba en horas de descanso.
Ya que
su padre no le quiso aclarar aquello que ella preguntaba sobre su amado, primero
porque no se habían encontrado para ese menester, y segundo por el repentino
viaje que se estableció para ir a Managua, pospuso para otro momento que suegro
y yerno se entendieran como estaba previsto.
El número
privado de Ángel sonó y no tardó nada en ponerse al aparato, conociendo Ángel, quien
era el comunicante.
_ Hola
cariño_ preguntó Ángel_, ¿dime cómo está? la mamá de mi futuro pequeñín
_
Besitos Ángel, menos mal que atiendes mi llamada, ¿podemos hablar cinco,
minutillos?, ¡solo eso! Te lo prometo, sé que andas atareado pero quiero y además_
prosiguió en su pena_ ¡Estoy preocupada por papá!_ acalorada comentó_ He
hablado con él para conocer si vosotros ya habías intercambiado opiniones y limado
rozaduras. Si se había interesado por tus proyectos y me ha contestado con
divagaciones y con un miserere, que no estoy hecha a que el metódico de mi
padre, lo canturree como el que no le importa un pimiento_ siguió hablando
Demetria, mientras Ángel escuchaba a su novia sin poder darle una explicación
ya que no habían tenido tiempo de encontrarse.
_ Mira
cariño, tu padre anda muy atareado ahora, en Nicaragua, se prevé que la demo de
mi compañero Manolo se haga en pocos días y lo veo desmejorado, quizás le esté
pasando factura el cambio de clima, de horario, de tantas cosas que debes
dejarle que se reponga. Yo_ siguió expresando muy comprometido_, en cuanto se
aclaren un poco las cosas y le tenga a tiro, aunque él, no se sienta capaz de
afrontar la conversación. Seré yo_ te lo prometo cariño_ quien le hable y le
disponga de cuanto debo decirle.
Intentó
cambiar de tema Ángel y preguntó a su novia_: Dime guapa, como lo llevas, que
tal va el pulgarcito que llevas en la tripa, ¿te da lata? o de momento ni te
enteras.
_
Estoy contenta porque el doctor Gurría, me ha dicho que esta todo en su punto y
que de momento no me preocupe, que siga la dieta que me indicó y así vamos,
esperando que llegues tú y como no, también que llegue él, en perfecto estado
Dios lo quiera_ comentó inspirando con resignación sus últimas palabras y
esperando que Ángel le diera un empujón de alegría para seguir soportando
aquella separación tan dura.
_ Me
encantaría poder viajar a donde estas amor mío_, comentó ella_, pero el doctor
me ha aconsejado que de viajes largos nada y menos a larga distancia con tantas
horas de avión; por lo que esperaré a que se acabe esta esperanza tan pesada
para ambos, porque ahora ya somos tres_ expuso con una mueca en los labios y
una sonrisita sonora que no pudo contener_ ¿Qué tal va todo Ángel?_ Volvió a
interrogar, sabiendo que algo había que no le decían y le preocupaba.
_
Demetria, va bien, pero siempre surgen cosas que son anómalas y que no sabes
porque llegan. No creas yo también noto algo raro en el ambiente, desde que han
llegado de España estos tres_ numeró despectivamente, dirigiéndose a la
comitiva de directivos. A los tres jefazos_ A tu padre, le veo suspirar de inquietud,
no está en su salsa el hombre, igual ha tenido algún lio con alguno de sus
compañeros, ya sabes que entre ellos se juegan el prestigio y siempre andan con
sus putadas. Sus envidias y sus objetivos_ comentó Ángel a Demetria entre
dientes aclarándole un poco la situación desde su punto de vista, sin conocer
de momento el vendedor, que su suegro había trasteado el jardín de Venus a la “frau”,
o sea a la “mujer” aria en su propia suite, y a espaldas del marido.
_ La germánica,
tiene más pelotas que el puchero de albóndigas del cuartel de la montaña de Barbastro_
Continuó definiendo Ángel_ Tremenda mujer madura, nada fea, muy beoda y más
caliente que el palo de un churrero, siempre gruñendo por todo. Creo que se
debe llevar a matar con su marido. Otro filtro para llevarle la contraria, no
se ríe ni muda la cara ni siquiera cuando estornuda. Además de serio y feo da más
miedo que una pedrada seca, y va tan rapado que se me representa aquellos
comics de “Hazañas Bélicas” de cuando era niño. ¡Vamos que tiene pinta de
nacional sindicalista! El clásico espía mudo.
No me gustaría tener deudas con este quijote teutón.
_
Cielo, no será para tanto, yo les he tratado y son serios pero son educados y
sensibles_ añadió Demetria, no creyéndose lo que decía su novio.
_ ¡Lo
que tú digas maña!, pero a nuestra boda no vienen. Eso te lo garantizo ¡jodo!
_ ¡Ay Ángel!,
no me hagas reír que no son tan agrios como dices, ellos han pasado lo suyo y
no creas; no es tan fácil olvidar los sufrimientos.
_ ¿Qué
sabes algo más de ellos, que yo no conozca?
_ No
es nada particular. Algún detalle ha comentado papá en casa sobre ellos nada
agradable. De sus pasados en la guerra. Fueron niños sometidos. Ella en
Lebensborn y él en las juventudes hitlerianas
_ ¡Lo
ves!_ exclamó Ángel_, como les he visto el flequillo a los dos. Lo que te digo,
¡miedo dan! Ya me enteraré de más y te cuento mi niña. Ahora te dejo que debo
atender unos asuntos de urgencia.
_ Un
beso amor, llámame cuando puedas, espero tu comunicación, lo sabes.
_ No
padezcas Demetria, pronto nos reímos juntos de todo esto. Llamo a tu padre más
tarde y que me diga algo para dejarte tranquila. Te quiero maña, a ti y al
gazapo. Se cortó la comunicación con el reparto de confidencias.
Cándido
marcó el número del celular de Carla, siendo horas intempestivas, como cuando
se produjo la llamada a la inversa, provocada por la mujer. Esperó los tonos
necesarios a que levantaran el aparato y la voz adormilada de Carla, se escuchó
proveniente por las ondas electromagnéticas.
_
¡Bueno, que fue!_ Emitió con gran esfuerzo a la vez que se incorporaba desde el
otro lado de la cama, para brindar una duda verbal y preguntar.
_
Carla, soy Cándido_ acreditó el comunicante algo nervioso, después de su sentencia_
¡Estás al loro guapa!, soy aquel tipo, que sacaste de la cama, no hace nada y
que le dijiste con tu aplomo femenino_ ¡No te rías de mí!, entre mil cosas más.
¿Recuerdas?
Carla
seguía tabulando para reconstruir aquella conversación pasada, hasta que
respondió tras enlazar todas aquellas frases dichas una tras otra, sin más
descanso que la prisa y la madrugada _ ¡Sí! ¡Te recuerdo Cándido! ¿Que necesitas
a estas horas de la madrugada?
_ Pues
te necesito a ti, simplemente a ti, también me he despertado muy mojado como te
ocurrió a ti y te he echado en falta. Has de perdonar mi falta de tacto por no
creerte. Tampoco quiero cosas materiales tuyas Carla_ argumentaba Cándido, ya
sin nervios_, pero quiero todas las que provengan de tu piel, de tu boca y de
tu alma.
_ ¿Es
muy tarde, no crees?_ Mantuvo la serenidad Carla, ya bien despierta y con ganas
de probar al hombre que le decía aquellos piropos esperados por ella hacía tan
solo unos días.
_ ¿Tú
estás desnuda ahora verdad?
_
Duermo desnuda tanto que ahora no me hallo. Con tus palabras excitada.
continuará
to be continued....
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