Viene del Capítulo Anterior: _Atalajes_
Recién duchada y el cabello completamente mojado cayéndole apelmazado por la amplia espalda morena que exhibía, sin sujetadores dejando al pairo unos pechos no demasiado originales, ocurrentes y visiblemente pasados por quirófano; pero sí redondos y tostados por el sol de la playa, o por los rayos uva, de tantas y tantas sesiones inacabables, que sin caer por el peso de la carne, ni por la gravedad que siempre ejerce atracción hacia el suelo demostraban una salud pectoral inusitada, manteniéndose erguidos y preciosos como dos melocotones de Calanda. Agarrados y equilibrados, rubios y espesos; duros y tirantes. Tan solo una toalla verde esperanza anudada alrededor de la cintura, atada por un nudo marinero deslizable, la hacía espectacular. Dejaba pasar más paisaje clandestino que una diapositiva de Clint Eastwood. Intentando ocultar un triangulo especial, un segmento de su cuerpo que no estaba al alcance de cualquiera. Sin miramiento y a medida que adoptaba distintas posiciones acomodadas en aquel sofá, iba dibujando la perfección de sus muslos y del bajo vientre, del bello del pubis, del triangulo equilátero del latifundio sensual y de dos nalgas bien detalladas y lujosas que esbozaban en la penumbra un espacio quimérico.
_ ¿Te
gusta, lo que ves? _ preguntó Elvira, mirando con lujuria a Javier, mostrando
todo su morbo y descaro_, si quieres puedo darte más.
Javier,
sin demostrar excesivas alegrías, y sin mediar palabra. Se levantó desde donde
estaba sentado acercándose a ella y le acarició el pezón derecho de forma
sutil, anunciándole_: Acabemos de cenar y ya tendrás tiempo de regalarme todo
eso que tanto deseas_. Volviendo después
del arrumaco a su posición original.
_¿No me deseas Javier? No te apetece derrochar
conmigo todo el placer del paraíso; ¿quieres quedarte desmayado dentro de mi
cuerpo?, y perderte en él, sin prisas ni
demoras_. Le retó, apartándose de un lado la toalla verde y dejando al
aire todo su muslamen y sus labios genitales, demostrando tener una necesidad
de ser poseída en cuerpo y sexo.
Aquel
hombre sonrió relamiéndose en sus pensamientos, dejando escapar momentáneamente
la imaginación, para retomarla en el momento que descorchaba una botella de
champan francés, que había salido del frigorífico y que ya le llenaba una de
las copas, para entregársela a Elvira, que desnuda, ansiosa y deshecha de
agitación sensual, pretendía ser tomada
por todas las hendiduras que su continente le permitiera.
La cena
había finalizado sin postres,
repentinamente y de forma azarosa, cuando ella, de forma ruda le bajó
los humos al vendedor sumiéndolo en un callejón de goces opacos, sensoriales y
conocidos.
Elvira
es una mujer desinhibida y actual, moderna, que sabe pedir lo que necesita en
el momento que lo precisa, sin tonterías, ni absurdas definiciones equívocas.
Directa y al grano, sin pretender parecer una mojigata mimosa retraída y
estúpida, en todo caso demostrar que es una hembra, con soluciones para todas
las situaciones que se dan entre los humanos y remedios concluyentes tanto en
el campo profesional, como en el personal. Acabando sus necesidades en el
momento que mueren sus ganas de deleitarse, con quien a ella le viene a tiro y
sin dejar pasar las ocasiones que la vida le presenta y que entiende son
placenteras. Pensando que igual no se volverán a dar esas realidades. Sin atarse con nadie ni a ninguno.
Ella
puede y debe programarse el camino de su vida para no tener que depender de
ningún héroe que la manipule a su gusto
y capricho. Ama a su novio que la espera en Badalona, pero que si ha de echarse
en la pitra, en el suelo, en la alfombra
con Javier, porque éste ha sabido ponerla libidinosa y cachonda; lo monta sin
más, y cuando finaliza, piensa que ya es pretérito. Agua pasada. Se ducha y
olvida.
Necesita
encontrar aquello que no tiene, y que nadie le provee, por ello sigue en la
brecha luchando por su profesión sin dejar atrás su vida y sus sensaciones
emocionales. Sin miedo, sin prisa, con gracia. Sin vicios destacados, no fuma,
no se droga, no se complica la existencia con sustancias que le pudieran
perjudicar.
Por
ello, adora el idilio ocasional que disfruta con Francesco Xilema, su
representante; llamado en la intimidad : “Xilí”; un hombre natural sin dobleces
que además de llevarle los contratos profesionales, se acuesta con él, cada vez
que le viene en ganas, ya que jamás se piden nada a cambio, ni la pone en
franquía, ni le exige responsabilidades. Solo la hace feliz cuando ella lo
exige.
Manuel,
ya en su habitación del hotel Los Robles cerca de la zona residencial de los
Parques de Altamira, en Mangua, hizo unas llamadas tras haberse instalado,
precisamente a placer en aquel paraje tan moderno y tan singular. La primera de
las cuales fue para la familia, dando detalles del viaje y de lo que comenzaba
a disfrutar del panorama del propio país, sus gentes, detalles propios del
descubrimiento de un lugar que iba mas allá de lo que pudiera haber imaginado
con lo que le explicaban del mismo.
Al cabo
llamó a Natalio Rupérez, pretendiendo saber qué cantidad de unidades le iban a
mandar desde Tacna en el Perú, que sería donde se recibiría la totalidad del
embarque general facturado de España. Pretendiendo no pecar de ignorancia en la
cantidad que le correspondía recibir en Managua, ya que él, se disponía desde
buen principio a la gestión comercial, para mirar de adelantar cuanto pudiera
en el tiempo su cifra y después poder dedicarla a tiempo libre y compartirlo
con Mechthild una amiga muy imponente que Manuel García de la Serrana, tenía en
Managua. Sin más preámbulo lanzó la llamada.
_
¿Natalio Rupérez? _ preguntó Manuel, al escuchar la voz fina y penetrante del
responsable de la distribución de su empresa.
¡¿Sí, eres Manuel, verdad?! _ Enseguida le
conoció por la voz, Natalio_, siguiendo sin parar de hablar de alegría_. No
podía ser otro, ¡mira macho! ¡No sé cómo!,
ponerme en contacto con Ángel y Javier, ¿No sabrás nada de ellos?_ Dejó
caer Natalio, casi preocupado e interrogante.
_ Pues
¡No!, ¿es que debía saberlo? _ Contestó Manolo_, no sin gracia y además
imaginándose que ellos, sus compañeros y amigos, le habían hecho la “pirula” a él y al más
pintado_. ¡Yo! …Natalio, como
comprenderás_ siguió dialogando Manuel_,
solo llamo porque me he enterado que mandáis una cantidad de wáteres
cósmicos a Tacna; que desde ahí serán distribuidos a Costa Rica y a Nicaragua,
y necesito saber cuántos recibiré, para finiquitar cuanto antes mí trabajo en
la zona y controlar el embarque y mis propias ventas. Intentaré adelantar mis
compromisos, porque quiero disfrutar de unos días libres en Managua_. Acabó
matizando.
_ Olé,
tus narices Manolo; no has empezado a vender ni un solo wáter y ¿ya estás
pensando en la vacación?_ asentó Natalio, con guasa, a su mejor comercial.
_ ¿Y tú
que sabes si he vendido o no? ¡¿Lo he
hecho!? _ Riendo respondió Manolo, queriendo tirar de la lengua a su compañero
de empresa_. Anda y no seas miserable, dime la cantidad de accesorios que he de
recibir, que sabes que yo no estoy dispuesto a perder el tiempo, y necesito
vender estos equipos lo antes que pueda.
_ Estoy
casi seguro_ dijo Natalio agradecido_, te mandamos cien unidades completas, con
ello nos damos por satisfechos que queden en los servicios oficiales del ámbito
sanitario en ese país, además de las demostraciones que sé harás, no tardando
nada. Detalle que me gusta, porque te conozco_. Por cierto_ preguntó
interesado_, ¿cómo te has enterado que enviamos los sanitarios al Perú? ¿Te lo
ha dicho mi yerno Ángel?_ finalizó su interpelación Natalio.
_ Pues
mira por donde no ha sido él_. Respondió
gracioso Manuel, y siguió dejándose querer por unos segundos, sin dejar que
Natalio, se emborrachara de su propio genio_. Ni ha sido por casualidad. He
entrado en la página oficial de la Schissen Lecker. La que indica además, que venís para América,
tú; la señora-frau Anguela Kronen y el señor-herr: Jurgen Otto, la delegada y
el director del departamento_. Tomó aire y refrescó su ingenio con una
respiración abdominal que le refrescó el intelecto y siguió argumentando_. Ya
me dirás, si no nos podíais haber informado en España, que teníais estas intenciones.
Aunque si quieres que sea sincero Natalio_, siguió razonando Manolo_, no nos
vendrá nada mal, poder hacer las pruebas con tres jefes y además voluntarios
para el magnífico: Kosmische Wasser.
Imagino que vosotros no os haréis los duros al tener que bajaros los
pantalones y calzoncillos, en el caso tuyo y de Jurgen, y las bragas en caso de
la señora Anguela Kronen, para la demostración perfecta, del wáter perfecto_.
Estalló de risa Manolo, con una carcajada sonora, tras la parrafada guasona_, por
lo menos_ siguió objetando_ que el costo de vuestro viaje sirva para la
promoción. ¿No lo crees así amigo Natalio?_ preguntó irónico Manuel García de
la Serrana, al jefe de la distribución de: “Schissen Lecker , que traducido al
castellano es: Defecar gustoso.
_
¡No!; mira Manolo, nos hemos dado
cuenta, que en Perú y Chile quizás haga falta algún apoyo a Ángel. Últimamente,
le encuentro algo descentrado y me hace padecer a mí y a mi hija_, anunció
desconfiado Natalio_ Supongo que te habrás enterado de lo que sucede_ siguió
matizando receloso sin dejar que interviniera Manuel.
Manolo,
no pretendía entrar en detalles personales, ya sabía cómo finalizaban aquellos
enredos. Él había viajado a Nicaragua, para vender su wáter cósmico y ganarse
su buena comisión, aparte de encontrarse con su amiga Mechthild. Por lo que le
dio excusas a Natalio alegando que no sabía nada ni pretendía solucionarle la
vida a nadie.
Con
ello, se quitaba de encima preocupaciones y malos rollos. Dejando la
conversación aparcada, una vez había descubierto la cantidad de retretes que
debía recibir en Managua, para su posterior reparto y distribución.
Sin más y con un esfuerzo adicional se despidió de Natalio, con mucha cordialidad y
educación_. Nos llamamos Natalio, no me dejes de informar si hubiere algún
cambio, sabes que no soporto las sorpresas y menos si son desagradables o van
en contra de mis intereses_, le advirtió Manuel a su compañero, deseándose
suerte y salud.
_ Un
abrazo Manolo, que tengas muchas ventas y bajes muchos pantalones en las
demostraciones_, sugirió Natalio cortando la llamada de Manuel.
0 comentarios:
Publicar un comentario