lunes, 3 de noviembre de 2025

En pelotas, así viste ¡Sin más!

 










Remedios, aquella joven que había nacido en una familia humilde, en un barrio de los aledaños de la ciudad más espiritual y santurrona de la amplia Castilla, se transformó en cuanto comenzó a vislumbrar el éxito.

La hija vergonzosa y atenta de los porteros del edificio Grand Strómbol, dejó de ser la persona dulce y amorosa que todos conocían.

No quiso adaptarse a uno de los empleos en los que su gente dedicaba esfuerzos desde hacía dos generaciones. Desde que se vinieron del pueblo que las vio nacer, y con muchos esfuerzos y recriminaciones de su padre, cursó estudios en la escuela Dramática de Guadalajara. Iniciando preparación y al cabo del periplo, llegar a ser formada en culturas de interpretación, artes escénicas y teatro. Su esbeltez y la codicia que despertaba en sus meneos y el entrar sin frenos por los ojos de cuantos la miraban con deseos obscenos, le dieron aquel protagonismo en su segundo año de carrera.

Su atracción interpretativa y su desenvoltura ante las cámaras le hicieron escalar méritos y consiguió hacerse con uno de los papelitos moderados, en un cameo de una película protagonizada por artistas de renombre del momento.

De las conocidas como cine para adultos, o historias frívolas. Sin tiempo para su metamorfosis inmediata, cambió de forma de proceder y sus necesidades eran diferentes. Sus pensamientos de adolescente se quedaron en la casa que regentaban sus padres, como porteros y asistentes de los vecinos que moraban en uno de los edificios impresionantes de la zona.

Dadas las nuevas necesidades que atendía la diva emergente, dejó de visitar o quizás, ahora les visitaba menos y su proximidad era obligada.

La fama, o el inicio de esa gloria, le variaron la emoción. En cuanto notó que la popularidad incipiente que glosaba, llenaba sus expectativas, quiso todavía más. No tuvo bastante con una secuencia en sus logros. Abarcó al mundo del espectáculo por los tentáculos más inmediatos, sin pensar en que tendría que romper con todos los vínculos que tenía.

Los padres habían informado a los conocidos y parientes que su Remedios, estaba ocupada en el gabinete de unos abogados como ayudante, mientras acababa su carrera de Derecho. Pensando en que la fama a su hija, jamás le llegaría y con el tiempo y aburrida volvería a su portería a seguir con el empleo que tenían en el edificio.

Sin embargo pasados dos o tres años de su marcha, los empleados y porteros del Grand Strómbol comenzaban a preocuparse por el cariz que tomaba el trabajo de su hija y por las consecuencias inflamables que deberían soportar en poco tiempo.

La actriz Arena del Alma, nombre artístico de la guapa Remedios Morcillo Almansa, copaba todas las carteleras del espectáculo verde de la ciudad, donde le llovían los contratos de trabajo, las entrevistas y las frivolidades que generan ese populismo infecto del vicio y de la guasa descarriada.

Fue fulminante el ascenso de la bella Reme, que imparable iba de boca en boca de cuantos estaban en el mundo de la noche, de la distracción y del descorche. 

El último trabajo con el actor Vinchenso del Tigre, manifestó la belleza del cuerpo de Arena del Alma, mostrando perfectamente su desnudez y actuando en forma tan normal, como si le naciera del mismo génesis.

El argumento del film era preciso y elocuente, exponiendo en la trama de la historia las vivencias más atrevidas y personales de una mujer depravada y un señor que bebía por ella los vientos.

Posturas del cuerpo y apariencias del todo sexuales, daban pie a imaginar hasta qué punto una actriz puede hacer feliz con sus encantos, a todo aquel espectador dolorido por sus despechos y desengaños, y al público que se la comía con los ojos, sin pestañear por la exégesis magistral de la finísima actriz reconocida con el nombre de Arena del Alma.

Dotes impensables en aquella mocita de trenzas, que ayudaba a fregar el portal dónde vivía, y que ahora desnuda se lucía ante el mundo, bailando sin ropa con el protagonista de la historia, estrenada en los cines de todo el mundo.

Los padres de Remedios eran unas personas escuetas, vergonzosas y bastante religiosas. De asistir a la misa los domingos y de darse golpes de contrición y penitencia en el pecho, cuando se trataba de comentar exageraciones de conocidos por la demasía que fuere. Sin contar sus tribulaciones personales a nadie, por la reserva que les obliga su educación y sus miedos.

Ahora con ese realce de Arena del Alma y después de haber publicado a los cuatro vientos, que su hija era abogada en un bufete de la ciudad, no sabían dónde meterse.

Las envidias de los compañeros, las ofensas de los malos amigos y las recriminaciones de la familia no se hicieron esperar. A parte de aquel vecindario del edificio Grand Strómbol, que no imaginaban que Remeditos, fuera tan descarada, sin tener en cuenta que su profesión se lo exigía y para llegar a ser “Prima Dona” en la interpretación, las actrices debían pasar por innumerables pruebas con gusto y otras sin complacencia.

Además de comentarios generados por la mayoría de sus allegados, que se decían sin querer comprender  

—Se puede ser actriz, y lucir su belleza, pero lo que vemos es muy gordo. Remedios no tiene vergüenza. ¡Emerge en pelotas. Menudo con la nena! 

No tardó la guapa Arena del Alma en ir a trabajar al sitio donde tropezaría con la super fama y de buenas a primeras se ausentó del país, sin que nadie supiera donde paraba. Los padres de la afamada, migraron a otro lugar beneficiados por el capital y las ganancias de su Remedios, sin tener que pasar los apuros por la desnudez mostrada por su hija en las películas que rodaba.

Llegaron los premios y las críticas. De todo había como siempre sucede, y a veces, la mayor parte de ellas no te enteras.

Las envidias, los celos, la desgracia que muchos humanos padecemos.

Sin embargo las publicaciones y fotos se daban por centenas, festejando el éxito de la buena de Arena del Alma, que aun algunos presumen que una de las mejores actrices del porno, hubiera nacido en el mismo pueblo, de lo cual se enorgullecían a medias.









Autor: Emilio Moreno.
fecha: 3 de noviembre 2025

0 comentarios:

Publicar un comentario