sábado, 11 de octubre de 2025

Han pedido rescate.

 

Juliana y Cristian, eran un matrimonio acaudalado que contaba con sus cuatro hijos.

Chloe la hija mayor con quince. Su hermano Nehuén de doce, era el mocito de la casa, y en último tiempo y a pesar de las ganas de vivir sin problemas ni ataduras, se dejaron venir con los dos gemelos; Mauricio y Andreas, de cinco años.

Ocupaban la mansión rosácea del oeste.

La vivienda similar que lindaba junta, era la casona amarilla que orientada al norte, la disfrutaba Samanta la abuela de todos ellos y propietaria absoluta.

La compartía con su hija menor y la familia de esta.

Brenda y Ryan, su marido y su hijo Sabino.

Cristian, era el CEO de una empresa marítima, que transportaba materiales diversos por el mundo.

además para mejorar su prestigio y estatus y tener más influencia, hacía de asesor político del gobernador, en los palacios Carpentier Blondel, residencia de aquel dirigente gubernamental, que la ocupaba como domicilio mientras ostentaba el cargo estatal.

El estadista y su esposa, venían de familias prepotentes lusitanas, y eran dueños de la totalidad del Campo Fantasía, que era una superficie fértil y magnánima de tres mil doscientas hectáreas, que las dedicaban al cultivo, ocupando extensiones inmensas de naranjos y olivos, situados en el extrarradio del viejo Oporto.

Cristian, era un buen tipo. Preparado y serio. Muy sigiloso y respetuoso, un hombre de negocios y además con responsabilidades políticas, que daba consejos financieros al gabinete del señor gobernador. Con su amplia visión del panorama de negocio del país. Disfrutaba de sus ocupaciones y familia. Por lo menos así se le suponía. Saboreando del momento y de su estrella, como lo hacían la mayor parte de los hombres acaudalados y bien empleados de la época.

Su negocio además de tener prestigio en la bolsa ganaba enteros a medida que pasaban los meses, y en cuanto a la política, no tenía dificultades ya que el asesoramiento a Don Joao de Ortigueira Fenosia, no le causaba ningún tipo de contratiempo.

Juliana su esposa, era una mujer desinhibida con estudios universitarios, que se dedicaba a la literatura y a la creación de contenidos filosóficos. Siendo hasta el momento una familia que no le faltaba absolutamente nada.

Un buen día Don Joao llamó con urgencia a Cristian para una reunión inmediata. Debía reasegurar un asunto de estado y necesitaba la colaboración del asesor para tomar la mejor de las decisiones.

Cuando llegó Cristian al buró de Joao, este le comunicó que unos documentos con secretos habían desaparecido de la caja fuerte de su despacho y no tenía ni idea quien los podía haber sustraído.

De llegar al partido de la oposición podrían hacer peligrar la estabilidad de su nación. Joao necesitaba más que consejo, denunciarlo a la policía. Le dijo Cristian, sin entender para que necesitaba su presencia y su consejo en una determinación tan clara. 

—Joao, has de ir a denunciar el asunto a la unidad de tu servicio secreto, y además informar al primer ministro de lo ocurrido. Para mediar en el asunto y que no llegue a más este desliz.

En aquel instante sonó el teléfono de Cristian repentinamente con insistencia. Era una llamada urgente, y aparentemente desde su casa, que no cejaba de taladrar, con lo que Cristian se disculpó con Joao, y este le dio permiso para atender la llamada y su asesor dio paso a la comunicación. 

¡Diga! Espetó Cristian, y escuchó el inicio del mensaje. ¡Eres tú Juliana!, desde que teléfono me llamas. No sabes que ahora no puedo atenderte, estoy en una reunión con el gobernador, te llamo más tarde.

—Cristian, escucha. Es importante, han raptado a Mauricio y Andreas, me han dicho que nos llamarán, pero que tengamos preparado una maleta con un millón de euros, si no queremos que les pase nada a los niños.

—¡Qué me dices! Como ha sido. No estaban en la escuela, yo mismo los he dejado en la puerta y los he puesto junto al tutor, para que los atendiera y cuidara, hasta llegar a la primera clase de hoy.

—No te puedo decir nada más, pero es importante que vengas a casa cuanto antes. Aquella llamada se interrumpió al instante.

El gobernador notó que Cristian, estaba pálido y preguntó si pasaba alguna gravedad en la familia. El asesor a punto de un ataque, le dijo sin detenerse.

 

—Han raptado a mis hijos. He de dejarte Joao, han pedido el rescate y Juliana, aún no ha llamado a la policía ni ha hecho nada en espera que me persone. Dispensa pero ya te informaré.

Salió como una bala, disparado del despacho y al llegar a la puerta del aposento del gobernador, cayó fulminado al suelo.

Alguien desde no se sabe dónde, le había disparado y cuando tocó el embaldosado del zaguán, estaba muerto.

En casa de Cristian, cuando recibieron la noticia, quedaron sin habla.

El desorden por la reseña descabalgó a todos.

Una vez sosegados, y queriendo saber que había ocurrido, Juliana la esposa, se puso en contacto con Joao. 

—Estaba contigo Cristian cuando lo han abatido. ¿verdad? Imagino que lo sabes. Lo han matado vilmente en la puerta de tu residencia.

—Si lo sé. ¡Estoy fuera de mí! Respondió Joao muy apenado.

—Estábamos tratando un tema delicado, y nos ha interrumpido una llamada que ha atendido, estando conmigo. Volvió a referir el político, para suscribir.

—Yo he presenciado la conversación, y he escuchado perfectamente que te decía. Porque Cristian te hablaba a ti, y te ha comentado literalmente estas palabras—<Juliana, ahora no puedo atenderte, estoy en una reunión con el gobernador, te llamo más tarde>. Repitió íntegramente las palabras que Cristian dijo a Joao en aquel instante. Además expresó algo más que voy a referirte, y si lo precisas está grabado, ya que la entrevista que hacíamos estaba quedando registrada para incluirla en el protocolo. Siguió argumentando Joao a Juliana.

—Me ha comentado y lo recuerdo perfectamente que le llamabas con urgencia, y que volvieras a casa, que habían raptado a los gemelos y tú no habías llamado a la policía, esperando llegara tu marido.

Entonces ha sido cuando ha salido como una exhalación hasta llegar al portal, que lo han tiroteado. Hizo un receso Joao y dejó que opinara la viuda.

—Mis hijos están todos en casa, llorando el suceso y yo no he llamado a Cristian esta mañana, he estado desde primerísima hora en el Instituto y me han dado la noticia hace dos horas.

—Joao dime que está pasando por favor, no entiendo nada. 

En la familia se montó un revuelo de excitación que no pasó desapercibido a la policía cuando daban la denuncia. Los niños no habían sido ni raptados ni amenazados.

Juliana no llamó a su esposo aquel día. Se comprobó y no había sido la que comunicó con Cristian aquella mañana. Algo estaba pasando que la policía no entendía, pero que se quedaba con las pesquisas para abrir el caso.

Samanta la matriarca de la familia habló con Ryan, el marido de su hija Brenda para que buscara a los culpables y le hiciera justicia a su yerno, que murió sin esperarlo y dejó viuda a su hija y huérfano a Sabino. 

A los cinco meses de aquel acontecimiento, alguien trataba de echar culpas incriminatorias, sobre la desaparición de secretos de un despacho oficial. Recayendo los deslices infundados en un asesor asesinado en el portal de un político, caso que la fiscalía tomaba las medidas oportunas para averiguar.

Los propietarios del complejo denominado Campo Fantasía, han sido acusados de tráfico de estupefacientes. La extensión de la plantación consta de una superficie de muchísimas hectáreas, que se decían estaban dedicadas al cultivo de frutales. Situadas a las afueras del extrarradio del viejo Oporto. Los latifundistas han sido detenidos por la gendarmería por hallar en ellas cultivos prohibidos, que atañen a la salud ciudadana.

Nadie supo jamás que clase de documentos le robaron al gobernador, ni se dio demasiada luz al asunto de la muerte de Cristian, y tampoco se comentó la expropiación de Campo Fantasía, sin embargo una noticia asaltó al mundo, cuando un periódico, dio la noticia que uno de los mejores gobernadores se había suicidado al tirarse desde la azotea de un hotel de quince pisos en la ciudad de New York














autor: Emilio Moreno
fecha 11 de octubre de 2025

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