viernes, 4 de octubre de 2024

Viaje ruinoso, en patera

 











 
Teby había salido de las costas de Angola, supuestamente en dirección a las Canarias, huyendo de la miseria, por lo que muchas de las jóvenes de la zona quieren escapar. Agravio, maltrato machista, falta de trabajo, escasez de alimentación y ganas por llegar a Europa. Haciendo escala donde permita Dios, o donde él disponga. De madrugada, o en la noche, como fuera, pero que toquen tierra y puedan llegar vivos.
La migración suele hacerse de dos formas. Siempre pagando y solventando devengos que exigen los traficantes de almas. Si es por tierra, es muy peligroso, y arduo cruzar medio continente para llegar a Marruecos, y desde allí jugársela atravesando la valla de Melilla o Ceuta. Dada la cantidad de confines que hay que atravesar y la de malhechores y causas imponderables que se tropiezan en el recorrido.
Amén del signo y los modos para sustentarse y nutrir sus estómagos, reanudando después el fatigoso camino, sin descanso que lo tutele.
Si es por mar es más directo, y mucho más peligroso. Conocen sus posibilidades y en un porcentaje muy elevado no llegan a pisar suelo. Porque la muerte se hace cargo de ellos.
 
Aquella mujer, aún era una muchacha y casi reunió el dinero para el itinerario. Como no le alcanzaba, tuvo que robar, medrar, y prostituirse, con uno de los hijos del mayor especulador que operaba en la zona Angoleña. Única forma garantizada de conseguir la cantidad que le faltaba para meterse en uno de esos cayucos y lanzarse a la aventura.
Con lo que haciendo de tripas corazón, y sabiendo qué, y a quien se iba a acercar, preparó su plan para conseguir cuanto antes esa plaza en la patera. Efrén el primogénito del usurero, estaba marcado por sus vivencias y las de su padre. Acostumbrado a ver de muy niño, como vulneraba a su ama y hermanas. Con lo que aquel comportamiento pensaba, era lo normal en humanos de aquellas latitudes. Todos ellos, impregnados de violencia sexual.
A Teby no le importó someterse a semejantes sacrificios. Para ella lo primordial era tocar cuanto antes el archipiélago Canario. Después ya se buscaría la vida, caso de no haber tropezado con la muerte con anterioridad. Ella era una nativa, alta y espigada con largos brazos y extremidades inferiores robustas y preciosas, que daban apoyo al estupendo talle que poseía. Con lo que era un caramelo a la vista de aquellos piratas violadores, que estaban acostumbrados a forzar a cualquiera.
            No le importó y se dejó caer en sus redes, y gracias a su naturaleza y a los encantos de sus veinte años, se metió en la cama de Efrén. Teby era una mujer inteligente, con las ideas claras, además de libre y llena de salud. Harta de sufrir primero, los maltratos de su padrastro y después los de su tío carnal, que era el que alimentaba a la prole de hermanos que tenía. Con lo que determinó que prefería buscar la vida en otro lugar, y apostar por ello. A cambio de morir en el intento. Prefería ahogarse en aguas del Atlántico, que quedarse a sufrir toda su vida como lo hizo su madre.
El trayecto hasta que estas mujeres embarcan en dirección a semejante aventura, puede prolongarse durante meses, que fueron los que engañó a Efrén, y le fue sisando parte del dinero que traía al llegar borracho en las noches. Momentos en los que debía soportar ingentes desafecciones y vulneraciones en su cuerpo y persona. Sin descubrirle al guerrero inquisidor, que aquella que lo calentaba en la cama, le preparaba su huida inminente
Conociendo también que al llegar a zonas europeas, las exóticas morenitas, sufren una encrucijada entre su raza, idioma y el género al que pertenecen. Detalle que no le importaba lo más mínimo, siendo para ella y en comparación con los sufrimientos aguantados,” Peccata minuta”.
El tiempo previsto se cumplió y aunque al subir en aquella embarcación pequeña, falta de casco, la mayoría de las veces vuelven a ser fruto de nuevas violaciones. Permitió un poco más de miseria. Añadiendo a ese elemento, el tener que pagar más. Por embarcar en la patera con la menstruación. Porque tener el periodo en ese momento, le supuso un costo superior por el mismo trayecto.
Aquella madrugada Efrén, dormía la mona, que Teby hizo fuera profunda, al hacerle un bebedizo de hierbas silvestres, que lo dejó insondable, medio lelo y desnudo sobre el jergón, hecho unos zorros.
Tras cinco semanas de travesía en el Océano, con mareas extraordinarias y por un milagro del cielo, arribaron a la isla del Hierro, donde fueron acogidos por las fuerzas de seguridad, haciendo criba de niños, mujeres, enfermos, y preñadas. Dejando a los varones custodiados para una criba posterior. En Valverde, en el puerto de la Estaca, pronto una familia francesa, encontró con la vista a Teby, que reclamaron para su custodia. Donde sigue afincada, ahora ya, con tres hijos de un isleño que supo hacerle la vida más llevadera.





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