domingo, 28 de julio de 2024

Se dispensa a granel.

 










Calor y mi pesadez

insoportable aguantar

en el ambiente otra vez

mi ritual por soportar.

Pienso, y llega la vejez.

aparece sin llamar

veo en mi espejo la tez

por tu cuerpo desfilar

y la amplísima escasez

igual, nos hace temblar.

 

Siempre nos quejamos del tiempo, parece ser una máxima en los humanos, cuando no sabemos de qué hablar. 

Nos remitimos a la temperatura, al calor, y al frío. Algo relacionado con lo cercano a nuestro estado de ánimo, que sin dudar la temperatura corporal tienen mucho que ver.

Hoy pensaba en la poquísima paciencia que tengo con lo que no me concierne, y sin duda me rodean personas que me cuentan sus cuitas. Sus dificultades, que a veces no lo son, pero a ellos, se les hace una montaña.

Las resisto y en algún momento puedo llegar a entenderlo.

Ciertamente, si yo me pongo en sus zapatos, igual en algún momento de mi vida, he pasado por el mismo trance. 

Siendo  y sintiendo, algún padecer conocido. Sin poder solucionarlo.

El problema radica, cuando indagan, con esa máxima tan manida que se suele preguntar, para soportar el peso de nuestra propia responsabilidad.

Esa duda que de pronto dejan caer.

Mirándote a los ojos, como si fuesen besugos degollados y expresan…

Tú qué harías."... y sin más te meten dentro de su problema.

Teniéndole que responder casi sin meditar.

 

 

Me preguntas que haría,

tratando de posponer

un dilema que es el tuyo,

y así se resolvería.

Una duda que has de ver,

y te compete a ti solo.

tratando de repeler

tu decisión, ya tomada 

y sin querer entender

me adentras en tu pomada,

que te resuelva tu nudo

sin poderlo deshacer,

por grosero y cojonudo

y así tu poder creer

que no es tu problema.

Que ese aprieto es ajeno,

Con la mejor sencillez

 ¡Me pasas el padecer!

Te olvidas de tu entender

y así olvidas el yuyo.

 

¡Imposible concebir!

 

 


0 comentarios:

Publicar un comentario