Buscando una sombra plena 
topé con sonrisa tenue,
con tan dulce despechugue
bajo mi armadura llena.
Choqué con visual serena,
y al instante sin mi aplique
sonreí, con desembrague,
por la negrura que estrena.
No es para nada condena, 
y que mi pliegue caduque.
Admito que despotrique,
al que todo lo envenena.
Esta noche se hizo buena,
y aunque yo me justifique, 
puede ser, que alguien se arrugue.
Al ver pujante mi vena.
Me poseyó la sirena,
por admirar tan blandengue,
invitándome al merengue,
y expresarme, que da pena.

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