miércoles, 7 de septiembre de 2022

Débil como el merengue.

 


 

 







Buscando una sombra plena

topé con sonrisa tenue,

con tan dulce despechugue

bajo mi armadura llena.

 

Choqué con visual serena,

y al instante sin mi aplique

sonreí, con desembrague,

por la negrura que estrena.

 

No es para nada condena,

y que mi pliegue caduque.

Admito que despotrique,

al que todo lo envenena.

 

Esta noche se hizo buena,

y aunque yo me justifique,

puede ser, que alguien se arrugue.

Al ver pujante mi vena.

 

Me poseyó la sirena,

por admirar tan blandengue,

invitándome al merengue,

y expresarme, que da pena.



 

 

 

 



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