sábado, 30 de mayo de 2020

Agito mis costumbres






Sentado estoy en el quicio del muelle,

de ese puerto, de dónde el sol no llega,

en ese mar que la sal dulce, es griega,

y ni siquiera agita, nuestro fuelle.


Cuando me arrugo, quiero me embotelle,

cual certeza, por mi dolor, que niega.

Mi cobardía alada con tu friega

de salitre y su fluido me atropelle.


Soy nocturno y agito mis costumbres,

sin permisos ni oscuras intenciones.

cobarde, igual al mar sin certidumbres.


Osado al percibir mis sensaciones

Me dotan de razón sin servidumbres.

Así me escondo yo; por convicciones







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