Pasadas
las fiestas
descansa
el bullicio
la
norma es protesta
de
nuevo al concilio.
Llegó
el gran auspicio
esconden
las crestas
volvieron
los vicios
final
de la ingesta.
Mentiras
dolosas
sin
fin repartidas
como
si tal cosa
fueron
admitidas.
Como
se machacan
hermanos
y primos
como
se maltratan
los
que conocimos.
Con
tanta comida
nutriente
de alguno
después
del hartazgo
no
quedó ninguno.
Por
fin el noviazgo
de
la hija de Bruno
la
rubia del trasgo
y
su feo ayuno.
Bebidas
calientes
pusieron
concorde
de
cuantos pudientes
quedaron
al borde
A
quien llamas borde
al
canto la mesa,
o
algún disconforme
que
ya no interesa.
Ahí,
las bebidas
son
espirituosas
fueron
muy servidas
como
las gaseosas
Insultos,
caricias
ofensas
injustas
menciones
albricias
en
las cenas mustias
Por
qué tanta herida
sin
gracia ni fuste
porque
tan sufrida
con
tan poco ajuste.
Te
digo te cuento
lo
sabes no es cierto
pero
si, así fuera
mantenme
despierto.
Menuda
noticia
me
ha puesto enervado
yo
no lo sabía
parezco
amuermado.
Confianza
te tengo
por
eso lo digo
ya
sabes aquello
que
pasó el domingo.
No
lo conocía
explica
el motivo
porque
yo aquel día
no
estuve contigo
Fue
ella quien me dijo
besale
los labios
y
así yo me fijo
los
cerró de enrabio.
Se
ajustó su viso
después
de los nervios
sin
mandar preaviso
sin
querer abrevio
No
llegué a saberlo
pero
cuenta el pueblo
que
por no beberlo
se
formo un retiemblo.
Y
no quiero cuentos
es
lengua despierta
muchos
más alientos
que
dejó en la puerta.
Que
con esos vientos
y
parecer cierta
con
muchos silencios
sucumbió alerta.
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