miércoles, 26 de diciembre de 2018

Tarareo















Pasadas las fiestas
descansa el bullicio
la norma es protesta
de nuevo al concilio.

Llegó el gran auspicio
esconden las crestas
volvieron los vicios
final de la ingesta.

Mentiras dolosas
sin fin repartidas
como si tal cosa
fueron admitidas.

Como se machacan
hermanos y primos
como se maltratan
los que conocimos.

Con tanta comida
nutriente de alguno
después del hartazgo
no quedó ninguno.

Por fin el noviazgo
de la hija de Bruno
la rubia del trasgo
y su feo ayuno.

Bebidas calientes
pusieron concorde
de cuantos pudientes
quedaron al borde

A quien llamas borde
al canto la mesa,
o algún disconforme
que ya no interesa.


Ahí, las bebidas
son espirituosas
fueron muy servidas
como las gaseosas

Insultos, caricias
ofensas injustas
menciones albricias
en las cenas mustias

Por qué tanta herida
sin gracia ni fuste
porque tan sufrida
con tan poco ajuste.















Te digo te cuento
lo sabes no es cierto
pero si, así fuera
mantenme despierto.

Menuda noticia
me ha puesto enervado
yo no lo sabía
parezco amuermado.

Confianza te tengo
por eso lo digo
ya sabes aquello
que pasó el domingo.

No lo conocía
explica el motivo
porque yo aquel día
no estuve contigo

Fue ella quien me dijo
besale los labios
y así yo me fijo
los cerró de enrabio.


Se ajustó su viso
después de los nervios
sin mandar preaviso
sin querer abrevio

No llegué a saberlo
pero cuenta el pueblo
que por no beberlo
se formo un retiemblo.

Y no quiero cuentos
es lengua despierta
muchos más alientos
que dejó en la puerta.

Que con esos vientos
y parecer cierta
con muchos silencios
sucumbió alerta.








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