Es
otra maravilla tu presencia
saber
que andas ahí, sin hacer ruido.
Notar
cerca de mi, que estoy imbuido,
aunque
no te adivine con frecuencia.
Sentir
entre tus brazos suficiencia
y
pensar que podía; no haber sido,
como
fue, natural lo conseguido.
Esperándote
a ti, con impaciencia.
Cavilar
en mi suerte, es el candente
repaso
de vivencias a tu lado.
Es
como si volara de repente
y
llegara a rozar mi empeño alado.
Entre
un deseo azul tan descendente
que
impidiera mostrar lo más amado
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