A
mis colegas, tantos y fervientes.
Formidables
en mi total recuerdo,
lujos
en
mi
ajetreo
que no pierdo
por
cenas navideñas tan nutrientes.
Reflexiones
felices concernientes,
de
aquella juventud en
preacuerdo
y
sus luces soñadas
que
concuerdo,
me
trasladan
caprichos
suficientes.
Sin
poder conseguir como un heraldo,
a
base de horas y desprendimientos.
Gratitud
de un gran sueldo y su aguinaldo
Todo
ventajas sin remordimientos,
que
hicieron olvidar todo el respaldo,
en
la edad que forjé todos los vientos.
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