Cuando
recibes un regalo de esta índole, las manos tiemblan o se hacen más
torpes de lo que normalmente parecen.
Tiritan,
vibran y tremolan por la premura en ayudarte a ojear el contenido.
Son
el transporte tentacular, las extremidades que ayudaran con otros
vehículos corporales de lo que nos revelaran aquellas expresiones
sutiles que a menudo nos estorbaran la respiración, ya que irán
circulando por ese sentimiento, que se estaciona en la afectividad.
Solo
os muestro una reseña de lo que vendrá, a partir de ahora, con este
nuevo poemario de Pedro Gómez, que os dejo una sutil muestra.
Para que vayáis haciendo boca y os animéis el día de su presentación a acompañar al autor en su entorno.
Hubiera
celebrado, el que vierais su cara a la hora de recibir el "Poemario" En Círculos de Viento".
Lo que refería antes, sobre el temblor de
las manos.
Se quedaba corto, para lo que decían los músculos de su cara, unas efímeras contracciones delatoras de una emoción contraída y a la vez la misma relajación nerviosa, que además le servía para producir en él, movimientos en su cuerpo, que lo llevaban de un lugar a otro del lugar, donde apilados estaban aquellas cajas que contenían su alegato. Su esencia, en definitiva resortes vinculados de su alma.
Texto y fotos: E-Moreno
3 comentarios:
Felicitaciones a Pedro por el nuevo poemario "En Círculos de Viento". Abrazos, Emilio. Ya me dirán cuándo es el evento para asistir. Carlos Oyague Pásara.
Gracias, Emilio, por tu reseña.
Pronto nos vemos.
Gracias, Emilio, por tu reseña.
Pronto nos vemos.
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